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V. Los problemas de la fresa | Parte 1

Hasta lo más sencillo,

puede complicar las cosas

*

*

Estaba molesto, si molesto. De cierta manera asqueado con lo que pasaba. Esos chicos eran como un monto de gusanos que caían para dañar todo. Unas ratas andantes que se apegaban a las personas con el fin de tener algo con que jactarse. Porque ni por sí mismos pueden brillar, necesitan de algo, aunque sea una mísera luz para sentirse bien consigo mismo. Ahí estuvieron alrededor de él como moscas revoloteado.

Tenía el estómago revuelto y los ojos picosos de furiosa cuando Ishida le habló. Ichigo no era de los más amables, y su paciencia se agotó a un ritmo acelerado. En el momento que Uryu expresó palabra, precipitó el gatillo para que todo el malestar del Kurosaki saliera con palabras rudas de los labios.

Cuando Arisawa le pidió de favor que la ayudara con cierta cosa. Jamás pensó que sería para una tontería como esa, pero ahí estaba él, Uryu Ishida, con las palabras en la boca por la chica más amable y cotizada del Instituto. La situación no podría ser más rara y para colmo Kurosaki no tardó en dar aparición.

― ¡Muy buenos días para ti también Ishida-kun!― Orihime en menos de un segundo se llegó a parar frente ambos. Ichigo tan sólo trago grueso desviando la mirada a un punto que no fuera Ishida, tratando de disimular su error. En cuanto a Uryu alzó una ceja al ver al peli naranja tan carismático y llevó la vista hasta la chica de melena rojiza un tanto huraña. Esos dos actuaban raro.

―Buenos días Kurosaki ― Orihime sonrió al ver que el chico no había sido hostil en su contesta. Ella sabía que en el fondo esos dos eran amigos, muy en el fondo. ― Igual para ti Kuchiki-san... ―Rukia quien venía atrás de Inoue no tardó en alzar su mano en señal de saludo.

Ahí parado Uryū volvió a cuestionarse el qué hacía, se suponía que era un favor. Más con eso dos ahí no sabría si estaba bien hacer lo que haría. Sin embargo sabia, que unos orbes ónix desde alguna parte del aula esperaban que él actuara. Sí lo pensaba bien, las condiciones estaban dadas, Kurosaki e Inoue estaba ahí, sólo hablaría con la chica y luego esperaría la reacción del otro.

Nada difícil ¿o se equivocó? Pero las cosas serían distintas si fuera hablara con la Orihime sonriente de buenos sentimientos y no con un Ichigo fallo de paciencia.

― Inoue-san, ¿podríamos hablar a solas? Es algo importante ― El peliazul esperó con calma la respuesta de la chica. Ichigo buscó con la mirada los orbes cafés que al igual que él no parecían entender la situación, ante eso no le quedó más remedio que levantarse con desgano.

― ¡Muy bien chicos siéntense! ¡Inoue, Ishida, Kurosaki muevan sus traseros, que no tengo todo el día! ― La mujer dejó caer sobre el escritorio una pila de hojas que no tardó en ser el foco de atención de unos asustados chicos― Estoy de humor, así que el día de hoy hay examen sorpresa―Sonrió con malicia haciendo que más de uno sintiera su ser estremecerse.

― Espere, eso no es justo― Keigo hizo aparición, al final un motón de estudiantes se animaron a parlotear en contra de la prueba sin notar el aura amenazante que rodeaba a la mujer.

― ¡SILENCIO!― La estructura de madera recibió el golpe del puño cerrado, todos callaron ― Es mi clase y hago el examen cuando yo quiera, se supone que deben aprender algo... así que sean agradecidos, mocosos. La prueba será en pareja asignadas al azar― La mayoría sintió su alma volver al cuerpo, estaba el leve consuelo de que por lo menos tendrían ayuda extra― Menos tu Asano, tendrás que hacer el examen solo por crear un alboroto―Dicen que las venganzas son dulces, por lo que una profesora tiene los exámenes para hacerlas divertidas y entretenidas.

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― Abarai-kun... digo Renji ¿estás seguro que puedes con eso?― Orihime frunció los labios al ver cómo por cuarta vez el chico de los tatuajes restregaba la borra contra el papel en señal de frustración por no hacer las cosas bien. Ichigo Kurosaki, en este caso ella, y a Renji Abarai le tocó hacer el examen juntos.

El pelirojo alzó sus ojos de papel para mirarle con fastidio, aún estaba molesto con el hecho de que Rukia lo hubiera echado a la maletera del auto. ¡Ah! pero a Ichigo no, el señorito merece un trato diferente.

― Claro que puedo con esto Ichigo― Más Orihime no le creyó del todo en cuanto habló. Suspiró al verle borrar de nuevo. Si seguían así terminarían sin hoja que entregar-- ¿Cómo era esto? No puede ser así― Renji chasqueó su lengua con desgano, con fuerza restregaba las palmas de las manos contra su rostro. Con resignación tomó el examen y se lo dio al pelinaranja que jugaba con un lápiz entretenido― Toma, ¿seguro que tú puedes con eso Zanahoria?― Echó su cuerpo hacia el respaldar de la silla, para cruzarse de brazos. En ese tiempo, los orbes avellanas miraban las letras impresas con suma concentración.

― Está un poco difícil, pero sí creo que podremos con estos Renji-kun― Bastó con sonreír para crear una serie de confusiones en el otro.

Orihime tan sólo meneó la cabeza a un lado viendo la prueba sin notar la mirada de reojo, sí que era un poco difícil el examen. Seguro que a Ichigo le fue bien, después de todo fue uno de los primeros en terminar y salir.

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Karma, claro, esa era la bendita palabra que podría definir lo que le pasaba ¿Acaso era enserio? Porque ya empezaba a cansarse, eh.

Ichigo entrecerró los ojos y masajeó su sien con fastidio. Una leve jaqueca se le empezaba a crear a medida que los segundos pasaban. Uryū de pie a unos cuantos pasos de la chica, parecía avergonzado... no, la palabra era abochornado.

― ¿Es enserio? ¡Hasta Ishida!―Masculló con enojo el Kurosaki rechinando sus dientes. En cuanto a Uryū carraspeó un poco llamando su atención, claro que para él no era fácil. Por lo que escuchó la chica había mal interpretado sus palabras. Era su deber aclarar las cosas, después de todo estaba cumpliendo la petición que Arisawa le pidió.

― Es sólo como amigos Inoue-san. Entenderé si rechaza la oferta―Los grandes ojos grises no mostraban más que extrañeza. Ichigo tenía dos opciones, golpear a Ishida y lanzarlo por las escaleras asegurando que fue un accidente o aceptar su petición.

Cuando alzó el puño ya listo para el "accidente" la imagen de Orihime vino a su mente. ¿Era muy egoísta de su parte actuar de esa manera? O sea, iba a golpear a Ishida, cosa que la chica no haría. Si lo pensaba bien ya había causado un gran alboroto cuando la arrastró hasta la azotea la vez pasada, ahora más de uno debía tener eso en su boca mientras se pasaban de chismosos regando la vida ajena.

― Está bien Ishida, ¿ te parece bien mañana después de clase ?― Soltó un suspiró derrotado llevando su mano hasta el cuello tratando de liberar tensión. Uryū asintió conforme, ya había cumplido con su encargo.

A lo lejos dos pares de ojos, unos azul oscuro y otro cafés oscuros miraban todo con atención.

―¿Ves? Te dije que Ishida sería de ayuda... ¡Seguro que esta vez las cosas si saldrán bien!―Habló la persona más baja sin quitar la sonrisa de complacencia en su rostro. La otra tan sólo miró con los brazos cruzados

― Espero que así sea. No hice el ridículo por nada.

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Orihime estiró los brazos haciendo que el cuerpo bien formado se inclinará hacia adelante. Tenía los dedos entumecidos por escribir tanto. Muy bien que Renji le ayudo pero fue ella quien terminó escribiendo.

Desde que salió del aula no había dado con Ichigo y necesitaba de cierta manera hablar algo con él.

Sus ojos fueron a parar en el grupo de chicos que se encontraban sentados hablando entre sí. Renji se acercó a ellos para hablar que tal les fue en el examen. Chad dio una vaga respuesta, mientras que Keigo sentía que reprobaría el año.

― Venga, seguro lo pasas―Dio palmaditas en el cuerpo hecho ovillo del castaño, Keigo le miró esperanzado―... o por lo menos, hiciste el intento. Aún hay oportunidad de recuperar― Sintió que una gotita de sudor bajaba por su sien cuando el aura deprimente creció.

― Eso es un imposible. Si por lo menos hubiera guardado silencio, no fuese terminado en éstas―Mizuiro habló recordando la mala suerte de su amigo.

Luego retomaron su charla sin parar en un joven deprimente que tenía planeado reclamar a sus amigos su falta de cooperación por no pasarle las respuestas del examen.

De pronto, unos pasos se escucharon. Todos llevaron la vista a dónde provenían, a lo lejos Uryū hacia aparición un poco más atrás una desgana pelinaranja le seguía.

― ¡ey! Ichigo, mira ese Ishida sí que no pierde el tiempo. Y uno que lo mira muy serio ―Rukia codeó el cuerpo de una desconcertada Orihime que no entendía su frase. Rukia esperaba por lo menos una reacción del chico, más este le miró con los ojos muy grande sin entender.

― ¿A qué te refieres Rukia-san?―La pelinegra se golpeó mentalmente, uno queriendo ayudar e Ichigo ponía las cosas difíciles. Orihime ladeó el rostro, los cortos cabellos se movieron gracias a la acción ¿Qué tenía que ver Ishida-kun en esto? Se preguntó la chica.

Tatsuki quién escuchó lo sucedió no supo si reírse o llorar.

― ¡Es obvio Idiota! ¿Qué crees que puedan hacer una chica y un chico al momento de hablar a solas?― Un signo de interrogación se posó sobre la cabeza de naranjas hebras. Nada. Ninguna idea le llegó a la mente. Tatsuki suspiró ante el silencio. ― ¡Seguro le ha pedido una cita!

Ambas chicas sonrieron cuando el rostro del chico hizo un cambio de expresión. Sus ojos se abrieron como plato y la sonrisa en sus labios vaciló un poco. Pero luego recobró la compostura. Entrecerró los ojos y se cruzó de brazos, alzando la barbilla.

― No necesariamente puede ser eso. Seguro Ishida-kun quiso pedirle prestado algún apunte o se acordó de buscar el libro que me... le emprestó a Inoue.― Llevó un dedo hasta su barbilla pensando en que más podrían haber hablado, ella e Ishida. ― ¡Ya! Seguro quería saber que había ocurrido en el club de costura.― Cerró sus ojos. Al abrirlos las dos chicas frente a él estaban anonadas. ¡Cierto que ella era Kurosaki-kun! ― Digo ¿Qué querrá Ishida con Inoue?― Frunció el ceño de una forma graciosa inflando los mofletes.

― Oye I...― Ichigo calló no muy convencido de agregar palabra, por lo que decidió llamar la atención de la chica con sólo tocarle el hombro levemente al estar cerca de ella. ― Tenemos que hablar.― De solapó notó la intensa mirada que las otras dos le daban. Orihime asintió y le siguió cuando empezó a marchar.

― ¿Lo notaste? ―Rukia musitó con emoción ¡sus esfuerzos estaban dando fruto! La posibilidad de que Ichigo tuviera novia cada vez se hacía más probable.

― No lo puedo creer. Orihime estuvo a punto de llamarlo por su nombre― Habló sin salir de su asombro la de cabellos cortos y oscuros.

Keigo con solo haber visto a la chica de cabellos naranja hacer aparición había dejado su lamentación de lado para luego dejar caer abierta su mandíbula por el asombro.

― ¿Por qué una chica tan linda como Orihime tiene que hablar con alguien como Ichigo? ¿Por qué no alguien como yo? ― Se apuntó el pecho con los ojos llorosos. Él era un buen chico, algún día alguien notaria eso, aun no pierde las esperanzas.

Los presentes le miraron con gento cansado ante lo obvio.

Todos ellos sabían el aprecio que tenía la joven muchacha hacia el chico de cabellos naranjas. Eran más claros que el agua.

Y el reciente interés que Ichigo comenzaba a expresarle al fin a Orihime era algo que también les emocionaba.

― Ichigo tiene que ponerse los pantalones y confesar su sentimientos ― Renji aseveró luego de que ambos chicos se marcharan.

― Oye, Orihime pueda que lo haga antes que él. Ese cabeza dura es muy lento para captar las cosas. Ya es milagro que por lo menos admita que le gusta― Rukia dio un pisotón al piso. Tanto ella como Renji se miraron a los ojos sin querer dar a torcer su decisión.

― ¿Segura, enana? Hagamos una apuesta. Si Ichigo se confianza primero, me contestaras sin rechinar la pregunta que te hice en la feria― Las mejillas de Rukia se tiñeron de un leve carmesí al recordar ese momento. ¡Estúpido Renji que se ponía hablar eso frente a todos!

― Tonto― murmuró. La mano grande estaba extendida frente a ella en espera de ser estrecha y así se cerrar la apuesta. Los ojos de Rukia le miraron por un tiempo mientras meditaba las cosas― Acepto. Pero, si llega hacer Orihime la que se confiese, ya verás... ― Un escalofrió recorrió la espalda de Renji cuando su mano fue estrechada.

― Ajá y qué me pasaría en el hipotético caso que ella se confesara― Se mofó el de cabello carmesí. Seguro y Rukia no tenía nada en mente.

― Piensa lo más retorcido que pueda haber, luego multiplícalo por mil― See, Rukia no tenía nada en mente.

Y nuevamente, Ichigo y Orihime se metieron en algo que ni idea que pasaba.

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― Entonces el viejo ya está en casa― Murmuró Ichigo llevándose un trozo de pan a los labios. La figura frente a él asintió, tenía los cachetes repletos de comida y en la comisura de los labios un pequeño rastro de migas.

Habían aprovechado que el aula quedó vacía. Por lo que no tardaron en hablar y comentarse qué tal les había ido en la noche anterior.

― Maldito viejo. ¿No te hizo nada impropio?― Levantó la vista. Seguro su padre había hecho una de las suyas. La chica le miró un poco incomoda, cosa que notó el chico― ¡No me digas que...

― ¡No, no, no! Kurosaki-kun las cosas no son como tú piensa― Movió las manos con intensidad― Lo que pasó fue que...― Las ultimas palabra las dijo tan bajito que no se lograron entender.

― ¿Cómo?― Ichigo se acercó un poco, los cabellos largos se mecieron cuando se acercó. Los colores estaban en las mejillas de su cuerpo, cosa que se le hacía un poco raro de ver así.

― No fue mi intención, enserio. Pero, Kurosaki-san me tomó de improvisto y... y ¡No te enojes Kurosaki-kun! Yo... yo golpeé a tu papá. ¡Perdón!― Cerró la oración con lo parpados apretados. Tenía un poco de vergüenza.

Silenció.

Ninguna respuesta.

El corazón le empezó a latir con fuerza, no se animaba abrir los ojos por el temor de haber hecho algo malo.

Unas risas suaves se escucharon. Curiosa dejó la rígida expresión. Ichigo intentaba contener las risas en vano, pero éstas salían con fuerza de los carnosos labios.

― ¿No estás enojado?― Un "no" brotó de los labios ajenos.

― ¿Por qué estarlo? Si le diste su merecido a ese viejo. ― Una sonrisa sutil se formó en el rostro porcelana.― Bien hecho Inoue, me hubiera gustado ver eso― Como si fuera él mismo de pequeño, acarició los cabellos animando a la chica.

― Menos mal― Soltó un suspiró. Atrajó una porción de comida hasta la boca. Ichigo había intercambiado comida con ella, después de todo el chico no tenía sus mismos gustos alimenticios.

Kurosaki le miró mientras comía. Sencillamente admiraba como la chica seguía siendo tan genuinamente única sin importar que estuviera en una situación tan extraña como en la que ellos dos estaban. Aún en su cuerpo, seguía viendo la misma imagen de la chica risueña y de bellos sentimientos.

― Ummm, ¿pasa algo Kurosaki-kun?

Saliendo de sus pensamientos le miró sin entender.

― Es que te me quedaste viendo fijo. ¿Acaso hice algo malo en tu cuerpo?― Jugueteó nerviosa con la comida.

― No, nada de eso sólo pensaba― Guardó silencio, aún quedaba algo que quería decirle a la chica. Se debatía entre sacar el tema a flote o no. Finalmente dio un hondo suspiró, listo para hablar ― Inoue, ayer un grupo de chicas se me acercaron sin buenas intenciones― Los ojos cafés le miraron como si fuera descubierto un turbio secreto.― Una de ellas, intentó cortar tu cabello. Seguro esto ha ocurrido veces anteriores. Sólo quiero que me respondas algo: por qué ni Tatsuki ni yo estábamos enterados de este asunto.― Se cruzó de brazos.

Orihime se sentía como un pequeño niño al que sus padres le acaban de dar un sermón. Guardó silencio. Los orbes no tenían un punto fijo a que ver, sencillamente miraban vacíos la pared.

― No quería causar problemas. En un principio sólo fueron palabras crudas. Dejaba que ella hablara, seguro nadie se había tomado el tiempo de escucharla alguna vez. Quise ser amable, pero no entiendo por qué actuó así. ― Habló con monotonía, su recuerdos estaban puestos en los inicios del año escolar― Luego vinieron las bromas pesadas.... Nunca le dije a Tatsuki-chan, porque no creí que fuera necesario. Lograba tener las cosas bajo control... no quería preocupar a nadie. ― Se abrazó ― Jamás pensé que ella llegará a ese punto Kurosaki-kun, ustedes tienen cosas importante que hacer, en vez de estar gastando su tiempo en cuidarme ― Sus ojos se encontraron.

Era contradictorio ver el como el cuerpo del Kurosaki parecía un conejillo que aguarda que las cosas se calmen cuando Inoue estaba en él.

― No digas esas cosas. ― Golpeó con suavidad su frente. Ichigo estaba frente a Orihime, con una mano en la cadera y el rostro cerca del suyo― Para nosotros eres muy importante, y pase lo que pase no dudare en acudir a ti cuando necesites de mi ayuda― Habló con la total seriedad.

― Gracias― Soltó quedito, sentía que el propio latido del corazón apagaría la temblorosa voz.

― Perfecto... Ah, aún hay una cosa que me cuesta preguntar ― Se notaba la incomodidad que el tema a tratar le generaba. ¿Cómo le diría a la chica que Ishida le pidió una cita? ¡De por sí la idea de que él y el otro estuvieran en un ambiente romántico le daba arcadas del asco! ― Ishida quiso tener una cita contigo― Soltó de una.

― Umm, ya lo sabía... Rukia-san y Tatsuki-chan mencionaron eso cuando llegaron. Aunque no entiendo porque ―Susurró, con los ojos puestos en el techo. No veía nada de malo que dos buenos amigos salieran, porque eso era lo que ella e Ishida eran. Buenos amigos.

Era claro que Orihime e Ichigo no estaban al tanto de los planes que esas chicas tenían.

Ichigo por poco y se ahoga al escucharle. ¡Esa enana se pasaba de bocona!

De pronto Orihime le miró, tenía un expresión tímida, las mejillas sonrojadas y los ojos no se atrevían a llegar hasta la otra figura. Seguro, muchos hubieran pagado por ver el rostro del Kurosaki en esa forma.

― Esto... Kurosaki-kun... Hasta mañana cuando me desperté tenía un pequeño problema..― Susurró bajito por la vergüenza de hablar sobre eso― ... allí― Ichigo llevó sus ojos hasta donde el dedo apuntaba. Su entrepierna fue señalada.

Los colores en la nívea piel no tardaron en aparecer. Ante ese problema.

― Sé que es algo normal, Tatsuki-chan me explico que mínimo un hombre tiene de 9 a 8 erec...― Como si fuera una clase de sexología la joven hablaba antes de ser interrumpida por un nervioso Ichigo.

― ¡Báñate con abundante agua fría cuando algo así ocurra!― Casi sintió como la cara le ardía de lo caliente que se habían puesto sus mejillas por la sangre acumulada. Justó a él le pasaban esas cosas.

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El sonido del auto aparcar se mezcló con la risas y charlas de infante que se escuchan con fuerza desde la primaria de Karakura.

Del vehículo salió Aizen bien trajeado y con aura de seguridad en sí. Sus ojos marrón oscuros pararon en la pequeña figura que no tardó en correr con creciente euforia hasta él.

― ¡Sosuke-san! Hola― Momo corrió hasta llegar a la figura del hombre quien marcó una sonrisa al verle. Momo le emito.

― ¿Qué tal tu día, todo bien?― Extendió la mano para que la pequeña la tomara. Momo lo hizo para despedirse del chico albino que le miraba a lo lejos.

― ¡Muy bien! He logrado sacar una excelente calificación. Seguro Oba-chan estará orgullosa― El hombre escuchaba atentó la charla de la niña. Al llegar al auto abrió la puerta para que ella entrara. ― ¿Abuela sabe que viniste a buscarme?― Preguntó ya adentro.

―Será una sorpresa para Kahoko, tu abuela debe estar cansada, ya no es tan joven como años atrás. Así que decidí hacerle una sorpresa― Habló a medida que el auto avanzaba. Momo no despegaba su vista del vidrio del auto viendo las edificaciones cambiar.― Me alegra saber que tienes muy buenas notas, entonces ese regalo que está a tu lado será muy buena excusa para celebrar eso.

Momo atrajó la caja de hermoso decorado que tenía su nombre, hasta ella. En el interior una hermosa muñeca de porcelana se mostraba coqueta. Un fino vestido de seda roja y de encajes dorados componía parte de la linda vestidura de ella. Finos cabellos dorados aglomerados en un elegante peinado. Lo detalles del rostro al igual que los aretes hechos a manos, daban un toque encantador a la muñequita que sonreía de manera sutil.

― ¡Es muy hermosa! Me encanta― Esa exclamación dejó complacido a Aizen.

Si tenía a Momo de su lado, tenía una jugada segura que le ayudaría con Kahoko y su terquedad de no querer aceptar su propuesta.

Continuará....

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Gracias por llegar hasta acá :3

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