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Capítulo 7

En la cena Kardia comenzó a relatarles sobre su vida. Aiacos por su parte que más hubiera querido que Milo estuviera en esos instantes con ellos para que pudiera escuchar aquella plática, después de todo era un miembro más de la familia Samaras.

— Entonces... ¿Nuestros padres te mandaron a un internado por tus actitudes? — Cuestionó Aiacos mientras acomodaba sus ideas, tenía vagos recuerdos cuando era un niño de apenas cuatro años, en sus mente recordaba a un niño más alto que él y que Milo, en ese entonces Milo tenía tan solo dos años y lo único que recordaba de Kardia era un joven de tez morena y cabellos alborotados azules, primera y única vez que lo recuerda en su vida.

— Así es — Respondió Kardia mientras seguía tomando otra rebanada de pastel que habían pedido a domicilio para acompañarlo en la cena — Siempre fuí un dolor de cabeza para nuestros padres, en algunas ocasiones me visitaban en época vacacional.

— Pero... ¿Porqué jamás te sacaron Kardia?— Preguntó Degel con curiosidad de querer saber más.

— Porqué siempre creyeron que yo jamás cambiaría mi actitud explosiva y altanera. Que siempre sería un busca pleitos y que sería mala imagen para los miembros de mi familia... En especial de ustedes Aiacos, no querían nuestros padres que yo tuviera trato alguno con mis hermanos. Cuando cumplí ya mayoría de edad, jamás los volví a ver. Traté de encontrar algún trabajo para vivir y cuando logré lo suficiente quise olvidarme de todo... Un día un señor que pedía limosna en la calle me dijo unas palabras que tocaron mi corazón cuando le di unas monedas.

— ¿Qué te dijo Kardia? — Preguntó Aiacos queriendo saber más de ello.

— Me dijo que en esta vida, las mejores cosas llegan a los que pasan los peores obstáculos, no creas en todo lo que te digan... Sino en todo lo que sientas.

— Qué profundo — Pensó Camus escuchando la plática del hermano de Milo y Aiacos... Aunque por su mente pensaba que terminaría siendo un miembro más de su pequeño círculo familiar, puesto que Degel lo miraba con mucho detenimiento.

— Lo pensé mucho, no se los voy a negar... Pero decidido vendí la pequeña casa que tenía y con el dinero que me pagaron comencé a buscar algún indicio que me llevara a alguno de mis hermanos, llevo casi diez meses tratando de encontrar su paradero, pero... Degel, sin duda eres la chispa que iluminó mi más obscuro camino, gracias a ti puse encontralos de nuevo — Respondió Kardia regalándole un guiño al hermano de Camus.

— De Milo no puedo decir lo mismo Kardia — Contestó Aiacos dejando a un lado su taza de café y entrelazando sus dedos para seguir hablando — Él se fue lejos a una capacitación por parte de su empleo, aspira por un puesto más alto, quiere ser la mano derecha de la señorita Kido. Yo tuve que dejar la mía a cargo de mis amigos... Aunque ahora que lo pienso, todos deben tenerlo hecho un caos, pero eso no es lo que importa, el detalle es que Milo no regresa hasta dentro de seis meses.

— ¿Capacitación? — Cuestionó Kardia aburrido después de oír eso — Odio la monotonía... Cuando lo vea lo llevaré a los mejores antros y bares que conozco para que disfrute de la vida.

Camus dejó escapar una ligera sonrisa después de esto, de manera inconsciente Aiacos lo miraba disimuladamente... Era tan bello verlo feliz.

La cena se alargó más de lo debido, el reloj ya marcaba la media noche, regresar a la casa de Milo a esas horas sería muy riesgoso tanto para Aiacos y para Kardia.

— Aiacos... Dime que traes un auto para irnos.

El mencionado lo miró alzando la ceja — Kardia... Yo no tengo auto.

— ¿Entonces como regresaremos?

— Siempre pido servicio de taxi privado por medio de la aplicación y...— Aiacos  no terminó de hablar, fué interrumpido por Degel.

— No tenemos inconveniente en que se queden aquí con nosotros, además fué mi culpa, no debí exceder esta cena.

— Si no es tu culpa preciosura — De manera repentina Kardia se acercó a él, a una distancia donde invadía su espacio personal, susurrando al oído — Si me duermo contigo acepto.

Degel al escuchar esto comenzó a sentirse  nervioso y a la vez un ligero sonrojo se notaba en sus mejillas.

— Estás loco... Apenas y te conozco, dormirás en mi habitación con Aiacos. Yo me iré con Camus.

Kardia solo veía como aquel que le ha robado su necio corazón entraba a la habitación para sacar algunas frazadas para dárselas a sus invitados de esta noche.

— ¿Siempre has sido así de imprudente?— Susurró Aiacos acercándose a Kardia para que nadie más los oyera.

— No siempre... Pero no niego que he caído ante la belleza de ese hombre, es más hasta le beso los pies si quiere— Contestó Kardia en un tono de coquetería — Además, no creas que no te miré... — Se acercó más a él para susurrarle — Te la pasas  viendo al hermano de Degel.

Ahora era el turno de Aiacos sentirse nervioso... ¿Acaso era muy obvio para que se notara? — Olvídalo... Él ama a Milo.

— ¡Oh! Vaya detalle... Sólo que olvidas una cosa.

— ¿Qué?

— Milo  no está aquí y ese muchachito se ve que es feliz contigo... Piensa en eso Aiacos— Después de decir esto se dio la vuelta dejando a su hermano  confundido.

No negaba que albergaba un sentimiento, parecido a una semillita, una que con amor crecería inmensamente pero... Necesitaba darle un tiempo, tendría que conocer si Milo alberga un sentimiento por el joven galo.

Pasaron solo un par de horas, Degel se había dormido en la habitación con Camus y Aiacos con Kardia, sus ronquidos no lo dejaban dormir. Por más que trataba de acomodarse para descansar  no podía... Kardia había abarcado todo el colchón.

Aburrido tomó una frazada y prefirió salirse de la habitación para irse al sillón...
Grande fué su sorpresa al ver que Camus estaba ahí sentado, cubriendose con una sábana mientras miraba a su ventana esperando que la vista de la luna y las estrellas lo relajaran.

— ¿Camus? — Susurró Aiacos tocando el hombro del joven galo.

— ¿Tu también no puedes dormir?

— No, la verdad es incómodo estar así... —Aiacos  no terminó de hablar, Camus lo había tomado de su brazo y lo guió para que tomara asiento a lado de él.

— ¿Pero qué...?

De pronto Camus se recargó en su hombro mientras que Aiacos se quedaba atónito con lo que pasaba, sin pensarlo dos veces cubrió a ambos para perderse en la magnifica noche....

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Buenas madrugadas personitas bellas, les dejo este capítulo espero que les guste.
El 14 de febrero tengo un One Shot de Saga x Camus por si hay alguien que le guste..
Sin más me despido... Los quiero
🥰🥰🥰

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