Hola...ante todo,perdón por la demora.No he podido dedicarle a esta historia todo el tiempo que quería,ni a ninguna de las extensas,solo he subido historias cortas.Prometo ponerme pronto al día,con Tú,Vuelves,y por supuesto esta,que ya se termina.
Espero darle el fin(Las cuatro partes restantes,última del capitulo final y tres del epilogo)antes de terminar el año.
Gracias una vez más por sus lecturas,votos y comentarios.Los valoro mucho.Cariños.
Aquel atípico encuentro conllevaba una tensión que podía palparse.Se decidirían en este muchos elementos importantes del futuro de los presentes,y del mismo Universo también. El primero en mover una pieza iría adelante en el juego,y por supuesto ese primero no pudo ser otro más que Luzbell.
Con su andar felino y sensual él se acerco lentamente a Ciclio. En su mente sabia a la perfección que su aceptación o rechazo eran factores determinantes,por eso no opto por ninguno,hoy fisuraría la opinión de muchos,apartando el nombre que porto orgulloso por siglos,para darle una oportunidad a el clamor de su corazón.
-No tiene sentido¿No lo crees,Centinela?-fue lo primero que le dijo enfocando el impetuoso mar de sus ojos celestes en la mirada calculadora de aquel milenario ser-.
-¿Te refieres a tratar de engañar a alguien que te lee el corazón?¿Que anticipa todo ardid, y conoce de antemano cualquier movimiento?...No,tienes razón...no tiene sentido-le respondió Ciclio con una sonrisa de lado-.
-Por eso no voy a intentar nada de aquello...No perderé mi tiempo en engaños...aunque sabes que amo idearlos-le dijo con un gesto travieso que hizo al otro ampliar su sonrisa-En cambio...Me dirigiré a ti con la pura verdad,una que me dolerá articular mas que cualquier mentira o enredo-.
Luzbell se detuvo y aspiró profundamente. Había atrapado la atención del Centinela...ahora usaría cada palabra con un metódico cuidado,como si fueran saliendo de su boca saetas certeras decididas a dar en el blanco.
-No alcanza,y no sirve-comenzó él,y Ciclio frunció el ceño-No alcanza,ni alcanzará nunca lo que arrebates,o lo que obtengas...Nunca sanaras la herida con ello...el dolor no se cura con lagrimas ajenas,y eso yo lo se bien.Como se que no sirve para aplacar esa sed de venganza,esa ansia de hallar culpables y castigos,para no darle tiempo al corazón para reconocer que quizás el único culpable eres tú mismo,y el único castigo es al que te haz condenado obligándote a no olvidar,a no perdonar,a no dejarlo ir-.
Ciclio se rió suavemente,pero Luzbell,que no necesitaba su poder para reconocer la afectación en los ojos ajenos,lo miro con intensidad y siguió con su crucial discurso.
-Si,debe ser gracioso,pero es la verdad...una que no he querido ver,y que me haz obligado a aceptar en medio de este brete en el que nos haz metido...Desde el día en que jure hacerlo pagar no conocí nunca mas la paz,ni la satisfacción,ni el contentamiento...Mira mi corazón-lo instó Luzbell,apoyando uno de sus largos dedos en su pecho-¿Quieres ser como yo?¿Anhelas mi mismo destino?...Con cuanta premura entregaría yo los aberrantes títulos que he obtenido,y las victorias vacías que he logrado, para tener la ocasión de decidir bien...de cambiarlo todo-.
-¿De que me estas hablando Luzbell?Eres aquel cuyo nombre los hombres temen...Por el que tiemblan los grandes,y crujen los dientes los fuertes.Eres el que se atrevió a levantarse,a oponerse,a elevar su voz en contra de quien jugaba con los hilos de tu vida como un diestro titiritero...-le recordó Ciclio alzando su voz con ímpetu ,pero él lo interrumpió-.
-¿A que precio?...Mírame...Mi pasado no te es oculto...Perdí todo lo que tenia valor para mi,induje a los míos a seguirme en una rebelión abierta...¿Sabes a cuantos de ellos vi morir para satisfacer mi afrenta?...Graciel reía siempre,le gustaba jugar bromas,Siriel era admirado y respetado,Qirel servia en el templo con dedicación...Y Emanuel...-dijo y se le quebró la voz-Él era mi amigo...Traicione,mentí,asesine,me sumergí profundamente en todo lo inmoral y depravado...¿Y que logre con eso?...Ser un nombre...la insignia de la rebeldía,el emblema de la maldad...No...perdí todo,no tengo nada....nada mas que...-.
-¿A Miguel?¿Al amor?-le interrumpió Ciclio-Luzbell,ese sentimiento no es para seres como nosotros...Nos aleja de nuestro verdadero destino,nos desvía de nuestro propósito...Entiendo a la perfección lo que me dices pero...¿Que hay para mi si vuelvo sobre mis pasos?...¿Una condena a muerte,cuando nunca supe que era la vida?¿Misericordia y volver a esa prisión eterna....viéndolos vivir,y conociendo como se siente solo de lejos,mientras yo solo soy un observador perpetuo?...No,ninguna de esas opciones me atrae...y no hay otra-.
Luzbell oyó el pesar en la ultima frase y no dudo en acercarse mas a él para mostrarle su error.
-Te equivocas,si la hay.Ve con Él...expresale lo que sientes...Si yo lo hubiera hecho en su tiempo...pero no lo hice,tu tienes la oportunidad ahora. Miguel siempre me ha dicho que nunca lo conocí realmente,que el Padre es inmensamente comprensivo y piadoso...Que yo siga con vida,debería demostrártelo...Ve,Ciclio,aún no es tarde para ti,haz hecho mal,pero aun puede remediarse...Si tú lo enfrentas con tus verdades...yo tambien lo haré-.
Se hizo un silencio entre ellos,era el silencio de la reflexión de uno,y de la esperanza del otro.Fue el Centinela rebelde quien lo rompió.
-No...no se que decir,no esperaba esto...No eres como pensé...-
-Lo soy-lo interrumpió Luzbell-Pero ya no quiero seguir siéndolo...Solo quiero amarlo...No hay en mi mayor deseo que ese...Y si para lograrlo debo quebrar mi orgullo y abrir mi corazón sinceramente,lo haré...Ese tonto de cabello rojizo y pose de héroe es absolutamente todo lo que anhelo...Por eso lo haré...¿Porque lo harías tú?-.
Ciclio pareció meditarlo por un segundo,bajando la cabeza.Al elevarla tenia una inescrutable sonrisa.
-Para que sepa lo que he ocultado...Lo que me dolió terriblemente...Para que sepa que se equivoco,que no fue justo condenarme a una vida como esa...que la labor que me dio fue una sentencia cruel para un crimen que no cometí-.
-Entonces...díselo...Te acompañare...Como bien sabes,los arcángeles nos están vigilando,les pediré que nos escolten hasta los Cielos-le comunico él-.
Otro segundo interminable precedió a su respuesta.Una que llego en un susurro.
-Si,lo haré-.
Luzbell asintió complacido,y a la vez algo incrédulo. Imaginaba ese final entre espadas,sangre y una que otra cabeza volando por los aires,pero este,aun siendo orquestado por él,lo tomo por sorpresa.
Camino de nuevo hacia donde Dennis y Jayán esperaban.Al llegar hizo una seña con su cabeza a la distancia,sutil y minúscula,pero entendida por quienes velaban por él al instante.
-¿Que sucedió?...¿Le saco la cabeza, hermosura?-le inquirió el otro Centinela tomándolo de un brazo-.
-No Jayán,no sera necesario...Pacte con él algo diferente-le explicó Luzbell, y luego suspiro antes de continuar-Me vigilan...los arcángeles vienen en camino y estoy seguro que ya avisaron a las huestes...Serán cientos,quizás mas...Ame nuestro reencuentro pero...temo que llego a su final-.
Al oírlo Jayán hizo una mueca de puro enojo,y volteo hacia atrás. Efectivamente cuatro arcángeles volaban hacia ellos.
-¡Huye conmigo!...Te protegeré y te amare como nadie...Vamos mi ángel,no hay tiempo-le urgió asiéndolo también del otro brazo.
-No puedo...Debo comparecer ante el gran trono blanco...Vete antes de que lleguen y te apresen-le pidió en un susurro,antes de dejarle un pequeño beso en los labios-No soportaría ver eso...Quizás el destino vuelva a reunirnos,esperare con ansias por ello-.
Jayán asintió,y se elevó por los aires con la rapidez de un rayo. Luzbell sonrió. El gigantesco hombre lo exasperaba,pero quiso darle la ventaja de un escape,al fin y al cabo este había estado dispuesto a ayudarlo,y aunque se estaba jugando el todo por el todo con Miguel...nunca estaba de mas tener un as bajo la manga-.
-Es un idiota-dijo el conocedor detrás suyo,riendo a la vez un poco-¿Como haces para convencerlo siempre?.
Luzbell le sonrió a Dennis, y encogió los hombros suavemente al responderle.
-Es fácil,él desea creerme-.
Unos segundos después Miguel,Hariel,Uriel y Pilly descendían lentamente delante de ellos.
Miguel fue el primero en acercarse, y casi corrió hasta donde estaba Luzbell y lo rodeo con sus brazos.
-Gracias al Padre estas bien-le dijo en un aliviado suspiro-¿Porque besaste a Jayán antes de que se fuera?-.
Luzbell no pudo evitar reírse por el acongojado cuestionamiento,pero fue Uriel quien hizo un comentario sobre el.
-Si¿Porque lo besaste Luzbell?...Eso es lo que más nos preocupa...No,que sucedió con Ciclio,ni si tendremos que que enfrentarnos por él a un posible apocalipsis...Solo conocer tus razones para ese último beso-.
Miguel entrecerró los ojos y lo miro con fastidio,luego se giro para ver a su amor quien observando a los otros tres les aclaró el nuevo panorama.
-Hable con Ciclio,lo hice entrar en razón. Ha decidido ir conmigo a la presencia del Padre para manifestarle sus desacuerdos,acción que yo tendré que enfrentar en primer lugar,pues fue eso lo que acordamos-les explicó y luego se volteo hacia Miguel, para responder su pregunta-Bese a Jayán como gesto de despedida ,y de paz entre nosotros,solo eso mi amor-.
Miguel asintió,y junto a Pilly y Uriel se aproximó al Centinela que solo observaba a la nada con actitud pensativa.
Hariel se quedo intencionalmente rezagado y cerro la distancia que lo separaba de Luzbell para hacerle un comentario.
-¿Así que solo un beso de paz?...Creo que yo vi mas que eso mientras te vigilaba-.
El cuestionado dejo escapar un suspiro,antes de contestarle bajando el tono de su voz.
-Lo se...gajes del oficio creo...No se lo digas a él¿Si, Hariel?...Ya viste como se puso por un simple beso-.
Hariel negó con la cabeza y sonrió con picardía.
-No lo haré-le aseguró-Te he visto hacer cosas mucho peores sin inmutarme así que una simple...motivación oral,no va a quitarme el sueño...aunque debo decir que te veías muy sensual haciendo eso-.
Luzbell se acerco mas a él y le susurro su respuesta al oído.
-Siempre me veo sensual...que pena por ti Hariel...Perdiste tu oportunidad conmigo-.
Hariel lo miró con el ceño fruncido y rompió en una sonora carcajada, que Luzbell acompaño con una de sus delicadas y pequeñas risas.
Poco después, los cinco volaban hacia los Cielos,habiéndose despedido de Dennis. El viaje fue en un completo silencio,nacido de sus diversos motivos,aunque todos compartían uno,la expectación de ver el final de toda esa travesía.
Miguel descendió primero,detrás de él lo hizo Luzbell, quien con su presencia dejo a todos los angeles visiblemente consternados. Hariel y Uriel escoltaban a Ciclio, y Pilly venia detrás de ellos.
Caminaron hacia el templo precedidos de murmullos y miradas incrédulas y confusas.
Antes de llegar, la encendida melena rojo fuego de Lumiel se hizo notar ante ellos,saliendo del interior de la santa estructura.
-Luzbell-lo saludó al reconocerlo-¡Que singular placer volver a verte!...¿Que fue lo que hiciste ahora?-.
Luzbell batió sus largas pestañas en un gesto de asombrada inocencia que la hizo reír y luego le contesto.
-Nada¡Que mal concepto tienes de mi!...Quizás alguna que otra diablura, pero nada serio...solo vine a dialogar con el Creador...¿Sabes si se encuentra?-.
-Siempre esta para los sinceramente arrepentidos,así que...no,no creo que lo encuentres-le respondió algo altiva,y luego fijo su mirada en Uriel-Cuando termines con esto,tú y yo debemos hablar-.
Al terminar de decir aquello,solo hizo un gesto con su cabeza en señal de saludo,y se marcho moviendo seductoramente las caderas.
Ellos continuaron,subiendo las escaleras con premura,en la entrada los recibió Abadón con su habitual gesto adusto.
-Solo tú-le dijo a Luzbell con expresión seria-Los demás esperen aquí,cuando él termine sera tu turno Centinela-.
Todos asintieron,Luzbell respiró profundo antes de darle una ultima mirada a Miguel para recuperar fuerzas.Este le hizo un gesto de aprobación y le guiño el ojo con complicidad.Luego de eso,se abrieron las colosales puertas,y él,el príncipe de las tinieblas,el dragón,la serpiente antigua,el padre de las mentiras....cruzó la puerta.
Pilly y Hariel se marcharon para esperar en la Zona alta la decisión del Padre en cuanto a esta, su primera misión. Uriel los acompaño hacia el interior,pero luego los dejo para ir en busca de Lumiel ,para tener esa pospuesta y necesaria charla. Miguel se quedo afuera del templo con Ciclio,esperando,deseando,temiendo,y rogando.
Pasaron horas,fue una cita extensa.Los nervios de Miguel no lo dejaban estarse quieto,así que caminaba de un lado al otro,en actitud muy distinta a la de Ciclio,quien permaneció todo el tiempo callado e inmóvil.
Al fin,tras ese inquietante tiempo,las puertas se abrieron y su ángel emergió tras ellas.
Miguel lo miró,tan diáfano como los primeros rayos de la aurora.Celestial,mas allá de sus hechos,luminoso a pesar de la oscuridad que por tanto tiempo había albergado.
Volvió a enamorarse de él,como aquella primera vez que sostuvo su mirada con la de aquel que mas que enamorarlo, le apresó el alma,lo cautivó eternamente,se le introdujo en el pecho anclándose a su corazón,se le grabó en las retinas haciendo refulgir en brillantez su mirada,se le coló en los huesos,se hizo una porción de su carne.
No importaba el veredicto.No volvería a extraviarlo.Si debía vestirse de deslealtad, la vestiría orgulloso,a la vez que lo tomaría de la mano para llevárselo lejos.Nunca nadie volvería a lastimar a su Luz,él seria en verdad lo que una vez le prometió,su héroe ,su caballero,su guardián alado,su campeón .
Luzbell se detuvo en el primer escalón y lo miró.Si él lo miraba así,tan intenso,tan pasional,tan entregado,para Miguel no existía nada,la integridad de las cosas se desvanecía como si no tuvieran importancia. Y él,su perfecto amor,era el único constante.
-Oh mi Luz,como te amo-quiso gritarle desde abajo,pero sabia que debía callar y dejar que el ser mas hermoso sobre toda la Creación fuera el que tuviera la primera palabra.
Retuvo el aire intentando leer el dictamen en aquellas pupilas luminiscentes,pero él se lo ocultaba,aunque pasados unos segundos comenzó a evidenciarlo al fin,en el sutil movimiento de la comisura de sus labios rojos que esbozaban una sonrisa pequeña.
-Él dijo...-comenzó,y Miguel supo que aun le costaba decirle Padre-que me daba su perdón...No volveré a ser ángel,pero me permitirá conservar las alas...Y estaré bajo tu custodia por toda la eternidad...¿Como dijo?...Con una supervisión alerta e incesante.
Mientras lo decía, descendía despacio,y todos los ángeles que caminaban alrededor se detuvieron a observarlo.La elegancia con la que él se movía,la seguridad,la gracia...era imposible no admirarlo,no tildarse o perderse al son de los acordes que marcaban sus piernas largas.
Era de él,le pertenecía,y estaría eternamente a su lado.Deseo gritarlo y que todo el que tuviera oído lo oyera,pero espero,notando en su mirada que aún no terminaba.
A solo dos escalones de él,se detuvo. Ciclio fue llamado por Abadón y ascendió lentamente.Era vital esa reunión,pero Miguel no pudo darle la debida importancia,su amor con las manos en la cadera,su cabeza ladeada,su cabello platinado cayendo sobre su figura como las traslucidas corrientes que acarician entre las cascadas a las rocas,comenzaba a formar en su boca de durazno palabras que él supo serian para ellos determinantes.
Antes de oír la primera silaba,supo que esa poderosa querencia se estaba desbordando de su corazón,y tambien entendió algo mas....que se moría de ganas de hacerle el amor.
-Dijo tambien...-completo Luzbell finalmente-Que tú y yo debemos casarnos,para darle santidad y respeto a los sentimientos que compartimos-.
Miguel sonrió,no,no era una sonrisa,era la expresión misma de la completa dicha, que un gesto como ese era deficiente para manifestar.
-¡Si!-casi gritó sin verguenza-¡Ya!...donde quieras y como prefieras-.
-Padre-dijo,notándose el monumental esfuerzo al pronunciarlo-Dijo que él nos enlazara cuando termine con Ciclio...Aunque,yo aún no he decidido hacerlo-.
Miguel se quedo estupefacto por un momento,y luego vio ese brillo juguetón en sus ojos y supo que su ángel quería que le siguiera el juego.
-¿No? ¿Y que necesita el dueño de mi corazón para convencerse?-le preguntó con ansias mas que evidentes-.
Luzbell levantó una ceja y sonrió con coquetería.
¡Iba a enloquecerlo con esos gestos!...¡Y por todos los cielos que él se permitiría perder la cabeza!
-Que me lo pidan-le contestó simplemente.
Miguel asintió. Luego observo a su alrededor. Muchos angeles curiosos se habian reunido. Decidió hacer lo que nunca antes se había atrevido.
-Quiero que todos escuchen mis palabras...que presten atención a mi declaración y propuesta,pues es la absoluta verdad de mis sentimientos,unos que no volveré a callar,y que al contrario, gritare a los cuatro vientos-.
Luego miró hacia el frente y subió un escalón más,quedando a solo uno de su amor.
En este hincó una de sus rodillas, y levantó sus ojos verdes a los celestes por los cuales daría la vida.
-Luz...Mi Luz...te amo de una forma de la que aún no se conocen palabras para enunciar,he esperado por ellas,pero mi sentir es tan grande,que quizás nunca existan...así que dejaré de buscarlas y te lo diré con sencillez.Eres el único que ha ocupado este lugar en mi corazón,ese espacio es tuyo,como yo lo soy.Jure amarte para siempre un día,y créeme, aunque fui...como no te cansas de decir,un cobarde que traiciono sus propios sentimientos,nunca rompí ese juramento,jamas,ni un día,ni una hora,ni un minuto,ni un segundo...deje de amarte,mas bien obligado a ocultarse entre las sombras,este sentir solo pudo aumentar,extender sus ramas y echar raíces.¿Me darás el gozo supremo,mi dulce amor?...Unirás tu vida a la mía por todos los días que nuestro Creador nos dé...Luzbell ¿Querrías casarte conmigo?-.
Una exclamación en conjunto se escapo de los presentes,y un par de lagrimas de Luzbell, que descendieron de sus cerúleas pupilas y ondearon en su nívea mejilla,decididas a morir entre el capullo de sus labios entreabiertos.
Luzbell inhalo profundo y sonrió sin dejar de mirarlo.
-Debo pensarlo-le dijo mirando distraidamente de lado,a lo que Miguel riendo rodó los ojos-.
-Si-aceptó, luego-Si,quiero casarme contigo Miguel...He deseado ser tuyo,desde la primera vez que me obsequiaste una de tus miradas tiernas-.
Con un pequeño sollozo de jubilo escapándose en una ligera risa,Miguel se puso de pie,subió ese último escalón,y estando frente a él,lo tomo de la cintura y le beso los labios.
Se deleito en aquel manjar que se le ofrecía dócilmente,aspirándolo,degustándolo,bebiéndolo,queriendo llenarse de su esencia,ansiando la perpetuidad a su lado.
Aquel beso no duró tanto como hubieran deseado,demasiados espectadores escandalizados.
Miguel lo tomó de la mano,y pasando en medio de aquella atónita concurrencia,lo llevo hasta donde terminaba aquel patio. Allí, abrió con una mano extendida uno de sus portales.
A Luzbell se le escapo una risita cuando estuvieron del otro lado.Ese galaxia seria siempre su refugio,la que atestiguaría que en ella,dos arcángeles de Dios... se habian atrevido a enamorarse.
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