III. Primer día |Parte 2°
¡Estás en mi cuerpo!
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Las paredes de la enfermería fue lo que se encontró al abrir los ojos. Perdida se sentó en el borde de la camilla. La cabeza le daba vuelta y todo se le movía por el súbito cambio de posición.
― Que bueno que despertaste. Tu amiga te trasladó hasta acá con un poco de esfuerzo hace unos minutos― La voz amable de la mujer le puso en alerta. Isane le sonrió entrando con un vaso de agua y una pastilla en cada mano― Te desmayaste― Le informó cediéndole las cosas y demandar que se las tomara con calma. Sin rechinar hizo lo pedido por la mujer.
― ¿Te encuentras bien? ― Escuchar su propia voz en tono de inquietud,le recordó que lo ocurrido hace un rato no fue un ilusión. Ichigo estaba en su cuerpo y le miraba con preocupación. Entonces los hechos le arremetieron; ella hablando con Ichigo en esa extraña circunstancia en la azotea para luego todo volverse negro de pronto y avivar ahí en la enfermería.
― Yo... yo estoy bien― Murmuró mirándole, apretando flojamente sus manos contra el borde de la camilla a sus costados . Kurosaki-kun la había llevado hasta acá, incluso en ese cuerpo se sintió como una carga para sus amigos.
― Me alegra― La sonrisa sutil que el Kurosaki pintó mirándola de solapo, le tranquilizó en gran medida.
― Dime ¿Has dormido lo apropiado estos últimos días? ― Isane preguntó lista para anotar su respuesta a unos cuantos pasos de los jóvenes que no dejaban de echarse un vistazo. No era la primera vez que Kurosaki paraba en esa zona, la mayoría del tiempo alguna riña lo terminaba conduciendo ahí, a regañadientes de su pequeña amiga pelinegra. Esta vez, había llegado de la manera más curiosa.
― Emm ... yo ..- Orihime vaciló en responder sin saber que agregar a su contestación.
― No. ― Tanto Isane e Inoue llevó su vista hasta la figura esbelta de brazos cruzados que posaba los grandes ojos cenizas en la pared blanca ― Recientemente he estado ... ha estado ocupado con los detalles finales del proyecto de ciencia. Pueda que tal vez me ... se haya faltado algunas horas para dormir por desvelarse ― Recordó las veces que terminó hasta muy temprano de madrugada en busca de algo que pudiera callarle la boca a Ishida y mostrar que él podía culminar por sí mismo el bendito informe.
―Ya veo ¿te has alimentado bien? ¿Consumido todas tus comidas? ― Inquirió curiosa escaneándole de arriba abajo. Orihime abrió los ojos como plato recordando que se había saltado el desayuno por salir lo más rápido posible.
― Tampoco― Murmuró quedito Ichigo sintiendo algo de culpa al ver a su amiga así. Legítimamente sería él quién debería estar en esa camilla, no ella. Ese era su cuerpo.
― Umm, bueno, Kurosaki-san deberás descansar lo propio y no excederte en tus actividades. Te recomendaré que vayas a casa, te alimentes bien y duermas lo debido. Ya para mañana te sentirás mejor. Escribiré unos permisos para que no tengan inconvenientes con alguno de sus profesores por sus ausencias. Inoue-san ¿Podría esperar un momento por favor? Haré uno también para ti ― Sonrió al recibir el positivo de la chica. Isane se alejó un poco para escribir las constancias que justificarían la salida de Ichigo del Instituto y la falta de Orihime a la primera clase.
― Kurosaki-kun, lo siento― Orihime habló al estar a solas. Viendo a la mujer un poco lejos de ellos.
― ¿De qué te disculpas Inoue? ― Alzó una ceja sin verle alguna razón aparente a su disculpa.
― Me desmaye por no desayunar, está claro Kurosaki-kun. Si yo me hubiera comido el desayuno que Yuzu-chan dejó para ti no estaríamos acá. Muy bien lo dicen Tatsuki-chan y Oba-chan ¡El desayuno es la comida más importante del día! ― Kurosaki no pudo evitar que el comentario le causara gracia, sin embargo, la necesidad de disculparse él por lo ocurrido seguía creciendo cada vez que el tiempo en ese corto trecho pasaba.
Ante los ojos castaños Ichigo hizo una reverencia, ladeando ligeramente hacia adelante el cuerpo femenino que poseía.
― Discúlpame tú a mi Inoue. He sido yo el que no ha comido ni dormido bien estos días. Además no te trate muy bien allá arriba en la azotea ― Un poco penoso por lo pasado rascó la parte baja del cuello sintiendo los largos y sedosos cabellos de la cola alta enroscarse en su mano por el movimiento.
― ¡Kurosaki-kun no hay problema! Créeme yo reaccionaria así mismo si estuvieras en las mismas― Orihime sintió las mejillas calentársele al procesar que sí estaba en las mismas condiciones― Digo, si yo fuera Kurosaki-kun. O sea, que no estaba en tu cuerpo, sino que actuara de la manera que tú lo haces, aunque, ahora soy tú ¿eso parece ser? ¡Sí! Esto es muy difícil de procesar― Pasó su manos con consternación en los cortos cabellos anaranjados ―Debo parecer una tonta ¿verdad? ―Tenía las manos cubriéndole el rostro.
― Entonces somos dos tontos ya - Orihime apartó los dedos de la palma de su mano dejando espacio para que los ojos achocolatados vieran al cuerpo sentarse a un lado de ella en la camilla― Yo tampoco entiendo que está pasando― Kurosaki suspiró rendido, le había dado tanta vueltas al asunto en su cabeza que ya las ideas empezaban a distorsionarse― Aunque creo que nos los estamos tomando muy bien ¿no piensas? ― Le miró quedando así ambos de perfil.
― Bueno si, incluso llegue a especular que los duendecillos azules me han jugado una mala broma ―Orihime rascó la mejilla derecha inquieta. Estar en el cuerpo de Kurosaki de cierta manera le accedía conocer más al chico de una forma más profunda. A pesar de él estar en el cuerpo de ella, seguía siendo el mismo chico que ambiciona proteger a sus amigos.
― ¿Duendecillos azules? ―Kurosaki le miro sin entender, las cejas torcidas en confusión y una expresión vacilante entre reír o pensar si el desmayo sí la había afectado. De respuesta un enérgico asentimiento de cabeza y unos ojos iluminados como cuando él de pequeño le contaba alguna increíble historia a su mamá. Era ver la pura emoción eufórica de un infante que ha encontrado un dulce bajo la almohada. Una señal con la mano le incitó acercase un poco más.
― ¡Sí! Suelen ser muy traviesos la mayoría del tiempo... ― Inoue le hablo bajito como si revelara un secreto―... Ellos roban los ovillos de Oba-chan, le quitan los lápices de colores a Momo-chan ya veces a mí, me suelen intercambiar las medias . Hay veces que me tengo que poner una de un par diferente a la otra.― De pronto enmudeció al caer en cuenta de algo― ¿Kurosaki-kun cómo le hiciste para cambiarte? - Entornó los ojos ante la duda. Ella tardaba un monto. Seguro que a él se le ha complicado las cosas.
―Yo ... en ... yo ― Tosió levemente golpeándose el pecho con la mano hecha puño― ¡Juro que no he vist ...
― ¡Aquí está! Uno para Inoue-san y otro para ti, Kurosaki-san. Recuerda descansar lo debido― Gracias a alguna deidad de allá arriba, Isane se acercó sonriente a los chicos salvando -sin saber- a Ichigo de un embarazoso momento.
Ichigo se dio el lujo de respirar con más confianza al tener el papel entre sus manos. Quizás si hubiera terminado la oración probablemente Inoue le odiaría. Orihime en cambio, tenía gran curiosidad para saber el cómo le hizo, bueno sería para la próxima se confortó.
― Inoue, creo que deberías irte a mi casa ya ― Fuera de la enfermería Ichigo habló, tenía la espalda recargada en la pared y esperaba a que Orihime saliera por completo del lugar.― Yo me encargare de entregarle tu permiso al profesor. ― Ella afirmó. La energía que en la mañana tenía parecía menguar por el agotamiento que el cuerpo tenía, se sentía cansada y sobretodo hambrienta― Al salir iré para allá, ahí podremos hablar con más confianza lo que pasa― Sugirió empezando a caminar a la par.
― Me parece bien― Aseveró llegando al pasillo donde tendrían que separarse.― Kurosaki-kun, pienso que convendría tratar de actuar de igual forma que el otro. Creamos un gran revuelo en el salón― Soltó una risa al recordar la cara que muchos empleo al creer que el Kurosaki era ella. Fue divertido, aunque le dejo un poco sorprendida verse así misma ¡Era como ver una peli donde ella era la protagonista! - Por cierto, que tengas un buen día― Exclamó viéndolo marchar a la otra dirección.
― Tú igual, Inoue ― Le contesto de respuesta. Aun con la vista puesta en el pasillo contrario no caminó hasta asesorarse de la partida de Inoue por completo.― Espero que llegues bien.
De regreso el pasillo estaba más que vacío y con pesadez daba los pasos devuelta al aula de clase. No estaba de humor pero tenía que hacerlo por ella , ya le había ocurrido algunos inconvenientes y agregar uno más a la lista, era algo que no le apetecía.
― Hola princesita ¿por qué tan sola? ― Un grupo de tres chicas le interceptaron apenas agregado unos cuantos pasos más. La que habló era la líder al parecer, sus ojos violeta oscuro resplandecían en malicia al igual que las facciones en su maquillado rostro. Sus otras dos amigas rieron bajito con cierta complicidad.
Ichigo refunfuñó por lo bajo al ver a tales chicas a su alrededor. Orihime era muy sociable y con un gran corazón, pero no llegó a pensar que tuviera algún tipo de relación con alguien como ellas.
― Ey ¿Cómo están? ―Siguiendo su papel sonrió con los ojos cerrados y los labios unidos dibujaron una agradable sonrisa o hizo el intento. La morocha al ver su reacción ladeó una mueca, " demasiado amable como siempre, eso es su perdición" le surcó por la mente.
― Todo de maravillas y eso gracias a ti Orihime-chan― Escupió su nombre con asco entrelazando los dedos de sus manos alzadas intentando mostrarse amable. Kurosaki tan sólo escuchaba impaciente con ganas de partir― No es cierto chicas― Las otras dos asintieron cómplices, una rubia de cabellos cortos y otra de melena castaño oscura. Pareciendo ser sólo una extensión sin vida propia de la otra que hablaba― Venga y por eso queremos darte algo. Escuchamos que en tu anterior escuela un grupo de chicas de un grado superior cortaron tu tan hermosísimo cabello. ― Tuvo el descaro de tomar un mechón de los que caían de la hebras recogidas de la joven idol. El naranja oscuro contrastó entre sus largos dedos huesudos― Nosotras evitaremos eso, querida. Qué cabello van a cortar, sí no dejaremos ninguna hebra en tu cabecita― Con fuerza jaló el mechón, Obligado a Ichigo a soltar un quejido aun en su desconcierto. Eso no se lo vio venir.
Esa fue la señal para que las otras dos chicas en un movimiento rápido le tomaran de los brazos y le inmovilizaran el cuerpo, no sin antes pasarle una filosa tijera a la que sostenía el largo cabello de Inoue.
― ¿Qué crees que haces? ― Se movió tratando liberarse de sus opresoras. ¿Qué tenían esas chicas contra Inoue? La líder rió con ganas. En verdad le divertía lo que hacía, la tijera iba de una mano a otra mientras se deleitaba con la vista.
― Recuperando mí puesto muñequita. Fui muy clara la última vez que hable contigo ¿y que recibo? Un estúpido discurso cargado de lastima. Eres demasiado amable que no notas que los demás se aprovechan de ti, estúpida tonta. ― Movió el dedo negando ― Pero tranquila ternurita, dejaremos tu cabello hecho mierda que ni tu querida abuela te reconocerá ni se acercará a ti ― Ichigo escuchó eso sintiendo como en cada palabra la ira le empezaba azotar a medida que la otra se jactaba de humillar a la joven que le ayudo frente una multitud que no dejaba de abuchearla fuera del instituto.
― No te atrevas ― Soltó amenazador y directo apretando su puño con fuerza tratando de controlarrse, los nudillos ya empezaban a volverse blanco y las uñas se clavaban en su carne. Eso no inmutó a la otra que no sospechaba su reacción. Lo que esa chica tenía planeado hacer era demasiado bajo y de gallinas.
― Já, ni porque me lo pidas dejare de hacerlo. Es más, grita lo que quieras. Por más que lo intentes Arisawa no vendrá a socorrerte. Lástima, tu amiguita se perderá el espectáculo
La punta de la tijera jamás llegó a rozar algunas de los bonitas hebras rojizas. Con suma sorpresa de las presentes la mano fue atajada a tiempo y obligada a desviar su recorrido. La morocha ahogó un grito al ver la mirada dura y el aura amenazante que daba el menudo cuerpo de Inoue.
―Te dije que no te atreviera ― Fue cáustico, apretando con fuerza la muñeca que sostenía entre sus dedos, obligando a la otra soltar la tijera por el dolor que sintió en la mano. ― Te metiste hoy con la Inoue equivocada― No acostumbraba a golpear chicas, y claro que no lo haría esta vez tampoco. Basto con empujar en cuerpo de la agresora a la pared mientras las otras en su sorpresas no hacían más que ver― Escucha bien, no sé qué rayos pasó pero ten en cuenta algo, si planeas arreglar tus problemas así eres una cobarde más del montón que se aprovecha de las cosas. Así que no te me estés acercando con esas intenciones, dile a tus amiguitas que se larguen contigo, porque para la próxima no me contendré― Ordenó molesto y ceñudo.
―Esto no se quedará así, princesita― Siseó la morocha al marchar en dirección al pasillo acompañada de las otras. Huyendo cual rata rastrera. Perdiéndose de la vista de un Kurosaki de emociones turbias.
Al entrar al aula no lo hizo de lo más amable, llegando justo al inicio de la segunda clase de manera rustica abrió la puerta y nuevamente las miradas de sorpresa se posaron en él. Salvo que esta vez no iban en completo hacia su persona, sino a Inoue.
Estaba acostumbrado a esas miradas ya los murmullos que las acompañaban, por lo que pasó de ellas y con aburrimiento se adentró al aula. Ukitake-sensei le miraba con una sonrisa cansada- por un instante le pareció ver entrar a Ichigo- El hombre de cabello blanco negó votando esa idea de su mente.
― ¿A ocurrido algo Inoue-san? ― La joven se había aproximado a él. Era muy extraño que una alumna como ella llegara a estas horas. Frente a los ojos del hombre dos papeles medio arrugados eran entregados.
―Esto justifica mi primera falta de clase y la inasistencia de Ino ... ¿Kurosaki-kun? - Pareció por un ínstate confundirse― Sólo tómelos. ¿si? - Los papeles fueron sostenido entre las pálidas manos del sensei que le atentamente le establecieron que tomara asiento y prestara atención a la clase.
Ichigo estuvo tentado en ir hacia lo último del aula y sentarse con sus amigos, más Tatsuki no dudo en llamarle para que se sentara frente a ella.
― Me puedes explicar qué pasó a primera hora. ― Demandante y directo, así de sencillo. Fue lo primero que escuchó susurrar cuando apenas se sentó― Es más ¿qué paso con Ichigo? ¿Dónde está? ― Tatsuki posó los oscuros orbes sobre la figura de su mejor amiga que le daba la espalda.
― No lo entenderías Tatsuki― Fue la vaga respuesta que obtuvo. Más no sació su curiosidad si no que la aumento. Arisawa bufó resignada llevando sus ojos nuevamente a la clase.
En su interior Ichigo agradeció el cese de las preguntas, por ahora sólo tenía su mente en dos cosas, Inoue y lo qué pasaba.
Inoue, cierto, ¿cómo le estaría yendo a su amiga?
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La mayonesa, las judías rojas, lo que parecía atún, leche, arroz y un poco de mermelada se cocían a fuego lento en la hornilla de la cocina.
― Esto hará que el cuerpo de Kurosaki-kun recupera las energías de un dos por tres ― Batió con fuerza la mezcla. Buscando al tanteo la sal para agregarle un poco. Al tenerla no dudo en echarle un poco a la cocción. ― Umm, creo que le falta un poco de orégano― Buscó la especia entre el estante, al conseguirla igualmente la agrego en abundancia junto a los espárragos y cebollas picadas.― Perfecto, ahora esperar que todo se cocine― Dio palmadita en el aire abandonando la cocina.
Hacía ya como 13 minutos que llegó, pueda que se hubiera perdido en algunas avenidas y eso haya retrasado su regreso. Es que todo se veía muy diferente. Apenas llegar notó que dejó la puerta sin el seguro pasado por el apuro de salir en la mañana. Por poco y pega un grito de horror al pensar que hubieran robado algo. Menos mal que nada de eso ocurrió.
― Creo que debería bañarme ¿no? — Miró hacia los lados y nadie le dio respuesta. Estaba sola sin nadie en casa y el cuerpo del Kurosaki bajo se merced. — Que cosas piensas Orihime. ― Sacudió su cabeza dispersando las ideas que se iban para otro rumbo, que se enfocaba el cuerpo del joven a medio vestir.― Aunque si sería bueno bañarse― En busca del baño abrió diversas habitaciones y hasta al fin dar con él se dispuso buscar un poco de ropa.
Las paredes azul oscuro y el olor de Ichigo inundaron sus sentidos al entrar en su habitación.
― Así luce la habitación de un chico― Se dio el gusto de verla por completo, ya que en la mañana se podría decir que no estaba muy consciente de lo que pasaba en realidad― Me gusta, es muy linda― Observó con suma atención cada uno de los pequeños detalles que lucían en ella. Desde el color de las fundas de la cama hasta las pequeñas figurillas que se escondían entre lo más alto del armario. Los libros ordenados en un pequeño estante acompañado de algunos tomos de mangas a un lado del ordenador. Finalmente buscó entre el armario la ropa que podría ponerse.― ¡Listo al baño!
Decirlo fue más fácil que cumplirlo. Aun con la puerta abierta de par en par dudaba en entrar. Se dio animó y con las piernas temblorosas ingresó.
―Puedo cerrar los ojos, puedo cerrar los ojos y no veré nada― Con cuidado pasó los dedos por los azulejos del baño penetrado más en él. Dejó la ropa que se pondría sobre el escusado. Ya estaba adentro sólo quedaba desvestirse.
Con los dedos rígidos sacó con nervios la sudadera blanca del cuerpo. Frente al espejo pudo apreciar la acción. Los músculos del Kurosaki tensarse al quitarse la prenda, arrebataron un suspiró al verse sin camisa.
― Bueno eso fue fácil― Se quedó viendo en el espejo. El rostro del Kurosaki se movía a cada acción que ella hacía. Eso le dio una idea a una risueña Orihime.
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― Habrá alguien en casa― Yuzu se dirigió a su gemela al ver algunas cosas fuera de lugar al estar en la sala. Ambas con el uniforme de secundaria se miraron curiosas. Al no tener clase por la falta de su profesor salieron más temprano de lo acostumbrado.
― Seguro el viejo llegó hoy en vez de mañana― Restó importancia Karin subiendo sus hombros sin mucho interés. Yuzu lo medito un rato no muy convencida siguiendo a su hermana de cerca.
― Creo que Ichinii tampoco tuvo clases― La castaña menor agregó al ver la mochila del Kurosaki mayor esparramada en el sofá.
― Si, si lo que sea. Si ese es el caso, iré a cambiarme Yuzu― Karin subió las escaleras con la mochila de ella y Yuzu a cuesta. Dejando a la otra en la parte baja de la casa.
― Orihime, ¿tendrías una cita conmigo ? - Detuvo el caminar con cierto tic en el ojo derecho. Esa era la voz de su hermano. Que sonaba demasiado grave, como si imitara una voz― Claro que si Kurosaki-kun, ¡me encantaría! - Un intento de voz femenina le obligo acercarse.
Ahí frente al espejo del baño su hermano sin camisa no dejaba de hacer extrañas poses con shampoo entre sus manos.
―¡¿ Ichinii?! - El desconcierto la incitó a gritar. Esa acción tomo por sorpresa Orihime quien se creía sola soltando el envase que de un solo tirón cayó al piso.
― ¡Puedo explicarlo todo! No es lo que parece ― Genial, aparentemente su hermano sí había heredado un poco de la estupidez de su padre.
― ¿Qué es lo que no se parece? ― Yuzu se asomó entre la puerta viendo a su dos hermanos sin comprender nada. Eso le da una idea a Karin.
Orihime parpadeó con constancia sintiendo la sangre acumularse en sus mejillas al tener a ambas jovencita mirándola fijamente. Yuzu mira a Karin cruzarse de brazos y darse la vuelta.
― Nada Yuzu. Sólo que Ichinii nos dejara jugar con su consola por toda una semana. Eso si no quiere que alguien se entere de lo que escuche― La pequeña causó que Orihime se estremeciera.
― Etto ... por mi está bien― Eso bastó para engrandar la sonrisa de Karin. Era tan fácil hacer negocios con su hermano.
― ¡¿Es enserio ?! Muchas gracias― Con sorpresa correspondió el abrazo que la chiquilla castaña le daba. Esas jovencitas eran apenas unos dos o tres años mayores que Momo-chan.― No huele a quemado― Movió su nariz intentando captar más el olor. En efecto si olía a quemado.
― ¡La comida! ―Gritó Inoue hecha un caos, como un torbellino bajó la escalera y al llegar a la cocina, la olla ardía en unas moderadas llamas. Tomó un mantel y con apuros dejó la olla en el fregadero abriendo el grifo con rapidez.
― Mi cocina― Yuzu llegó justo en ese instante para lamentarse al ver las cosas como estaban. La cocina hecha un desorden, rastro de comida en varios lugares esparcidos y el olor a quemado present― Ichinii, shu, shu, fuera de mi cocina. - le regañó - Yo me encargo de cocinar, tú de lavar los platos y sacar la basura a la calle― Con leves empujones sacó a una abochornado muchacho.
― Tranquilo, no es tu culpa. Ya sabes cómo se pone cada vez que alguien invade su zona de "trabajo" - Karin le animó - ¿Sabes? Necesitas un baño. Además de la cocina tu apestas, Ichinii― Comento subiendo de nuevo por las escaleras. En efecto, el cuerpo del Kurosaki necesita un baño.
Orihime suspiró lista para bañarse ¡Encontraría una forma!
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― Orihime, hoy no podré acompañarte a tu casa. Tengo que hablar con alguien algunas cosas― Ya en la salida del Instituto Tatsuki frenó su caminar, esperando a que Orihime entendiera su decisión.
― Por mí no hay problemas Tatsuki-¿chan? - Decirle así le llevó a su infancia, cuando ambos muy buenos amigos.
Arisawa movió su cabeza aliviada comenzando a marchar e Ichigo retomó su caminar con la mochila recargada en el hombro, conocía la dirección de pies a cabeza, bastaba con apurar el paso y llegaría temprano.
Pasado unos cuantos segundos Tatsuki se aproximó de nuevo a la estructura de la institución para esperar un poco inquieta que alguien saliera del instituto.
― Llegas tardes. Creí que la impuntualidad no era lo tuyo― Le retó a la figura frente a ella. El muchacho tan sólo calló dejándola hablar.― Bueno, eso no importa ya estás acá. Necesito de tu ayuda― Miró hacia los lados asesorándose de que no hubiera nadie más.― A unos cuantos pasos de acá hay un café. Ahí podremos hablar con más confianza― Ella esperó la respuesta jugando con nerviosismo con la correa de su maletín.
― Por mí no hay problema, Arisawa― Perfecto. Eso dibujó una sonrisa en la de cabellos cortos y oscuros.
Retomaron así la marcha al lugar citado. Ese chico sería el comodín que la ayudaría en muchas cosas.
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― ¿Buscas a Ichinni? ¿Ichigo Kurosaki? ¿Mi hermano? - La incredulidad estaba palpable en la voz de Yuzu que no salía de su asombro. Frente a ella una muy bonita chica pedía hablar con su hermano. ―¿Estás segura? - Inquirió de nuevo.
Entre tantas personas que había en el mundo, la que él más confiaba- su dulce y querida hermanita- no podía creer que una chica de la talla de Inoue preguntara por él. ¡¿Acaso era muy poco hombre para Orihime?!
― Si. Y necesito pasar Yuzu― Sin más entró a la casa. Ichigo se detuvo cuando sus ojos captaron a Karin jugar con su consola. ¡Él no le habida dado permiso! Estuvo tentado a ir hasta ella pero se contuvo necesita ir con Inoue. Por lo visto debía estar en su habitación.
Karin refregó sus ojos, ¿era ella o en verdad había visto una figura femenina entra a la casa? Los pasos apresurados de Yuzu y la sonrisa emocionaba que cargaba basto para preguntar qué pasaba.
― ¡Una bonita chica ha preguntado por Ichinni! - Chilló con emoción de solo pensar que su hermano pudiera tener novia.
― Segura que preguntaron por nuestro hermano― La otra aseguro sin quitar su emoción― ¿Rukia? ¿Tatsuki? - Esta vez dio el nombre de las amigas con las que su hermano se relacionaba con frecuencia.
― No, no. Esta era muy bonita. Tenía grande ojos grises y lindo cabello naranja - La describió recordando cómo se había quedado muda con solo verle.
― ¿Inoue? ¿Orihime Inoue? ― La persona que ella conocía con los cabellos anaranjados además de su hermano era a esa chica. - Vaya, Ichinii tiene buen gusto. -
― ¿La conoces? - Karin afirmó con un leve movimiento concentrando toda su atención en el juego.
― Ella vive con Hinamori, la amiga de Toshiro. Pero la verdad la conocí porque estuvo trabajando un tiempo en la panadería camino a la secundaria los fines de semana. Ichinni me present the present ahí― Los ojos de Yuzu se iluminaron, se adentró en la cocina un vaso para escuchar mejor lo que esos dos hablaban - ¿A dónde vas Yuzu? - Karin dejó el juego aun lado cuando su hermano subía las escaleras con el ahínco de hacer el menor ruido.
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- ¿Por qué pones música Kurosaki-kun? - Indago Orihime tamboreando las manos sobre las rodillas al ritmo de la melodía. Ichigo cuando entro la habitación pasó seguro, se acercó al ordenador y puso música.
- Así no nos escucharan. En esta casa el concepto de privacidad no parece ser conocido. No me extrañaría que justo ahora estén tratando de averiguar que pasa aquí― Al otro lado de la puerta Yuzu estornudó― Seamos serios Inoue ¿Qué crees que haya pasado?
Pasados algunos segundos y nada.
- ¿Tú que piensas Kurosaki-kun? - Orihime le miró esperanzada, el otro hizo un mohín y frunció el ceño― Bueno, ¿qué te pare poner algunas normas? Así llevamos esto más fácil.
Eso llamó la atención de Ichigo que le miro atentó.
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