Capítulo V.
Hola.¿Como estan?...Confieso que yo un poco "depre"
No pude escribir nada en todo el fin de semana,pues el sábado se me borraron accidentalmente los dos primeros capítulos de esta historia.Dos que no tenía resguardados...y por lo tanto, perdi. :(
Vere si puedo sacarlos de mi mente de nuevo,para volverlos a plasmar...Pero los comentarios hermosos de ustedes los perdí...y eso me pesa mucho.Ya basta de quejas y llantos...Les dejo dos capitulos que espero no estén contaminados con mi estado decaído...si es asi me dicen.
Besos!!!
Luzbell avanzaba lentamente por el túnel tenebroso al que les abrio paso el portal.Ese que los sumergía en uno de los lugares mas temidos desde el comienzo de los tiempos,ese del que solo el nombre lograba helar la sangre,el que evocaba los mas temidos pensamientos y despertaba los terrores mas profundos.
El paso era lento,pues frente a ellos todo era oscuridad,una tan densa que no permitía ver nada mas que ese profundo negro.Y silencio,una absoluta reserva de sonidos marcaba la entrada al Averno,uno solo roto por la respiraciones un tanto agitadas de quienes lo acompañaban.
Delante suyo no veia a Miguel,pero percibia su presencia,escudandolo,resguardando cada uno de sus pasos.No necesitaba verlo,lo intuia,llegaba a sus sentidos ese aroma tan suyo frente al que sucumbia.
Miguel olía a Vainilla.El podía jurar que ese era el perfume de aquel ángel,la esencia de lo sencillo con un matiz embriagante.
Suspiro y aspiró profundo,como en obediencia a aquel pensamiento olfativo.
Estaba en el infierno llenándose sutilmente de la exquisita fragancia de Miguel...¿Donde había quedado su cordura?...¿Había extraviado su sensatez?...Eso parecia,si,eso debía ser.
Es que...¿ Como mantener intacta su coherencia cuando lo sentía tan cerca de él?...A solo tormentosos centímetros que bien podrían acortarse si su súplica interna fuera escuchada,si su ruego enamorado recibiera una respuesta...Estar apresado entre sus fuertes brazos..¿Cómo se sentiría saberse de otro?...Pues él anhelaba saberlo,saber cómo se sentiría ser de Miguel.
Como una silenciosa plegaria nacida en su interior...Él clamaba a el corazón ajeno que se dignara ver lo que en el suyo estaba produciendo...¿Acaso el órgano de sus latidos estaba ciego?...¿No podía ver que las sonrisas que le regalaba a su dueño eran distintas a todas las demás?¿Que las palabras se le perdían vergonzosamente cuando sus ojos verdes se posaban en los suyos?...Que lo...amaba...¡Oh Dios lo amaba!..,¡Lo amaba!
Amaba a Miguel...¿Y tuvo que internarse en el averno mismo para darse cuenta?...Parecía ser que el del otro ángel no era el único corazón ciego...o temeroso tal vez...¿Pero de que?Si el amor te daba alas que aunque cercanas al sol no se podían quemar,pues estaban formadas del mismo compuesto;calor y fuego.
Amaba a Miguel...¿Pero cómo decírselo?...¿Cuando?¿Podría acaso acaso articular las palabras necesarias,o terminaria penosamente murmurando frases incoherente entre lágrimas saladas?
Que importaba, su amor nunca se reiría de él...nunca le haría daño...Él lo había prometido y así lo haría...No lo dejaria jamas...Lo protegería de todo y de todos...Si,él lo creía...Por eso echaría fuera al temor...No hallaría morada en su ser...Ni habitación en su alma.
Estaba locamente enamorado...Ya no habia vuelta atras.
Pero aun en medio de su demencia romantica,todo su ser pedia por más.Queria sentir la proteccion de su mano sobre la suya.No es que tuviera miedo por estar incursionando en esa region de penas y quebranto...Su ansiedad tenia otro origen,y estaba conformoda por quienes lo rodeaban.
Podía sentir su repudio...Palpaba tangiblemente su desprecio.
Sabia la razon.La comprendia perfectamente.
Una supuesta predileccion del Creador por su persona,una preferencia que ellos resentian,no los culpaba,eso parecia.El Padre lo resguardaba en forma vehemente.Para él no era necesario mostrar su valor en las batallas que se presentaban ,o en distintas misiones arriesgar su entereza.No debia probarse a si mismo,ni a nadie de ninguna manera,solo le bastaba ser,y eso para su Padre era suficiente.
Esto le trajo el recuerdo de una tarde en la que meditando en estas cuestiones,él se lo pregunto.
-¿Padre,porque yo no soy enviado a las misiones?¿Ni convocado para combatir con mis hermanos en la protección de tu reino?¿Porque rara vez me llamas cuando se reúnen los doce?...No lo entiendo...-.
Y la respuesta de Él no se tardó,expresada con esa ternura tan característica de su ser.
-Luzbell,hijo mío...Cuando te creé,volqué sobre ti las cualidades mas bellas que encontré en el Universo.Plasme en tu piel la luminosidad de una estrella resplandeciente,y en tus cabellos las estelas de luz que dejan al extinguirse los cuerpos celestes.Tus ojos son del color del Cielo de la constelación de Aries,un reconocible celeste al inicio,pero que al variar y mutar constantemente termina convirtiéndose en una tonalidad indescriptible.
-Pero sobre toda hermosura...puse un sinfín de sentimientos en tu corazón.Eran necesarios...para que trasladaras esa multitud de emociones en tus alabanzas,para que transmitíeras ese sentir tan tuyo a cada alma que quisiera recrearse en ellas.
-Pero no lo preví,no preví que tanta sensibilidad...te dejaría expuesto,te dejaria tan vulnerable a ser herido o lastimado.Te di un don que te hizo frágil...Esta es la razón por la que te protejo tanto.Aun de tus hermanos,que sin intención,ni malicia pudieran llegar a provocar en tu alma un quebranto.
Él lo entendió ese dÍa,aunque ahora le parecia casi irónico.
Pues...Queriendo resguardarlo...solo lo aisló.
Queriendo que no sufriera...lo expuso al sufrimiento de sentirse rechazado.
Así era,creyéndolo favorecido sin razón lo dejaban de lado.Cuando el peso de este conocimiento cayó de nuevo sobre Luzbell busco a tientas en la oscuridad la mano de Miguel...y la encontró.
Suave,tibia,fuerte,segura.
Sintió un apretón leve pero lleno de la virtud de la paz que añoraba su alma ansiosa.
Nadie los veía,ni se imaginarían jamás que el mismo Miguel entrando al Inframundo,lo llevaba de la mano.Ese sería su secreto,como su sentir mismo lo era.
¿Pero por cuánto Padre amado debía callar él sus sentimientos?
¿Cómo silenciaría un amor que le gritaba por dentro?
Si el amor los había enlazado¿Porque deshacer el nudo?
Si el amor los había hallado a ellos...¿Entonces por qué esconderlo?
Finniel tenía el corazón saltando y bailoteando,esté cantaba y reía,aunque exteriormente no se permitía demostrarlo.
Iría en misión al mismo infierno.
Ayer,portero del templo.
Hoy,un ángel comisionado a una importante labor.
Caminaba al obligado paso lento que les demandaban las tinieblas,aunque hubiera deseado avanzar rápido,hallarse frente a frente con los rebeldes y con su espada desenvainada mostrarle a todos su mérito.
Ver complacencia en el rostro de Miguel,y aceptación en el de los demás angeles.Y sobre todo un-Si,he decidido que Finniel sea parte del Ejército celestial-de la boca del Padre.
Evocar todo eso le saco una sonrisa soñadora,y un tanto infantil...era un suerte que en esa negritud nadie pudiera verla.
La falta de sonidos era enigmática¿Estarían en el lugar correcto?penso Finniel.
¿Y los llantos y los ruegos?...¿Acaso los condenados pagaban su castigo en silencio?
No tenía respuestas,había tantas interrogantes en su mente.
Hasta que dos cosas en simultáneo y de pronto, lo estremecieron.
Una,fue una sinfonia que comenzó a orise lejana y escalofriante....no gritaban,ni lloraban,aullaban y gemian dolorosamente.Se oia el clamor de muchos en distintos dialectos,hombres y mujeres, haciendo que se le erizara cada vello del cuerpo y que el organo de vida palapitara en su pecho agitadamente.
-Ya casi entramos...Estén alertas-se oyó la voz firme de Abadón que iba delante de todos.
Su voz,una sin el más mínimo titubeo,temblor o agitación.
Esto le trajo a Finniel el recuerdo de la historia que oyó de la boca del Ángel mayor y consejero Siriel, en cuanto a eso.
Abadón tenía un nombre distinto a todos en los Cielos,porque él era entre los suyos,distinto a todos.
El Padre lo había creado con un motivo específico.
Al comienzo de la creacion,vastas galaxias y mundos habian sido habitados por los primeros seres vivientes que Él habia creado.No hizo a estos eternos,como luego a sus angeles,sino aunque longevos,eran perecederos y mortales.
Luego de crearlos, los dejo ser,pero no obtuvo con ellos al pasar de los siglos contentamiento alguno.Eran violentos,agresivos,ruines,no todos,pero sí muchos.
Asesinaban,herían,maltrataban,blasfemaban,hacían toda clase de maldades,aún desconocían la soberanía de un Dios por completo.
Esto sucedía en su vida,pero en su muerte era aún mucho peor.Pues al morir, sus almas impuras vagaban libremente infectando con su presencia maligna el lugar donde quiera que fueran.
Era necesario un castigo y una redención.
Entonces el Padre lo creo.Al Infierno, y con el a centenares de seres fuertes y frios,para que llevaran a cabo esta tarea.Los llamo demonios,criauras sin sentimientos,pero con una completa obediencia a su Creador,y una lealtad completa.
Pero aunque ellos eran aptos,no tenían la templanza para guiarse entre sí,sin un referente adecuado.
Y ahi llego Abadón,el angel de la muerte.De poco sentir,formado para no doblegarse ante el sufrimiento de los que lo merecian sentirlo, para que a traves de el sus almas fueran exorcizadas de la maldad y procedieran al arrepentimiento,y al llegar a esté recuperar la paz y la libertad,reposando en las alas del sueño eterno.
Finniel dejó de lado sus pensamientos para dejarlos en lo segundo que lo había alertado.
Un olor nauseabundo,una fetida peste.La fragancia de la muerte misma,en un almizcle torrído con el miedo.
Y al finalizar,frio,demasiado,tanto que se colaba entre sus huesos hasta llegar a los mismísimos tuétanos.
Frío,Hedor,oscuridad,y lamentos...El entendió que el conocimiento de aquel horror estaba cerca.
Pilly estaba algo inquieta,pero mas que eso impaciente.Creyó que llegarían y ya...estarían en el infierno mucho fuego,y gente sufriendo y demás...pero no.
Seguían en el pasadizo,aunque con mucho frio...¿Frio?...¿En el infierno?...Qué mal terminan contadas las historias cuando pasan de boca en boca.
Y esos quejidos horrendos...pero nada más que eso.
La advertencia de Abadón la previno y delante de ella,excalamaciones de sorpresa llegaron despacio a sus oidos.No entendio la causa,pues no se distinguia nada en aquella penumbra.
Camino un poco mas hasta que sintió una mano sobre su hombro,y unas palabras murmuradas en su oído.
-Pilly no temas,voy detrás tuyo,respira hondo,pasaremos el umbral y estaremos dentro...estoy contigo,tranquila-.
Era la profunda voz de Hariel, a espaldas suyas.Estas como un efectivo ansiolítico le produjeron el efecto deseado y necesario.Él estaba con ella,nada malo podía pasarle,el se encargaria de eso.
Y de pronto sintió un choque con algo intangible pero real,algo así como un campo de fuerza magnético.Sin dudarlo lo traspaso infringiendo un empuje leve.
El otro lado.
Sí que era caliente.Las historias de boca en boca a veces describían sólo la verdad.
Era un lugar enorme,y rocoso.En las paredes de piedra se dejaban ver miles de jaulas individuales,y en el centro un enorme lago de fuego hirviente rodeado de un circulo de tierra rojiza,y surcando está, mas lagos pequeños y personales.
Los habitantes de las jaulas aullaban de dolor mientras sus carnes eran laceradas por el intenso fuego que ascendía del piso y luego descendía, dándoles un respiro para expresar junto a su dolor,maldiciones y amenazas a su Creador,para después elevarse de nuevo,en una macabra repetición.
Los del lago,estaban algunos sumergidos por completo,hechos solo huesos que al contacto con la lava despedían un humo negro y maloliente.Otros arrastraban la mitad de sus anatomías,que era lo que les quedaba, con muchos esfuerzo para salir de ahí y reposar sobre la tierra,pero cuando casi lograban su meta,los demonios que los custodiaban los sumergían con sus lanzas de nuevo en ellas.
Era horroroso y escalofriante.
-¿Este es el quinto circulo?-le pregunto ella a el angel de alas negras que la precedía.
-No...este es el séptimo circulo la cuenca de los blasfemos y hechiceros oscuros-le contesto el con una tranquilidad para ella increíble.
-¿Blasfemos,y hechiceros oscuros? O sea, los que maldicen a Dios,lo niegan y hacen caer en sus engaños a otros,y los que usan las artes mágicas para fines perversos y malignos-le respondio ella un tanto feliz por haber prestado atención en esa clase de Magdiel,y no haberse quedado dormida como acostumbraba hacerlo.
-Así es Pilly...Rodearemos el lago y pasaremos al final de el hacia esa puerta,del otro lado esta el quinto circulo-le explico Hariel-.
-Oh, este es el séptimo,y allá el quinto...¿Y el sexto?-cuestiono ella...No era buena en matemáticas ,pero esa números no le cerraban-.
-Profundamente,debajo del lago...Homicidas y Violadores-sentenció el con seriedad.
-¿En serio?..¡Demonios!-dijo ella mirando aquel profundo pozo de fuego liquido-¡Maldita sea!
Al terminar de maldecir una voz conocida y molesta,tambien se hizo oír detrás suyo.
-Cuidado Pilly-kabiel...O propondre echen al fuego tambien a ciertas angeles maldicientes...-
Uriel agregó a su comentario una pequeña risa,que solo la hizo enfadar mas.
-¡Que insoportable eres!...Pero no temas...Ser un latoso serial no se castiga en el infierno.-le respondio ella muy ofendida...algo tenía él que la sacaba de sus casillas.
-Así que irrespetuosa tambien...Cuando lleguemos te quedaras un dia entero en el cuarto de reflexión,quizas asi entiendas la forma correcta de dirigirte a tus superiores-le contestó Uriel.
Pilly-kabiel entendiendo que se había metido en un lío por su boca suelta...otra vez,solo lo miro con un fulminante enojo,y se acercó un poco mas a Hariel.
-¿No dejarás que me envie al cuarto de reflexión, no Hariel?-le preguntó en un susurro lastimero,poco convincente salido de ella.
-Lo siento Pilly,pero no me meteré entre tu y Uriel...El es bastante molesto con ese tema...pero tiene razón,no puedes hablarle así...No comprendo la relación extraña que tienen ustedes,ni me pienso inmiscuir en ella-.
Resoplando molesta con los dos arcángeles, y consigo misma,Pilly-kabiel se fue delante de la fila con Miguel,Abadón y Luzbell.
-Bajaremos despacio...No pueden tocarlos...Así que solo ignorenlos...rodeen el circulo y caminen por el pasaje hasta la puerta-indico el ángel de alas de acero.
Ella asintió,aunque ninguno de los tres le prestara mayor atención a su presencia.
Abadon comenzo el descenso.La angel noto que todos extendian a el sus manos en ruego,pero como él dijo no podian tocarlo.
Miguel lo siguió,volteando cada dos segundos para ver a Luzbell que lo seguia detras caminando en la tierra roja con muchísimo cuidado.
Eso le pareció inusual...En realidad todo en ellos le parecían extraños.Aunque eran angeles como ella,no los sentia asi.Los arcángeles eran de una naturaleza diferente,y mas complicada.
Comenzó el descenso tambien,y noto que detrás Hariel se adelantaba al resto para quedar detrás de ella nuevamente y cuidarle las espaldas.Quizás por ese gesto le perdonaría su falta de defensa en contra de la reprensión del otro angel.
El pasaje era absurdamente angosto,y un tanto resbaladizo,temía terminar de cabeza en ese lago al que no se atrevía ni a mirar.
-Por favor...Piedad...Misericordia...¡Malditos sean todos ustedes!...¡Auxilio!... no puedo soportarlo más-.
Esos eran algunas de las palabras que les dirigían esos miles de condenados.
No tenia idea como hacia Abadón para soportar eso.
Delante suyo,vio que una mujer desmelenada,sin ojos en la cuencas y poca carne sobre los huesos...extendía a Luzbell su mano con una evidente insistencia.
-Soy Ariadne...La que todo lo ve, y te puedo ver...Bienvenido seas-le decía,fijando sus agujeros huecos en el.
Luzbell no dio indicio de prestarle atención,hasta sus próximas palabras dichas entrecortados quejidos.
-Seremos tu ejército...Corazón sin Dios...Te serviré, mi Señor...No naciste para servirle,al igual que nosotros-.
Y ahí él se detuvo y la observó, con una expresion en su bello rostro que ella no pudo interpretar,pero que se veía intensa.
-No soy un corazón sin Dios-escucho que le respondio con expresion seria-.
-Lo serás, cuando el lo arranque de tu pecho... y lo pisotee...Es tu destino,y nadie puede escapar de el...Nadie,Luzbell-.
Uno de los negros demonios intervino y le clavó la lanza para sumergirla en ese lago por completo,pero su mirada vacía lo acompaño mientras se hundía hasta que no quedó nada de ella a ala vista,mas que su dedo indice...aún señalándolo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro