Capítulo 28 (Final)
Se sentía nervioso, no dejaba de mirarse una y otra vez en el espejo.
Verificaba a cada momento que el traje negro le quedara a la perfección; aunque Camus y él ya habían formalizado su relación desde hace años atrás con la llegada de su pequeña Violate, su economía no estaba muy bien del todo, hasta ahora.
Es por ello que este día después de seis años unirían sus vidas frente a la leyes del hombre.
Aún a pesar de los años no podía creer como Camus cambió totalmente su vida, justo cuando decía que él jamás se dejaría llevar por sus sentimientos; sin embargo de no haber coincidido en esta vida con él, Aiacos hubiera sido un solterón más del montón.
- ¿Ya estás listo Aiacos? - Entró Kardia a la habitación, lo habían mandado a buscar porqué el novio ya había demorado en bajar al sitio donde se llevaría a cabo la ceremonia y él debía estar esperando la llegada de Camus.
- Eso espero - Nuevamente se miró al espejo, se acomodó su saco y pasó sus dedos sobre su alborotada cabellera.
- Aiacos... Llevas viviendo con Camus casi siete años y aún te comportas como un joven enamorado que piensa que lo dejarán en plena ceremonia.
- Lo sé, pero no puedo negar que cuando miro a Camus siento como si fuera la primera vez que lo conocí... La verdad aún mi corazón se estremece cuando lo miro a diario despertar.
Kardia se acercó colocando su brazo sobre el hombro de su hermano y se lo llevó hasta el jardín donde se llevaba a cabo la ceremonia.
- Lo sé... Con Degel me pasa igual y te entiendo. Pero lo mejor será irnos antes de que se haga tarde.
Camus se encontraba en la casa de Milo.
Él había sido elegido para ayudarle a Camus con los detalles de sus prendas que usaría para su ceremonia, también Hyoga lo ayudaba pero con los detalles que usaría de su cabello.
- Te ves divino Camus - Susurró Milo colocando una pequeña rosa roja en el bolso que va a la altura de su pecho para que hiciera contraste con el traje blanco que usaba para la ceremonia.
- Gracias Milo.
- Ondulé un poco tu cabello, sin duda se verán lindos cuando el viento te envuelva - Halagó Hyoga terminando de acomodar ese peinado mientras observaba el reflejo de Camus en el espejo del tocador.
- Me gusta como se ve... Gracias Hyoga - Con una sonrisa en su rostro tomó la mano de los dos, se levantó de su asiento y los tres se envolvieron en un cálido abrazo.
Una cuarta voz interrumpió ese momento.
- Camus, es hora de irnos - Habló Degel observando ese emotivo momento. Aunque el hermano de Camus se había cansado un poco al subir las escaleras tomaba un poco de aire llevando su mano derecha a su vientre de escasos cuatro meses de una dulce espera.
- Vámonos todos...
Aquella pequeña ceremonia emotiva se llevaba a cabo en el jardín de la casa de Samaras.
Se trataba de un espacio no muy amplio pero perfectamente acomodado para que todos sus seres queridos así como varios empleados de la oficina se dieron cita para la tan esperada boda entre Aiacos y su pareja Camus.
Su pequeña Violeta se encontraba cerca de sus padres, parecía muñequita de porcelana con ese vestido blanco adornado con detalles lilas y morados en forma de medio círculo en la parte baja de la tela.
La mayoría de los presentes escuchaban cada detalle de la ceremonia, incluso Hades se había ofrecido como padrino de boda de su empleado y su pareja, al momento de la unión, Hades les entregó sus anillos.
La señorita Saori, la jefa inmediata de Milo y de Hyoga se acercó junto con el joven Julián para colocar el lazo a la feliz pareja.
La ceremonia estaba por culminar, Violeta como toda pequeña adorable, era muy lista; sabía lo que seguía y de manera inocente se cubrió sus ojos con sus manos porqué ahora era el turno de un beso por parte de sus bellos padres.
Aiacos tomó de la cintura a Camus, su adoración de cabellos esmeraldas correspondió colocando sus manos sobre los hombros de su pareja mientras los dos se miraban fijamente desbordando todo su sentir con tan solo unas miradas.
- Llevo más de siete años amándote fielmente, yo te prometo amarte y quererte de aquí hasta la muerte, velaré siempre por ti así como lo hice años atrás... Dichoso ese diario tuyo que dejaste aquel día en la puerta; me llevó hasta tu corazón, doy gracias a la vida porqué estás a mi lado y por darme el regalo más bello que ha alegrado nuestras vidas, a nuestra pequeña Violeta, gracias por tanto amor Camus.
- Yo elegí a la persona que me llena de sonrisas cada día de mi existencia... Sin duda eres el amor de mi vida, si pudiera detener el tiempo lo haría pero tan solo estar a tu lado en lo bueno y lo malo; tu siempre estarás aquí - Respondió Camus tomando de la mano a Aiacos y colocando su palma sobre su pecho para que pudiera sentir como aquellas palabras estaban acompañadas de los latidos de su corazón.
Aiacos le dedicó una mirada tierna, sin pensarlo dos veces se acercó lentamente para poder besar aquellos suaves labios que esperaban sentir la calidez de su pareja.
Un beso tierno que arrancó suspiros y uno que otro halago por la pareja de enamorados.
- Tuyo siempre - Murmuraron ambos recargando sus frentes en el contrario sin dejar de mirarse tiernamente.
Al terminar la ceremonia, Aiacos y Camus se encontraban en una de las mesas platicando con Kanon y su pareja Radamanthys.
Hyoga entró a la cocina para poder llevar más bebidas a las mesas de los invitados, sin embargo no se esperaba que unos brazos fuertes lo acorralaran en la pared de la cocina sin dejarle escapatoria.
- De aquí no sales amor - Susurró Milo depositando un beso en el cuello de su pareja quien dejó escapar un ligero gemido.
Milo era todo un caballero no lo negaba pero también era fuego en la cama y si Milo quería en esos momentos pasar deliciosos momentos con su pareja lo haría
- Estamos en la fiesta - Susurró Hyoga a la expectativa que algunos de los invitados los viera.
- No importa... Para eso está la cama de Aiacos - Murmuró pasando las manos por todo su cuerpo despertando el deseo en esos momentos.
- Pero no hay que demorar... Estamos en la boda de Camus y Aiacos.
Sin perder más el tiempo, Milo tomó de las manos a su pareja y emprendieron una carrera hasta la habitación sin que fueran vistos por los demás.
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Personitas bellas mañana nos vemos en el epílogo y terminamos esta historia... Los quiero 💖💖💖💖
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