Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

Mi mente divagó como aquellas nubes que rodeaban la aeronave al que habíamos abordamos unas horas atrás, para ese punto, la presión en mi pecho era insoportable; a tal magnitud que estaba seguro de que mis antidepresivos no eran capaces de lidiar con ella, y, el solo recordar mi última noche en Northesden me hizo sentir impotente, triste y molesto conmigo mismo. Odiaba sentirme de ese modo, detestaba que las cosas se salieran de mi control. O al menos, que cualquier asunto terminase en malas condiciones. 

Y como era de esperarse, el recuerdo volvió a mi mente para recalcarme que tan estúpido era. 

 Entré a Baslam aquella noche después de haber hecho mis maletas horas antes, la sensación de nostalgia y tristeza se intensificó en el instante que me acerqué a la barra. Aproveché el momento que estuvieron libres de pedidos para despedirme de las chicas, fue entonces cuando lo vi. Jungsoo tomó el liderazgo en la banda como vocalista. Pero nunca imaginé que la canción que iba a cantar iba a herirme de una manera inimaginable, ya que la reconocí justo antes de que siquiera justo articulara la primera estrofa, To Each His Own por Talos, empezó a sonar. 

—«Si logramos avanzar mientras las aguas nos suben, las partes más difíciles se ciegan ante la razón, pierden de vista lo que va a venir. De lo que está debajo o arriba cayendo, manteniendo el sol bajo nosotros, viendo toda tu emoción» —Para ese punto, el nudo en mi garganta se sentía asfixiante, me era incapaz de dejar de mirarlo, especialmente, cuando el contacto visual era correspondido—. «¿Por qué pasaste tu tiempo liderando un coro cuando la guerra nos esperaba? Como si no lo supieras, ignoraste todas las malas advertencias. Encontramos nuestro final en una silenciosa mañana cayendo bajo el frío.» 

«Lo siento, Jungsoogie, lo siento tanto», pensé sintiendo las lágrimas bajar por mis mejillas con la misma intensidad que mi corazón galopaba de manera dolorosa contra mi pecho. 

—«Yo tomaré el desierto, tu toma la costa. Pero cada quien en lo suyo. Yo tomaré el desierto; si logramos avanzar mientras las aguas nos suben, las partes más duras de tu silencio. Traté de dejar huella en la nieve que caía. Te dejaremos aquí, tú sabes...» —Su cálida voz se rompió, por lo que no pudo seguir cantando, el público aplaudió, animando al bajista a continuar a con la canción, uniéndose así a esta, y allí estaban todos, cantándome de manera indirecta un mensaje bastante claro. 

Para ese punto, solo quería mandar al diablo todo y subir a ese escenario para consolar a mi hombre. Deseaba disculparme por comportarme como un idiota, pero sabía que no podía poner en riesgo su vida, consta de mis necesidades personales. Sacudí mi cabeza al escuchar la voz de Yujeong llamar mi nombre porque este se había dado de voluntario para acompañarme. Centré mi atención en él desechando mis lamentos internos, o al menos, eso lo intenté. 

—¿Qué ocurre? —respondí quejosamente. 

En respuesta, este señaló a su costado, una chica que podría tener la misma edad que Emma se encontraba frente a mí sosteniendo "La Reina Esmeralda" contra su pecho con una sonrisa amplia en su semblante. 

—Hola, señor Gong, lamento molestarle. Soy una gran fan de sus novelas, mi mamá me insistió que me acercara y... —«¿"señor"? ¿Esa mocosa me acaba de llamar "señor"?», pensé ofendido forzando mi rostro a sonreír—. Me preguntaba si no le molestaría darme su autógrafo... 

—Por supuesto, Cariño. ¿Tienes bolígrafo en mano? —La chica movió la cabeza de forma afirmativa, como aquel juguete de los autos que la movían por cada mínimo movimiento que causaba estos—. Para ser honesto, me sorprende encontrar personas que me pidan autógrafos de esa novela en específico. 

—¿Bromea? ¡Es fantástica! Amé cada capítulo, es una pena que no tenga el mérito que se merece. —Casi me echó a llorar de acuerdo con ella, aunque aquel libro haya sido mi peor venta de lo que llevaba de mi carrera, le guardaba un cariño especial. 

—¿Qué opinas de Atenea? —Esta hizo un ruidito nasal gracioso. 

—¡Es mi favorito! —Retuve la necesidad de rodar mis ojos ante su respuesta, ¿Acaso lo hacía por cortesía o era realmente fan de mis historias? 

—No hay que mentir por convivir, señorita... 

—Lim, me llamo Hyuna Lim. —Asentí para terminar la extensa dedicatoria con mi firma—. No miento, es más, fírmame también este. 

Sacó algo bajo su abrigo y solté una fuerte carcajada al ver efectivamente el ejemplar de Atenea en sus manos. En definitiva, esa chica se había ganado mi corazón, de modo que me empeñé en hacer una segunda dedicatoria igual de merecedora que su apoyo a mi trabajo. 

—¿Quieres una foto? —Esta volvió a hacer un ruidito nasal, me levanté y con Yujeong de auxiliar, nos tomamos varias fotografías. 

Después de que la chica se marchó, volví a mi lugar con una pequeña sonrisa en mi rostro, tener lectores que admiraran mi trabajo como escritor era una de las millones de razones por las que amaba este. Me encantaban sus reacciones, y en secreto leía cada comentario que dejaban en mis páginas de redes sociales. Para mí, eran un amor de seres vivientes. 

—¿Te sientes mejor? —Moví mi cabeza de forma afirmativa de forma sutil. 

—Mi cliente ha cumplido la parte su contrato, le exigieron una novela innovadora, y lo hizo, por lo que el incumplimiento del acuerdo no viene de su parte, sino de la editorial... —explicó Yujeong, mientras en la pantalla grande se mostraba claramente el acuerdo. 

¿Cuántas reuniones había asistido a ese punto? Las suficientes como para generarme sueño, o quizás, las necesarias para considerar perdido mi tiempo aun cuando estábamos ganando el caso y teníamos todo a nuestro favor. Por ello iniciamos un proceso de contrademanda que nos llevó a una serie de reuniones para llegar a un acuerdo monetario. Sin embargo, ese era el problema, no quería dinero. Quería que publicaran mi libro y no pensaba cambiar de opinión, Yujeong lo sabía, de modo que ni siquiera intentó convencerme en considerarlo. 

—¿Tienen idea la suma de dinero que está en riesgo? Tuvimos una pérdida considerable con su antiguo lanzamiento, una novela homosexual nos llevará a la ruina —comentó el secretario del CEO, me fue inevitable no bufar por sus palabras. 

¿En qué burbuja vivía ese sujeto? ¿En el tiempo de las cavernas quizá? 

—Eso es ridículo. Al contrario, tendrán más beneficio de lo que ustedes imaginan, para empezar. ¡Estamos en el 2022! Esos pensamientos dejan en claro que hay una fuerte homofobia en su empresa, no solo la represión que mi cliente ha tenido por su sexualidad, porque sí, Yeonsuk Gong es gay. —Murmullos y sonidos de sorpresa resonaron en la sala en la que los abogados tuvieron que intervenir para que guardaran silencio—. La editorial no solo demostrará su apoyo por el colectivo si publican la novela, sino también, atraerá la atención de este. El libro se lanzará en coreano, español y en inglés, ya que contamos con un excelente equipo de marketing, editores y traductores que les ahorrará meses de trabajo, les estamos brindando una gran oportunidad en una bandeja de plata, tanto mi cliente como yo estamos seguros de que si no aprovechan esta, otras editoriales lo harán. 

El CEO mostró una notoria mueca de indignación, me hallaba dispuesto a mandarnos al diablo, pero al notar a los jurados hablar entre sí, al parecer ya convencidos de a quién darle la razón. Calló por varios segundos antes de hablar: 

—Yeonsuk Gong, ¿Se encuentra seguro que rechaza el dinero que la editorial está ofreciéndole? —Quizás era loco por la decisión que estaba tomando, pero no me importaba. Quería que mi libro saliera a la luz y no pensaba echarme marcha atrás después de tanta lucha. 

—Estoy completamente seguro de ello —respondí. 

Varias semanas después me dejé caer en la cama soltando un quejido de abuela que se tronaba la espalda por el simple hecho de existir, Yujeong cayó junto a mí dejando salir un suspiro, no pasó mucho antes de sentir su mirada penetrante en mi persona, por lo que giré mi vista a su dirección, estaba agotado; física y mentalmente exhausto. Apenas tuve tiempo para visitar la tumba de mis padres, volver a ver a Seongna quien se había tomado la molestia en dar promoción a mi novela sin siquiera aún haber sido imprimidos, me hizo sentir en deuda con este.

Fue tanto así su influencia, que la reservación de la preventa colapsó los primeros tres días en que se anunció el comunicado de la venta del libro por las redes de la Editorial. Las reservaciones lograron el número suficiente como para cubrir el promedio de lo que ganaba mis libros. 

Era una locura. 

Infinity; así se llamaba mi libro; relataba la historia de un joven que vivía que en una peculiar ciudad en los que los humanos se podían contar con los dedos, una ciudad donde los vampiros eran en su mayoría los habitantes de esta, ¿Cómo terminó allí? Él no lo sabía, lo único que tenía presente en su mente era que una madrugada despertó en una habitación desconocida y después de ver el noticiero que anunciaba casi el exterminio de la raza humana, se topó con un vampiro en el mismo cuarto que él, solo que en su caso. Este no tenía deseo de "chuparle la sangre", de modo que, junto a él, intentará sobrevivir en su nueva realidad en un mundo lleno de vampiros y deberá ocultar su mundanidad para no ser asesinado. 

La novela se explica en su comunicado que será homosexual, por lo que la controversia no se hizo esperar haciendo tendencia su nombre en los siguientes días, en esta, se hacía una convocatoria a los Haters para quemar el libro frente a mi editorial, algo que solo dejaba en claro la inmadurez y el poco cerebro que usaban ciertas personas. 

—Te lo dije, íbamos a lograrlo... —comentó mi amigo con una amplia sonrisa en su semblante. 

—Lo sé, gracias a ti no habríamos logrado esto, bueno... Gracias a todos ustedes. —Este movió su mano como si quisiera restarle importancia. 

Para ese punto de mi vida, estaba muy agradecido por las personas que me rodeaban, el apoyo que había estado recibiendo por parte de ellos había sido fuerte e incondicional. De modo que les había preparado una tarde de parrillada como forma de agradecimiento, así que allí estábamos, todos en mi cuarto hablando de los buenos tiempos porque los malos eran innecesarios. 

Estaba feliz y había logrado mi mayor meta en la vida: sincerarme con mis lectores. 

El día del lanzamiento llegó más rápido de lo que imaginé, recibí una caja de ejemplares temprano esa mañana, puesto que había pedido estos a la editorial con antelación, por otro lado, en las redes sociales el nombre del libro fue tendencia en Twitter y Weverse. No iba a negarlo, estaba emocionado, la sensación de tener aquel cúmulo de palabras en físico entre mis manos, era inexplicable, se sentía tal como si fuera la primera vez que publicaba una primera novela. 

Era una sensación sencillamente maravillosa. 

Sin embargo, aun cuando estaba rodeado de positividad, no pude evitar mirar aquel pequeño y oscuro rincón donde los Haters estaban empeñándose en hacer ruido, arruinando mi trabajo con actos egoístas y carentes de sentido. Me limité a ignorar a esas personas odiosas, tampoco pensaba en gastar mis energías dando entrevistas en aquellas compañías que lo único que harían sería arruinar mi imagen, no es que me importara, ya que después de todo, me conocía lo suficiente como para saber qué tipo de persona era en realidad. 

Una semana después del lanzamiento recibí las fechas y los lugares que visitaría en la firma de autógrafos nacionales. Agradecí que Busan fuera mi última parada, pues no me sentía mentalmente preparado para que mi mente me hiciera recordar aquel hombre que había dejado atrás, estaba más que seguro que ese sitio, a pesar de no haber sido aquel donde lo conocí directamente allí, mi corazón latiría con fuerza como el estúpido que era. 

¿Por qué me tomaba siquiera la molestia de negarlo? 

Jungsoo Park se coló en mi ser como ningún otro hombre lo había hecho; con esa característica sonrisa de conejo cuya nariz se arrugaba ante su gesto, sus intimidantes tatuajes que contrastaba con aquellos enormes ojos rasgados. Su calidez, aquel aroma varonil mezclado ha perfumado de ropa con olor a bebé. Jungsoo Park no únicamente había logrado tumbar todas aquellas barreras que me tomó tantos años en construir. Si no también, me hizo amarme a mí mismo, me ayudó a reconocer mis grietas y poderlas aceptar tal cual eran. Evolucioné a su lado y el dejarlo solo fue el picó del iceberg de lo mal que me hizo sentir al respecto. Me sentí un completo traidor, un desagradecido, y sobre todo, el ser humano más hipócrita que pudo existir en todo el sistema solar. 

La gira por lo menos mantuvo mi mente ocupada de aquellas voces revoltosas que no paraban en recordarme que tan malas fueron mis decisiones hasta el momento, sabía que Yujeong era consciente de mi malestar, por lo que se aseguraba de llamarme cada vez que tenía tiempo libre, deseaba asegurarse que por lo menos estaba comiendo mis tres comidas diarias, y lo más importante, que tomaba mis medicamentos de manera obediente. Algo que hacía, apenas terminé mis dos primeras semanas de firmas, no dude en tomar mi receso para visitar a mi terapeuta.

Fueron unas largas horas de descarga emocional, en la que aquel hombre de gracioso bigote se limitó a escribir escuchando con atención cada palabra de lo que decía. Y por supuesto, omitiendo el secreto de los chicos, traté de medir mis palabras al momento de responder cada una de sus preguntas. 

—Mencionaste que tuviste contacto con tu padre el día que falleció, ¿Eso es cierto? —Asentí apartando la mirada de la suya—, ¿Cómo llevas tu luto, Gong? Soy consciente que él fue una pieza fundamental en tu vida a pesar de lo ocurrido, por lo que... 

—Estoy feliz que este muerto, es lo mejor —le interrumpí intentando sonar convincente, pero fallé en el acto, porque me escuché exactamente a como odiaba.Como si lo que estaba pasando me estuviera afectando a un nivel que no podía controlar. 

La mirada del señor Kim pasó por cada milímetro de mis facciones, odiaba que me mirara de ese modo, como si mi maldito rostro fuera un mapamundi y quisiera encontrar el triángulo de las bermudas. Llego a un punto que tuve que retener el impulso de decirle: «¿Qué?, ¿me le parezco a su madre? Tome foto, hijo de puta» 

—La negación es el primer paso del proceso... 

—Qué proceso y que ocho mierdas, solo quiero alcohoool, sexo y morirme. —Al notar la seriedad en su rostro me arrepentí de inmediato de mis palabras, aclarando mi garganta me acomodé en la silla incómoda—. Es Mentira, no quiero morir. Quiero vivir. Por mucho muuucho tiempo. 

—Voy a aumentar la dosis a algunos de tus medicamentos. —Empezó a teclear en su computadora. 

—¡De ninguna manera, anciano! —Me quejé juntando mis manos a la vez que hacía pucheros—. Bájale a la dosis, please. Por favor. Ten compasión de esta pobre alma.

¡Hola, Hola!
Sí. Este capítulo no es una ilusión, ¡Es tan real como tú y yo! Después de tomar un pequeño receso decidí volver con toda con esta novela que me tiene enamorada hasta los huesos. Lamento haber pausado mis actividades, trataré que la constancia sea mi prioridad a partir de ahora.
En este mes del orgullo lgbtq+ quiero felicitar a todas aquellas personitas que me siguen y pertenecen al colectivo. Muchas gracias por existir, son personas maravillosas...

También quiero aprovechar para agracerle a @VSelenaC por sus lindos votos, gracias por darle la oportunidad a mi historia.
¡Les deseo un lindo fin de semana!

LAURA OSPINA
xx

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro