Cuando Parda entró en la habitación, Safina temió que notara lo que había sucedido, pero al parecer, no se dio cuenta de nada. Por lo que se veía, aún estaba un poco molesta por lo anterior, y honestamente, cuando se veía enojada, daba miedo.

Por alguna razón, se le quedo viendo a los ojos, cosa que asusto un poco a Safina. Su mamá le había enseñado a percibir los sentimientos de las personas a travez de los ojos. Cuando vio en sus ojos, notó enojo y coraje, notó malestar. También notó que trataba de ocultarlo. Pero debajo de todo eso, vio algo más. Algo que nunca había visto antes en otra persona. Debajo de todas aquellas emociones, había algo más. Algo que sin lugar a dudas, era peligroso.

Mientras analizaba lo que veía, Parda comenzó a hacer lo que menos esperaba. Se echó a reír. Safina no entendía de que se estaba riendo, cuando le dijo:

-Sabes, es chistoso como cambias de cara así de repente. Primero pones cara de amargada, luego estás curiosa e interesada , y luego te doy miedo. Acaso en mis ojos hay una escritura antigua, la cual tratas de leer o algo parecido?
-Jajaja, muy gracioso

Parda se le acercó

-Oye, estás bien?
-Si, porque?
-Estas bien?
-Bueno... es que tal vez si te hubiera hecho caso acerca de lo de la ropa, no hubiera pasado lo que pasó. Me perdonas?
-Por supuesto, para que son las amigas?
-Tú me consideras una amiga?
-Claro, y orgullosamente la primera.
-De verdad? Nunca habías tenido una amiga antes?
-No, nunca. Cuando vengo a los campamentos, tengo a Alex, pero eso es distinto.
-Si. Por cierto, hablando de ello...
-Ay no
-Alguien está enamorada, cierto?
-Alguien llamada Safina, de alguien llamado Daniel.
-Eso no importa, estamos hablando de ti.
-Si aja.
-Por si quieres saber, la obligación de una amiga es molestarte. De esta no te escapas.
-Bueno...
-Estabas a un par de centímetros de besarlo y tú te escapas. Que es eso?
-A ver, lo amas?
-Si, pero...
-Él te ama?
-Creo
-Entonces?
-Yo nuca le corresponderé
-Estas loca. El está loco por ti. No dejes pasar la oportunidad.
-No lo entenderías. Yo nunca seré suya.
- Que es lo que no entendería?
-Es complicado.
-Entiendo
-Pero gracias por preocuparte por mí, amiga.

Safina la miró con compasión. No comprendía del todo pero lo que sí entendía era que Parda, por alguna razón, no podía estar con el, cosa que le dolía, lo veía en su rostro.

Por la noche, Safina estaba en su cama. Estaba pensando en todo lo que había pasado aquel día,  estaba segura de que había sido uno muy raro. Parda había salido a dar un paseo nocturno. Safina miraba al techo de la cabaña, cuando de repente entro Parda corriendo y le dijo:

-Rápido, ponte los zapatos y ven
-Para?
-Ya verás, solo apúrate

Parda la llevo a lo más alto de la montaña. Fue una subida costosa, pero llegaron a lo más alto de ella. Y cuando Safina vio todo lo que estaba a sus pies, se quedo maravillada. La luna llena estaba en lo alto del cielo y alumbraba todo lo demás, era simplemente hermoso. Incluso Safina lo pudo apreciar.

A lo lejos se escucho un aullido de lobo. Parda le pregunto a Safina.

-Dime, tú sabes aullar?
-Como?
-Como lobo
-No
-No sabes?
-No
-No te preocupes, yo te enseño. Primero cierra tus ojos. Debes mirar a la luna y sentir su belleza. Sentir como tú cuerpo absorbe cada partícula de ella. Imagina que eres un lobo, corriendo por el bosque, que sientes la naturaleza a tu alrededor. Corres como nunca lo habías hecho. Eres libre. Y entonces es cuando lo sientes. Sientes como tú voz está lista. Y aúllas.

Desde el corazón  de Parda, brotó  un aullido sonoro, que llenó el silencio. Casi parecía música. Lleno cada centímetro del bosque. Parecía como si fuero de un lobo, con un toque de humano. Era simplemente el aullido perfecto. Para sorpresa de Safina, el bosque le contesto. Se oían aullidos de otros lobos. Pero estos eran distintos. Estos eran salvajes y daban miedo. Estos eran completamente distintos al de Parda.

Una vez que terminaron, Parda le pregunto si lo quería intentar. Cuando lo hice, salió un aullido completamente diferente. Resumido, un intento de aullido en la boca de un humano. No muy contenta con su éxito le propuso a Parda, regresar al campamento.

Mientras bajaban se oyó un ruido entre los árboles, y Parda aguzó el oído y la vista. Miro atentamente a la negrura del bosque como acechando unos segundos. Pero luego se enderezó, puso sus manos en su cadera y dijo fuertemente.

-Ya sabemos que están allí, salgan.

Del bosque salieron Daniel y Alex. Era obvio que las habían estado espiando. Entre Parda y Alex hablaron.

-Vale, vale, como quieran.
-Que hacen aquí?
-Oímos los aullidos y vinimos a escucharlas.
-Me parece una excusa muy pobre, pero tendré que aceptarla.
-No es nada más que la verdad.
-Si tú lo dices.
-Oye, Parda, podemos hablar a solas un segundo.
-Lo siento, pero no.
-Por qué?
-Qué crees que diga la gente si se entera de que estuvimos caminando solos por el bosque en la noche?
-Que tuvimos un paseo nocturno.
-No menso. Pensarán que eres un pervertido.
-Pero no lo soy!
-Ya lo sé, pero ellos no.
-Cierto
-No te preocupes, podemos hablar mañana.
-Está bien

Parda tomó aire y le dio un beso ella mejilla. Alex se pudo tan rojo como un tomate y se tocó el lugar donde lo había besado. Parda río ligeramente y se despidió de los chicos, mientras se dirigía a la cabaña, seguida de Safina.

Mientras, Daniel tenía graves problemas en bajar a Alex de su nube.

-Me besó.
-Si, ya lo sé.
-Eso fue increíble.
-Si, claro.
-Pero no pude declárame le.
-No te preocupes, ya será mañana.
1Crees que ella piense que soy un pervertido?
-Claro que no
-Cierto.
-Tenías razón, ella sí sabe aullar.
-Se veía tan hermosa a la luz de la luna.
-Allá vamos de nuevo

Mientras en la cabaña

-Parda!
-Que?
-Lo besaste!
-Si, y?
-Eso fue tan hermoso.
-Ya se. Espera. Que?
-Alguien está enamorada.
-Si claro, mejor vamos a descansar.
-Si tú lo dices.

Se fueron a dormir, esperando a que volviera a salir el sol, lo que ellas no sabían, era que aquel nuevo amanecer, traería nuevos problemas de enorme magnitud. Una cual ellas no podrían controlar.