Capítulo 50
Caminé de un lado al otro a lo largo del pasillo mirando ocasionalmente la puerta de la oficina de Hal que se encontraba cerrada con el extraño sujeto dentro en ese momento, al traerlo con el arcángel, este no mostró ninguna expresión en su rostro cuando se vieron cara a cara, de modo que me fue imposible intentar descifrar si ambos se conocieron en el pasado o lo había visto el algún lugar en su estadía en el mundo humano, lo peor de toda la situación era que tampoco me permitieron el paso para escuchar de lo que sea que fueran hablar entre ellos, así que no me quedó otra alternativa que aguardar afuera a la espera de que Hal me diera la aprobación de su parte para confiar en aquel sujeto o simplemente que me diera una recomendación de lo que podría hacer, aunque conociendo a Dawson y su eterno recelo con el mundo anexando la opinión que tenían los chicos de este, estaba seguro de que sería difícil que aquel híbrido fuera recibido con los brazos abiertos por parte de él.
Noah y Natasha habían notado nuestra llegada apenas entramos al recinto, y la curiosidad las motivó a dejar su sitio de trabajo aprovechando que aún no abrían el local para husmear de qué era lo que se trataba mi repentina aparición con aquel desconocido, pero sobre todo, estas querían saber por qué este quería dirigirse a Hal, les di los pocos detalles de cómo lo había conocido omitiendo el tema de mi padre de forma parcial y ellas no tardaron en bombardearme con más preguntas que no podía responder, ganándome así el rencor de estas por no informarles de la situación de la manera correcta. Y aun con estas interrogándome desde el otro lado del pasillo, no lograron apaciguar mi incertidumbre.
¿Por qué estaba nervioso en primer lugar? No tenía idea, no es que haya hecho algo malo, pero en cierto modo me sentía responsable de aquel joven.
—¿Crees que esté soltero? —Noah rompió silencio desde donde estaba recargada, Natasha y yo soltamos un bufido en respuesta—. ¿Por qué reaccionan así? ¿Acaso no lo vieron? El tipo está buenísimo —se defendió la chica cruzándose de brazos contra su pecho.
—Todos los tipos que entran al local son guapos para ti, eres insoportable —se quejó Nath ganándose una mala mirada de su amiga.
Continué caminando de un lado al otro mientras mordisqueaba mi pulgar.
—Pues disculpa si eso te ofende a ti, no pensaba que eso te molestara. Solo intentaba aligerar el ambiente. —Me señaló—. O sea, míralo. Parece que le dará un bajón de azúcar.
—¿Pueden parar? —interrumpí la posible pelea entre ellas—. Me están poniendo los nervios de punta.
—¿Nosotras? —se mofó Natasha—. ¿O el tipo que está con Hal?
Solté un bufido en respuesta.
—¿Qué es lo que te tiene tan nervioso? ¿Acaso te dijo algo más de lo que nos has contado? —interrogó nuevamente Noah entrecerrando sus ojos a mi dirección.
—Si ese sujeto está diciendo la verdad, tengo muchas preguntas por hacerle, empezando por el hecho de cuál fue la razón por la que me siguió desde Corea y qué es lo que quiere exactamente de mí.
Natasha asintió de acuerdo. Noah soltó un suspiro pesado para observarme mientras yo continuaba mi caminata por el pasillo mientras junto a su compañera de trabajo me seguían con la mirada. El silencio se hizo tan incómodo que incluso el sonar de mi respiración se tornó molesto en un punto.
—¿Puedes dejar de caminar? Harás un hoyo en el suelo —Natasha riñó a la vez que Jungsoo aparecía en mi campo de visión.
Traía puestos unos pantalones negros acompañados de una camisa gris que se amoldaba perfectamente a su torso trabajado y su infaltable chaqueta de cuero, su cabello húmedo se encontraba peinado hacia atrás donde un delgado y corto mechón caía sobre su frente. Su vista fue de las chicas hasta mi persona antes de que su ceño se frunciera ligeramente mientras se acercaba a estas. Estaba seguro de que por su cabeza se estaba cuestionando lo qué ocurría en ese momento o por qué estábamos en aquel lugar, en especial yo, ya que no era mi sitio de trabajo.
—¿Ocurrió algo? —No tardó en preguntar deteniéndose al lado de Nath quién besó su mejilla en forma de saludo una vez terminó de saludar a Noah en un apretado abrazo.
—¿Por qué no le preguntas a tu esposo? —Nath me dedicó una mirada divertida, arrugué mi nariz para mordisquear la uña de mi pulgar recargándome en la pared.
Los ojos oscuros del híbrido fueron hasta donde yo me encontraba con el entrecejo más pronunciado, se acercó a mí, por lo que me fue inevitable seguirle con la mirada escaneando su figura esbelta. A cada paso que daba no pude evitar sentirme nervioso, no solo por su forma de caminar elegante, tanto así que podía jurar que podría quitarle el trabajo a unos cuantos modelos de pasarela que conozco, pero lo que llevó más protagonismo fue la manera tan intensa que me miraba mientras se pasaba la lengua por los labios.
Ese hombre... Maldición, ese sujeto tenía un poder intenso sobre mí, su sola presencia causaba estragos en mi mente, en mi corazón y emprendía el vuelo de cientos de mariposas en mi estómago.
Cuando estuvo a un solo paso de mí, su mirada escaneó mi cuerpo completo como si quisiera asegurarse de que no tuviera algo fuera de lo normal antes de que sus ojos conectaran con los míos instantes después.
—Hola —susurré sintiéndome tímido.
—Hola —respondió del mismo modo, dedicándome una sonrisa ladeada, levantó su mano para entrelazar sus dedos con los míos, intensificando el hormigueo en mi estómago.
Su tacto se sentía cálido a diferencia del mío. El aroma a jabón acompañado a suavizante y su perfume amaderado llegó mis pulmones, di un paso a él mordiendo el interior de mi mejilla, sintiendo mi vientre bajo contraerse, casi sintiéndome excitado solo por su aroma.
Maldición...
—¿Algo que quieras contarme? —murmuró pasando su pulgar por mis dedos.
Tragué saliva, por alguna razón hablar de ese sujeto me ponía nervioso, algo absurdo, ya que después de todo, no era algo que hubiera estado en mis planes, porque eso significaba que tenía que revelarle sobre mi investigación, no porque esta no estaba en su conocimiento por el momento. Así que no me quedó de otra que contarle sobre ella, también relaté cómo aquel hombre de nombre Matthew Adams me había encontrado en la biblioteca y para cuando terminé de contar los hechos. Para mi sorpresa, este se lo tomó con bastante gracia e incluso pude jurar que en su rostro vi una expresión de ternura mientras analizaba mis rasgos faciales con notorio interés de lo que estaba contado.
Amaba cuando hacía eso.
—Deja de mirarme así, aun si ya eres consciente de mi investigación, no pienso dejar mi interrogatorio hasta entender por completo tu especie —le reñí a la vez que este tiraba de mi brazo para atrapar mi cintura con los suyos.
—No estaba considerando pedirte que dejaras de hacerlo, es más, me parecía prudente que me compartieras tu avance. —Me aparté para mirarlo con sorpresa.
—¿En serio no estás molesto? —Negó con la cabeza.
—¿Por qué debería estarlo? Mi esposo está intentando entender mi especie extraña y eso es algo que valoro mucho. —Me incliné y besé sus labios.
—Me parece justo y necesario.
—Justo y necesario. —Soltó una risita.
Su mirada bajó a mi cuello donde se encontraban algunos de los hematomas que poco a poco habían empezado a desaparecer con el tiempo con la ayuda de los remedios caseros que había encontrado en internet. Me estremecí en el momento que este se inclinó de manera inesperada para besar estos mandando corrientes eléctricas por todo el cuerpo. Rodeé su torso con mis brazos atrayéndolo a mí y bajé mis manos a sus pantalones para meter estas a sus bolsillos traseros.
—¿Y los chicos? —interrogué entrecerrando los ojos al mismo tiempo que ladeaba mi cabeza para darle más acceso a mi cuello.
—Seguro no tardan en llegar, Tyler fue a recoger la camioneta al taller. —No pude evitar sonrojarme ante ese dato.
Cada vez que recordaba lo sucedido aquella noche no podía evitar tener sentimientos encontrados. En especial me sentía culpable con Tyler, su auto no debió pagar el mayor daño de la situación.
—¿Fue...? ¿Mucho el daño? —Este arrugó la nariz en respuesta.
—Un poco, la verdad. —Asentí apartándome a la vez que la puerta de la oficina de Hal se abría.
Hal miró primero a Jungsoo en el momento que abrió la puerta del despacho, su mirada se encontró con la mía después de que yo le diera un vistazo al extraño que se encontraba sentado frente a su escritorio de espaldas, al volverla a Dawson, este movió su cabeza indicándome que pasara, de forma inconsciente miré a Jungsoo y me adentré a la oficina, caminé y me paré a uno cuantos pasos del desconocido justo después de escuchar la puerta cerrarse de nuevo, al mirar a esa dirección observé a Hal volver a su lugar y al tatuado apoyarse contra la pared a varios metros cruzándose de brazos clavando su mirada en la espalda del pelinegro con una expresión estoica.
—Bien. Retomando lo que me contaba el señor Adams, él dice que está en Northesden por ti. —Asentí frunciendo el ceño, no entendiendo muy bien el punto al que quería llegar, sus ojos fueron de mi persona a la suya para entrelazar sus dedos sobre la mesa—. ¿Ya le dijiste el motivo por el cual estás aquí?
Mi vista fue al nuevo híbrido quien negó con la cabeza.
—No he tenido la oportunidad de hablar directamente con él sobre eso, este quería asegurarse de que era alguien confiable contigo antes de acceder algún tipo de comunicación conmigo —Matthew explicó y Hal volvió su vista a mí.
La mirada de Hal escaneó mis facciones antes de dedicarle una fugaz mirada a Jungsoo.
—¿Querías que me asegurara que fuera confiable? —interrogó Hal a mi dirección.
—Está en Northesden, ¿No? Tarde o temprano lo habrías interrogado como a cualquier forastero, solo adelanté el proceso —me defendí ignorando esa mueca de burla de su parte—. ¿Es de confiar o no?
—Por lo que me mostró no tiene malas intenciones, así que si eso te alivia, puedes tomar toda la información que pueda darte a tu beneficio.
Estaba seguro de que los recuerdos y los pensamientos de aquel individuo habían sido analizados por el arcángel, sin embargo, la duda de que no le haya mostrado todo estuvo allí presente, dejando un raro sabor en mi boca.
Este al notar mi incertidumbre miró en dirección a Jungsoo quien se acercó sin vacilar hasta quedar a su costado. Casi luciendo como una pantera analizando su futura presa.
—Cómo te había dicho, este no es un lugar seguro si vienes aquí con intención de hacer daño a las personas que habitan el pueblo. Tengo fe que lo que me mostraste fueron todos tus recuerdos y tus intenciones, pero debes ser analizado de igual forma por uno de los tuyos, es una regla indispensable en nuestro territorio, ¿Estás de acuerdo con ello? —Hal explicó.
Mi mirada fue al desconocido y este volvió su vista a la mía para dedicarme una sonrisa a medias para asentir lentamente volviendo su vista a Jungsoo.
—Si eso hace que mi estadía no sea una inconformidad para ustedes, estoy de acuerdo —dijo este.
—Jungsoo, haz lo tuyo. —Todos centraron la atención en el mencionado, quien apoyó ambas manos sobre el escritorio conectando aquella mirada oscura con la casi trasparente de Matthew.
—¿Te llamas Jungsoo? —Adams rompió el extraño silencio que se formó en el ambiente.
—Así es, dime tu nombre —respondió con simpleza el mencionado.
—Matthew Adams. —Hizo una pausa—. ¿Corea del Sur? ¿Eres de allí o de Corea del Norte?
—Corea del Sur, ¿Por qué? —le respondió en coreano.
Retuve el impulso de regañarle por hablarlo en un idioma que ese desconocido no entendería, el pelinegro frente a él se inclinó hacia adelante sin cortar contacto visual y mostró una sonrisa ladeada.
—Solo tenía curiosidad, he pasado una gran temporada en aquel país, pero no te me haces conocido —este nos sorprendió respondiendo con un coreano impecable.
Hal nos miró sin entender mucho al respecto.
—Hace mucho tiempo no he ido allí —respondió Jungsoo.
—¿En serio? Es una pena. —Los ojos de Matthew brillaron en aquel azul característico en la especie de Jungsoo, por lo que miré a mi pareja quién también sus iris habían cambiado de color.
—¿De dónde conoces a Yeonsuk? —preguntó el tatuado con notorio interés.
—Conocí a su padre. —La ceja perforada de Jungsoo se levantó—. Trabajé como enfermero en la clínica que estaba hospitalizado por varios años, fui uno de los auxiliares que lo atendieron durante mucho tiempo por lo que podría brindarle información a Yeonsuk que quizá necesite escuchar.
—¿Y cómo sabes que Yeonsuk está buscando información relacionada con su padre? Si estás al tanto de su situación, sabrás que la relación que tenía con ese hombre no era buena. —Aprecié como los nudillos de mi hombre se tornaron blancos, debió a la presión que ocasionaban sus puños al estar apretados.
—Eso es verdad, lastimosamente escuché la conversación que tuvo la última vez con él antes de que perdiera la vida. —No pude evitar removerme incómodo.
—¿Qué te hace pensar que él quiere algo de él después de eso? —insistió Park.
—Jungsoo. Esto no es un interrogatorio criminal —le recordó Hal. Matthew rompió el contacto visual para mirarme, me removí en mi lugar de nuevo.
—Si no quieres saber lo que ocurrió con tu padre, ¿Por qué lo iría a visitar al cementerio y luego intentaría investigar después de lo ocurrido en la clínica aquel día que perdió la vida? —Hal y Jungsoo me miraron al mismo tiempo notoriamente sorprendidos.
Había olvidado mencionar ese detalle.
—¿Eso es cierto? —Asentí ignorando la mirada de reproche de Jungsoo, quien se apartó del escritorio para meter sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
—¿Todo listo? —Hal quiso saber dándole una mirada a su mejor amigo quién asintió con la cabeza—. ¿Encontraste algo sospechoso o relevante?
—No. Nada por el momento.
Los cuatro bajamos a la primera planta donde los demás miembros de la banda nos recibieron de forma animada, pero cuando notaron la presencia de Matthew, este fue escaneado visualmente por estos antes de buscar de forma indirecta la aprobación de Hal, quien al notar eso rodando los ojos la dio dando un pequeño asentimiento con la cabeza y finalmente le dieron un tour por el local al recién llegado, Noah no tardó en colgarse de su brazo mientras le presentaba a los chicos y Natasha se limitó a seguirlos no muy segura de su presencia.
Me senté junto a Jungsoo en la barra para mirar su rostro sereno de reojo.
—¿Estás molesto? —rompí el silencio, me miró levantando una ceja.
—¿Molesto? ¿Por qué debería estarlo? —jugueteé con mis dedos mordisqueando mi labio inferior.
—Debí mencionarte sobre la secreta investigación de mi padre, lo siento.
—No tienes que disculparte por eso, Suk, Entiendo que quieras buscar explicaciones sobre lo que sucedió con tu padre, es solo... —Soltó un pesado suspiro.
Fruncí el ceño.
—¿Qué cosa?
—Si Matthew se dio cuenta sobre ti de un modo tan sencillo, me preocupa que más de otro haya puesto su atención en ti, no es que dude de tus capacidades para defenderte, es solo que temo por tu seguridad —murmuró, me levanté para hacerme espacio entre sus piernas.
Tomé su rostro entre mis manos y lo incité para que me mirara.
—Tienes razón ahora que lo mencionas, es probable que mi seguridad se vio afectada desde el momento que abandoné Northesden tiempo atrás o quizás esos seres ya me tenían en su lista de pendientes después de torturar a mi padre, no lo sabremos con exactitud. —Solté un pesado suspiro—. Tal vez, Adams tenga información que nos pueda ayudar a saber que tan grave está mi situación y si deberé andar armado por lo que me quede de vida.
Su rostro se deformó en una mueca de inconformidad ante mi suposición.
—Yeonsuk...
—No quiero que te sientas culpable de esto, ¿De acuerdo? —Asintió luciendo, no muy convencido al respecto—. Quizás él no solo tenga las respuestas de mi padre sino de tu especie.
—Yeonsuk...
—Prometiste no intervenir en mi investigación, ¿Lo recuerdas? —Volvió a mover la cabeza de forma afirmativa—. Estaré bien, lo prometo.
—No creas que no lo estaremos vigilando, aun cuando haya navegado por todo su cerebro no me termina de convencer de que es una persona de confiar —murmuró mirando por encima del hombro—. Hal tampoco confía en él.
—No me sorprende de su parte —me mofé.
—Hay algo extraño en ese sujeto y no puedes negármelo. —Asentí de acuerdo a la vez que veía a los chicos regresar con el nuevo después de haberle dado el recorrido por el local al inquilino.
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