Capítulo 59
Le di un largo trago a mi chocolate caliente mientras observaba la película de terror que Jungsoo había elegido para ver ese día que habíamos tenido libre, a través de la pantalla pudimos ver como el protagonista era perseguido por el asesino a través de una carretera abandonada. No pude evitar pensar que en caso de que yo estuviera en su lugar, en definitiva, no perdería mis energías intentando huir estando en medio de la nada, para empezar, ¿Quién demonios se va a vacacionar a ese tipo de lugares?, ¿la gente era siempre así de estúpida?
—¿Crees que sobreviva? —Jungsoo rompió el silencio a mi lado.
—Las probabilidades son escasas, se cansará pronto, ya verás que sí.
—Hombre de poca fe.
—No hables como Jesús, es pecado. —Escucharlo reír atrajo mi vista a su dirección—. ¿De qué te ríes?
—Eres muy gracioso. —Rodeé los ojos ante sus palabras.
—¿Me estás llamando payaso?
—No seas exagerado, Park.
—Es Gong. —Volvió su vista hacia mí frunciendo el ceño—. Nuestro matrimonio es falso, aún conservo mi apellido de algún modo.
Aprecié como su mandíbula se tensó, me juzgó con la mirada de arriba hacia abajo un par de ocasiones antes de terminarse su bebida caliente de un solo trago. Después dejó el vaso en la mesa pequeña que tenía en frente, soltando un dramático suspiro cruzándose de brazos contra su pecho, acción que hizo que mis ojos bajaran a su torso para apreciar como la camisa se apretaba de forma maravillosa en el área de sus bíceps.
Maldición.
—¿Hasta cuando vas a recalcarme que nuestro matrimonio es una farsa? —Alejé mis pensamientos cochinos en ese instante.
—Hasta que deje de serlo. —Levantó las cejas a mi dirección—. Exijo mi divorcio falso.
Volvió a juzgarme con la mirada, intenté mantenerme serio, pero era demasiado gracioso verlo actuar de ese modo, por lo que reírme fue inevitable.
—¿Por lo menos estamos en una relación no? ¿O también eso es falso? —preguntó con sequedad, ofendido notoriamente.
—Eso no. Me lo pediste y me diste mi tiempo para considerarlo, y no fui presionado a tomar una decisión de la noche a la mañana para ocultar algo, así que se considera una propuesta aceptable. —Me miró mal otra vez.
—Me tuviste esperando por meses, ¿Te gusta hacerte el difícil no?
—Quizá.
—Descarado —murmuró para sí mismo haciéndome reír—. No puedo creer que terminé enamorado de ti.
—¿Ya te arrepientes? —me mofé.
—Sigue con esa fe, Enano. —Lo miré entreabriendo mis labios y encogiendo mi cuello con el propósito de sacar mi papada mientras lo observaba con indignación.
—¿Cómo me llamaste? ¡Tengo una altura decente, Atrevido criticón! Que falta de respeto, en serio. —Chasqueé la lengua y este volvió a mirarme de nuevo de arriba para abajo—. Que poco ético, la verdad, ay no. ¡Exijo mi divorcio!
—¿Supuestamente me amas? ¿Por qué me pedirías el divorcio si me amaras? —me siguió el juego, llevándose la mano al pecho, exagerando su expresión de indignación.
—¿Ahora dudas de mi amor, Park Jungsoo? ¡Hyaaa! ¿Acaso quieres morir, ah? —Me levanté de un brinco empuñando mis manos para dar pequeños brinquitos y golpear el aire como si fuera un boxeador preparándose para subir al ring.
Jungsoo no se quedó atrás, imitando mi acción, fingimos tener una pelea cuerpo a cuerpo donde evitábamos los ataques del otro imitando los movimientos que hacían en la película de Matrix, por lo que las risas resonaron por la sala y lo que estábamos viendo en el televisor quedó olvidado por completo.
Solté un chillido en el momento que este atrapó mi cintura con sus brazos apresándome contra su cuerpo, así que rodeé su cuello con los míos bombardeando su cara con besos cortos, provocando que una amplia sonrisa se dibujara en el rostro contrario.
—¿En serio dudas que te amo? —murmuré en el momento que rocé mi boca contra la suya.
—¿Si digo que no vas a dejar de decir que me amas?
—No.
—No dudo en lo absoluto, precioso. La manera que tus ojitos brillan cuando me miras habla más de lo que piensas. —Parpadeé como damisela a propósito haciéndolo reír.
—Supongo que no puedo mentirte, mis ojos tontos me delatan. —Este emitió un gruñido.
—No los llames así. —Rodeé estos en respuesta.
—¿Qué otra parte de mí te gusta además de mis ojos? —Este hizo un ruido gracioso mientras ladeaba la cabeza forma pensativa y fruncía el ceño.
—Mierda. Es una pregunta muy difícil, hay muchas cosas que me gustan de ti.
—¿Ah, sí?, ¿son demasiadas?
—Sí, muchas —dijo en tono aniñado.
—Te amo, híbrido tonto. —Besó mi boca múltiples veces.
Alguien empezó a llamar a la puerta con insistencia de modo que me aparté del tatuado a regañadientes, lo seguí hasta la entrada a pesar de que me pidió que aguardara en la sala, después de todo, no era normal que tocaran de esa manera. Cuando Jungsoo abrió distinguimos a Hal al otro lado de la entrada, estaba usando su ropa de trabajo, pero su cabello lucía desalineado, como si se hubiera pasado las manos por este muchas veces, su vista fue directamente al azabache.
—¿Qué ocurre? —preguntó el bajista.
—Los Cazadores están aquí, la orden les exigió que no entraran al pueblo, por lo que están en el cementerio de las estatuas, así que te necesito ahora.
Tenía entendido que la orden era aquellos que eran como Hal y Jungsoo quienes examinaban a los extraños que se adentraban al pueblo para verificar si se consideraban una amenaza para sus especies como los habitantes humanos, por lo que si mencionaba que todos ellos ya se encontraban en un punto de reunión, eso significaba que el asunto era serio.
No pude ser partícipe de cuál pudo haber sido la reacción del híbrido, agarré su antebrazo intentando llamar su atención sintiendo una leve presión en mi pecho.
—Jungsoo...
—No. No puedes venir con nosotros —interrumpió el mencionado con su rostro tenso, quería quejarme y llevarle la contraria, pero no podía ser tan estúpido, mi presencia en aquel lugar solo sería un problema para los chicos, en especial, una preocupación innecesaria para Jungsoo.
—Regresa a salvo, por favor. —Sus facciones se relajaron y finalmente asintió después de observar las mías.
Agarró las llaves de la motocicleta y cerró la puerta detrás de sí, dejando una sensación extraña de vacío y amargura con su ausencia.
¿Qué se supone que debía hacer en ese momento? Por supuesto, esperar.
Las palabras de Adams vinieron a mi mente, al parecer su advertencia era cierta, y sentí culpa por no haberle dicho eso a Hal, ¿Y si se desataba un enfrentamiento otra vez?, ¿por qué siquiera había cazadores todavía empeñados en aniquilar a los Tepbrilims?, ¿acaso estaban dispuestos a desobedecer a su creador?
Pasando las manos de modo ocasional por mi cara me obligué a ser espectador de como las horas fueron trascurriendo lentas y mi ansiosa cabeza se esmeró en sacar su lado más creativo planteando en mis pensamientos escenarios devastadores en donde perder a Jungsoo formaba parte de la trama de aquellas, por mucho que intenté distraerme haciendo otras cosas, me era imposible sentirme angustiado, así que decidí llamar a mis amigos de Corea, estuve hablando varias horas con cada uno de ellos y para cuando terminé la última llamada, me hallaba de nuevo en aquel punto de inicio en el que no sabía qué hacer.No tenía hambre, de modo que la idea de ponerme a cocinar algo quedó descartada. Paseé por toda la casa numerosas veces y en el momento que me aburrí caminé por el vecindario hasta que la soledad de la madrugada me obligó a volver a entrar de nuevo bajo techo.
Me tumbé en el sofá soltando un bufido y creé escenarios mentales en un intento de distraerme, con el paso del tiempo mis ojos poco a poco comenzaron a pesar. Estaba seguro de que no me encontraba del todo dormido, ya que era consciente de mi entorno, tanto así que pude escuchar a la perfección cuando la puerta se abrió, se escucharon pasos después y más tarde voces que me aseguraron que no había llegado una sola persona.
—¿Qué haremos entonces, Hal? Al parecer no piensan dejar el lugar... —Distinguí la voz de Jungsoo.
Escuché al mencionado suspirar de forma pesada.
—Encontraremos la manera de poner un acuerdo, es evidente que ellos quieren un enfrentamiento, están sedientos de sangre y no pensamos darles ese placer.
—No considero que debamos hablar de eso aquí, no quiero preocupar a Yeonsuk.
—Tu novio está dormido.
—Esposo —corrigió Jungsoo, hubiera deseado ver la reacción de su mejor amigo ese instante—. Ya que estamos hablando de eso, he estado considerando que tal vez después de que toda esta mierda pase, cuando las cosas se calmen, podría pedirle matrimonio de verdad.
Hal gruñó cosas que no pude entender.
—Lo que tengas con Yeonsuk no es de mi incumbencia, pero como amigo te dejó en claro que hay muchos en contras para que estés llevando tan en serio esa relación. Para empezar. Eres consiente que siempre deberás vivir mirando por encima de tu hombro, aun cuando el creador haya dictado que no habrá más cacerías, seguirán habiéndolas porque es el albedrío que los cazadores han elegido. En tu vida no habrá calma que dure mucho y usarán a los tuyos para llegar a ti, sin mencionar lo obvio, Yeonsuk Gong es un humano. —Un silencio se hizo presente entre ellos—. Va a envejecer...
Sentí una punzada en mi pecho ante sus palabras, ¿Cómo pude olvidar ese insignificante detalle? Por supuesto, era un humano. Iba a morir en algún punto de mi vida y la idea de que ese hecho dejara a Jungsoo lastimado me rompió el corazón, sobre todo, porque era algo que no estaba en nuestro en mi control.
—Cállate, Hal. No te atrevas a ir por ese camino. —No podía verlo, pero su voz desgarrada me hizo dar cuenta de que esas palabras lo había afectado por completo.
—¡Es la verdad, Jungsoo, y tienes que aceptarla! Yeonsuk envejecerá...
Maldije el hecho de que no podía despertarme e insultar a ese idiota por ser tan insensible, sabía que lo que decía era cierto, pero que se lo dijera de ese modo y en esas circunstancias me hervía la sangre.
—Estoy hablando en serio, Dawson. Cierra la puta boca.
—Morirá como todos los humanos en este mundo y tú quedarás aquí, atándote a una relación que para nuestro tiempo será corto. —Maldición.
—Eres un hijo de puta.
—Es la verdad, así que déjate de cursilerías. Disfruta el tiempo que puedas con Yeonsuk y no te aferres a él como si fuera a estar contigo para toda la eternidad. —Hubo un silencio por parte de ambos—. Mejor concéntrate en lo que es verdaderamente importante, ya tenemos los suficientes problemas en este momento como para hacer bodas ridículas.
—Que tu puta relación haya sido un fracaso con Hannah, no tienes el derecho de amargar la mía. —La molestia era notoria en la voz de Jungsoo y el que le afectara tanto la realidad crudo que Hal estaba diciendo también me rompía el corazón.
—Estoy evitando que cometas el mismo error que yo.
—Ella no tenía la culpa de morir de cáncer, animal sin sentimientos.
—¿Qué te hace pensar que Yeonsuk no enfermará en un futuro? ¿O tendrá un accidente? —Eso en definitiva fue un golpe bajo, incluso para mí.
—No debes estar hablando putamente en serio, Dawson. —Era la primera vez que escuchaba a Jungsoo tan enfadado, en especial, a Hal maldecir una y otra vez.
—Mierda, Park. No quise decir eso, sé que no tiene nada que ver...
—Vete.
—¿Qué?
—¡Que te vayas de una maldita vez, Hal Dawson! ¡Eres un hijo de puta!
—Jungsoo...
—¡Vete! —Después de una larga pausa, escuché la puerta principal cerrarse.
Nuevamente, se escucharon pasos antes de que sintiera como mi cuerpo era cargado con cuidado del sillón, fue entonces cuando pude abrir los ojos sintiendo mi pecho comprimido. Parpadeé numerosas veces para enfocar el rostro del híbrido y al hacerlo noté que sus facciones estaban tensas, aún podía distinguir el enojo en su expresión a pesar de que este intentó disimularlo con una sonrisa forzada cuando nuestras miradas se encontraron.
—¿Te desperté? —Rodeé su cuello con mis brazos.
—¿Hace mucho llegaste? —Mi voz sonó gutural, por lo que me aclaré la garganta.
—No. Llegué hace poco.
—¿Viniste solo?
—Hal me acompañó hasta acá. —Nuevamente, noté un dejé de molestia en su voz.
—¿Ocurrió algo?
—No, precioso. Nada que fuera a mayores.
—Eso significa que ya se fueron. —Este soltó un pesado suspiro.
—Aún no se han ido, pero lo harán pronto. —Quise creerle y mantuve la esperanza de que eso ocurriría.
Enterré mi nariz en la curvatura de su cuello mientras Park me llevaba a nuestra habitación, inhalé de manera profunda sintiendo la necesidad de reconfortarlo después de haber escuchado aquella discusión; sin embargo, no supe cómo hacerlo y lo peor de todo, era que no tenía palabras de aliento que pudieran animarlo.
—¿Por qué no te fuiste a la cama? —Fue él quien rompió el silencio otra vez dejándome en la mencionada.
—Ah, eso... Me quedé esperándote en la sala y me terminé dormido.
—¿Ya cenaste? —Negué con la cabeza—. ¿Quieres que te prepare algo?
—No tengo hambre, además ya es muy tarde. Mejor cámbiate y acuéstate conmigo. —Lo vi despojarse de su ropa como costumbre antes de tumbarse a mi lado y me encargué de cubrirnos con las cobijas.
El tatuado se removió hasta dejar su cabeza apoyada contra mi pecho, envolviendo mi cintura con su brazo y enredando sus piernas con las mías. Soltando un largo suspiro tomé esa oportunidad para empezar a deslizar mis dedos por sus mechones acariciando su cuero cabelludo intentando encontrar las palabras adecuadas que decir, quería cambiar su humor o al menos hacerlo olvidar lo ocurrido por esa noche.
—¿Ocurrió algo, Jungsoo? Te noto extraño —insistí.
—Yo... —Pareció dudar de si responder o no mi pregunta—. Tuve una pelea con Dawson, pero no es la gran cosa, solemos discutir por asuntos sin sentido.
—¿En serio?
—Así es. —Lo escuché suspirar—. Cuando menos lo creas, estaremos como si nada, es algo que ya se hizo un hábito en nuestra relación.
—Claro. Es normal tener desacuerdos con tus amigos, lo importante es la comunicación y compartir ambos sus inconformidades, de esta forma se encuentra una solución. —Este hizo un ruido con la garganta—. ¿Puedo saber la razón...? ¿Por la que discutieron?
—No es la gran cosa, en serio.
—No tienes que contarme si no quieres. —Asintió lentamente.
—Siento que mencioné algo en el momento incorrecto —dijo después de unos momentos de silencio.
—¿A qué te refieres?
—Hal se encuentra muy estresado, esos cazadores quieren un enfrentamiento y planean entrar a la fuerza al pueblo si no entregamos a los Tepbrilims, y él está intentando tener un acuerdo con ellos.
—Entonces el asunto está más complicado de lo que me mencionaste.
—No quería preocuparte, lo siento. —Fue mi turno de suspirar pesadamente.
—¿Qué pasará entonces?
—Prepararnos para un posible enfrentamiento en caso de que la negociación no funcione, pero siendo honesto, siento que de igual modo esto va a terminar mal. —La angustia hizo que la presión en mi pecho se intensificara.
—¿Entonces...?
—En dado caso que se lleve a cabo una batalla, se evacuarán a los humanos usando una alerta específica que ellos reconocen. —Levantó su barbilla y conectó su mirada con la mía—. Si escuchas la alarma, no dudes en evacuar tú también, Yeonsuk.
—Jungsoo...
—Por favor, hazlo por mí. Me sentiré menos agobiado si sé que estás esperando por mí en un lugar seguro. —Recorrí sus facciones con la mirada tratando de reprimir mis ganas de llorar—. ¿Puedes hacerlo por mí?
—Solo si prometes regresar a salvo conmigo. —Este asintió con la cabeza con determinación.
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