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Capitulo XV.

Les dejo este capitulo,y aviso que hasta el lunes no subire otro,pues debo actualizar mis otras historias.Cariños.

Pd.Dedicado a Mari herondale 28,quien me pidió en Mercenarios conocer esta historia.



Sel observaba de reojo a su apuesto acompañante,pensando en como en un solo dia paso de verlo de lejos,y a veces a escondidas,a estar caminando junto a él como si nada,para compartir juntos una tarde de tareas.

Era hermoso,lo era.No solo por fuera,con sus lindos ojos avellanas, ese cabello que traviesamente le caia sobre la frente y esa sonrisa que era por si sola un poema,sino tambien por ese interior que se reflejaba en su dulce,educada y atenta forma de comunicarse.

En esto pensaba cuando vio que la caminata los llevó hasta una zona poco conocida por ella en los Cielos,el lugar de adoración.Este reposaba sobre un estrado de zafiro de un azul muy intenso con rebordes dorados,sobre esté cientos de butacas igual de doradas,estaban distribuidas para los integrantes de la orquesta y delante de ellas sobre una tarima de oro sólido reposaban las partituras y la batuta del Director.Aunada a esto ,se encontraba una habitación de un tono índigo oscuro,allí le explico Uriel,estaban todos los instrumentos usados,los repuestos,y los nuevos que eran creados por angeles artesanos,estos artífices habian sido los que lo convocaron para que catalogara el inventario,pues nuevas piezas estaban terminadas y debían ser incluidas al deposito.En realidad era un trabajo que Uriel debía haber delegado,pero que encantado de hacerlo,decidió llevar a cabo él.

Parada en la puerta abierta de esa habitación,Sel fue la primera en hacer un comentario.

-¡Son hermosos!Cada uno de los instrumentos es como una obra de arte,será emocionante hacer una clasificación para el inventario-.

Ella emocionada volteo su rostro hacia el encontrándose con su cándida mirada,lo que la hizo ruborizarse y mirar hacia abajo.

-Si,será una tarea entretenida sin lugar a dudas,creo que eres de las mias Sel...Amamos lo que a otros les aburre-le dijo y ella volvio a mirarlo, y le sonrió con timidez.

-Eso creo-solo articulo.

Acto seguido un ángel de cabello negro y alas anaranjadas,tosio detrás de ellos ,haciendo que se volteáran para observarlo.

-Lamento la interrupción pero debo informarte que a sucedido algo que no podemos resolver,y es casi un milagro que estés aquí para ayudarnos con ello-dijo el dirigiéndose a Uriel.

-¿Que sucedio?...No te entiendo-le respondio a su vez el arcangel frunciendo el ceño,a lo que esté contestó.

-Luzbell,el director de la orquesta, está indispuesto,no se siente bien y no podrá hacerse cargo de la adoracion en este dia-.

-Oh que pena-le respondio Uriel y luego continuó-Pero eso no es tan grave,seguramente podrá encargarse de ello Emanuel-.

-El tambien lo está...indispuesto...Falta una hora para el comienzo de la hora sagrada y no hay nadie que dirija-afirmó el otro ángel con cierto nerviosismo.

-Oh...es extraño...Pero bien, seguramente alguno de ustedes,los integrantes de la orquesta podrán suplir la falta-insistió Uriel.

-No...Solo un arcángel puede dirigirla,o en su defecto un Ángel mayor,no tenemos la jerarquía para hacerlo,ni siquiera para entonar las alabanzas,solo ellos dos lo hacen-.

Sel vio a el arcángel soltar el aire y mirar hacia arriba en un gesto pensativo,y luego como de pronto su mirada brillaba.

-Sel..¿Tú no dijiste que puedes cantar?-le preguntó,sorprendiéndola por completo.

Ella penso por un momento en que era tan tierno en haber prestado atención a sus palabras...al fin al cabo¿Que hombre hace eso?...Solo uno muy especial y despues entendió...¿Le estaba pidiendo que cantara para la Orquesta Celestial?...¡Santo Padre divino!...Eso ea demasiado para asimilar.

-¿Tú quieres que yo...?¿Que cante en la adoración de la hora novena?...¿Yo?...¿Es en serio?-.

-Si...¿Crees que puedas Sel?...Ya casi no hay tiempo,y yo no soy una opción viable,creeme no querras oirme cantar-decía Uriel un poco a ella,y un poco pensando en voz alta,y luego dirigiéndose al otro angel-¿Dirigir no debe ser muy difícil?¿O sí?-.

En respuesta el de cabellos negros solo encogió los hombros e hizo un gesto con su cabeza que pareció un,más o menos.

-Entonces¿ Estás conmigo Sel?-le preguntó el arcángel pidiéndole con su dulce mirada una respuesta-.

Ante eso Sel,inspiró profundo, se llenó de coraje y le respondio con decisión-.

-Lo estoy.

Unos minutos después,la ángel de mediano rango en las tareas de aseo,estaba ahí,en el lugar de adoración ,viendo llegar a los músicos que se ubicaban en sus lugares,mientras ella hojeaba las partituras y pensaba que sería casi imposible ponerse a la altura de un talento tan inigualable como el de Luzbell...pero lo intentaría.

