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Capitulo final(Segunda parte,Fragmento 1)


Hola :) Como bien dice arriba,este es el primer fragmento de la segunda parte del Capitulo final,pues lo dividí en dos por ser muy largo e involucrar varios temas(No por no poder soltar la historia. Bueno,si quizás un poco por eso,mentirosa,mentirosa jaja)

Besotes.



Pilly volvía con Hariel de su visita al Conocedor. Habían arribado el sitio donde se hallaba Dennis,para encontrarse con su negativa a ayudarlos a tender una especie de trampa para atrapar al Centinela que había hurtado el elemento. Según él,y sus piedras,no debía intervenir en su disputa.Por esto decidieron buscar a los demás,para informarles de su respuesta y fraguar una nueva estrategia.

Antes de llegar a destino,Pilly sugirió una fugaz escapada romántica hacia cierto lugar que habían mencionado en el pasado,con el oculto propósito de revelarle en ese  esplendido ámbito su estado de gravidez.

Tuvieron que ascender un poco en el espacio para llegar a la nebulosa de Orión,la cual los recibió brumosa y salpicada de esos rojos y verdes nítidos a la distancia,y algo difusos en la proximidad,que para ella rememoraban sus ojos,los cuales no se despegaban de los que amaban mientras en el aire,sujeta de la cintura por él,y aferrándolo ella por el cuello ,les permitían fusionarse,amalgamarse en dulces miradas secundadas por suspiros y escoltadas por sonrisas.

-¿Y que es Pilly?¿De que querías hablarme?-le preguntó él con cierta impaciencia.

Pilly lo miró, adorándolo con la intensidad lozana de sus ojos claros.

-Uhmm-titubeó un segundo-Bien...No creo que lo esperes,o siquiera lo imagines,pero¿No son así los milagros?...Inesperados,imposibles-.

Su esposo asintió en respuesta a su declaración, a la vez que fruncía el ceño ante tal introducción.

-Bueno...Yo...más bien nosotros-rió algo tímida-Tendremos un bebé Hariel...espero un hijo tuyo-.

La expresión tanto, de feliz asombro, como de adorable consternación de Hariel fue para sus ojos un poema.Pasaron algunos segundos y más que una sonrisa amplia, ella no recibió de él respuesta.

-¡Ya Hariel!...Di algo o sufriré un colapso nervioso-lo apuró dulcemente.

-¿Estas segura?...¿Un bebé?-le preguntó, y sus ojos carmesí se cristalizaron-¿Uno nuestro?...¿Como puede ser?...Nosotros...-

-Nos amamos-lo interrumpió ella-Y al que ama no hay nada que le sea imposible...-.

-Nos amamos-confirmó él,para luego tomar su rostro entre sus manos embebiendo sus próximas palabras de una profunda emoción-El amor es la receta que crea milagros,y nosotros tenemos de este ingrediente en abundancia-.

-Así es amor-aseguró Pilly-Pero creo que deberíamos racionarlo,al menos en un sentido físico,o tal vez buscarle la vuelta al asunto,de otra manera nos llenaremos de pequeños milagritos-.

-¿Racionarlo?-repitió Hariel con una mueca de desaprobación,antes de agregar con completa certeza-¡Ni loco!...Solo debemos hallar algún método anticonceptivo que nos funcione-.

-En las farmacias venden la píldora angelical  ?-bromeó ella,y luego acotó-Creo que tendremos que usar esa cosa...la de látex-.

Hariel acompaño su comentario con una risa y un beso,y una vez mas ella pensó que no podría amarlo mas de lo que lo estaba amando en ese momento,aunque la vida ya le había demostrado que ese amor solo crecía y crecía.

-Si,se de que estas hablando Pilly-continuó su esposo con el tema,sin ocultar una sonrisa traviesa-Pero dudo mucho que hagan de mi tamaño-.

Pilly soltó una nueva carcajada para después negar con la cabeza mientras se mordía los labios.

-Eres un grandísimo presumido-le dijo,para luego dejarle un beso breve pero sentido en los labios, junto a una nueva declaración de su enamorado corazón-Pero te amo tanto-.

-Y yo a ti ,mi bella esposa-le correspondió él,y a continuación se arrodillo frente a ella para susurrarle a su bebé-Y a ti tambien mi pequeño,o pequeña-.

-Elían-le anunció ella con una sonrisa tierna.

-Elian...Me gusta mucho-le aseguró él,antes de besar con delicadeza su vientre-.

-¿Sabes qué Hariel?-le preguntó ella,mirando sus ojos carmesí a la vez que acariciaba su cabello-Tú nos encantas a los dos-





Descendió allí,en la oscura plataforma en la cual una fila épica esperaba su turno para ser atendida.No lo había dicho en voz alta,pero le agradaba Ximarixi. Le parecia alguien interesante para charlar un rato,un poco insólita y exasperante,pero divertida en su peculiaridad.

Mientras caminaba obviando la linea,a la vez que expresando que solo venia de visita amistosa,a quien le increpaba su conducta,Uriel pensaba en Lumiel. Todo había comenzado bien en su relación,o como ella lo llamaba, un mucho desear sin obtener nada,pero poco a poco,sus apasionadas demandas,y luego sus quejas frustradas habian creado cierta distancia entre ellos,por lo cual,veía el fin muy cerca,y esto le producía tristeza,pero al mismo tiempo un innegable alivio,pues aunque le guardaba un inmenso cariño,sus continuos avances lo habian agotado.No la culpaba..¿Que mujer querría estar con un hombre que guardaba la santidad de su cuerpo de la manera en la que él lo hacia?...No,claro que no la culpaba.

Por solo tenia algo que decir a su favor...Era un ángel.

Con estos pensamientos rondando por su mente, Uriel llegó hasta el inicio de la fila,donde una concentrada recepcionista saturnina se concentraba tanto en su trabajo como en irritar al peticionante de turno.

-No,no hay forma,sin mascotas...Es la ley...No puedo permitirle el acceso-le decía ella a un inmenso  hombre de piel purpúrea y semblante hosco.

-Pero...-comenzaba este su defensa, cuando ella lo interrumpió-.

-No,no insista...La fila es larga,mi paciencia es corta,y el sueldo que cobro no amerita sobre esfuerzos-.

Uriel se rió disimuladamente ante su respuesta,exasperante e insólita,la había descripto bien.

-Señora-insistió el cada vez mas colérico hombre,solo para ser interrumpido nuevamente-.

-Señorita...O Ximarixi,como prefiera,y no,no...y no-.

Uriel vio asombrado que la cabeza del hombre se infló notoriamente, y que amenazaba con explotarle en cualquier momento,y que a su vez con un tono tenso una vez mas trataba de hacerse oír.

-¡Pero es mi esposa!-casi grito exaltado-Es Doreen,mi esposa, somos recién casados-.

Uriel miró a la llamada Doreen,de unos setenta centímetros,pelaje algo largo en un tono azul pálido y ojos grandes y saltones,buscando un indicio de su genero o raza,pero no lo hallo. Parecía un canino,uno no muy agraciado,pero para gustos...pensó.

-¿Su que?...-soltó Ximarixi con poca sutileza,mirando a la susodicha esposa con la misma extrañeza que él-Oh...Mis disculpas señora,y señor...Entonces,bien,teniendo lo demás en regla....¡Sean bienvenidos a Saturno!-.

-Gracias-le dijo el hombre purpura algo ofendido,y su esposa al pasar al lado de ellos...le ladro algo que sonó a un insulto-.

-Para gustos...murmuró la recepcionista mirándolo con una amplia sonrisa.

-Pensaba lo mismo-le comento él.

-¿Y que te trae por aquí...-comenzó ella, mostrando en su expresión y en su dedo formando círculos que trataba de recordar su nombre,para agregar al fin-Espada en llamas-.

-Uriel-le corrigió él sonriendo.

-Uriel...Por supuesto...¿Como olvidar esos lindos ojos en combo con esa preciosa sonrisa?-señalo ella con coquetería.

Uriel solo sonrió y se acomodo ese mechón de cabello que caía rebelde sobre su frente,en una ademan que era ya como su marca personal.Gesto que a Ximarixi pareció no pasarle nada inadvertido.

-¡Rayos!...Un poco más lindo y serias un delito...¿Y sabes que?-le preguntó ella jugando con un botón de su uniforme azul-¡Que me pongan las esposas yo seria la primera en cometer ese crimen!-.

Uriel se rió sin poder creer lo atrevida que era,y preguntándose al mismo tiempo porque le atraían las mujeres así.

-Me halagas Ximarixi...Bien,estaré por aquí...Cuando te tomes un descanso tengo algo de tiempo libre, por si quieres conversar-.

Al terminar él de decir esto,la vio hacer un gesto con su mano,que intuyo fue apagar un ordenador invisible y ponerse en pie con una rapidez sorprendente.

-Me tomo mi descanso...Vuelvo a las 700-le anunció a los indignados seres que aguardaban hace horas,a los que silenció cuando comenzaron con sus quejas-A llorar a la iglesia...y a protestar a otro lado-.

Uriel se sintió algo incomodo por haberla quitado de su puesto,y por las miradas asesinas que le dirigieron creyéndolo muy acertadamente el causante de tan inesperado intervalo,pero viéndola decidida a retirarse simplemente la siguió.

Caminaron un poco,hasta llegar a las escaleras de servicio que descendían hasta la entrada del planeta.

-Pero...no tengo un pase Ximarixi...No puedo entrar-le recordó él antes de que ella bajara.

La bonita y calva recepcionista se volteó para observarlo y le guiño un ojo con picardía antes de responderle.

-Conmigo no lo necesitas dulzura...Yo soy tu pase vip-.

Uriel sonrió mientras asentía,y luego en un movimiento rápido,la tomó de la cintura a la vez que le decía.

-En ese caso,no veo la necesidad de usar escaleras...sujétate fuerte,yo te llevare-.

Con Ximarixi aferrada a su cuello,quizás un poco más de lo necesario,Uriel alzo vuelo sobrevolando la estructura para luego descender con cierta rapidez hasta llegar al suelo donde el caluroso planeta les dio la bienvenida con su imponente autopista, y sus incontable carteles luminosos.

-Por aquí-le dijo la joven saturnina agregando a sus palabras la acción, cuando tomándolo de la mano lo guió por una de las calles lindantes.Caminaron medio kilómetro hasta llegar a un barrio algo escondido,de casas pequeñas y humildes,muchas erigidas encima de las otras. Ximarixi lo soltó al llegar a una de ellas,con fachada de piedra calisa y una pequeña ventana exterior. Allí tomo una llavecita dorada y abrió la puerta,entrando primero para luego invitarlo a pasar a él.

-Bienvenido a mi humilde morada ángel de los Cielos...Presiento que en comparación con la tuya, la mía debe parecerte un sucucho de mala muerte-le dijo al recibirlo mientras miraba a su alrededor con una mueca de desagrado-.

Uriel negó con la cabeza y busco sus ojos negros antes de darle una respuesta.

-En absoluto.Creo que es acogedora y cálida. Puedo notar algo de tu peculiar personalidad plasmada en ella-

Ximarixi le sonrió.Una sonrisa que igualaba el brillo de sus ojos,que lo miraron un momento más antes de bajar la mirada con cierta timidez.

-Gracias...Lo repito,y lo repetiré,eres demasiado lindo-le dijo mientras caminaba unos pasos hacia lo que a él pareció era una modesta cocina.

-¿Y como es allá arriba?...He escuchado que es muy hermoso-siguió platicándole Ximarixi, mientras revolvía en los cajones de una alacena antigua.

-Uhmm...Si,lo es-le confirmó Uriel-Hay un mar hecho de cristal,pero no uno solido,sino liquido,en el cual se puede nadar,aunque claro,nadie lo hace.Las calles son de plata,y el templo y las distintas zonas,de oro y  de una diversidad de piedras preciosas.Hay un monumental puente de rubí que separa nuestros aposentos de el lugar de descanso de las almas de los hombres....Hay jardines,un parque lleno de los que fueron animales en vida y ahora son como peluches vivientes...Y muchas maravillas más,es bellísimo,pero creo que lo que más me gusta es mirar desde aquellas alturas la vida cotidiana de los hombres.Son tan singulares,tan interesantes,y nuestro Creador los ama tanto,como a nosotros,o a veces creo que quizás más-.

La saturnina se volteó con una lata en su mano derecha y una sonrisa que parecia ampliarse mas a cada segundo,y asintiendo antes le contestó.

-Suena increíble Uriel...Si fuera tú no me iría de allí jamás-.

-Bien,estoy en una misión como te dije la primera vez,así que...estoy intentando cumplirla,y espero hacerlo bien,pues es la primera en la cual soy el líder-le confió,mientras al decir esto pensaba que mas bien la líder parecia ser Pilly.

-Lo harás bien-le aseguró ella,y luego levantó el envase metálico que sostenía para hacerle una nueva pregunta-¿Café?...porque comes y tomas¿O no?-.

-Oh bueno,no lo necesito,aunque puedo hacerlo si quiero...Pero te agradezco, he probado el café antes y se me hace un tanto amargo...aunque si te aceptaría...no, olvídalo-.

-¿Que?-le preguntó ella instándolo a completar su deseo.

Uriel se ruborizo un poco antes de darle una respuesta.

-Chocolates...los amo-se rió-Sueno infantil,pero realmente tengo algo cercano a una adicción con ellos-.

Ella asintió con gesto cómplice y volviendo a su alacena rebusco al fondo de todo,de donde sacó una caja rectangular envuelta en un papel de colores brillantes.

-¿Compartimos?-le preguntó abriendo la caja para enseñarle unas diez tabletas cuadradas de un tono marrón oscuro,y un aroma que llego hasta él haciéndole agua la boca-.

-Sin lugar a dudas-le contestó Uriel, y ella se acerco para darle la mitad de la barra ,la que degustaron con deleite mientras comentaban de la excelencia de aquel dulce producto.

Pasaron un par de minutos charlando,y luego la puerta se abrió despacio y sin aviso, revelando la faz agradable de una señora mayor de cabello cano,y ojos que desbordaban dulzura.

-Fuimos a dar un paseo-le comentó esta a Ximarixi,y luego percatándose de la presencia de Uriel le saludo con un gesto de su cabeza-Buenas tardes-.

-Para usted también-le correspondió Uriel.

-¿Y mi pequeño bandido,donde esta?-le preguntó a su lado la saturnina, buscando a alguien con su mirada.

-Aquí viene, algo lento y rezagado,porque como ya sabes,es un niño grande y no quiere que le tomen de la mano-le explicó la mujer observando hacia afuera-.

Y un segundo después apareció el "pequeño bandido"del que supuso Uriel que hablaban. Tendría dos años,un cabello cobrizo ensortijado,ojos color miel,y unos hoyuelos que le otorgaban un aire de picardía.

-Taje eto...Lo ecote con Nuna...E mio mamá...Se llama Pupa-.

Con estas palabras hizo su presentación el pequeño niño que traía un diminuto gatito en sus brazos.

Uriel notó que Ximarixi le dedicaba una sonrisa especial,una que derrochaba ternura, y que caminando unos pasos hacia él,lo alzaba para estrecharlo amorosamente en sus brazos.

Supo al instante que eran madre e hijo.

-Amor tengo a alguien a quien presentarte-le informo la saturnina a su niño,acercándose a él-Él es Uriel,un nuevo amigo,Uriel él es Abel,mi querido hijo-.

-¿Ulie?-preguntó el niño mirándolo inquisitivamente,para luego preguntarle a su madre-¿E pajado?.

Los tres adultos rieron ante la adorable conclusión de Abel.

-No Abel...no es un pájaro,es un ángel-le aclaró Ximarixi y el niño asintió,aunque se veía en su cara que aquel calificativo no le había dejado nada en claro-.

-Ven Abel,debes lavarte la cara y las manos,y luego le daremos algo de leche a Pupa.

Abel sonrió emocionado, y luego de ser besado reiteradamente por su madre en sus mejillas, salió tras su niñera quien se despidió de ellos con otro gesto de su cabeza.

-Es hermoso-le dijo Uriel, cuando la anciana y el infante se hubieron marchado-.

Ella asintió manteniendo esa mirada maternal fija en donde segundos antes estuvo su hijo.

-Lo crio sola-le confió-Su padre murió-.

-Lo siento mucho-le dijo él con sincera empatía.

-No lo hagas-dijo ella a la vez que hacia un gesto con la mano,para restarle relevancia al asunto-Casi no lo conocí.Digamos que fue un romance de una noche,de esos que te llevan a cometer locuras y te dejan un vientre abultado de recuerdo...Se que murió porque al saberme embarazada llame al numero que me dio esa noche y me dijeron que murió en combate, en no se que guerra humana-.

-¿El padre era humano?-le preguntó Uriel algo sorprendido-.

-Si...Por eso Abel es un humanito-se rió-Y se que te preguntaras...¿No noto mi cabeza calva,y mis cuatro brazos?No,no lo notó,llevaba peluca y puedo retraer dos de ellos.Se hubiera dado tremendo susto si me hubiera visto así...Imagínate, su linda chica extranjera, convertida en un monstruo de otro planeta-.

-¿Tú,un monstruo?-le dijo Uriel dando un paso hacia ella-Eres demasiado bonita para llevar ese titulo...Ximarixi,tú tienes cuatro brazos,yo dos alas,nuestras peculiaridades solo aportan para hacernos especiales-.

La recepcionista lo miró y dejo salir de sus labios un suspiro.

-Eres tan dulce Uriel,deberían envasarte y venderte como golosina...Yo te compraría¡Juro que por ti dejaría los chocolates!-.

Los dos rieron al unísono,y en ese ambiente relajado,amistoso y cálido,transcurrieron junto a Abel, el resto de la tarde.Al empezar a anochecer Uriel se despidió con la promesa de volver a visitarlos, y un bello recuerdo de una tarde inolvidable.




Pilly y Hariel regresaban al hostal al anochecer,cuando casi en simultáneo descendió Uriel junto a ellos.

-¿Como les fue?-les pregunté él,ni bien puso sus pies en tierra.

-¿Con Dennis?...No muy bien,él parece basarse mucho en el destino y sus indicios,y nosotros al parecer no cuadramos en ellos-.

-Bien.Debemos reunirnos con Miguel y planear una nueva estrategia-le respondió Uriel y los dos asintieron de acuerdo con él.

Los tres entraron a la única habitación,aparte del baño,que habían arrendado,para encontrarse con una escena algo intima dentro de ella.

Luzbell dormía de lado en la cama,abrazado estrechamente por detrás por Miguel,quien rodeaba su cintura en forma posesiva con uno de sus brazos por arriba y con el otro por debajo.Esta imagen los dejo inmóviles y en silencio por un minuto,luego del cual Pilly fue la primera en romperlo.

-¡Wow!Eso fue mucho más rápido de lo que esperaba-.

-¿Mas rápido?...¿A que te refieres?-le preguntó Hariel con el ceño fruncido-¿Acaso hay algo que no se?.

-Muchas cosas mi amor,pero mas tarde te contare un poco sobre esta...Creo que para ti sera una..-le decía algo misteriosa,cuando se interrumpió al oír el comentario de Uriel.

-¡Cielos!Es increíble la profesionalidad de Miguel,ni aun dormido deja de custodiar a su prisionero...Solo miren lo fuerte que lo sujeta.-.

Pilly no supo si reír,o contestarle, o que hacer,así que decidió dejarlo disfrutar un poco más de su inigualable inocencia.

