03
YoonGi sentía que perdía la cordura a medida que avanzaban los días y constantemente su mente le hacía recordar todo lo que había pasado, como si su conciencia o lo que fuera se estuviera burlando al verle completamente inestable ante el recuerdo del demonio.
Sinceramente, se sentía al borde de la locura, había sido acosado, perseguido y casi violado por un demonio que parecía tener una obsesión con él; pero Yoongi se encontraba más tocado por el hecho que el tonto demonio se había ido, había cumplido su palabra y no había aparecido en los últimos tres meses.
A pesar de que su orgullo se viera afectado, Yoongi anhelaba profundamente su toque, sus besos, sus caricias, su todo.
Yoongi quería que volviera.
Y aún más debido a lo ocurrido la noche anteriores y por lo que realmente fué internado; había sentido como si su mente se hubiera apagado ante una sobrecarga y por eso había colapsado como lo había hecho.
Nunca había estado tan aterrado en su vida como lo había estado. Anteriormente, aquello no pasaban de voces y susurros, pero la noche anterior había sido demasiado vívido para su cordura; en su mente se había mostrado pequeñas visiones, pequeños flashes y voces que se incrementaron de golpe a tal punto que incluso creía haber sentido en carne propia el dolor de otro.
El estaba seguro de que el demonio era el autor de todo aquello y le había hecho algo aquella noche en que tuvieron sexo, porque nunca antes había sufrido algo así. Yoongi sabía que aquellas voces que escuchaba, incluso ahora, provenían de algún lugar, pero no de su mente.
Realmente parecía fantasía.
Pero esto era real y Yoongi tenía saber como hacer para que se detuviera, por eso sentía la necesidad indescriptible de encontrarlo y que le explicara o que detuviera todo aquello que ya comenzaban a cansarlo tanto física como mentalmente. Lo ocurrido ayer, era un claro ejemplo de ello.
Para YoonGi, el demonio era la única vía fiable, porque sabía que si hacía exteriores aquellos pensamientos ante cualquier persona sería tomado como un desquiciado; incluso, su mejor amigo quien estaba a su lado en este momento subiendo aquellas tediosas escaleras hasta llegar a su departamento y cuestionandolo, terminaría por internarlo en un hospital creyendo que estaría finalmente perdiendo la cabeza.
Yoongi no podía arriesgarse.
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--Entra... --le pidió que ingresará primero, luego de abrir la puerta de su nuevo apartamento.
Se había mudado hacía pocas semanas y Yoongi quería convencerse de que lo había hecho debido a que el lugar quedaba aún más cerca de su trabajo. En parte lo era, pero realmente no quería aceptar que lo había hecho porque cada vez que entraba a su vieja casa, mirara el lugar que mirara le traía algún recuerdo del demonio.
Incluso en los últimos días en la antigua casa, durante la noche, dormía en el sofá; no era capaz de dormir en el mismo lugar donde lo había hecho con el demonio sin desesperarse al no tenerle cerca, hasta el punto de querer llorar.
Yoongi cerró la puerta detrás suyo y buscó a tientas el interruptor. El lugar contaba con dos habitaciones cada una con baño personal, una empleada para su habitación y otra para su estudio personal; tenía una cocina comedor pequeña, una sala de estar, un lavadero y nada más.
-- ¿Por qué todo está tan oscuro?-- Yoongi se tensó en su lugar ante las palabras del menor.
Yoongi sabía que Hoseok encontraba aquello extraño, teniendo en cuenta que antes él huía de la oscuridad como a la peste.
-- Encenderé la luz, abre las cortinas... -- prefirió decir, tratando de no sonar extraño y finalmente encontró el interruptor.
Hoseok acató su orden de inmediato, y las mejillas de Yoongi se volvieron completamente rojas, sin poder evitar avergonzarse, al ver como las cortinas eran corridas para dejar entrar la luz.
Yoongi lo sabía, el demonio más de una vez había utilizado las sombras para llegar a él, por eso había tenido la vaga esperanza de que si mantenía el lugar en penumbras, él aparecería.
Claramente no lo había hecho y Yoongi se sentía estúpido por ello.
--Hay comida, bebidas en el refrigerador, toma de él lo que quieras... --le señaló el mismo desde su posición sin mirar, no quería que Yoongi viera su sonrojo. -- Iré a ducharme, tengo el olor del hospital impregnado en la piel --se quitó la chaqueta que comenzaba a fastidiarlo y la dejó sobre el sofá, antes de dirigirse a su habitación.
Mientras caminaba por el pasillo, palmeo sus mejillas un instante, encontrándolas completamente calientes. Suspiro resignado y estiró sus brazos, luego movió su cuello de izquierda a derecha, sintiendo lo contracturado que estaba y pensó que necesitaría un buen masaje.
Al llegar a la entrada de su habitación, estiró su mano para tomar el mango, pero se detuvo en seco al recordar que él había dejado la misma completamente abierta y ahora estaba cerrada.
Antes de que pudiera hacer algo, su vista captó algo en sobre el mango de la puerta, justo en donde estaba tocando y sus ojos se abrieron de golpe al reconocer sangre sobre el metal.
Miró su mano manchada, antes de posar su mirada en la puerta, mientras que su corazón comenzaba a dar una carrera.
Tenía el pensamiento de correr hasta su teléfono y llamar a la policía, pero por alguna razón no se movía, se sentía atraído, como si alguién le llamara.
Tragó pesado y volvió a posar su mano en la manija, contó hasta tres y abrió la puerta de golpe, sin importarle las consecuencias.
-- ¡¿Que demonios?! --aquél grito se le había escapado, sin saber si sentirse aliviado o preocupado.
El demonio había regresado y estaba herido.
Como una abeja a la miel, Yoongi se sintió atraído hacia el demonio, por lo que rápidamente se acercó, observando el estado en el que estaba. Todo su cuerpo estaba regado de hematomas e incluso podía ver algunas heridas abiertas y profundas, pero lejos de asquearle, le preocupó.
El demonio de inmediato sintió su presencia, abrió sus ojos con dificultad y una sonrisa se dibujó en su rostro.
--YoonGi... --su voz era un susurro y Yoongi luchó contra las ganas de llorar al escucharle.
Sin poder contenerse, acortó la pequeña distancia que les separaba y subiendo a la cama, le abrazó.
--¡Ah! --el demonio se quejó levemente cuando el rubio, sin querer rozó una de sus heridas y Yoongi como un resorte se separó.
--¡Lo siento! --exclamó moviéndose a un lado, mientras miraba con detenimiento las heridas, sin saber qué hacer.
--¿Qué te pasó? ¿Por qué estás así? ¿Cómo es posible que estés así? ¿Por qué no volviste? --Yoongi de inmediato mordió su lengua al darse cuenta en la manera en que reclamaba al demonio el cual tenía una mueca de sorpresa ante su catarsis.
Desvío su mirada completamente avergonzado, sintiendo nuevamente sus mejillas enrojecer y dió un pequeño brinco cuando sintió la cálida mano del demonio en una de ellas.
Sus miradas se encontraron y ambos guardaron silencio, simplemente mirándose el uno al otro. El demonio acarició su mejilla sin apartar su vista, mientras que Yoongi sentía que quebraría a llorar en cualquier momentos mientras miraba a aquel demonio con cara de niño. Sus ojos eran tan profundos, brillantes e hipnotizantes que no podía dejar de admirarlos.
--Te extrañé... --susurró el demonio estremeciendo con ello todo el cuerpo de Yoongi. -- Y mucho... -- agregó acariciando y delineando el rostro níveo del humano.
Una lágrima traicionera abandonó sus ojos y el demonio se encargó de limpiarla, antes de que su mano descendiera y buscara la suya. Yoongi se sintió tonto por llorar, pero no podía evitar lo que sentía y le parecía algo estúpido el que fingiera que no estaba feliz y preocupado de verlo; el demonio podía leer su mente fácilmente, le parecía estúpido tratar de ocultar algo que no podía.
Por eso, a sabiendas de que podía quedar en ridículo de cualquier manera, dejaría a rienda suelta sus impulsos, por primera vez; y sintió que fué lo correcto al ver que el demonio no se burló de él ni dijo nada ofensivo ante su comportamiento.
Yoongi tomó aire profundamente y bajo la atenta mirada del demonio, llevó su mano derecha lentamente hasta el jovial y hermoso rostro del demonio. Era tan hermoso que parecía fantasía, su belleza obviamente no era de este mundo y Yoongi tenía que fuera irreal, pero lo era.
Su mano descendió trazando lentamente cada rasgo, el demonio se dejaba hacer, mirándole atentamente.
--¿Quién hizo esto? --Yoongi hizo una mueca de preocupación ante los moratones y cortes que tenía en toda su extensión.
El demonio no contestó, le miraba entre curioso y preocupado.
--Yo... -- Yoongi vaciló, aquellas palabras parecían realmente difíciles de pronunciar. --También te extrañé... --soltó finalmente sintiendo el agarre del demonio apretar en su mano, sin dañarle. --Cuando dijiste que no volverías, pensé que era una broma, que era como otras veces, pero... Después pensé que me volvería loco... Te extrañe muy mal, Jungkook--su voz se quebró en un susurró y sintió el estremecimiento del demonio ante la mención de su nombre.
--¡Ah! ¡Suéltame! --un grito de dolor rompió su burbuja y la puerta fue abierta nuevamente.
Hoseok era arrastrado con fuerza, por un muchacho con pinta de matón. Tenía cabellos grises, ojos verdes, era casi tan alto y musculoso como Jungkook; y también como este tenía extraños tatuajes en casi toda la piel que podía observar. Su rostro mostraba una mueca de burla hacia su Dongsaeng, como si disfrutara verle a punto de colapsar.
Hoseok volvió a gritar de dolor, Yoongi tuvo la intención de ir en su ayuda cuando intento levantarse, pero Jungkook lo retuvo por las muñecas con fuerza y habló: --Jimin. --el tono del pelinegro era bajo y amenazante, llamando la atención del tal Jimin.
Yoongi observó de hito en hito una batalla de miradas, incluso juraría haber visto chispas saltar en el aire.
--Suéltalo. --Jimin parecía querer contradecir. --Ahora. --pero la manera en que Jungkook hablaba, dejaba en claro que el punto no era discutible.
El demonio Jimin gruño asustando tanto a Yoongi como Hoseok que estaba aún entre sus manos y Yoongi no sabía cómo, pero podía sentir el gran poder que emanaba de ambos seres de otro mundo, casi era palpable y le asustaba como el infierno.
Creyó que ambos se batirian a duelo y a Yoongi le preocupaba que aquel demonio tomara ventaja debido al estado delicado de Jungkook, pero se sorprendió cuando el llamado Jimin dejó libre a Hoseok, quien de inmediato cayó al suelo y se arrastró asustado, tratando de alejarse de él.
Las muñecas de YoonGi inmediatamente fueron liberadas del agarre del demonio y sin pensar demasiado corrió hasta su mejor amigo.
--Hoseok... --lo llamó, pero este parecía shockeado, no apartaba la mirada de Jimin. Parecía a punto de colapsar debido al temor que tenía. -- Hoseok. -- nuevamente intentó hacerle entrar en razón y tomó el rostro del menor entre sus manos. --Hobie... --acarició su mejilla y finalmente Hoseok reaccionó.
Sus ojos le miraron y se llenaron de lágrimas de inmediato, antes de que Hoseok quedara envuelto entre los brazos de Yoongi. Un gruñido resonó de parte de Jimin asustandolos, Hoseok se aferró aún más a él, mientras que Yoongi no apartó la mirada del demonio; este le miraba como si quisiera desaparecerlo, su ojos verdes ahora estaban profundamente oscuros y sus músculos de los brazos estaban totalmente contraídos debido a que apretaba fuertemente sus manos en puños. Yoongi incluso podía jurar que los tatuajes en su piel se movían.
En ese momento,YoonGi sintió el verdadero terror.
--Jimin... --la voz de Jungkook resonó nuevamente en amenaza, Yoongi observó claramente cuando éste apartó la mirada luego de unos instantes y bufó exasperado.
El rubio realmente estaba intrigado por saber qué tanto poder tenía Jungkook sobre aquel demonio, como para ordenarle cosas.
«Yoongi, levanta a Hoseok.»
Yoongi no sabía porqué, pero obedeció de inmediato a Jungkook y prontamente Hoseok estuvo de nuevo sobre sus pies, pero aún aferrado a él, sin darse cuenta de que el demonio no había utilizado su voz para decirle aquello.
«Tengo tanto que contarte, pequeño...»
--Espero que lo hagas ahora... -- respondió inmediatamente, sin poder quitar la mirada de Jimin, como si temiera que el otro demonio saltara sobre ellos en algún momento.
--¿Qué haga qué, Hyung? -- cuestionó confundido Hoseok en un hilo de voz, aún escondido entre sus brazos.
YoonGi quiso responder, pero algo pareció hacer clic en su cabeza y miró inmediatamente a Jungkook quien sonreía ampliamente desde su posición sobre su cama.
-Yo puedo...
Jungkook asintió mostrándose contento de que aquello pasara.
«Me escuchas en tu cabeza, bebé...》YoonGi se sonrojo por aquel mote y no apartó su mirada de Jungkook.
--Pensé que me estaba volviendo loco... -- balbuceo, recibiendo miradas extrañadas tanto de Hoseok como Jimin.
«No te estás volviendo loco bebé... » JungKook negó e hizo una mueca de dolor ya que había sido un poco brusco. «Compartes una especial conexión conmigo y en parte por eso estoy aquí, para explicarte todo...»
Yoongi le miraba atónito, él lo sabía, sabía que aquellas voces tenían que ver con el demonio.
--Pues entonces, explícame... -- pidió el rubio luego de unos segundos de haber procesado aquello, mientras su corazón se oprimía con una extraña sensación.
--¿Explicar qué? --la voz tosca de Jimin le hizo recordar que no estaban solos. --¿Que coño estas diciendo?
El demonio dio un paso hacia ellos y Yoongi actuó por instinto escondiendo a Hoseok detrás de él, incluso sabiendo que el demonio podía matarle como si nada.
--YoonGi y yo... estamos enlazados... --Yoongi observó claramente como el rostro del demonio de cabellos grises dejaba ver sorpresa y finalmente su cabeza procesó lo dicho por Jungkook.
--¿A qué te refieres con que enlazados? --inquirió totalmente perdido.
Una maldición proveniente de Jimin se oyó en la habitación y a juzgar por su reacción, aquello no era nada bueno.
Por primera vez en su vida tuvo miedo de lo que podría pasar.
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[ Editado | 2019 ]
ARMY_KAWAII987
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