Uriel se situó a su lado luego de un momento.Los dos se miraron con ansiedad,y luego a la obra que en conjunto debían interpretar,y al unísono suspiraron.

-Si logramos sincronizar la dirección como las miradas y los suspiros estaremos bien-comentó él,y esto la hizo reír brevemente.

Todo se dispuso como cada dia,sin falta,desde el comienzo mismo de la creación.

Con los nervios a flor de piel la joven ángel de alas coral,escucho el sonar de las trompetas que anunciaban la hora de adoración y leyendo los signos musicales ella comenzó.

Uriel por su parte con la batuta en mano comenzó una dirección que partía sobre sus conocimientos teóricos sobre el tema,que nunca hasta ese día concibio llevar a la practica.

La voz de Sel se elevo bellamente afinada y claramente sentida pues su amor por el Padre era por demas grande y sincero.La sinfonia dirigida por el arcangel se oyó algo discordante y confusa,pero muy voluntariosa,en un ritmo un poco mas acelerado del usual,que hasta se podia prestar a danzar,cosa que obviamente nadie haria alli,pero no por falta de ganas.

Cada un par de minutos,Sel miraba a Uriel buscando su aprobación,la cual él le concedió con un ligero gesto de su cabeza,y que ella devolvió con otro,reconociendo su esfuerzo aunque el resultado era algo peculiar.

Y así le hicieron frente unidos a esta tarea tan distinta a la que en comienzo los había convocado,pero no por eso menos entretenida.

Las últimas notas se dejaron oír, y luego la alabanza de ese día culminó.

-¡Cielos!...esa fue toda una experiencia-comentó Uriel ni bien finalizaron.

-Ni que lo digas...¡Fui la voz adoradora!...No me creerán cuando lo cuente en la Residencia-exclamó ella entre aplausos y saltitos de dicha.

-Lo harán,pues yo respaldaré tus palabras...Lo hiciste maravillosamente bien-la halago él con completa sinceridad.

-Gracias...y tú,bueno...¡Lo intentaste!-le correspondió Sel,igual de sinceramente.

-Lo hice...Nadie podrá argumentar lo contrario-sentenció entre risas,que Sel acompaño.

-¡Lo sabia!...¡Que rayos fue eso!-se escucho detrás y los se giraron para ver al autor de esas palabras coléricas.

Era Lumiel, quien los miraba con los brazos en jarra con una expresion nada agradable.

-Nuestra pronta solución a un problema...eso fue-le respondio Uriel sin amedrentarse.

-Quizás pronta,pero solución no creo-retruco la de cabello rojo,y luego agrego-¿Y las delicadas rubias 1 y 2 donde estan?...Odio admitirlo pero escuchar ese agravio auditivo,me hizo extrañarlos-.

-Oh Lumiel por favor,no les digas asi,es completamente irrespetuoso..Luzbell y Emanuel están indispuestos-.

-¿Indispuestos?-se rió ella-¿Y desde cuando nosotros nos enfermamos?...Que patética excusa...se habrán levantado con el cabello pajoso o con una uña quebrada-.

Sel la miro con desagrado,uno que la pelirroja debió notar porque al instante comentó en voz alta.

-¿Y ella quién es?...Oh espera,ya se quien es...la he visto limpiando en el templo...¿Que hace cantando aqui?...esto es insólito,primero el portero y la aseadora en el entrenamiento,y ahora en el lugar más sagrado otra ángel cualquiera...¡Que mal administrado está este lugar!...Voy a quejarme con Miguel-.

-Ya detente Lumiel¿Si?...Nuestras jerarquías no nos hacen mejores que nadie,saber respetar y estar solicitó para ayudar es lo que nos hace mejores personas-.

La ángel de cabello castaño notó que la arcángel rezongona se callaba, los miraba por un momento y luego se daba vuelta para marcharse,pero antes de retirarse volteaba su rostro un momento para decirle a Uriel.

-¿No vendrás a leerme?...Prometiste hacerlo después de tu descanso,sabes bien que no duermo bien si no lo haces-.

Uriel suspiro y pareció pensarlo,por lo cual Sel pensó en que ya era hora de marcharse cuando lo oyó responderle.

-No hoy Lumiel...Debes aprender a comportarte adecuadamente-luego le ofreció a ella el brazo para que lo tomara,mientras agregaba-Ven Sel,te acompañare a la Residencia.

Ella lo hizo sin dudar,notando que la pelirroja resoplaba y se retiraba velozmente,mientras pensaba aferrada al fuerte brazo de aquel ángel que la hacía suspirar,que si esto era un sueño ella no quería despertar jamás.

Iban a mitad del recorrido hacia la Residencia,cuando otro arcangel,el que ella sabía se llamaba Gabriel los intercepto.

-¿Sabes quien dirigió y canto hoy Uriel?-le preguntó este.

-Ella es Sel,ella cantó,y aunque no lo creas el que dirigió,fui yo-respondio el arcángel a su lado.

-¿En serio?...Pues el Padre dijo que fue...interesante-les informo Gabriel y con una inclinación de de su cabeza siguió su camino.

-¿Interesante?-se dijeron nuevamente a dúo,y hasta llegar a destino no pudieron parar de reir.

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