Hariel se acerco a Miguel y lo sacudió despacio para que despertara pues tenían planes que trazar.Este lo hizo,quitando sus brazos de Luzbell con extrema delicadeza, y regalándole una mirada que derramaba afecto,antes de ponerse en pie.

Minutos después, los cuatro debatían sentados alrededor de la pequeña mesa en el centro del cuarto.

-¿Porque no volver con Jayán?-les inquiría Miguel -A él Dennis lo atenderá,él mismo se lo dijo a Uriel al citarse...Perdemos tiempo aquí,el conocedor no nos dirá nada-.

-También  podríamos vigilar a Dennis. Ciclio vendrá a él tarde o temprano...Si esperamos a que eso suceda,mataremos dos pájaros de un tiro...Tendremos al Conocedor y al elemento-sugirió Hariel,y todos asintieron creyéndolo una buena idea.

-O podrían dejar que yo les entregue todo,el elemento y el conocimiento de Dennis,sin arriesgarse a que en una confrontación directa su plan falle-.

Todos se giraron hacia esa inconfundible voz.La ultima propuesta la había hecho Luzbell, que parado al lado de la cama los miraba observando sus reacciones a ella.

Pilly lo pensó por un momento. Jayán y Luzbell juntos,habían sido antes la combinación del desastre,y luego fue lo mismo con el antes arcángel y Ciclio...¿Como podrían confiar algo tan decisivo justamente en él ?...Pero había algo en la forma en que los escondidos amantes se miraban que hacia que ella repensara esa opción. Ese amor que parecia haber renacido,o quizás nunca haber muerto,le decía que, aunque lo pareciera, tal vez lo que él planteaba no era tan descabellado.

¿O acaso no había manejado en esa otra linea de tiempo a Jayán casi a su antojo?

¿O no había sido el mismo Ciclio el que lo había requerido para gobernar junto a él el Universo?

-¿Que?...¡Claro que no!-exclamo Uriel-Perdóname Luzbell,no es que no crea en nuevas oportunidades...Pero dejarte tal poder y el conocimiento para activarlo en tus manos, me parece inconcebible-.

-Explícate-le pidió Miguel a Luzbell,haciendo que Hariel y Uriel lo miraran consternados-.

Este se acerco con sus pasos felinos hacia ellos,y luego de obsequiarle una pequeña sonrisa a el líder angelical,se dispuso a hacerlo.

-Conocí antes a Jayán...En el principio,y luego lo vi un par de veces en el exilio.Se que hará lo que le pida, y si le pido que me lleve con Dennis,me obedecerá, así tambien si le solicito darme esa información y terminar con el Centinela rebelde-.

-¿Pero...porque lo haría?-le preguntó Uriel-¿En que basas esa afirmación?-

-La baso en mi experiencia Uriel...y se que así sera...¿Y porque lo haria?-le dijo, articulando su misma pregunta, a la vez que con su mano señalaba su estilizada figura-Porque quiere esto-.

-¿Tu vestimenta?-le preguntó Uriel, y Pilly sin poder aguantarse mas le dio un ligero puntapié en el tobillo,y al fin él comprendió-Auch... Ah claro...eso.

-¡No!-intervino Miguel-No vas a hacer eso-.

Luzbell se acerco a él y con uno de sus largos dedos delineo suavemente su mejilla.

-No voy a hacer nada...Solo prometeré hacerlo.-le dijo tranquilizándolo-.

-Podría resultar-se arriesgó Pilly,llevándose mas de un par de miradas incrédulas, incluida la de Luzbell-Digo,si él no nos traiciona,si algo lo motiva a cumplir con su promesa,quizás algo que pese mas que sus antiguos deseos de revancha-.

-Lo hay-le aseguró Luzbell mirando a Miguel-Pero para eso deberán confiar en mi..¿Pero son ángeles de Dios,o no?La fe esta en su naturaleza...Ahora¿Lo harán?...¿Se atreverán a creer?-.




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