Capítulo 65
Cinco años. Cuarenta y ocho maravillosos meses de matrimonio. Dieciséis cambios de estaciones de constante aprendizaje sobre la comunicación humana. Mil cuatrocientos sesenta y un días en los que me obligué a extender mi paciencia a niveles necesarios para no terminar dejando calvo al hombre que tenía como esposo.
Aun así.
Cada día seguía igual de enamorado como los primeros meses, algo fantástico, porque había visto en el algún sitio de internet mencionaban que si después de la etapa del enamoramiento, aún querías estar con esa persona. Era allí aquel lugar donde en verdad pertenecías. Y voy a ser sincero, no fue nada fácil, no todo fue color de rosas; tuvimos que aprender a lidiar con nuestras peores facetas, en especial, a manejar nuestros conflictos teniendo conversaciones que en algunas ocasiones duraban horas, eso sí, antes de ellas. Nos asegurábamos de calmar nuestras emociones negativas, para así poder evitar posibles discusiones nuevas.
Porque vamos, Seamos honestos. A nadie le gustaba discutir con la persona que amaba.
El timbre de la casa resonó dando anuncio a que teníamos visita, aparté por un instante la mirada de la pantalla en la que estaba en una llamada con mi mánager para mirar a esa dirección, ambos estábamos teniendo una reunión con los correctores sobre los cambios en el nuevo borrador que había enviado semanas antes, apagué el micrófono soltando un bufido cuando volvieron a llamar, pero Jungsoo ni siquiera se inmutó desde donde se encontraba.
—Park Jungsoo, ve abrir la puerta, no puedo hacerlo yo ahora mismo. —Volvieron a llamar con insistencia—. ¡Jungsooo!
—¡Estoy sacando algo del horno, Suk, ve a abrir tú! —Volví a bufar.
Soltando malas palabras por lo bajo me levanté a regañadientes y me apresuré a ir a la puerta, al abrirla, mis orbes se abrieron en toda su capacidad ante lo que tenía en frente. No eran nada más ni nada menos que Yongban con su mujer y su pequeña hija. Casi dando brincos pequeños de felicidad, me acerqué a estos para fundirnos en un apretado abrazo grupal.
—Siento que ha pasado una eternidad desde que te vimos —comentó con un deje de nostalgia mi mejor amigo.
Asentí de acuerdo intentando de forma fallida tragarme las lágrimas.
Había pasado un tiempo, demasiado, desde que los habíamos visto en persona. Para ser más específico, desde que había sacado el último borrador y el tour por Norteamérica, me había centrado en mejorar mi trabajo haciendo cursos y asistiendo a seminarios de importantes escritores. Jungsoo me acompañó en la gira, para sorpresa de todos, por lo que al pasar tanto tiempo juntos también resultó en nuevas canciones para la banda y no iba a negarlo, peleé con sus amigos para que esta vez le dieran más protagonismo a la voz de mi esposo adorable.
Volvimos a nuestra nueva residencia casi dos años después, el diseño de esta era muy diferente a como era antes, era majestuosa y moderna, definitivamente el arquitecto se había lucido. Su interior era una mezcla minimalista con un toque romántico que me recordaba a Dark Academia. Era, en pocas palabras, hermoso. Jungsoo tenía su propio estudio donde practicaba y grababa canciones, yo tenía el mío para pintura y en el primer piso —ya que la casa era de dos plantas—, Estaba mi preciada biblioteca, lugar en que empecé a recolectar mis novelas favoritas, teníamos un área de ejercicio, allí el azabache hacía boxeo con la ayuda de Hal, él más que nadie sabía cómo gastar la energía del híbrido, por otro lado, las chicas y yo nos hacíamos Pilates con personas capacitadas que venían desde la ciudad más cercana.
Por otro lado, tuve que hacer una minuciosa búsqueda de un psicólogo porque el que me atendía se había retirado de su cargo después de largos años de trabajo, no negaba que al principio me costó encontrar uno que pudiera considerar apto para mi caso, y de nuevo Hal fue quien intervino presentándome a Sienna Bradbury, una despampanante chica de veintiséis años de cabello largo y claro, sus ojos marrones eran bastante cautivadores si se apreciaban un cierto tiempo, al comienzo de nuestras secciones, para ganar confianza, según ella. Me relató que desde muy joven siempre sintió algo de vergüenza por venir de una familia pobre, dado que su carrera en ese entonces no era viable para alguien de escasos recursos y que desde que perdió a sus padres en un accidente, ha sentido una gran fascinación por la muerte.
Era una mujer interesante, tenía un carisma agradable, y si no fuera porque era un hombre abiertamente homosexual, definitivamente ella sería mi tipo ideal. Solíamos reunirnos una vez cada quince días, por lo que debía viajar de forma constante a la ciudad vecina.
—No voy a negarlo, estoy muy sorprendido de verlos aquí. —Me aparté a la vez que me sorbía los mocos.
—Para que veas que si nos acordamos de ti, no como otros —juzgó este.
—Tienes razón, soy un terrible amigo, lo siento. —Me rasqué la cabeza, sintiéndome apenado.
Los tres pares de ojos fueron a mi costado, asumí que Jungsoo había terminado lo que sea que estaba preparando para la cena, por lo que lo miré con una pequeña mueca. Este saludó animadamente a los recién llegados, y junto a él entramos sus maletas.
—Vaya, la casa es más grande en persona —comentó Hyunjin una vez atravesamos la sala de estar.
—¿No se sienten muy solos aquí?, ¿no han pensado en adoptar? —No pude evitar hacer una mueca.
Ese era uno de los temas controversiales entre Jungsoo y yo, él amaba a los niños y yo no, yo amaba los animales, pero Jungsoo no quería mascotas en casa, no contábamos con tiempo suficiente para tener una mascota a la cual debíamos pasear y estar pendiente como queríamos en realidad debido a nuestros trabajos, por lo que no volvimos a tocar ese tema.
—He escuchado que el alquiler de vientre es muy popular, Ricky Martin lo hizo. —Por supuesto que habíamos considerado en esa oportunidad, sobre todo, Jungsoo, pero había un problema con ello.
—Jungsoo es estéril —revelé, estos apretaron los labios.
Y yo también lo era, ¿Cómo pasó eso? En una de las golpizas que recibí por parte de mi padre, quedé en un estado en el que era imposible tener hijos de mi parte, al principio no le di importancia, porque vamos, era gay, podía adoptar en un plan a futuro a muy largo plazo, pero en el momento en que Jungsoo mencionó ese método con sus ojitos llenos de esperanza, con la ilusión de que al menos nuestro futuro hijo tendría algo de ADN de uno de nosotros me rompió el corazón, porque le estaba arruinando su mayor sueño, y me sentí muy frustrado por ello.
—¿Estás seguro de que eres estéril? Quizás cuando te hiciste el último examen no estabas del todo recuperado —intentó animar Yongban.Negué con la cabeza mientras mis hombros se encorvaban.
—Suelo hacerme exámenes cada seis meses y el resultado es el mismo —murmuré—. Nunca tuve problema con ello, ¿Saben? Pero ahora las cosas son diferentes y la carita de ilusión de Jungsoo aún me atormenta.
—¿Se lo has dicho? —Asentí—. ¿Y qué te dijo?
—Que lo entiende y que no debería sentirme culpable de algo que no podía manejar. —Casi suspiramos al unísono los tres.
Para ese punto de mi vida, a pesar de las dificultades que en esta se me presentaron, me di cuenta de que conforme el tiempo pasaba, las cosas poco a poco iban acomodándose en su sitio, como si se tratara de un constante rompecabezas en la que ciertas piezas que pensaba que estaban destinadas a encajar. Al final del día no lo hacían, era entonces cuando venía ese horrible pensamiento de que no encajaríamos en algún lugar por nuestra forma de ser, pero nuevamente, era la vida que nos daba vuelta y nos hacía encajar en un mejor sitio, en un mejor lugar, el que debíamos estar desde un comienzo.
O al menos eso creía.
Observé como Jungsoo jugaba con la pequeña Haneul, a unos metros estaban mis dos mejores amigos organizando lo que habían traído mientras tenían una agradable conversación con los demás miembros de la banda y los chicos, a lo lejos se podía apreciar el atardecer —ya que estábamos en el mirador—, miré cada detalle queriendo memorizar la paz que aquel panorama me brindaba, las risas de Jungsoo en sintonía con la de la pequeña y las ocasionales de mis amigos eran unas de las pequeñas cosas que quería llevar conmigo para siempre.
—¿Vas a traer las cervezas o no, Yeonsuk? —me riñó Hal a distancia, mientras masticaba uno de los emparedados que había preparado Hyunjin.
En respuesta lo miré mal mientras abría la cajuela de la camioneta, saqué de su interior el pequeño refrigerador y caminé hacia ellos una vez volví a cerrar esta. Dejé este al lado del arcángel mientras volvía tomar lugar junto a Natasha.
—El postre está delicioso, Haneul —comentó esta.
Limpié las comisuras de sus labios para lamer mi pulgar comiéndome así los restos de crema, agarré algo de pizza y mientras era regañado por parte de Yongban le di un gran mordisco a esta.
—No puedo creer que nos vinimos a enterar de tu matrimonio un año después —se quejó él por milésima ocasión desde que se lo conté.
—Estaba buscando el momento indicado, además, tenía muchas cosas en mente para hacerlo especial —intenté justificar mi falla.
—Nos lo dijiste por videollamada, eso no tiene nada de especial —se mofó su esposa.
—¡Exacto! ¡Por una maldita videollamada! Ni siquiera fuimos invitados ni nada... —apoyó Yongban.
—No se hizo gran cosa, tampoco exageres —me quejé, introduje un panecillo en su boca cuando este la abrió dispuesto a seguir quejándose.
—En realidad, si se celebró su matrimonio, tengo algunas fotos si desean que se las muestre. —Mi ojo izquierdo tembló ante las palabras de Hal.
Estos no dudaron en insistir, por lo que nuevos regaños vinieron tanto de ellos como de los miembros de la banda. Damas y caballeros, me convertí en el villano de mi propia historia en ese instante.
Después de un par de minutos de bromas, Jungsoo trajo una guitarra consigo mientras los chicos se encargaron de encender una fogata a la vez que la dulce voz de mi esposo cantaba canciones aleatorias, Matt se encargó de hacer las armonías haciendo el ambiente más ameno. Me levanté de mi lugar luego de haberme comido el malvavisco.
—¿A dónde vas? —interrogó Noah con la boca llena.
—A recargarme. Se me acabó la batería social. —Sacudí mi trasero quitando así los restos de mugre.
—No tardes y tampoco te alejes tanto —me aconsejó Matt.
—De acuerdo —respondí.
Me senté en la parte trasera de mi camioneta y con una rama larga comencé a hacer dibujos en la tierra, sí. Quizás lucía ridículo y estaba siendo descortés al dejar a mis amigos, pero para ese punto, estaba agradecido de contar con personas comprensivas en mi círculo social. Ellos entendían perfectamente que en algunos momentos mi mente se desconectaba, en ocasiones eran partícipes de mis ataques de ansiedad y eran ellos los que me ayudaban a volver en sí en todos esos malos ratos. Al igual que entendían los instantes en donde me era incapaz de salir de cama debido a mis etapas depresivas o cuando mi batería social estaba en su punto más bajo.
Estaba tan agradecido con ellos por eso, en especial, con Jungsoo quién ha sido mi apoyo para levantarme cuando mis ganas de hacerlo eran casi nulas, siendo media hora más tarde, más o menos, cuando el sol había desaparecido por completo detrás del horizonte, sentí la presencia de alguien a mi lado, por su distintivo olor a colonia con suavizante de ropa a bebé supe que el tatuado se encontraba junto a mí.
—¿Puedo hacerte compañía? Ya sabes, vamos a estar solos, pero juntos. —No pude evitar reírme ante sus palabras—. ¿Puedo sentarme junto a ti?
—Claro. —Apoyó su culo a mi lado, miró atentamente lo que estaba haciendo mientras apoyaba su mentón en mi hombro—. Hueles muy bien, ¿Alguna vez te dije que me gusta tu aroma? Siempre hueles a café recién hecho con un ligero olor a vainilla. Cuando sales de tu estudio siempre destilas un olor a libro viejo, tu piel es tan suave y tan pálida que no entiendo como no tienes hematomas con lo torpe que eres.
—¿En serio pones atención a todo eso? —murmuré con una sonrisa.
—Por supuesto. Eres mi esposo y me encanta fijarme en los pequeños detalles que conforman al ser humano que tengo a mi lado.
—Eres tan lindo —Besé su frente.
—Lo sé. —Ambos reímos.
Levanté mi mirada al cielo a la vez que soltaba un suspiro.
—Has estado pensativo últimamente. Yeonsuk, ¿Ocurrió algo? —Acarició mi espalda.
—Sí. Tienes razón, he estado en algo.
—¿Puedo saber que es ese «algo»? —insistió.
¿Debería decirlo?, ¿Debería intentar convencerlo o intentar que me prometiera que lo haría?, ¿estaba mal mi forma de pensar?
—Sobre lo que dijo Hal esa noche que vinieron Los Cazadores... —Este asintió lentamente no entendiendo a qué punto quería ir, por lo que tomando una bocanada de aire finalmente solté lo que tenía que decir—: Hal, tiene razón. Una vez que yo muera, tienes que prometerme que vas a seguir adelante.
Mis palabras lo dejaron paralizado.
—Sé que aún soy joven, y que no debería estar reflexionando en este tipo de cosas cuando aún tenemos mucho tiempo que vamos a compartir, pero ese hecho sigue llegando a mi cabeza. La idea que sufras y te sometas a una soledad eterna por mi culpa me atormenta, no creo que podría vivir el tiempo que me queda de forma tranquila si soy consciente que no podrás seguir adelante después —hablé con rapidez, Jungsoo se apartó para mirarme con el ceño fruncido.
—Yeonsuk...
—Está bien llorar, es sano sentir dolor por un tiempo, pero tienes que seguir tu vida, prométeme que seguirás adelante, Soo... —Mi voz se rompió, sus manos sostuvieron mi rostro al mismo tiempo que lágrimas empezaron a descender por mis mejillas—. Prométeme que vas a vivir por los dos, te vas a enamorar de nuevo, que me recordarás solo un poco, sea cual sea el modo que quieras y pensarás en nosotros de vez en cuando. Quiero que seas feliz aun cuando no pueda ser partícipe de tu felicidad.
—Suk. Suk. Suk. Detente, me estás rompiendo el corazón. —Su voz sonaba también afectada.
—Lo siento, en serio, lo siento, lamento ser solo un humano, yo... —Su boca calló la mía, me besó de manera dulce, intensificando mis ganas de llorar, por lo que más lágrimas empezaron a descender por mis mejillas, unas detrás de otras.Y solo cuando quedé sin aire se apartó.
—Tienes razón. Eres demasiado joven como para estar considerando en ese tema, así que por favor, no te mortifiques, tendremos tiempo de sobra para pensar en eso. —Limpio mis mejillas con suma ternura—. Tú y yo, estamos en el presente, recuérdalo.
—Pero, Soo.
—Pero nada, Yeonsuk Park.
—Al menos prométemelo.
—Yeonsuk...
—Me sentiré mejor si lo haces —hablé entre pucheros a punto de echarme a llorar otra vez.Este soltó un pesado suspiro y asintió.
—Te lo prometo.
—¿De verdad? —Este asintió con una pequeña sonrisa—. Si mientes juro que te jalaré los pies cuando muera.
—Deja de pensar en la muerte.
—Lo haré cuando hagas la promesa en serio. —Este unió nuestros meñiques para besar estos.
—Nuestras promesas son en serio, y lo sabes. —Asentí. Sintiéndome más aliviado de poder haber hablado con él al respecto.
—Te amo mucho, Jungsoo.
Este me miró por un largo momento, fue entonces cuando sus ojos cambiaron de color, brillaron como nunca lo había hecho desde que lo conocí.
—Y yo te amo a ti, Alma Preciosa.
https://youtu.be/dyy9DvJrseo
¡Hola, Hola hermosa criaturas!
En esta nota quería agradecerles a dos personitas nuevas que le han dado la oportunidad a mi historia, KarlaVenoth y Espero que estén disfrutando de la lectura.
También quería mencionarles que la lista de canciones está publicada en el apartado inicial de Playlist, también puedes pedirme los links de las playlist mediante un comentario o un mensaje por interno, así podrás escuchar las canciones que influyeron en la creación de la novela.
Sin más que añadir, les deseo un lindo fin de semana.
¡Los quiere mucho!
LAURA OSPINA
xx
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