Capitulo 11 "Colmillo Blanco"
Parda y Safina habían avanzado un buen trecho de camino. Safina se sentía feliz, pues se encontraban más cerca del campamento, sin contar que ya no sentía tanta repulsión a todo lo que la rodeaba, lo cual era mucho mejor a tenerle miedo y asco a todo lo que la rodeaba. Solo imagínense que les de asco el oxígeno, ósea.
Pero sin embargo, se sentía ligeramente preocupada por Parda. En primer lugar, no entendía cómo era que sorprendentemente, sabía a dónde se dirigían, sin Parda, se hubiera perdido desde hace siglos. Pero por otra parte, pareciera como si los roles se hubieran invertido. Parda se veía como si todo lo que hubiera en el bosque, le diera miedo. A cada ruido que se producía, se ponía a la defensiva y en una pose muy agresiva, pero en el momento en el que veía que Safina la veía, regresaba a una pose normal y sonreía con un poco de nerviosismo, como si se diera miedo a ella misma.
Por otro lado, Safina sentía como el miedo fluía por sus venas. Habían pasado muy cerca de su campamento y los olores familiares la embriagaban, pero temía mucho que fuera descubierta por su manada, o peor, por Safina. Cada ruido que se producía, sentía el instinto de ponerse a la defensiva, en caso de que fuera algún lobo o también, alguna presa que literalmente esté pidiendo a gritos ser cazada. Pero después se daba cuenta de que se estaba comportando como lobo y que tenía que volver a comportarse adecuadamente.
Los colores teñían el cielo de rojo, desde el escarlata hasta otros tonos más suaves. Parda sabía que los lobos generalmente son nocturnos y que cazan de noche, por lo que seguir la caminata sería muy peligroso. Ya habían avanzado unos cuantos kilómetros y se habían alejado lo suficiente del campamento por lo que no sería tan peligroso.
Escogieron un árbol frondoso y con ayuda de unas cuantas ramas para cubrirse del viento, se armaron un pequeño refugio. Tras comer un poco de la carne de la mañana, Safina se sintió cansada, pues había caminado como nunca más lo había hecho, por lo cual se acostó y casi inmediatamente se quedo dormida.
Parda pensó que tal vez, lo más prudente, sería convertirse en loba, para asegurarse de que nadie se acercara a Safina mientras dormía. Sabía que eso de estar despierta las 24 horas del día, tal vez no sería tan favorable, pero temía por su seguridad y se dijo a sí misma, que tendría todo el tiempo del mundo para descansar, pero ahora, tenía que ser fuerte y resistir. Se transformó y como se sentía muy cansada, decidió echar una cabezadita.
Habían pasado un par de horas, cuando oyó un aullido. Se sintió feliz al saber que era el aullido de Alex. Al inicio se sorprendió un poco. ¿Que rayos estaba haciendo Alex, aullando a la medianoche? Pero después, se contesto a simia a, pensando que quizás, no podría dormir, de la preocupación por ella y se sintió feliz.
Ella sabía reconocer aullidos y lo que contenían y aunque Alex era un humano, seguía teniendo emociones. Su aullido mostraba mucho miedo, pero también mucho amor. Parda se sintió muy feliz y gustosamente le correspondió desde el corazón. Pero Alex no fue el único en oírlo.
Desde la oscuridad, surgió una sombra negra que se plantó en frente de Parda y la miro profundamente. Ella le correspondió con una mirada llena de odio y una pizca de miedo. Sabía que él no era precisamente un lobo inocente y que le sacaría el mayor provecho a la soledad en la que se encontraba. Parda le preguntó.
-Que haces aquí Colmillo Blanco?
-Sabes que vine a buscarte preciosa.
-Que quieres?
-Sabes bien lo que quiero.
El lobo negro se comenzó a acercar a Parda. Se empezó a acercar demasiado.
-Aléjate.
-No lo haré.
-Por qué me haces esto?
-Porque tú eres mía.
Colmillo Blanco había comenzado a acorralar a Parda contra unos árboles. Parda sintió miedo, sabía lo que quería hacer el. Desde hace tiempo que lo había tratado de hacer, pero todas ellas habían terminado con heridas graves proporcionadas por Parda.
Pero esta vez era diferente. Si hacia algún ruido probablemente despertaría a Safina y Colmillo Blanco la notaria y trataría de hacerle daño. No tendría más remedio que atacarle, pero a pesar de todo, Colmillo Blanco era fuerte. Siempre había podido contra el siempre que solo eran dos, pero en esta ocasión, había un tercero. No podía permitir que el la lastimara, ella era su amiga. Simplemente se mantuvo quieta, con la esperanza de que algo sucediera y él se alejara. El le comenzó a susurrar.
-Conque finalmente te estás dando por vencida.
-No.
-Admite que haz caído ante mí.
-No
Parda sentía el enojo fluir por su cuerpo, pero debía de contenerse. No podía permitir que la furia la cegara y la hiciera caer. No se dejaría vencer, aunque esto significará aparentemente, darse por vencida.
-Sabes querida, todos te pueden considerar fuerte y feroz, pero sabes, debajo de todo eso, solo hay una pequeña chica, que no puede defenderse a sí misma. Eres débil, y eres mía.
Esa fue la gota que colmó el vaso. En ese momento, ya nada importaba, ni Safina, ni Alex, ni ella misma, lo único que le importaba ahora era darle una lección al lobo negro. Ella se abalanzó contra él y comenzó a atacarlo con toda fuerza como jamás lo había hecho. Colmillo Blanco comenzó a atacarla igualmente, pero mucho no había podido hacer, pues en se mismo momento, Parda atacaba con todas sus fuerzas gritando.
-NO SOY DÉBIL!!!
-Es lo que tú crees.
-Y JAMÁS, JAMAS SERÉ TUYA.!!!
Parda atacaba fuertemente, cuando de repente, sintió un aroma en el viento. Olía a miedo. Miro angustiada hacia la dirección desde donde se producía el olor y angustiada, noto que el olor, venia del lugar en el que estaba Safina, quien con mucho temor, se hacía la dormida. Colmillo Blanco, ubicó con la vista a la chica y sonrío malévolamente.
Colmillo Blanco se acercó y cuando estuvo a punto de propinarle un zarpazo a Safina, Parda corrió y le empujó para que no la hiriera. En esos momentos, se sentía tan molesta con el lobo negro que no pensó en lo que hacía y con gran determinación, encajo sus colmillos en el cuello del lobo. Ya comenzaba a sentir la sangre en su boca, cuando oyó una voz grave detrás de ella:
-Parda, que se supone que estás haciendo?
Era su padre, y no solo el, sino toda la manada, mirando horrorizados la escena.
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Muchas gracias por leer mi historia. Les deseo a todos una feliz Navidad junto con sus seres queridos.
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