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En Días De Lluvia

-Tipo de pareja: Gay | Shonen Ai | Yaoi.

-Pareja: Kageyama Tobio x Hinata Shoyo [KageHina].

-Advertencias: Universo Alterno, ambos se conocen desde que son unos niños de primaria.

-Libro participante en los "The Boke Choice Awards", en la categoría de "Mejor One-Shot AU". Organizado por la página: Página que te avisa si algún día Kageyama dejará de decir Hinata Boke.

-Quiero aclarar que la historia no busca ser compleja ni tomada como algo muy profundo o algo así, sólo es un pequeño relato sin trama, sin pies ni cabeza, pero muy soft.

-Número de palabras: 1442.

Todo inició en tercero de primaria, a la dulce edad de ocho años. La nube opaca que golpeó el cielo y que se avecinó con la idea de que caería una enorme tormenta eléctrica cuando en el cielo de esa tarde ya se iluminaban los relámpagos.

—Vayan directo a sus casas, no tomen desvíos —advirtió su maestra a sus pequeños alumnos, cuando la campana que indicaba el final de la jornada escolar los invitó a irse a casa. Todos los chicos estaban entusiasmados por esa hora más esperada, y no fue de extrañarse que muchos niños se pararan con rapidez y se colocaran su mochila al hombro—. Como es época de lluvias, deberían de traer su impermeable en sus mochilas, por favor, deben de usarlo.

—Sí —gritaron todos al unísono, con la euforia entre sus pequeñas voces infantiles y caminaban entre pasos presurosos y ansiosos hacia la salida. Entre el pequeño barullo del grupo 3-3, se encontraba caminando directo a la salida un pequeño niño de grandes ojos rasgados de color cafés, hebras naranjas alborotadas, con un tremendo pánico que se colaba por cada paso que daba en el pasillo atestado de alumnos y maestros cada vez que el cielo nublado brillaba y un trueno daba su sonido característico al retumbar contra el cielo, así la gente sabría que ahí estaba.

Y Hinata Shoyo, el pequeño niño, pensaba que no era necesario que los truenos se presentaran de esa forma, ¿no podían ser más silenciosos? ¿Cómo los relámpagos? 

Todavía no empezaba a llover, pero cuando lo hiciera, sería más seguro que todo el golpeteo sería un desfile de pánico. Debería de llegar a su casa rápido.

—Hinata, ¿te sientes bien? —Tobio, quien caminaba a su lado lo observó, preocupado. Shoyo giró su cabeza, observando al niño, con sus rasgados ojos azules examinándolo mientras avanzaban en dirección a la salida de la institución.

El pequeño Hinata creyó que perdía ante el pánico acumulado y que Kageyama no mostrara pánico en ningún momento lo hacía sentir humillado. Debía de ser patético estar asustado por una tormenta a esa edad, ¿no era así?

Kageyama seguía observándolo, Hinata no podía negar que le gustaba que su mejor amigo se preocupara por él de esa forma. Tobio era aterrador, muy frío y no le gustaba mucho el contacto empalagoso, eso lo había aprendido Hinata desde su último año de preescolar, donde una familia de buena posición económica se mudó a Miyagi y con eso, llegó el desastre llamado Tobio Kageyama. Se sentaron juntos y no pudieron evitar socializar, todo se benefició cuando el mayor mostró gestos aterradores que hizo llorar a muchos de sus compañeros. A Hinata también lo hizo llorar, pero como todo un necio, terminó enredado con Kageyama en más de un sentido. Ese pequeño chico de cabellos lacios muy cortos de color negro, ojos azules oceánicos y su cara de pocos amigos.

Increíble que esa áspera forma de ser fuera la zona de confort que el pequeño Hinata encontraba en medio de la tormenta.

—Estoy bien, Kage-... —Su voz terminó ahogada cuando un trueno sonó en el cielo y Hinata no pudo evitar dar un pequeño salto del susto, congelando todos sus sentidos y quedando a medio pasillo quieto, conteniendo la respiración y poniéndose pálido, al no saber cómo volver a obtener la valentía que perdía en los días de lluvia. Kageyama también detuvo sus pasos al mismo tiempo que él, arqueando una de sus cejas y dibujando un pequeño puchero con sus delgados labios.

—¿Le tienes miedo a los truenos? —preguntó lo obvio, logrando que Hinata volviera a sentir su pequeño orgullo derrotado. Por pura suerte, logró que todas sus acciones se limitaran a bajar sus cejas hacia abajo con enojo y tratara de negar.

—N-no-... 

Otra vez, llegó para desmentir cualquier idea incorrecta entre él y su relación con las tormentas otro trueno que sonó más fuerte que el anterior. 

El pequeño Hinata creyó que estaba a punto de morir ahí mismo, el alma se le escapaba del cuerpo y todos sus temblores se multiplicaron al doble, luego al triple y pronto ya parecía un despertador agitado según a las comparaciones sosas de Tobio.

Kageyama lo miró, primero en absoluto silencio y tratando de encontrar algo en lo que ayudar a la persona más cercana a él, y la verdad no pudo pensar algo muy elaborado. No entendía cosas complicadas ni complejas para intentar calmarlo, por lo que se dejó guiar por sus impulsos, y ante un pequeño color rojizo en sus cachetes abombados, terminó por hacer lo primero que se le ocurrió, acercarse y tomar la mano del pequeño chico lleno de pánico, la apretó con fuerza y logró que Hinata dilatara sus pupilas por la sorpresa entre su pánico contenido.

A Hinata le costó demasiado trabajo recuperarse, cuando menos se dio cuenta, ya era conducido de la mano por Kageyama en las pequeñas instalaciones que daban contra la salida de la primaria y la calidez de Tobio logró que la pequeña curiosidad de Hinata se desatara, al mirar en dirección al niño que era unos cuantos centímetros más alto que él, que se limitaba a mirar hacia el frente, con sus labios tambaleando entre el pánico y sus rasgados ojos azules compartiendo un sentimiento que en ese momento ninguno de los dos supo nombrar.

—¿Kageyama? —cuestionó Hinata, tratando de acoplarse un poco al paso del chico que iba unos cuantos pasos frente a él y trató de observarlo a la cara. Ante las acciones tan obvias del pequeño niño que olvidó por unos segundos sus temores, el pequeño Tobio trató de evitarle la mirada, mirando al otro lado contrario.

—Sólo decidí que iba a cuidarte, ¡eso es todo! —Se excusó, poniéndose más rojo que antes y teniendo el golpeteo ansioso de su corazón contra su pecho.

Shoyo escuchó esas palabras, y tras una sonrisa que se extendió en una linda risa, apretó más el agarre que mantenía con Tobio.

Sí, eso se sumaba a la actualidad, en el primer año de preparatoria y todo el tiempo que había pasado, no muchas cosas cambiaron. Los dos habían crecido, Kageyama era un joven agraciado, de rostro atractivo por sus profundos ojos azules, labios delgados, piel pálida y gesto serio en sus facciones. Hinata no cambió mucho, tenía los mismos grandes ojos almendrados, sus labios carnosos, rostro brillante y alegre.

Después de ese día, durante todas las épocas lluviosas, adoptaron la costumbre de tomarse de las manos para caminar. Ese día no sería la excepción, cuando el primer día de lluvia asomó ese viernes en la preparatoria Karasuno con un relámpago seguido de un trueno.

En lugar de que el pequeño Sol de quince años se asustara como en tercer grado de primaria, una sonrisa asomó sus labios y se esforzó demasiado en apurarse a cambiar sus ropas tras el ajetreado día en el club de voleibol.

Cuando se terminó por colocar la última prenda del uniforme de descanso del equipo masculino tras encerrarse en su chamarra negra con el cierre, tomó sus cosas a una velocidad impresionante y caminó hasta el chico que lo esperaba en el umbral de la puerta, con un paraguas en una mano y la otra sólo esperaba que Shoyo la tomara.

Cuando los dos chocaron miradas, Tobio levantó su mano a la altura del rostro de Hinata, y al pequeño adolescente sólo se le iluminaron sus pupilas, emocionado.

—Vamos, Shoyo...

—¡Sí! —soltó, mientras aceptaba la invitación y se apoderó de la mano de Kageyama.

Nada había cambiado durante ese tiempo. 

O bueno, sólo unas cuantas cosas lo habían hecho...

—¿Estará bien si pasamos a un restaurante familiar a comer? ¡Me gustaría una hamburguesa! —aseguró con emoción Hinata, dando un pequeño salto al mismo tiempo en que salían del cuarto del club por completo y se despedían de los demás con pequeñas palabras de marcha que los demás aceptaron con entusiasmo.

Kageyama soltó un gruñido ante la invitación de Shoyo.

—¿Quieres salir a una cita con este clima? —Se quejó, mientras el simple agarre de manos que mantuvieron dentro del aula se deshacía hasta convertirse en uno más íntimo, donde sus dedos terminaron entrelazados y se acercaron todavía más al caminar.

—Es que quiero comer una hamburguesa, es un pequeño antojo.

—Entonces te puedo preparar una en mi casa, creo que tengo casi todos los ingredientes. Sólo deberíamos de pasar al supermercado a comprar el pan y la carne molida —contó sus planes Tobio, logrando sin mucho esfuerzo que las pupilas de Hinata se iluminaran de la emoción.

—¿De verdad? —cuestionó, sólo logrando que Tobio asintiera, sin tomarle mucha importancia al asunto. Hinata aceptó esa oferta y dio un pequeño brinco al aire—. ¡Tobi, te amo!

La única diferencia era que habían crecido, y que estaban saliendo.

Un pequeño relato de mi OTP que me pone soft con cada una de sus intervenciones. Y como siempre he percibido a Hinata como alguien que le tiene pánico a las tormentas eléctricas y con eso a los rayos, relámpagos y truenos, no pude evitar escribir de ese tema.

Este OS es parte de una historia en borradores AU Children, donde todos los personajes de Haikyuu!! son niños de primaria y que son liderados por un Oikawa chiquito. Al final, cambiaré un poco esa escena JAJAAJJS.

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