Capítulo XXI.
Un capítulo cortito. Saludos desde Argentina,Buenos Aires,Mar del Plata.
Finniel tenía el desconcierto pintado en su rostro,revelando su confusión interior.Luego de que se plasmara ante él la increíble escena de intimidad entre Miguel y Luzbell,él les pidió a sus acompañantes que no lo comentarán,y que le dejarán la tarea de confrontar a los aludidos con su hallazgo.
Pensaba en esto,la tarde de ese mismo día mientras se dirigía a la Zona Alta para hablarlo con su estimado Miguel,preguntándose si era necesario que él interviniera en un asunto tan privado,y en el cual no tenía nada que ver.La respuesta obvia parecia no,pero algo le decía que un suceso como ese era por su naturaleza, un posible y perfecto desencadenante para algo mucho peor.
Sea como sea ahí iba.Golpeo la puerta del cuarto de Miguel y espero unos minutos a que este le abriera,cuando lo hizo notó que la mirada verde de su superior reflejaba un intenso brillo que antes nunca le vió. Finniel meditó en ello sin entender la razón.
-Buenas tardes Finniel...¿Puedo ayudarte en algo?-le preguntó el otro ángel,sacándolo de sus enmarañados pensamientos.
-Si...mas bien,debo hablar sobre algo contigo-le respondió él,sintiéndose por demás incomodo ante lo que sabia tendría que exponer.
-Dilo...te escucho-le animó Miguel con una sonrisa.
-Es...algo un tanto delicado para hablarlo aquí afuera....¿Puedo pasar?-.
-Por supuesto-le dijo él y se hizo a un lado para que entrara a su habitación.
Así lo hizo Finniel, y con la inquietud haciendo presa desus manos y pies que se movían inquietos,mientras esta apocaba un poco su voz,comenzó aquella difícil platica.
-Esta mañana fui en...en reconocimiento a la Tierra,con dos ángeles más, tambien comisionadas a ella-.
-Oh si,me lo dijo Baraquiel-le interrumpió Miguel con una sonrisa aún mayor-Te felicito por el cargo,siempre supe que tenias un gran potencial.
-Gracias...por confiar en mi,y proponerme,realmente te estoy agradecido-le expresó sinceramente-Bien,como decía,hoy fui por primera vez...y bueno,vi algo que quizá no debí ver....no lo se,pero me inquietó,y desconcertó...No se como decirlo ¡Cielos!...Tú y Luzbell estaban desnudos y abrazados en la hierba.
Finniel soltó lo ultimo con mucho esfuerzo y en forma apresurada,bajando la mirada al terminar por sentirse avergonzado.
-Finniel-le llamó Miguel y él se obligo a mirarlo-.
El no parecia enojado,ni siquiera apenado,y eso sorprendió aun más al recién nombrado líder de los guardianes.
-Nos viste-suspiro Miguel-Estábamos muy dormidos como para notarlo,fue una noche....intensa...Uhmm,lamento haber ofendido tu inocencia y la de tus acompañantes,realmente no sabia que irían hoy...Lo amo Finniel,esa es tanto mi razón como mi excusa-.
El de cabello platinado lo miro y frunció el ceño ante su declaración.
-Todos nos amamos¿No es así?-le pregunto sin entender.
-Si-se rió suavemente Miguel-Pero yo amo a Luzbell,de otra manera,una mas cercana y menos fraternal-.
Finniell sintió que su confusión crecía a pasos agigantados¿Lo amaba de que manera?...No llegaba a comprenderlo.
-Y... ¿Para amarse de esa manera hay que estar sin ropa?-le pregunto haciendo reír un poco a el otro ángel.
-Es una opción...Oh Finniel,es difícil de explicar,quizás lo entiendas alguna día-le respondió-Más allá de eso,si quieres ir con el Padre a informarle sobre esto,yo no me opondré...Yo fui con Él por un beso, seria muy hipócrita de mi parte pedirte que callarás-.
Finniel lo penso por unos segundos,y después de estos volvio a hablarle.
-No diré nada,es un asunto tuyo y de él,quizás ni debí venir...es que me impactó,pero no puedo decir lo mismo de las ángeles que estaban conmigo,una,Lilly-Naiel, se ve dulce y comprensiva,pero la otra Sintiel...-.
-¿Sintiel?-le interrumpió Miguel-Oh,vaya suerte la mía...esa joven es irritante y bastante chismosa...Oh ,lo siento,no debí decir eso,pero en realidad lo es...lo hecho hecho está,no se lo impidas si lo quiere exteriorizar...me haré cargo de mis actos como lo amerita mi rango,y el amor que siento por Luzbell.
Finniel asintió lentamente,demostrando una comprensión de las apasionadas palabras de Miguel,mucho mayor a la que en realidad poseía,pero con una firme decisión en esa enredadera mental,Miguel se había arriesgado por él,ahora era su turno de devolverle el favor.
Sintiel caminaba con paso decidido hacia la Zona alta,iba a metros de Finniel aunque él no lo hubiera notado,hasta lo vio parar en una de las puertas y esperar luego de tocar a que le abrieran,ella que solía ser mensajera aparte de aseadora ,conocía bien de quien era cada habitación en esa zona,y esa era la de Miguel.
Entendía lo que hacia Finniel ahí,es más él se lo había expuesto a ella y Lilly-Naiel,tocaría el tema de esa traumatizante imagen que vieron...pero a ella no podía importarle menos.Su motivación para estar allí,aunque enlazada a está, era de una clase muy diferente.
Lo entendió. Al ver a Miguel y Luzbell desnudos,y tan íntimamente abrazados,entendió que esa podría ser un buena medicina para lo que venia sintiendo hace un tiempo. Era complicado de explicar, un calor naciente en su bajo vientre cada vez que tenia cerca a Hariel,o cuando sus ojos carmesí recorrían atrevidos su cuerpo.Él era fuego,y ese fuego la había alcanzado,la estaba incinerando,y ese piel con piel que vio en ellos dos, parecia ser el remedio perfecto.
Llegó a destino y tocó la puerta con suavidad. Esta se abrio casi de inmediato, revelando a sus ojos color miel, la figura imponente de aquel que le causaba esos trastornos físicos.
-Sintiel...¡Que sorpresa!...¿Quieres pasar?-le pregunto Hariel con un sonrisa de esas que hacian que su cuerpo se le sublevara en anarquía total.
-Si-solo dijo ella y sin más entró moviendo con coquetería sus caderas.
-¿Acaso vienes a disculparte por dejarme plantado anoche?-le preguntó él con los brazos cruzando su amplio pecho y esa postura tan varonil que le hacia olvidarse de lo que le venia a decir-.
-Oh...no...no es por eso,lo siento, si,pero no fue mi culpa,tuve que cumplir con un encargo del Padre como le dije a Brisel que te avisará-.
-Lo hizo-le respondió Hariel-Pero eso no fue suficiente para calmar mi desazón...un, lo siento, de tu boca rosa suena mucho mejor-.
La forma tan sugerente en la que le dijo eso,hizo que Sintiel perdida en sus labios carnosos, terminará de decidirse en lo que habría de hacer.
-Siéntate Hariel,hay algo que quiero enseñarte-le dijo ella en lo que casi sonó como una orden,a la cual sin duda alguna el arcángel obedeció tomando asiento.
-¿Que es?-solo le pregunto frunciendo un poco el ceño ante la expectación.
Sintiel se mordió el labio inferior y lo miro intensamente,rechazando todo argumento que en su mente le advertía sobre lo equivocado de su proceder.Tomo las cinta superior de la túnica que la vestía y la desato en un santiamén.
¿Que quiero mostrarte?...Esto Hariel-le dijo.
Y la túnica cayó a sus pies.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro