Narrador omnisciente.

Ya había pasado mucho rato desde que jisung dejo nuevamente el bosque para irse a su casa.

Ahora minho quien volvía a ser invisible estaba sentado en la rama de un árbol, mirando atentamente la casa que estaba en el centro del bosque.

Minho conoce bien al hombre que habita aquella pequeña cabaña.

Un hombre alto, de cabellos negro, bastante entrenado y con el cerebro de un desquiciado.

El hombre perdió la cordura. Es un verdadero enfermo, el había torturado y asesinado a cada una de sus víctimas sin piedad alguna ¿Cómo podía caber eso en la cabeza de alguien?

Minho había querido acercarse pero nunca lo logro, siempre sentía un asqueroso olor y la tristeza que le envolvía no le dejaban continuar, no lo entendía.

El cada tanto se acercaba a mirar cómo aquel hombre traía a alguien nuevo.

La última persona que vio fue un chico rubio, no parecía tener más de 16 ya que era bajito. No habían pasado muchos días. El supone que en la bolsa que vio hace un rato ser arrojada a la tumba yacía aquel muchacho de cabellos rubios.

"Pues ahí va otro"

Dijo minho entristecido, suspirando cansado.

Le hacía muy mal ver cómo aquellos muchachos y muchachas perdían su vida a manos de aquel monstruo.

Pero minho nada podía hacer.
El solo miraba de lejos, siendo un fantasma testigo de cada pobre persona que pasaba por esa puerta.

Había visto llegar a varias personas.

Pero por ejemplo el último, el muchacho rubio.

El había llegado junto a su amigo, claramente el pobre se perdió y llego a la puerta de la cabaña.

Pobre de el por haber tocado esa puerta.

Ahora minho solo puede relatar cada historia que ve de lejos, solo mira sin poder hacer nada como las personas llegan y se van.

Entran de pie y salen dentro de una bolsa.

Minho agradece con su inexistente corazón que esa historia no le pasará a jisung.

Y ahora que recordó a jisung, dedicó unos minutos para poder verificar su sentir.
Al parecer se hayaba bien, y algo alegre. Inmediatamente minho se fue hasta el límite del bosque y ahí lo vio.

Jisung estaba sentado en el patio de su casa, muy tranquilamente mientras tomaba mate.

"Hola mí dulce niño"

Hablo minho usando un poco de su poder, ya que estaba algo alejado y no cree que jisung lo escuché.

Jisung miro a todos lados y nada encontró.

—.Oh... ¡Hola, minho! —Contesto con entusiasmo jisung, mientras vertía agua en el pequeño envase.— Oh, ¿Quieres venir a tomar mate conmigo?

Pregunto feliz pero temiendo que minho le dijera que no.

"Oh..."

Vamos minho, rompe las reglas... Hazlo.

Hazlo por el... Hazlo solo por Jisung.

Y minho al ver la felicidad de Jisung no podría negarse.

"Está bien, mí dulce niño"

Sonriente minho salió del bosque, sintiendo un peso en su espalda pero no le quiso dar importancia, portando su felicidad se acercó a jisung y luego se sentó frente a el.

Jisung se dio cuenta de que estaba minho delante de él.

—.Uh.. Hum... —Jisung no sabía bien que decir.— ¿Quieres... Un mate? —Le pregunto con timidez mientras le extendía el mate.—

"Creo que puedo probarlo"

Minho sonrió y luego se volvió visible. Jisung le dio el  mate mientras miraba a minho.
No podía dejar de pensar que era muy apuesto.

Minho extrañado miro el mate y luego con sus dos dedos tomo la bombilla, luego se la llevo a la boca y tomo un poco.

Sabía amargo cosa que causó una pequeña mueca en su rostro, pero para su sorpresa no sabía mal, estaba realmente bueno.

"Me gusta, es amargo pero delicioso"

Jisung sonrió ampliamente.

—.Me alegra que si te gustará. —Hablo jisung, realmente estaba feliz de que minho si le gustará su bebida favorita.—