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Capítulo 29. No me Olvides.


(Agosto 1940)

Al fin me decidí acompañar a Victoria todos los días a su tienda, le suplique que me dejara ir cada mañana junto con Frederick que ya había cumplido un año de vida a la tienda para poder despejarnos del departamento, le dije que necesitaba aire fresco y que además sería una forma muy efectiva de distracción para mí y el bebe, quería poco a poco que Freddie conociera lugares, poder introducirlo al mundo y que no perdiera detalles de nada.

Esa mañana, ella, Freddie y yo salimos rumbo a la tienda, en el trayecto Freddie iba más que emocionado y me alegró muchísimo porque al fin Victoria podría darse cuenta que no solo yo necesitaba un respiro de esas cuatro paredes que nos aprisionaban. La mañana fue tranquila, le mostré a Frederick el lugar y me senté en un rincón con él para que pudiera divertirse con algunas telas, era increíble que ya tuviera un año y lo más asombroso era la forma en la que balbuceaba para intentar hablar, fue una emoción palpable, una adoración que en dos meses atrás pudiera decirme "Mamá". Grité cuando lo dejo apenas salir en un susurro, en ese momento Victoria que nuca nos dejaba estaba conmigo y tuve que hacerle repetir a Freddie la frase para que solo así me creyera, fue una locura, una abrigadora sensación nació desde mi corazón e inundó todo mi cuerpo en tan solo esa fracción de segundos.

Yo no permití que Frederick olvidará a su padre, cada vez que podía pronunciar mamá le mostraba una foto de Richard y le repetía que era su padre, al principio no mantenía la mirada fija en la fotografía, no parecía llamarle atención alguna pero mis insistencias empezaron a tomar frutos, hace unos días con mucha atención observaba la fotografía y la quería tocar alzando sus pequeños y regordetes brazos para así alcanzarla. Hasta la fecha solo había recibido tres cartas de Richard en estos ocho meses, cuando llegaban siempre se las leía a Freddie porque al final siempre había una frase que su padre le dedicaba y yo leía mi dedicatoria en el silencio de la noche para que así cuando Victoria y él estuvieran dormidos nadie pudiera escuchar mis gimoteos a mitad de la madrugada.

—¡¿Ha sido en serio?! —el jadeo de Victoria me hizo romper concentración total de mis pensamientos, parpadee y dirigí mis ojos hacia donde estaba ella hablando con una clienta, la mujer que atendía era un poco mayor y estaba incrédula al igual que Victoria. Ella se volvió hacia mi con una expresión de horror muy marcada —¿Escuchaste, Juliette?

Tome a Freddie y camine hacia donde estaban las dos mujeres incrédulas

—¿Qué sucede?

La mujer tembló un poco cuando Victoria le pidió que volviera a repetirle todo lo que había dicho anteriormente, los ojos alicaídos de la mujer se clavaron en mi rostro.

—Acaban de bombardear la ciudad...¡Han bombardeado la ciudad! —soltó un gritito de horror, sus ojos se abrieron de par en par, le faltaba aire cuando quiso hablar más fuerte así que sonaba como un susurró forzado —Bombardearon zonas industriales.

Los ojos de Victoria y los míos se encontraron con ansiedad, ¿Cómo ha pasado esto? Di un retroceso estos últimos meses y entonces todo encajó, los alemanes estaban en la delantera en esta guerra, habían tomado Polonia e iban por más, todo el mundo lo sabía.

—Dios mío —susurré casi para mí misma. —¿Cómo es posible que sucedan estas cosas? ¿Hay algún herido?

—No que se sepa —añadió la mujer con rapidez, seguía con esa máscara de horror en su cara —Todo el mundo tiene miedo, ya han bombardeado Londres...imagen lo que puedan hacer con nosotros.

Me estremecí, los alemanes había causado terribles perdidas en Londres, nadie jamás pensó que esto hubiera podido ocurrir, la guerra estaba siendo lo peor que hubiéramos imaginado alguna vez, se salía de control, el mundo estaba conmocionado, asustado, nos quitaba el sueño por completo, nadie quería salir herido.

La mujer quiso dar otro gritito de terror pero Victoria trató de tranquilizarla.

—No hay que tener miedo, el miedo no nos ayudará a estabilizarnos, mientras el objetivo no sea con civiles no tenemos porque tener miedo, por ahora hay que estar atentos a cualquier noticia que se anuncie en radio.

La mujer empezó a temblar con mucha desesperación, se llevó una mano a la boca y casi podría jurar que rezaba, miraba hacia el techo y luego hacia el suelo. Esto ya era en serio, la amenaza de esta guerra era muy real.

—No podemos seguir así —se quejó con el ceño fruncido por el dolor —Somos personas inocentes, no tenemos por qué pagar precios tan altos, no podemos seguir así...

Victoria se acercó a ella y le rodeo el hombro con un brazo para tranquilizarla.

—Señora Collins, no piense de esa manera por favor, estoy segura de que si llegaran a bombardear algún lugar con civiles nos estarían informando, no tiene que temer.

La mujer aminoró los gimoteos que parecían recobrar fuerzas, las palabras de Victoria iban surtiendo efecto y parecía que finalmente la mujer se recobraba de su pánico aunque de todos modos nadie podía sacarle de la cabeza su idea que la ponía suspicaz.

—Tal vez tengas razón, Victoria, pero de todas formas nadie puede predecir las cosas —se llevó ambas manos al pecho como si intentara protegerse de una sensación perturbadora que la hizo temblar. —Tenemos que tener mucho cuidado.

Sus ojos se posaron en mí y luego en Victoria, yo me quedé callada cuidando de Freddie y Victoria respondió por ambas. Cuando se fue la llegada de otro cliente nos hizo sentir mucho más prisioneras del tema porque llegó platicando de lo mismo, no hubo nadie que no pudiera quebrar el silencio con otro tema, parecía que nunca se acababan las malas noticias, nadie tenía intención de olvidarlas.

Cuando dejaron de llegar clientes, nos tomamos un respiro de todas aquellas personas que solo parecían venir para contarnos la tragedia del momento, quisimos olvidarnos de eso pero la verdad no había nada de lo cual pudiéramos discutir sin sentirnos incomodas.

—Estaremos bien, Juliette —me aseguró ella con voz firme, observándome con atención como si pudiera leerme el pensamiento —No te dejes llevar por lo que dijo esa mujer, nadie puede venir a quebrar nuestra estabilidad sin llevarse ningún castigo.

Sonreí sin ganas.

—Lo sé —di un suspiro agotado —Y no estoy asustada por eso es solo que lo que más me aterra es cómo avanzan las cosas, no tengo miedo por mí si no por Richard, nosotros estaremos bien pero él...

—Te ha demostrado que está bien, que está vivo —remarcó lo último alzando un poco la voz y las cejas —¿Qué más podrías querer para entender? Si pudiera estar en sus manos volver, ya estaría aquí.

—Es verdad, a estas alturas ya no hay nada que podamos hacer —baje la vista desanimada por aceptar la verdad, no podíamos hacer nada, nadie podría. —No sé hasta cuando pueda soportar su ausencia.

Escuche que Victoria bajaba del pequeño escalón donde se subía para atender a sus clientes, avanzó hacia mí, se arrodillo a mi lado y me apretó la mano.

—No quieras adelantar nada, Juliette, disfruta del presente, no te atormentes por el mañana. Si te lo prometió él tendrá que cumplir.

Levanté mi mirada a la suya y ahí estaba ella, alentándome con una sonrisa amable para que pudiera aceptar las cosas como estaban, ya no quería verme atormentada por la ausencia de Richard y lo sabía porque habían pasado meses sin que lo superara completamente. Le tome la mano y di solo un asentimiento para dejarlo en claro.

Mientras sus cartas no llegaran a faltarme no tendría por qué correr ningún miedo, me lo había prometido, él estaría a salvo.

(...)

—¡Freddie! ¡Mira a la cámara! —Victoria le hacía señas al bebe para que en lo que yo lo sostenía pudiera tomarse la foto perfecta, estábamos debajo de un árbol enorme que por cierto era el único que tenía las hojas todavía colgando de las débiles ramas, ya era octubre así que el otoño desnudaba todo los árboles posibles.

Al final de unos tres intentos más al fin pudimos tomar la fotografía, yo la quería para la línea de vida de Frederick, ya habíamos tomado más de diez en estos meses, en el parque, en la tienda y en el departamento, trataba de tomar cada momento posible para que cuando Richard llegara pudiera estar al tanto de la vida de su hijo. Descansamos sentados los tres sobre una banca en lo que yo le daba de comer una galleta espolvoreada.

—Tendremos que comprarle un marco a esta nueva fotografía —Victoria alzó el pequeño cartucho a mi vista —Ponerle fecha también es importante.

Sonreí.

—Sí, quizá debemos comprar varios marcos para las siguientes que tomemos —Freddie empezó a balbucear como si se hubiera dado cuenta que hablábamos de él, lo llene de besos y lo hice brincar desde mi regazo —Todavía no terminamos de tomarte fotografías.

Me levanté para que pudiera ver a su alrededor los colibríes que trataban de sacar néctar de varias flores aleteando con una velocidad increíble sus alas. Freddie rió cuando uno casi se nos acercaba y me detuve en seco cuando un hombre se acercó a uno de los botes de basura que nos quedaba en frente y tiraba el periódico del día de hoy no sin antes el lograr leer con claridad el encabezado del periódico.

FRENTE ALEMAN ESTA GANANDO TERRITORIO

CIUDAD DE LONDRES ATERRADA POR MÁS BOMBARDEOS CONTRA CIVILES, ALEMANIA HA RESPONDIDO A LOS ATAQUES ÁREOS DE INGLATERRA.

Londres había sido atacado de nuevo, los soldados alemanes estaban acabando con la mayoría de los frentes que se les opusieran, rezaba porque Richard no estuviera en uno de aquellos tantos frentes ingleses que estuvieran queriendo ganar territorio, sobre todo porque no quería martirizarme al no tener todavía noticias suyas, todavía esperaba por sus cartas, llevaba casi cinco meses sin saber nada, no nos había escrito y ahora la razón por la cual tal vez no podía hacerlo era porque quizá su frente de batalla había sido herido.

Corrí hacia donde descansaba Victoria y le enseñe el periódico que el hombre había tirado a la basura, no comprendió al principio nada hasta que leyó lo que yo misma también leí, su rostro palideció, apenas pudo tragar saliva y sus ojos subieron a mi rostro agonizante con lentitud.

—Oh dios —se levantó de donde estaba de un solo movimiento, nos leímos la expresión sufrida de ambas y no supimos que decir, esos alemanes estaban contra nosotros —Esto ya está saliéndose de las manos.

—¿De verdad usted cree que no llegue a más? —insinué con los ojos entrecerrados, sacándola de sus lamentaciones, preguntándome realmente si ella lo creía así, frente suya estaba la prueba que harían lo que fueran por ganar.

Mi pregunta la tomó por sorpresa, su reacción fue la que me esperaba, no dijo nada, esta vez no había nada que pudiera decir para tratar de hacerme entrar en razón, la guerra se salía de las manos, podrían ser civiles ahora quienes pagarán por todo esto, más bien ya lo estaban pagando. Indecisa se volvió hacia otro lado, tal vez ni ella misma podía darse palabras de aliento ahora, no nos quedada de otra, teníamos que hacernos fuertes a todo lo que pudiera venir en cualquier momento.

(...)

La carta de Richard llegó un mes exacto después de que nos enterráramos acerca de los bombardeos en Londres contra civiles y también que las zonas industriales de la ciudad había sido de nuevo atacadas. El recibir noticias suyas fue lo que necesitaba para volver a levantar mis sentidos, mi ánimo y mi esperanza, mi alma que permaneció callada por falta de noticias suyas despertó y mi corazón volvió a cantar esa misma mañana que empecé a leer tirada sobre la cama, con esa sonrisa que estaba entumeciendo mi cara la carta que tanto anhelaba tener entre mis manos.

12 de Julio de 1940

Querida Juliette:

No sé en cuanto tiempo pueda estar llegándote esta carta a casa, sé que he tardado mucho en escribir pero ahora la única forma de hacerlo es cuando nos llega la madrugada y hacemos guardia en nuestras trincheras, el único reflejo de luz que nos alcanza para poder ver es el de la luna, nos acompaña en nuestras noches frías y tenebrosas, no descansamos, nunca hemos podido hacerlo, estamos agotados y temerosos todo el tiempo. No me alcanzarían las palabras para poder describirte lo que sucede y tampoco te atormentare con lo que sucede porque sé que en la distancia ambos estamos sufriendo, yo por ti y tu por mí, no hay más sufrimiento que exista que tenerte lejos.

Es el primer cumpleaños de Frederick donde yo no estuve con él y quisiera que supiera que a pesar de los horrores que su padre esta viviendo la única manera en la que yo no me dejo abatir estando luchando contra países enteros es por él, lo escucho, lo siento y lo veo cuando se que los tiempos se ponen difíciles, cuando creo que la muerte se acerca, agarro coraje para enfrentarla y trato de escapar porque no dejaré que me atrape, sé que no es mi momento.

Quisiera poder escribirte más pero mi tiempo es corto, perdóname. Los amo, gracias por darme todo ese amor que me enriquece, que me cubre con el más cálido manto en la soledad y en los miedos más inconcebibles, protegiéndome de cualquier mal.

Te extraño.

Richard.

Di la vuelta a la cama con la carta pegada a mi pecho, lloré otra vez tan inconsolable, desapareciendo solo así mi melancolía, con esas ganas impotentes al no hacer algo para traerlo de vuelta, porque eso era, me sentía inútil, quería darlo todo como él para que pudiera regresar, entregar mi alma para traer la suya de vuelta conmigo, el brillo de mi vida se oscurecía a cada paso del reloj, consumiéndome sin piedad.


Se que el capítulo esta muy corto pero el siguiente estoy segura que les va a dar un mini infarto, bueno eso lo supongo yo porque a muchas no les va a gustar :S No les puedo adelantar nada solo les diré cuando subiré siguiente capítulo, para ser exactos el jueves lo tienen a más tardar.

Las quiero montones y lo saben, besotes enormes desde mi computador y abrazos gigantes, gracias por todo <3 

Nos seguimos leyendo.

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