Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 49. Terrible Error


Había encontrado la dirección de Nicholas muy fácil, todavía estaba hospedado en un cuarto de hotel, no sabía de qué forma se lo diría ni como lo podría superar, lo amaba, quería tenerlo cerca de mí porque solo así podía soportar estar con Richard, el tormento de vivir bajo el mismo techo con él se volvió un castigo, una tragedia, sin Nicholas era casi imposible que lo superara sola. Toque la puerta dos veces, esperaba y rezaba al mismo tiempo para que no se encontrara y pudiera irme pero cuando escuche pasos acercándose a la puerta me apreté los ojos tan fuerte para prepararme, no iba a hacer fácil, me sentía tan cobarde y asustada, todo esto me ganaba y las cosas se complicaban.

Al abrir la puerta y verme ahí parada por primera vez frente a su puerta fui atacada por la gran impresión que dio al verme, se le dilataron los ojos y su rostro se llenó de una sonrisa de oreja a oreja, adornando su bello rostro.

—¡Que sorpresa, Juliette! Pasa, ¿Qué te trae por aquí?

Di un paso hacia adelante, era la primera vez que estaba aquí y su habitación me pareció muy pequeña aunque en sí era él quien vivía aquí así que podía ser perfecto para que alguien viviera solo, había una pequeña cocina en un rincón, un comedor con una mesa y tres sillas un poco gastadas, una cama y un radio sobre una mesita de noche, había una puerta cerca de la cama que debía ser el baño y una maleta recargada a un lado de la cama, eso era prácticamente todo, algo me hacer creer que sus problemas de deudas no se arreglaron del todo.

Era tan pequeño que me asfixiaba un poco. Detrás de mí escuche como cerraba la puerta y se posicionaba a mi lado.

—¿Quieres algo de beber?

No quería acelerar el proceso de despedida, quería estar el tiempo suficiente para prepararme y es que ahora que lo veía tan feliz con mi presencia y que al fin podíamos vernos de nuevo no quería romper el momento con la noticia. Trate de sonreírle, la obligación de hacerlo saber me mataba, me estaba haciendo añicos.

—No, muchas gracias.

Nació esa necesidad en Nicholas por saber que era lo que venía a hacer a su casa, se quedó viéndome con ligera curiosidad y con poca insistencia para que finalmente pudiera decirle que era lo que me había traído hasta acá. Dio un suspiró bajito.

—¿Hay algo que hayas venido a buscar?

Baje la cabeza, ¿Cómo se lo explicaba sin lastimarlo? Sin lastimarme a mi también, mi subconsciente me pedía que no lo hiciera que olvidara lo que me había dicho Richard pero por otra parte no podía desobedecerlo, acabaría conmigo si lo desobedecía, no quería averiguar que me esperaba.

Con poca fuerza de voluntad pude mirarlo otra vez a la cara, quería refugiarme en otra cosa que no fuera su rostro llenándose cada vez más de incertidumbre.

—Tengo que decirte algo. — susurré con la voz y el cuerpo temblándome, estaba intimidada, me encogía a cada palabra que salía de mi boca porque nos acercaba más a el momento de la verdad.

Me examino durante un buen rato y me invito a sentarme en una de las sillas, ya sentada quise relajar a mi cuerpo entumecido y parecía que lo lograba. Esperó con mucha serenidad, no quería hacerme sentir presionada y lo agradecía.

—Dímelo. —puso su manos sobre la mesa, toda su atención cayó sobre mi en un peso que casi me rompe, era obsesivo.

Ya no podía hacer nada, era lo que tenía que hacer.

—Richard no quiere que vuelvas a casa, no quiere que sigas con sus terapias, no quiere volver a verte.

Tal y como lo esperaba se había quedado atónito, agito un poco la cabeza para aclarar sus ideas, tenia un aspecto tan perdido y confundido.

—¿¡Que!? ¿Es en serio? Pero ¿Cómo es que puede pensar que puede hacer eso? Yo lo ayudé, di mucho de mi tiempo —ahora aquella confusión se perdió y fue remplazado por autentica frustración, se apretó los labios calmando todo el revuelo que le causaba esto. —No puedo creer que me haga esto, es un desgraciado.

Miró hacia muchos lados de la habitación, me quedé quieta, quería que se desahogara antes de yo intervenir.

—Le pedí que lo considerara pero no me escucho, ya sabes lo terco que es, no quiso que lo contradijera.

Me regresó una mirada más alivianada, su coraje se había ocultado un poco, probablemente por el tiempo que le di para que se desquitara.

—Lo sé —aseguró con voz pacifica, tenía bien puestos sus ojos en mí, poniéndome muy quieta —Sé que hubieras hecho lo posible para que no me fuera y lo entiendo, ahora lo nuestro es lo que debe de importar.

Intenté imaginarme que iba a pasarnos después de esto, nada lo tenía claro, si ya no iría a casa entonces no habría forma de vernos más, no volveríamos a encontrarnos y como me lastimaba tener que darme cuenta de esta maldita realidad, me hacía despreciar más mi vida.

—No lo sé —me encogí de hombros, afligida de no tener una respuesta clara —Tal vez tengamos que conformarnos con nuestras cartas, no habrá forma de vernos, Nicholas, toda posibilidad se acabó.

—No puede acabar así, Juliette —rápidamente me tomo de las manos, sus cejas se juntaron en un gesto de asombrosa preocupación, el brillo de sus ojos lucía marchito, cada vez más apagado. —No puedes decirme que esto termino, no puedes, yo te lo había dicho, si me quedé fue por ti, si Richard me echó no me importa, lo que ahora me duele es tener que separarnos.

Sentía los ojos ardiendo en lágrimas, quería darle una idea a este problema pero no podía encontrar ninguna solución, tendríamos que separarnos cuando ninguno de los dos lo quería.

—No sé qué hacer, no encuentro ninguna solución —respondí casi sofocándome de la desesperación, no podía controlarme, quería ser más lista, quería mantenernos juntos.

Solloce poco a poco hasta que las palabras de Nicholas me dieron una azotada que me calló en seco.

—Déjalo, no te merece, no te necesita, yo si te necesito y tú a mí, ¿Por qué debemos estar haciéndonos daño de esta forma?

Oh dios mio, no, no.

—¿¡Dejarlo!? —repetí, horrorizada, un remolino de imágenes me atravesaron el pensamiento, mi vida era de Richard prácticamente, era lo único que tenía, lo deje todo por él, si lo dejaba era como dejar parte de mi vida ahí atascada, no volvería a recuperarla —No puedo hacer eso, es mi esposo y...

—Y no te valora, ya no ve por ti. ¿Has pensando si aún lo sigues amando como el primer día? El amor se supone que nunca debe de acabarse si es sincero ¿Todavía sientes amor por él?

Eso había cambiado mi perspectiva, no, ya no sentía el mismo amor, había poco, era escaso y lo que me mantenía todavía amarrada en esa casa era la lástima que era más fuerte que nada, era lo que yo hacía que estuviera a su lado. ¿Cuándo había dejado de amar al hombre que juraba era el amor de mi vida? Como mentía la vida, te hacía ver cosas que no existían, me ilusiono haciendo creer que podía tener una vida mejor. Mire mi anillo de compromiso, sí que había sido una completa estúpida.

—No, ya no lo amo como antes —baje la mirada hasta el suelo, siendo destruida por el veneno de esta verdad ponzoñosa que se fue desplegando por mi cuerpo, en seguida levanté la mirada justificando porque era que mi amor estaba muriendo día con día. —Él tuvo la culpa, has visto como me trata, como me desprecia, quería arreglar las cosas pero entonces tú apareciste y todo dio un giro inesperado.

Dio un apretón a mis manos, su expresión tenía una mezcla de comprensión, dulzura y amor, soltó un suspiro alivianado y luego de un buen rato soltó mis manos pero solo para alcanzar a tocar mi mejilla, era la primera vez que hacía esto y tenía que admitir que le daba un efecto diferente a mi cuerpo, era muy agradable.

—Yo sé que es difícil tomar la decisión de dejarlo pero te daré tiempo, piénsalo, yo se que no tengo dinero pero solo necesito un poco para irme a Italia y al fin tener la vida que merezco.

—¿Qué hay en Italia?

—Me ofrecen un trabajo grandioso y es solo para mí, es en una empresa de un compañero de guerra que me lo prometió por haberle salvado la vida, no lo he tomado porque estoy juntando para mi pasaje y en cuanto lo complete me iré, por ello te pido que veas tu futuro desde otro plano, si te quedas con él no ganarás nada, conmigo no tendrás que luchar, te daré lo que quieras, tendrás una vida esplendida.

Hice un gesto en conflicto con los labios, era tentador pero mi situación era delicada, no podía aceptarla, necesitaría mucho tiempo para dar un paso tan importante porque esto definiría mi futuro y eso era lo que más me asustaba.

—Yo quiero que estés conmigo —le confesé con ese dolor seco que me hacía sentir este alejamiento cada vez más. —Sí te vas ¿Qué voy a hacer?

—Ven conmigo —sus ojos gritaban en exaltación, no podía pensar con claridad cuando estaba tan suplicante. —No puedes quedarte con él, sé que me amas, Juliette, deja a un lado ese deber y se realmente feliz a mi lado.

Cada vez que lo miraba estaba esa impaciencia por aceptar y es que cada vez que sus ojos que revoloteaban con ese brillo cegador y frágil yo podía acceder a todo. Me levanté sin decir nada, estaba decidida a correr hacia la puerta y terminar con esto hasta que me tomo del brazo y me volvió hacia él, fue inesperado cuando estampó sus labios sobre los míos despertando al instante a mi corazón dormido con una energía renovada.

Respondí segundos más tarde y termine por dejarme llevar con la libertad que hace tiempo hubiese querido, los labios hambrientos de Nicholas me sorprendieron, llevaba meses aguardando poder tener un contacto suyo, era un beso suyo lo que yo aclamaba y hoy que lo tenía iba a aprovecharlo, lo amaba y por supuesto que quería sentirme amada. Había soñado con poder tocarlo algún día, me había contenido tanto y ya que él había dado el primer paso era mi turno de demostrarle que yo sería capaz de hacerle ver que también lo deseaba.

Era un deseo tan impuro que aunque estuviera mal ya no podía hacer nada para destruirlo, no podía arrancármela y deje que me tomara por completa. Lleve mis manos hacia su nuca y me apreté con mi cuerpo vibrando de pura felicidad, me gustaba la manera en la que me tomaba la boca con sus labios impacientes, sus manos codiciosas se fueron a mi espalda, trazando grandes recorridos de arriba hacia abajo una y otra vez. Caímos sobre la cama y fue casi en segundos que lo despoje de su ropa y él de la mía, había estado tan encantada con la forma en que descubría mi cuerpo, me hizo sentir deseosa, amada, con las veces que repetía mi nombre y deslizaba sus manos y sus labios por mi cuello, manteniéndome muy quieta conteniéndome la respiración.

Vi el brillo que alumbraba la pupila de sus ojos, quedé hechizada por aquel destello que cegaba y sin apartar sus ojos de los míos se grabó mi rostro con sus manos, automáticamente cerré los ojos y cuando se balanceo sobre mí sentí su penetración.

—Eres tan hermosa, tan delicada, mía, eres mía. —murmuró apenas con la excitación arrebatándole la voz.

Lo sentía hasta debajo de la piel, mi cuerpo se petrifico un segundo para después dispararse por todos lados de la indescriptible excitación que desbordaba mi cuerpo mientras gritaba mi anhelo de ser suya, de ser tomada por la victoria de esta pasión que permaneció callada tanto tiempo, mi alma descansaba en él ahora mismo.

—Sí, quiero ser tuya. —respondí en un hilo de voz, en el trance de su seducción que me convirtió dándome cuenta muy tarde en una persona despreciable, infame y miserable.

Acababa de engañar a mi esposo con su primo, ¿Qué había sucedido conmigo? ¿Cómo había caído tan bajo? ¿Por qué no me di cuenta de esto? ¿Cómo pude destruirme a mi y a Richard así? Tal vez a pesar de todo era cierto, ya no amaba a Richard y nuestro amor había acabado aquí mismo al haber aceptado a otro hombre, sustituyendo su falta de amor por el de uno nuevo y pronto con el de una nueva vida lejos de él.



No pude traerles capítulo triple porque ya tengo contado los capítulos y es que chicas...Ya escribí el epílogo, preparense, esto ya esta por acabar, unos seis capítulos a lo mucho y se termina, quiero que esto sea lento porque no quisiera acabar este ciclo pero hay que ser realistas, tiene que acabar. 

Muchas gracias por todo el apoyo que me han dado hasta el final, tengo lectoras increíblemente fieles que me sorprenden que me hayan seguido después de ya casi cincuenta capítulos, es impresionante, ay dios es tan bello.

Espero les agrade el capítulo, no me maten, las cosas no acaban para que me odien jajaja

Besotes, nos leemos.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro