Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo final(Segunda parte,fragmento 2)


Aquí les dejo el otro fragmento del segundo capítulo.La imagen de arriba,el bello y peligroso príncipe de las tinieblas.

ADVERTENCIA: CAPÍTULO MUY SUBIDO DE TONO.



-¿Porque lo callaste?¿Porque nunca me compartiste tu sentir?...Era tu mejor amigo-le cuestionó Hariel a Miguel luego de que este le relatara sobre el oculto amor entre él y Luzbell.

-Temor...algo de vergüenza,no lo se bien,solo se que no maneje bien lo nuestro en ese tiempo....Los doce eramos como hermanos Hariel,reconocer mis sentimientos no fue una tarea sencilla,y mucho menos después, cuando él se reveló y se convirtió en pura venganza.Tuve que callar, esconder,y olvidar...Sufrir en silencio,y poner en espera a mi corazón -le confesó Miguel-Pero no lo haré esta vez,no permitiré que la incertidumbre me lo arrebate-.

Hariel asintió,y le compartió una sonrisa de aliento,luego volvió a posar su mirada en el largavista que habían conseguido, pues la distancia desde donde los cuatro vigilaban a Luzbell era bastante extensa.

-¿Ya llego?-le preguntó el líder angelical un par de minutos después.

-Esta llegando,ya,tranquilízate -le pidió Hariel.

-No puedo sabiéndolo en riesgo...No se si fue una buena idea dejarlo exponerse solo al Centinela,y además no entiendo porque no puedo ser yo el que lo vigile-se quejó Miguel algo irritado.

-Él lo pidió,lo que debe llevar a cabo es una especie de juego de seducción,si sabe que lo estas mirando no podrá hacerlo,o tú te enloquecerás,iras a buscarlo,y arruinaras la estrategia-.

Miguel bufó.Era verdad que verlo seducir a otro hombre no le seria una imagen fácil de ver,pero él sabia contenerse¿No lo había hecho durante siglos?...Pero algo le decía que ahora era distinto,que ese coqueteo,sabiéndolo suyo,seria una prueba que quizás no superaría.

Decidió callar y esperar.


Luzbell avanzó por la entrada de piedra negra con pasos cuidados y lentos.La puerta esta entreabierta,indicio claro del ego de aquel titánico hombre que creía que nadie osaría hacerle frente.

La traspaso con sigilo inspeccionando a la vez todo a su alrededor.La mansión de Jayán era lujosa e impresionante.Rodeada de enormes ventanales de cristal que contribuían a la observación de quienes,lo cuidaban desde lejos.

Aún seguía buscándolo,cuando escuchó su voz.Profunda,potente,y siempre amenazante.

-¿Que intentas entrando a hurtadillas?-.

Luzbell caminó en dirección adonde lo había escuchado, y al fin pudo verlo, sentado en un amplio sillón de cuero nacarado en una esquina del salón con sus ojos blancos fijos en él.

-Sorprenderte,solo eso...¿Lo hice?-le preguntó con una sonrisa coqueta-.

El Centinela tambien sonrió al notarla, y se puso lentamente de pie para luego comenzar a acercársele.

-Completamente mi dulce estrella. Creí que aún eras cautivo de las regiones celestes-le expresó deteniéndose a unos metros de él.

-Lo era...Pero los estúpidos ángeles del Padre me liberaron-respondió Luzbell con tono de burla.

-¿Nunca aprenden ,no?-le inquirió Jayán en un malicioso susurro, al que él respondió con otro.

-Nunca-.

-¿Y que te trae a mi morada, mi bellísimo ángel?...¿Acaso me añorabas...o tiene algún motivo secreto tu visita?-continuó interrogándolo.

-Un poco de las dos cosas-le contestó ladeando su cabeza en un pensado gesto seductor-Te extrañaba Jayán...Sabes que te tengo en gran estima,y si,también vengo a pedirte algo-.

-Déjame adivinar...¿algo relacionado al elemento?-arriesgó el centinela,con una seguridad en sus ojos que no traslado a sus palabras-.

-Que perspicaz...Si,me llegaron rumores sobre lo sucedido en la Constelación de Virgo...Y pensé que tal maravilla podría ser de gran utilidad en mis planes de venganza-le explicó sin dar mayores detalles-.

-Supuse bien entonces...¿Pero porque el Caído mas poderoso que ha existido viene a pedirme ayuda y no busca arrebatarlo por si solo?...Yo cobro por mis favores y tú lo sabes bien-le advirtió en un tono algo lascivo que no daba lugar a dudas sobre cual seria el cobro que le pediría a él.

-Lo se,y estoy dispuesto a pagar el precio que me demandes...¿Quieres saber porque te lo pido?...Me quitaron todo,no tengo mi poder,ni mi fuerza...Y solo me devolvieron las alas para que los ayudara en una de sus misiones mal pensadas.Necesito tu fuerza-dijo haciendo énfasis en esas palabra-También tus contactos... Te necesito para que Dennis me de el conocimiento,y para arrebatarle el elemento a Ciclio...Jayán...¿Vas a ayudarme ?-.

El gigantesco hombre lo miró,lo escudriño con intensidad y después le respondió acercándose unos pasos mas.

-Si me gusta lo que ofreces,podría plantearme el hacerlo-.

Luzbell aspiro profundo e hizo su primera oferta.

-Cuando tenga el elemento y lo controle todo,seras mi segundo al mando,tendrás todo el poder y la potestad que quieras...No te negare nada-.

-Buen intento-le admitió Jayán-Pero los juegos de poder no me atraen Luzbell...en cambio hay otro tipo de juegos que si lo hacen,y mucho-.

Sabiendo que solo tenia una cosa por la cual el Centinela aceptaría,él finalmente la ofreció.

-Mi cuerpo...Rendido para que me uses a tu placer y antojo-.

Un brillo cruzo la blanca mirada de Jaýan. Era el resplandor de la lujuria carnal,la que se desbordo obscenamente al darle su respuesta.

-Uhmm...Ahora si estamos hablando...Entonces,quítate la ropa y déjame cobrarte mi pequeña delicia-.

Luzbell oyó la petición y no pudo evitar reírse antes de responderle.

-¿Pagarte por adelantado?...No lo creo Jayán,no soy tan iluso para creer que luego cumplirás con tu parte.

-Me duele tu desconfianza Luzbell...¿Y sabes algo?-le preguntó acortando tanto la distancia entre ellos,que Luzbell sintió su musculoso cuerpo pegado al de él-Podría tomarte ahora a la fuerza,y no habría nada que pudieras hacer para evitarlo-.

-¿Pero me querrías así?-se arriesgó Luzbell-Sometido y dominado en medio de lagrimas y sollozos-.

Al ver la expresión morbosa en el rostro de aquel hombre Luzbell supo que había escogido sus palabras espantosamente mal.

-Ohhh...No suena nada mal-confirmó sus sospechas-Es más,me haz hecho enardecer con esa perspectiva...Creo que esa opción me ha gustado muchísimo-.

Al terminar de decir esto lo tomo de los brazos y lo volteo con una facilidad alarmante, para volver a apretarse a su cuerpo pero esta vez desde una mas peligrosa posición.

-¿Si?...Pero no preferirías en cambio que me entregara dócilmente a ti-Continuó él,intentando no mostrarse alterado-Que susurrara con placer tu nombre mientras me posees,tenerme despacio y lento,saborear sin prisas cada espacio de mi cuerpo-.

El otro detuvo sus avances,y su pervertidas restregadas contra su trasero para lo que le pareció, era pensar en esa nueva oferta.

-Si,creo que me gusta mas eso-resolvió dando un paso hacia atrás,acción que Luzbell aprovecho para voltearse-Si,tú,la creación mas sublime del Padre rendido ante mi para ser usado para mi deleite personal...Si,eso me complace mucho más-.

Un suspiro de alivio se le escapo a Luzbell,que pasados unos segundos volvio a dirigirse a Jayán otra vez.

-Bien, entonces tenemos un acuerdo...llévame con el Conocedor.Cuanto antes logre lo que deseo,antes tendrás lo que deseas tú-.

Ante su sorprendida mirada el Centinela se comenzó a carcajear sonoramente.Él,con la consternación reflejada en su pálida tez,no tardo en preguntarle la causa.

-¿Se puede saber de que te ríes?...¿O es acaso una broma personal?-.

Jayán acerco su mano a su mejilla y la acaricio lentamente,al mismo tiempo que controlaba su risa.

-¿Quieres saberlo belleza?...Me rió de tus ingenuas suposiciones-le contestó-¿Crees que pondré en tu mano el mayor poder que existe,y solo esperare que al tenerlo te me entregues?...Oh no mi dulce ángel...Quiero un adelanto.Mira como me haz dejado con tus insinuaciones y propuestas...Antes de que nos marchemos tendrás que aplacar mi ardor...Decide tú la manera-.

Luzbell controló las mil coloridas maldiciones que le danzaron en la lengua,y entendiendo que no tenia otra salida mas que esa,comenzó a arrodillarse delante de la monumental anatomía del Centinela,pero antes de hacerlo por completo este lo detuvo. 

-Oh espera...No así,házmelo sin prenda alguna...deja que me recree en lo que acabo de adquirir-le pidió mientras acariciaba su largo cabello.

Luzbell maldijo a los condenados ventanales que al principio agradeció, y que ahora odiaba por dejarlo expuesto a las miradas en medio de tan denigrante tarea.

Sin oponer resistencia se desnudó,con la desagradable vista de Jayán relamiéndose como un carnívoro con una deliciosa presa.Y así"aplaco su ardor" retorciéndose por dentro mientras por fuera se mostraba tan sumiso como su aliado quería.



A la sorpresiva exclamación de Hariel,Miguel frunció el ceño y le preguntó con urgencia.

-¿Que?...¿Que viste Hariel?...¿Acaso le hizo algún daño?-.

El cuestionado ángel lo miró por un segundo pensando en que tanto era conveniente decirle.

-Uhmm no...Él,parece estar convenciéndolo muy eficazmente-.

Miguel exhalo aliviado,y negando con la cabeza le reclamó.

-¿Solo por eso me sobresaltas?...Luzbell es bueno con las palabras-.

-Si,definitivamente lo es con la boca,de eso no me cabe duda-.le respondio algo esquivo.

-¿Que significa eso?-volvió a cuestionarle-Hariel ¿Me ocultas algo?...Si sigues con tus revelaciones a medias,iré allí y lo comprobaré por mi mismo-.

Hariel titubeo ante su advertencia,pero luego de volver a mirar,lo tranquilizo con su nueva noticia.

-No lo hagas,parece que todo salio bien...Ya se marchan-.




-Creo que acabas de enamorarme corazón...En este momento te bajaría las tres lunas que brillan en este cielo y las pondría a tus pies...Tienes un talento natural para la lujuria...Y ¡Demonios!...¡No hay nada mas hermoso que tú!-expreso un satisfecho Jayán luego de recibir su adelanto.

Luzbell se adecento volviendo a vestirse,y mientras lo hacia respondió a su comentario.

-Jayan,si me dieran una moneda de oro cada vez que escucho eso,tendría tal tesoro que en vez de intentar apoderarme del reino del Padre,se lo podría comprar fácilmente-.

Como habituaba el Centinela se carcajeo con desenfado y luego volvio a acercarse a Luzbell para, tomándolo de la nuca, estamparle un tosco beso en los labios.

-Me encantas dulzura-le declaro embelesado-Vamos hay un Universo que tengo que entregarte,y tú me debes tu exquisita parte de atrás-.

Luzbell forzó una sonrisa antes de alzar vuelo con él,a la vez que pensaba en las mil maneras originales y divertidas de las cuales elegiría una, para matarlo.


-Te esperaba Centinela-les decía al recibirlos en su morada Dennis,el Conocedor-Y también a ti Luzbell...Las piedras del destino están trastornadas mostrándome cientos de posibles futuros a la vez,alguien intervino en el espacio -tiempo,y ya nada es claro...solo tú-.

Luzbell alzo una ceja en un gesto de interrogación.

-¿Si?...Pues yo no tuve nada que ver-.

Dennis asintió con un leve gesto de su cabeza a su afirmación.

-Se eso también. Pasen-los invitó-Mi ultima lectura me mostró lo que les tengo que revelar-.

Con una mirada extrañada,pero sin decir nada sobre las revelaciones del Conocedor,Jayán traspaso la puerta,Luzbell lo hacia igualmente,cuando la mano de Dennis posada sobre su pecho lo detuvo para hacerle una advertencia.

-Luzbell...Siempre haz oído a tu corazón,aún cuando este te pedía revancha por haber sido herido,o cuando se levantaba orgulloso ante la traición. Solo te pido una cosa,oye lo que te susurra quedamente,lo que realmente quiere,lo que siempre ha querido...El caos te busca...no permitas que te halle esta vez-.

Él aún pensaba en aquellas misteriosas palabras cuando una voz sonó a sus espaldas.Una que hizo que Dennis se tensara,y que Jayán habiéndola oído,saliera tan raudo como entró.

-¡Vaya coincidencia!...¿Suerte o destino?Díganme ¿Ustedes que creen?-.

Jayán cruzo sobre su fornido pecho sus brazos,y miro con fiereza al otro Centinela.

-Te lo pediré por los largos milenios que fui comisionado a tu lado. Ciclio, dame el elemento...Sabes lo que haré y que no dudaré en hacerlo,no me obligues a terminar brutalmente con tu existencia-.

El joven de cabello rubio y rostro juvenil ser rió suavemente.

-Amenazas...Lo esperaba de ti...Y se que no mientes en ellas.Realmente me liquidarías solo por disfrutar de tu deseado premio...¿Pero que hay con él?¿Crees que cumplirá?¿Que alguna vez considero hacerlo?...Me decepcionas Centinela,te creí mas sagaz e inteligente...Luzbell solo te usa,lo veo claramente...Le das tanta repugnancia que es realmente un milagro el que no te haya vomitado encima luego de complacerte tan arduamente-.

La ira dibujó lineas fruncidas en la frente de Jayán, que después de estas palabras miró en su dirección.

-¿Dice la verdad?-le increpó-Respóndeme Luzbell...¿Eso es lo que te provoco?-.

Luzbell adopto su cara de circunstancia.Una mirada casi inofensiva,y cándida sobre el que lo interrogaba.

-Jayán...Querido mio...¿Acaso dudas en que él utilizara tu conciencia sobre su don para declarar que ve intenciones inexistentes en mi?...Nos quiere vencer con palabras de engaño,porque son las unicas cartas que tiene en su juego-.

Aquellas mentiras parecieron oírse como una verdad a los oídos del Centinela que lo acompañaba,pues al momento mutó su expresión a una mas relajada.

-Palabras de engaño-repitió Ciclio lo dicho por él-Yo solo digo lo que veo...Solo hay un maestro de la mentiras entre nosotros,y ese no soy yo...Pero él no me interesa...Vine por ti,tienes el conocimiento,yo el elemento¿Que te detiene de cumplir lo que haz añorado desde siempre?...Venganza,una absoluta e inmisericorde...La oigo gritar dentro tuyo¿Sabes?Es lo único que te llena-.

-Si crees que es lo único estas mirando mal,o tus poderes no son tan sorprendentes como estimaba-le rebatió Luzbell-Hay algo más, y lo sabes bien-.

Ciclio lució una pequeña sonrisa de entendimiento antes de darle a sus pensamientos plena voz.

-¿Miguel?...Si, lo veo,única luz brillando en un corazón en tinieblas...Pero ¿Pesa tanto como tu tan ansiado ajuste de cuentas?...¿Realmente crees en la pobre promesa de un ángel dividido entre sus lealtades y sus sentimientos?...Se nota que no recuerdas-le dijo, a lo que él respondio rápidamente-.

-Claro que lo hago-.

Esta vez el Centinela traidor frunció levemente el ceño.

-Entonces...¿Aún así te arriesgaras?...No cumplirá su palabra,se volverá a acobardar...Recuerda Luzbell,no vuelvas a caer en la trampa-.

E incitado por aquellas palabras Luzbell recordó.



Dejaba que las olas lo envolvieran por completo.Se sumergía en las profundidades celestes queriendo apagar con ese tacto frío y húmedo la encendida ira que serpenteaba en su interior.

Solo traía su túnica blanca,aquella que le recordaba su pureza antigua,su inocencia anterior.Toda ella se había perdido,la había abandonado al olvido junto al que con sus miradas esquivas y  dolorosas omisiones le había roto el corazón.

Su alma le pesaba como si sus órganos hubieran sido reemplazados por pesadas rocas,las que empujadas en su inercia lo arrastraban hacia abajo,hacia la humillación.

Derrotado,exiliado,arrojado sobre la maldita tierra amada por su Creador.Una de sus blancas alas le ardía,había sido gravemente lacerada en la gran guerra. Había impedido que Lumiel lo sanara,solo porque el dolor le nublaba la mente,y deseaba que ese sopor ahogara en parte su tristeza.Se las arrancaría si encontrara las fuerzas...¿Que importaba ya?...No era un ángel,era un indeseable,un caído,un paria.Su nombre seria por siempre,sinónimo de rebelión,pero tambien del más vergonzoso fracaso.¿Y todo porque?...¿Por amar?..¿Por atreverse a depositar su confianza,junto a su mismo ser a quien no supo valorarlo?

El sentimiento de creciente impotencia le hizo brasear mas fuerte,y con una brusquedad innecesaria.

¿Que haría ahora con lo que habian creído en él?

¿Cual era su brillante plan?

¿Cual su triunfante estrategia?

Hasta le costaba mirar a los suyos a la cara...Si Hariel no estuviera con él...Pero estaba.

Luego de un par de minutos decidió volver a la orilla.Tenia una cierta tarea que en medio de su quebranto le brindaba algo de placer,susurrarle falsedades a traves de unas de las criaturas terrestres, a la mujer de barro que hacia solo días había sido creada.La odiaba,igual que a su compañero.

Libres,inocentes y enamorados,así como ellos hubieran podido ser..él y...¿Porque aún pronunciar su nombre dolía tanto?

¿Porque el poseer a la esplendorosa Lumiel,le había sabido a nada,cuando en cambio esos labios malditos,le sabían a la más sublime de las delicias?

¡Lo odiaba!...Era un buen mentiroso...pero no tanto.No,aún lo amaba.

-Maldito-murmuró entre dientes, cuando estaba a  pocos metros de la orilla.

Pero el asombro lo paralizo cuando sus pies alcanzaron la tibia arena de la costa.Ahi estaba...el muy bastardo.

No lo habia visto...Hacia una de esas rondas de los cuales,sus ángeles le habian informado,topándose con el,o viéndolo inspeccionar sus actos.Pero era la primera vez que lo tenia frente a él,desde aquella ultima vez en que lo venció en los Cielos.

Se quedo estático,e inmóvil.No supo si elevarse o hacerle frente.Si solamente no hubiera estado minutos atrás escarbando la herida dejándola fresca y latente como la de su ala herida,hubiera podido mantenerse en pie mas dignamente,pero no,ahí estaba temblando como una hoja azotada por el viento,rogando a quien ya no escuchaba sus plegarias,que su antiguo amor no logrará verlo.

Pero con el deteriorado estado de su conexión  Cielos-Tierra,la oración fue ignorada y los ojos profundamente verdes de Miguel se posaron en sus inquietos celestes.

Ninguno dijo nada,ni atino a realizar un solo movimiento¡Si hasta respirar costaba!...¿Como lograria siquiera esbozar otra acción por mas péqueña que esta fuera?

Hurgó en su pecho,buscando aquel amargo resentimiento con manotazos ansiosos,pero no lo hallo ¿Donde estaba?...Si lo acompañaba fielmente cada jornada desde ese terrible día primero.

El labio le tembló¡Odiaba que le sucediera eso! Era el auto-proclamado hijo de la oscuridad ¿Porque se permitía tiritar como una jovencita inexperta?

Respiró hondo,queriendo llenar sus pulmones del aire fresco que despabilaría de su interior el atontamiento.

Y como Miguel era Miguel,no dudo en reducir las distancias,caminando hacia él con el aplomo necesario.

-¿Que hacías?-le preguntó con esa voz que notó en ese instante,había anhelado desesperadamente volver a  escuchar.

-Intentaba convencer a las criaturas del mar para que se revelen a su Creador...Dos peces y un pulpo ya habían aceptado-le respondió con sarcasmo,y vio nacer de los labios de MIguel una pequeña sonrisa que logró abortar a tiempo.

-Que gracioso...Vuelve con los demás...No te quiero cerca de los hombre de barro-le contestó con cierta rudeza.

Ese tono tan severo logro al fin despertar el enojo de Luzbell, que acercándose a él unos pasos, lo enfrento con la mirada antes de responderle.

-Obligame-.

Miguel bufó y negó con la cabeza, con una obvia irritación por sus palabras.Luego cerro la distancia que los separaba y con un agarre fuerte y seguro, lo aferró de uno de sus brazos.

-Puedo hacerlo Luzbell...No me incites...Ahora vuela con los demás o te llevare con ellos a rastras...No sera un espectáculo muy agradable,tú eliges-le advirtió manteniendo el mismo tono-.

-¡Inténtalo,maldito cobarde!-fue su respuesta.La que inicio lo que siguió.

Miguel atrapó su otro brazo  y lo atrajo hacia él con violencia.Sus respiraciones chocaron y sus ojos se encontraron en una lucha de voluntades,que no parecia dar lugar a la tregua.

Respiraron de la boca ajena las exhalaciones tensas y aceleradas,y en un gesto cargado de provocación, Luzbell atacó los labios del otro ángel con la furia y el dolor bullendo a través de esa inesperada caricia.

Miguel se entumeció sin responder al inicio,pero solo bastaron segundos de la lenta succión de la otra boca para llevarlo a la decisión de corresponder con la suya.

Se besaron tempestuosos y agitados,como ese mar que los respaldaba.Alternando entre mordidas y lamidas cuando el aliento los abandonaba.

Un abrazo buscado por los dos unió sus cuerpos en una cercanía mas que codiciada,mientras que sus labios se enrojecían por el desenfreno de esos ardientes besos.

-Házmelo...Poséeme-le pidió Luzbell,en esa fracción de tiempo en la que renuentes se liberaron.

Miguel lo observó,entre inseguro y deseoso.Y él al ver esa sombra de duda,en un solo movimiento se paso la túnica por la cabeza,y le presento su cuerpo en desnudez absoluta.

El ángel al que amaba trago saliva,y él supo que había vencido cualquier comienzo de resistencia cuando dejo que su mirada detallara cada porción de su anatomía.

Luzbell tomó una de sus manos y lo guió despacio sin apartar sus iris celestes de las suyas esmeralda,como si ese contacto visual gobernara la voluntad ajena,como si se permitiera dejarlo de ver,el otro recobraría la cordura y rompería la nube de hechizo carnal en la que lo tenia subyugado.

Caminaron así unos metros más,hasta alcanzar el inicio de la hierba que se extendía en su verdor como una cómplice libidinosa. Luzbell se sentía observado,devorado por la mirada de aquel ángel que lo acompañaba,su impúdico examen le hacia arder la piel como si de sus ojos brotaran llamas.En ese fuego se consumía,y lo consumía,abrasados en una combustión lenta que amenazaba con incinerarlos entre sus flamas.

Atrevido,y con el peso de la experiencia ganada en estos días de expuesta rebeldía,él se acostó sobre el natural lecho que la naturaleza les brindaba,entregándole su cuerpo en una rendición sin palabras.

Notó que Miguel respiraba rápida y superficialmente,que se humedecía los labios,y se acariciaba el rojizo cabello con los dedos en un gesto ansioso.

Lo vio dudar un momento,y después lo vio doblegarse ante su deseo como un idolatra ante el Dios creado por su misma mano,pues eso era él, un producto de sus pasiones calladas y de sus anhelos ocultos.

Miguel se quito las prendas que lo cubrían, obsequiándole la vista de su magnifico cuerpo,delgado y fuerte,rosado y  esbelto.Lo cubrió con él,haciendo que los sonidos del deleite manaran de sus bocas como si quisieran crear con ellos una melodía única. Fueron armonías e instrumentos al mismo tiempo,pues los dos con caricias febriles se sacaban notas excelsas a la vez que las entonaban para el placer total del oído ajeno..

Su amante probó el sabor de cada fragmento de su nívea piel,con tal arrojo que parecía estar saciando a su anchas una apetencia antigua y largamente codiciada. Luzbell lo instaba a seguir con las exigentes ondulaciones de su curvilínea silueta,con las manos aferradas a sus hebras carmesí cuando sus labios saborearon el indicio de su genero.Los lánguidos gemidos de uno y otro les inflamaban de pasión los sentidos,a la vez que la fricción de sus cuerpos húmedos por la encendida faena, les quitaban segundo a segundo, todo el resto de cordura que aun les quedaba.

Su ángel encontró su refugio en su pálido cuello,besándolo y mordisqueándolo hasta la demencia,mientras su osada mano preparaba su lugar secreto para que estuviera dispuesto para cobijarlo.Un minuto después se miraron,leyendo la misma urgencia en sus pupilas,y como si con ellas hubieran sellado un acuerdo,Miguel se abrió paso entre sus piernas,y Luzbell lo concedió, con un deseo que lo superaba.

Se hicieron una sola carne.Una que se mecía al son de los jadeos compartidos y los susurros delirantes. Luzbell oyó de su ángel palabras de goce y de plena satisfacción,pero no aquellas que anhelaba escuchar desde que su historia comenzó a contarse.

Conforme la lujuria desatada crecía,mas crecían sus ansias de oír aquello que necesitaba.

Él era un ser de vastos deseos,pero nunca antes ansió tanto algo como aquellos dos vocablos.

-Te amo Miguel-le confesó,mientras lo sentía moverse dentro de él con un carencia que solo su interior llenaba,y espero,pero lo que espero no llegaba.

Sumiso al ritmo que su amante le marcaba, Luzbell delineo con su lengua los recovecos de aquel oído que parecia no haber escuchado su confesión porque no la retribuía con las mismas palabra.

Y luego ya no pudo pensar. Habían hallado un punto tan exquisito que no había lugar para los pensamientos,ni para articular concepto alguno,solo había espacio para disfrutar de aquel excelso ágape.

La culminación los hallo estrechamente abrazados,dejando fluir en un grito el éxtasis que los embargaba,y con ella vio cumplida su petición deseada.

-Te amo Luzbell...Prometo nunca dejar de amarte-.

Y él exhaló,las horas,convertidas en siglos,y los minutos pesando como años en que murió por escucharlo.

Pasaron unos segundos,y Luzbell busco sus ojos,para preguntarle con los suyos esas interrogantes que florecían...¿Que haremos ahora?¿Nos fugamos?¿Esperamos a que todo se calme o enfrentamos al Padre con la verdad de nuestros sentimientos?¿Qué, Miguel?¿Cuando?

En eso quería inquirir su mirada,pero aquellas cuestiones murieron al ver la duda en aquellos iris esmeraldas.¿Que era aquello,vergüenza?¿Amarlo aún lo avergonzaba?¿Aún ahora que le había entregado todo?¿Que había dejado de lado su orgullo elevando su amor sobre cualquier otro sentimiento?

Se le aguaron los ojos ante aquella expresión,ante ella le sollozó el alma.

-¿Miguel...?-preguntó,sabiendo que él le entendía.

-Lo siento...No debí...¿Como pude hacerlo...?-respondió-.

Y Luzbell se quebró de nuevo...¿Cuantas veces mas podrían destrozarlo?¿Es que acaso aquellos que se jactaban de vivir en la luz no conocían la misericordia?

Sabiendo lo que le diría,y sin hallarse con fuerzas para soportarlo,Luzbell se escurrió de aquella intima posición,y con movimientos torpes y algo temblorosos, se puso en pie.

-Luzbell...-le llamó suavemente,pero él no se volteó,mientras intentaba cubrir su desnudez como si esta se burlara de sus absurdas fantasías,como si se mofara tergiversando el ,te amo, de MIguel,con un simple y vulgar ,te deseo-.

-No-solo le dijo,pero aun esa palabra única,pudo percibirse claramente todo su dolor,todos sus sueños rotos,el ultimo vestigio de luz apagándose lentamente.

Lloró mientras volaba,dejando un reguero de lagrimas saladas como única huella de su profunda decepción,y pena.No lo volvería a ver por algún tiempo,hasta aquella próxima vez en la cual el que juro amarlo le arrancaría cada pluma de sus alas.

Luzbell regreso al presente.Si,claro que recordaba,y aún le dolía hacerlo.



-No nos ha dado la señal,pero...¿Intervenimos,Miguel?-le preguntó Uriel,al ver a su reciente aliado,rodeado de aquellos tres personajes.Una reunión más que peligrosa y determinante.

-No-dijo Miguel-Esta vez pienso confiar plenamente en él-.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro