Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Llegué a la casa de mi hermano después de un largo día de trabajo, esperé que Camus estuviera esperándome afuera como esa vez pero... Se me hizo extraño no encontrarlo, solo espero que no se haya querido negar ó aún peor, ruego porqué no le haya pasado algo malo.

Abrí la puerta para dejar mis cosas, así esperaría por lo mientras en lo que él llegaba.
Pasaron unos diez minutos, después quince...
Ahora si comenzaba a preocuparme más, cuando le llamé, me respondió muy seguro que si venía, pero ahora temo por él.

Tomé mi saco para ir a buscarlo a su casa,  eso de que comience a tardar ya no me agradaba.
Corrí hasta su casa, cada vez me aprendía mejor el camino para llegar.

Después de unos minutos llegué y como loco desesperado comencé a tocar la puerta.

— ¡Camus por favor abre! — Grité mientras golpeaba la puerta con ambas manos, con la esperanza que estuviera ahí.

Nadie respondía, me estaba preparando para tirar la puerta con mi fuerza cuando abrió la puerta repentinamente.

— Aiacos — Me susurró Camus perdiendo el conocimiento, por fortuna lo alcancé a tomar en mis brazos, de lo contrario hubiera caído al suelo.

— ¡Camus despierta por favor! — Lo trataba de despertar pero no podía. Entré a su sala y lo acosté con sumo cuidado.
Fuí retirando aquellos cabellos que cubrían su rostro, entonces me di cuenta de lo que había pasado...

Estuvo llorando, algunas lágrimas descansaban entre sus pestañas y alrededor de sus ojos se notaba un color rojizo.

— ¿Qué te hizo llorar? — Me cuestionaba mientras admiraba su belleza... Porqué no me di cuenta antes de ello.

Estuve un largo rato esperando a que despertara, me había tomado el atrevimiento de ir a su cocina para traerle un vaso con agua.
De pronto comenzó a despertar, me acerqué para saber que había pasado con él.

— ¿Aiacos? — Me susurró muy confundido al verme a su lado.
De manera repentina lo abracé suspirando más aliviado, era una tranquilidad para mi verlo despierto.

— ¿Que te ha pasado Camus? — Le cuestioné rompiendo ese momento con él mientras tomaba asiento en el sillón de a lado.

— Yo... Iba para la casa de Milo así como me lo pediste pero... — Respondía Camus tratando de contener sus lágrimas, podía notarlo en su mirada  — Me encontré con los mismos sujetos que nos seguían cuando fuimos al cine, pude ver a uno de ellos, era de cabellos rojos, intentaba acercarse de manera intimidante. Pude reaccionar a tiempo y corrí nuevamente aquí, cerré la puerta con seguro... Intentaron entrar golpeando la puerta y me escondí abajo de mi cama — Agachó la mirada— Me dolía mi pecho por hacer el esfuerzo de correr, poco después dejaron de golpear la puerta y comencé a cerrar mis ojos, como si tuviera mucho sueño... De pronto escuché tu voz aunque al principio dudaba, no quería que ellos regresaran y me hicieran algo, pero al abrir eras tú y es lo único que recuerdo.

— No debí pedirte que salieras tan noche... Discúlpame Camus — Le respondí, quizá si yo no le hubiera pedido que nos viéramos para cenar, todo esto no hubiera pasado.

— No tienes porqué disculparte Aiacos, es algo que pasa a diario, solo no queda cuidarnos para evitar que suceda algo malo — Después de decirme esto se levantó del sillón un poco más animado — Será mejor que nos apresuremos si aún quieres salir.

No lo sé porqué pero me agrada verlo así, a veces siento que es muy frágil con sus sentimientos y cualquier cosa lo lastima pero ante los demás trata de brindar una de las mejores sonrisas aunque por dentro se sienta fatal.

Lamentablemente en todo el día está solo, aunque Degel lo cuide, es muy difícil que esté al cien por ciento al pendiente de él.

Estaba por levantarme del sillón para poder irnos a cenar cuando la puerta se abrió, era su hermano quien iba entrando pero no venía solo.

— ¡Camus! — Abrazó a su hermano y después me miró a mí — Pensé que habían salido a cenar... ¿Todo está bien? — Cuestionó Degel al vernos en la casa, ahora que lo pienso estamos es una situación comprometedora, porqué Camus estaba en el sillón y su cabello estaba un poco alborotado  yo me había quitado el saco para poder cubrirlo, espero que no piense que soy un pervertido ó que quiero aprovecharme de la situación de su hermano.

Estaba por responderle cuando Camus se me adelantó.

— Degel, unos tipos muy extraños me seguían cuando iba a la casa de Milo. Tuve que correr nuevamente para acá... Fué algo muy feo — Después de decir esto Camus volvió abrazar  su hermano, necesitaba expresar lo que sentía en esos momentos.

— Perdón que interrumpa... ¿Dijiste Milo? — Una voz se oyó entrando con curiosidad a la casa de Camus.

— Si Milo es mi hermano y... — No terminé de hablar, esa persona que había entrado se parecía mucho a nosotros... Pero mucho más a Milo. Esto no puede ser era la viva imagen de mi hermano.

— Llevo tiempo buscándolo y... — Ese nuevo sujeto se me quedó mirando fijamente, buscando cualquier ángulo de mi rostro — ¡Gracias al cielo! — Gritó y después me abrazó de manera repentina — Tu eres Aiacos... Milo y tú son hermanos, cómo lo pude olvidar.

— Ya veo porqué estabas perdido Kardia, buscabas a estos jóvenes — Contestó el hermano de Camus mirándonos de manera divertida.

— Perdón mi ignorancia pero... ¿Quién eres tú? — Vagamente en mis recuerdos lo ubico pero no sé porqué.

— Es una larga historia Aiacos, solo puedo decir que soy el hermano mayor de ambos — Me respondió sonriendo de lado y cruzando los brazos.

— ¿Qué? Pero... ¿Porqué no te recordamos como tal? Además Milo y yo estuvimos juntos desde que tengo memoria... Hasta que ambos tomamos caminos diferentes.

— Te dije que era una larga historia Aiacos, salí de hotel donde me estoy quedando y como no tenía manera de buscarlos me molesté conmigo mismo y comencé a caminar sin rumbo... Terminé encontrando a esta belleza que me ha traído con gusto a su casa — Después de decir esto le giñó a Degel, no había dudas que era algo de nosotros, me recordó a Milo, ambos son iguales de casanovas, a excepción de mi.

— Parece que ya no salimos a cenar Aiacos — Se acercó Camus recargándose en mi hombro.

— Por favor cenemos juntos y hablaremos en la cena, ahorita preparo algo — Degel tomó las bolsas que llevaba en la mano y caminó hasta la cocina, seguido de Kardia quien no se le separaba ni un momento.

— Dejaremos la cena para después — Le respondí a Camus mientras caminabamos a la cocina también.
No puedo negar que me gusta la forma en la que comienzo a relacionarme con él, solo espero no caer nuevamente en el amor, no toleraría sufrir una vez más...

❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro