Capítulo 47. Un Pacto
Enero de 1942
Esa tarde cuando llegamos a casa después de haber ido al hospital para su chequeo mensual su humor volvió a ser el mismo, las cosas había vuelto a la misma rutina de Richard desde hace dos meses, en navidad, año nuevo y ahora, su egocentricidad subió a un nivel muy alto, su indiferencia como su irritación fueron cada vez menos insoportables y por supuesto mi límite estaba casi a su tope, el médico seguía repitiéndole que una cura para su enfermedad no tenía mucho avance, eso lo desanimo demasiado y estaba claro que su temperamento iba a hacer el reflejo de aquello.
Lo deje solo en su habitación, se quedó dormido luego de darle sus analgésicos cuando el sonido del teléfono resonó en toda la casa con estruendo, contesté lo más rápido que pude para que no lograra despertarlo.
—¿Diga?
—Soy yo, Nicholas —un brincó saltó desde mi corazón, hace casi dos semanas que no venía y es que su trabajo lo había mantenido alejado y no había podido venir a hacer las terapias a Richard, no podía negarlo pero extrañaba tenerlo aquí alegrándome siempre con todo lo que hacía por mí. —Quería saber cómo ha estado todo.
Fue instinto mirar a la dirección de su habitación, las cosas iban empeorando con su actitud hasta con Nicholas lo pareció también, él le jugaba bromas y no había nada que pudiera servir para hacerlo reaccionar, estaba lleno de arrogancia, era apático con ambos.
—No muy bien, sigue igual que hace estos dos meses, sabes que aunque hagamos lo que podamos nada lo arreglara.
Oí un suspiro derrotado del otro lado de la línea, era cansado intentarlo, nos gastaba emocional y físicamente, hace un mes tratamos de llevarlo a tomar un café pero se negó gritándonos que nos fuéramos y que dejáramos de atormentarlo, el Richard que conocí no estaba ahí eso es seguro, me había mentido porque nunca estuvo ahí, me lo hacía creer para que no le perdiera amor pero si bien mi amor estaba deshaciéndose en pedazos porque él lo quería.
—No quisiera resignarme tan pronto pero han pasado casi seis meses y nada funciona, Juliette cuanto siento por lo estás pasando.
—Me siento perdida aquí, Nicholas, ya no se quién soy, me vuelvo loca —mi tono de voz subió sin haberme dado cuenta porque mi desesperación era extrema —Quiero salir corriendo de aquí, conocer el mundo, estar lejos de este encerramiento, respirar el aire de afuera, sentirme libre.
—Me duele escucharte hablar así, es muy difícil todo esto por lo que pasas, tienes toda la razón y tengo una propuesta.
Volví a verificar que no hubiera movimiento por el pasillo de su habitación, me pegué el teléfono al oído y la cara, quería que todo esto quedara entre nosotros.
—¿De qué hablas? ¿Qué propones?
Escuche otro suspiro suyo pero este fue diferente, era como si tomara valor a lo que iba a decirme.
—Necesito hablar contigo, te invito a tomar un café, es importante.
Se me derribó la respiración, entre en pánico, quería con todas mis fuerzas insistir de que se trataba esto y porque tenía que esperar hasta encontrarnos personalmente, no me gustaba esta confusión , me daba una pinta muy mala.
Fue urgente para mi saber aunque fuera solo un poco.
—¿Qué ocurre? No...lo entiendo —tartamudee —¿De qué se trata?
—No puedo decírtelo por teléfono, estaré esperándote en diez minutos en la cafetería a dos cuadras de tu casa, espero verte ahí.
—De acuerdo —acepté con rapidez.
—Hasta entonces.
Colgó, me quedé viendo el teléfono unos segundos, tenía que ir eso era indiscutible, el efecto de las píldoras de Richard era pesado y casi siempre lo mantenían desconectado de la realidad por dos horas completas, tenía suficiente tiempo de ir y regresar a tiempo. No había nada que me detuviera, iría y sabría qué era lo me esperaba fuera bueno o malo.
(...)
Llegue en los diez minutos exactos que me pidió, lo encontré sentado en una de las mesas de fondo, cuando me vio llegar se levantó, lo abrace y me ofreció una silla al frente suyo. Yo no podía aguardar más, no le quite la vista ni un segundo, no lo noté nervioso, quizá un poco ansioso pero nada que fuera excesivo.
Pedimos un café y hasta que no lo trajeron no dimos iniciada nuestra conversación.
—¿Qué necesitabas decirme? —lo apremie conteniendo mi alto nivel de nerviosismo, era seguro que yo era quien estaba tan ansiosa porque ni siquiera toque en absoluto del café y estudie cada movimiento suyo.
Fue donde su postura cambió, se retorcía en la silla para aclarar sus ideas y elegir las palabras más adecuadas para comenzar, me quedé quieta esperando a que hablara, no me podía tener más nerviosa que cuando se quedaba así de callado, mis entrañas se hicieron nudo en mi estómago provocándome un malestar que me distrajo en todo ese tiempo que permaneció muerto y sin sentido.
—Richard es mi única familia —hizo una pausa para tener seguro de que nuestras miradas se encontraran directamente, prosiguió con aspecto distante, dejándose llevar por sus recuerdos —Nos apoyamos el uno al otro cuando vivimos con Sylvia, fue como un hermano para mí, no lo vi más después de que me fui con mi padre y los deje solos, no pensé que volvería a verlo y disfrute tanto cuando tuvimos mucho que contarnos pero ahora que lo veo y que está pasando por esto lo desconozco también y me duele hacerle esto.
Esperé a que hablara con esas ganas imposibles de escuchar su razón, que terminara la tortura con esa enigmática razón que me volvía loca. ¿Qué era?
Lo alenté a hablar cuando incline la cabeza, suspiró frustrado, bajo la cabeza y al levantarla hizo frente a lo que quería terminar de una vez.
—Temo decirte que ya no podré ir a hacer las terapias a Richard, ni tampoco iré a visitarlos más, lo mejor es que me aleje de ustedes. Lo siento.
No supe que decir, dude un momento, no podía estar diciéndome esto, ¿Qué haría yo sin su ayuda, sin su presencia? Termine por negar esto una y otra vez, fue indescifrable lo que paso conmigo los siguientes segundos que pasaron, dejo caer un gran y asfixiante peso en todo mi cuerpo.
—¿¡Qué!? ¿Por qué? —jadee, boquiabierta —¿Es algo que te hizo Richard? ¿Es eso?
Negó con mucha pena.
—No es eso.
—¿El trabajo? —añadí con esperanza de que fuera esa razón y no otra.
—No. —bajo la cabeza, me mantenía mucho peor ahora que no me diera la razón de su separación, no se a qué clase de juego estaba haciéndome pero me irritaba y me entristecía.
—¿Entonces? No me explico esto, Nicholas, necesito saber porque te vas, eras la única persona que tengo para ayudarme con esto, eres el único que me puede mantener todavía en pie, me das aliento para seguir, no puedes irte —termine por suplicarle que no lo hiciera cuando poco a poco fui rompiendo a llorar, me sentí sola, desprotegida, quería que estuviera conmigo. —¿Qué ha pasado entonces? Dímelo.
Se quedó con la cabeza baja un tiempo más, lloré en silencio porque ahora todo se haría muy difícil, fue inesperado, todo se acumuló que exploté, no quería que me dejara, era mi salvación, mi respaldo, mi anhelo. Fue gratificante que deslizara sus manos sobre la mesa para tomar las mías, deje de llorar esperando que subiera la cabeza, lo hizo muy lento pero ahí estaba otra vez, dispuesto a decirme la verdad con todo el valor posible para acabar esto.
—Debo alejarme de ustedes porque no puedo estar permitiéndome sentir esto y es que la verdad me he enamorado de ti en estos meses, ya no puedo engañarme más, tú eres casada y Richard es mi primo, no puedo dejar que estos sentimientos estén de por medio, por eso decidí que debo alejarme porque acabara conmigo de una manera que no voy a soportar.
Y esa también era mi verdad, fue hermoso saber que no era la única que estaba luchando cada momento del día en destruir esto que nos consumía sin querer, yo lo había querido evitar pero fue imposible, me había enamorado de Nicholas sin saberlo hasta que descubrí que Richard estaba perdiéndome y quien me ganaba era su primo, sus detalles, su atención, su forma de cuidarme y hacerme sentir bien era lo que me gustaba y lo que buscaba por necesidad, era ese amor lo que gritaba que lo retuviera a como diera lugar en casa junto conmigo, no podía perderlo porque nadie haría lo que hacía por mí.
—Oh Nicholas, no eres el único aquí que siente lo mismo, yo también me he enamorado de ti, me ganaste con todo lo que has hecho por mí, me enamore de tu cuidado y tus atenciones, no quiero que me dejes, eres quien ve por mí ahora y no quiero que te vayas. —le sonreí con cierto temor, quería que recapacitara y no me negara su compañía. —Quédate.
Apretó mis manos a las suyas, había un universo entero en el brillar de sus ojos verdes que me contemplaban con temor, cariño, confusión, había de todo en esta circunstancia y lo mejor era darle la cara y acabar con lo que habíamos empezado.
—No quiero alejarme, Juliette pero tu situación...
—Tú más que nadie sabe que Richard estaba perdiéndome, tú estabas ahí y fuiste el único quien permaneció conmigo cuando las piezas caían una por una y lo sabes, te quiero conmigo.
Pareció sonreír cuando se lo confesé, quería creer que lo convencía que se daría cuenta que ambos nos necesitábamos y que dejarme sería mucho peor que quedarse con la culpa de estar con nosotros sintiendo esto por mí. Lo examine con las ganas de llorar más fuerte que nunca, dio un beso a mis manos que sostenía todavía y la sonrisa que era imperceptible dio su aparición al fin.
—Me quedaré porque estoy seguro de que alejarme no es la salida más fácil, permaneceré con ustedes hasta que tú lo desees.
Mantuve la vista fija en sus ojos, lo contemple con una sonrisa de oreja a oreja, estaba más que agradecida con él por todo lo que hacía por mí, sinceramente me encontraría perdida sin su apoyo, me había equivocado tanto con él desde el principio y ahora me parecía una ironía que mi mundo girara alrededor suyo.
Mi sonrisa se desvaneció un poco al recordar que era lo que estábamos haciendo, nos declarábamos nuestro amor cuando yo era una mujer casada, nadie tendría que saber esto, Richard no debía enterarse, ni Nicholas ni yo habíamos estado preparados para esto, había pasado de un momento a otro y debíamos cuidar lo que sentíamos.
—Nadie puede enterarse —fue inconsciente que soltara sus manos y comprobara con discreción a todos lados para ver si nadie nos estaba espiando.
—Tienes razón —se irguió sobre la silla para alejarse un poco de mí, comprobó también que nadie nos mirase. —Debemos ser cautelosos, estos encuentros pueden ser peligrosos- —metió la mano en su abrigo y sacó un sobre, me lo entrego —Toma, te propongo esto.
Lo tome con suspicacia, el sobre tenía mi nombre, entrecerré los ojos esperando a que me aclarara su idea.
—¿Qué es esto?
—Es la carta que pensaba darte como despedida —su expresión se tornó un poco triste al igual que su voz. —No quería irme sin que supieras la verdad porque de todos modos la sabrías, así que esto me dio una idea.
Esperé callada a que me lo contara, no podría aguardar de qué manera sería nuestra propia forma de encuentro.
—En cartas, es fácil, discreto y nadie podrá saberlo porque serán solo nuestras.
Tenía razón sobre las cartas, nadie podría saber a quién se dirigían, ni siquiera Richard, miré la carta que llevaba en mis manos y no pude estar más de acuerdo, era la forma más discreta y en secreto para mantener nuestro contacto fuera de casa, nadie se daría cuenta, sería solo entre él y yo.
—Nadie lo sabrá. —me aseguró con voz firme y los ojos bien fijos en mí.
Nos miramos durante unos segundos antes de poder responder.
—Nadie. —concluí, en voz muy débil, casi en un susurro.
Esto demostraba en definitivo que la vida podía dar muchas vueltas, a veces para bien y otras para mal y que las pruebas que trae consigo suelen ser mucho más complicadas de lo que se puede esperar, lo único que queda en nuestras manos es ingeniar cómo salir adelante de aquellas pruebas lo mejor que se pueda, en mi caso me las ingenie para salir no de la manera más correcta pero por primera vez en mi vida pensé en mí y en lo que aclamaba mi corazón porque sería cuestión de tiempo para que Richard destruyera mi amor y mis ganas de vivir.
Volví!!!! Cómo cada domingo con capítulo doble. ¿Ustedes que creen? Esta parejita me esta cayendo mal jajaja pero pues ese Richard que anda también con esa actitud. ¡No saben! Ya escribí el capítulo donde se cerrará esta parte número 3, esperenlo, va a estar ¡DE BOMBA!
*Música de suspenso*
Las quiero y muchas gracias por las 7K!!!!!!! Ay dios pero que alegría, mañana a celebrar el cumpleaños de mi mamá, voy a estar al pendiente de todas maneras en wattpad para contestar sus hermosos comentarios, un besote.
Nos leemos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro