Habían pasado varios días desde que ese chico vino a la casa de Milo, tenía la esperanza que se diera cuenta que dejó caer sus estudios médicos aquí y viniera por ellos pero no fué así.

La ocasiones que llegué hablar con mi hermano no tuve la fortaleza de preguntarle quien era ese chico de nombre Camus.
Ni tampoco el mencionó nada al respecto.

Nuevamente abrí esos papeles para ver algún indicio para poder encontrarlo  y tuve suerte porqué en una parte de la hoja venía su dirección.
Afortunadamente es fin de semana tengo la oportunidad de buscarlo y entregárselo.

Saqué mi celular para pedir un servicio pero esta vez con la dirección que mencionaba esos papeles.
No demoró mucho en llegar el taxi privado, tomé mis cosas y me subí. ¿Porque pedí servicio de una plataforma? Bueno yo no sé mucho estar por estos rumbos de mi hermano, la aplicación marcaba unos veinte minutos para llegar, no sé porqué pero ese chico comenzaba a despertar mi curiosidad.

Estuve muy entretenido que no me di cuenta que habíamos llegado, porqué justamente el chofer fue el que me avisó.

Le pagué según lo calculado y me bajé, agradecí el servicio y me giré para ver donde era el lugar, según la dirección de los papeles.

Era una casa sencilla, espero no equivocarme y sea ese lugar. Me acerqué un poco nervioso hasta la puerta y toqué.

Demoraron un poco en abrir, salió un joven muy similar solo la diferencia era su cabello, además de que usaba lentes. Ese no era el chico que fué a la casa de Milo.

— Buenas tardes ¿Que se le ofrece?— Me preguntó el joven recargado en el marco de la puerta.

Moví mi cabeza para despejar mis pensamientos y poder responder — Buenas tardes, busco a la persona que dejó estos papeles en casa de mi hermano, lamento si tuve que abrirlos pero pasaron varios días y no regresaron por ellos. Por eso preferí venir yo mismo a entregarlos.

El chico que estaba en la puerta los tomó un poco desconfiado — ¡Ah! Son de mi hermano, pasa por favor— Se hizo a un lado de la puerta y me dio el paso.

Sinceramente si hubiera sido otra persona optaría por irme después de entregar esos papeles pero algo me decía que me esperara.

— Siéntate por favor — Me dijo — No tardo.

Me acerqué a la sala y esperé,  no sé a donde rayos se iba pero entró a una habitación y demoró mucho en salir.

Después de varios minutos salió y se acercó nuevamente a mi.

— Por favor pasa, mi hermano está en su habitación.

¿Espera, qué? Pensé de inmediato, sobre todo porqué soy un simple extraño y todavía entraré a la habitación de ese joven que ni siquiera me conoce, estaba por reprochar cuando el chico que me recibió en la puerta tomó mi brazo y me llevó hasta esa habitación.

Lentamente fui abriendo la puerta y pude observar a ese chico mirando a través de su ventana con la mirada perdida, se veía muy triste en realidad, como si algo le preocupara.

— ¿Puedo pasar?— Pregunté nervioso, no sé ni que rayos hago aquí.

Observé  como interrumpió su momento y posó su mirada en mí.

— Adelante.

Simplemente asentí y entre en aquella habitación, era extraño para mi estar en este lugar, no cualquier persona hace eso.

— Yo... Lamento llegar así pero, dejaste aquella ocasión en la casa de Milo tus estudios, esperé que fueras por ellos pero jamás fuiste — Respondí un poco nervioso, más cuando su mirada fría y seria me observaba.

— Te pareces mucho a Milo.

— Si, eso es porqué somos hermanos. Lamento no haberme presentado antes, mi nombre es Aiacos.

De pronto ese joven comenzó a caminar y se acercó a mí.

— El mío es Camus — Me contestó con una sonrisa.

Por todos los dioses ese chico primero estaba muy serio al verme pero es raro verlo con una sonrisa que cautiva a cualquiera. No, esto no está bien, puedo salir corriendo de aquí, de todos modos ya le traje sus papeles que había dejado en la casa de mi hermano.

— Sinceramente no recuerdo donde se me cayeron, pensé que los había perdido... Gracias — Me extendió su mano para poder sentarme junto con él en la cama, después su mirada cambió repentinamente.

— ¿Sucede algo malo? — Le cuestioné  al observar el cambio tan repentino en su expresión.

— De hecho yo... — Agachó su mirada al suelo, no entendía que pasaba — Es duro para mí la noticia que me dieron en el hospital, cuando leí mis resultados sentí que el mundo se me venía encima.

Ahora recuerdo cuando abrí ese sobre para buscar algún indicio de su nombre y por supuesto su dirección. La verdad desde que esa ocasión me abrazó sin querer pude sentir la calidez que su cuerpo emanaba, jamás me había pasado eso, ni en mis mejores tiempos de juventud. Pero jamás pensé que aquello que leí fuera algo tan grave.

— Tengo un tumor en mi corazón, se les llama mixoma.

Me asombré al escuchar eso, porqué en realidad no supe interpretar muy bien ese diagnostico, no soy médico, pero si logré entender que era algo referente al corazón.

— ¿Qué tan grave es? — Pregunté sin querer.

— Dentro de algunos días me seguirán realizando estudios para que puedan valorar cuanto ha avanzado mi problema. Quizá necesite cirugía, pero... — Se quedó callado unos momentos.

— ¿Pero qué?

Levantó su rostro y después dirigió su mirada en mi, algo le pasaba.

— Tengo miedo de morir.

De acuerdo esto no me lo esperaba, es normal que todos tengamos miedo a algo e incluso muchos tienen temor por que algún día llegaremos a ese punto, pero este chico no tiene  ni un toque de malicia... El no merece eso.

Extrañamente me acerqué un poco más y lo estreché entre mis brazos, no sé ni porqué lo hice, simplemente me nació hacerlo.
Claro que el me correspondió de inmediato, pero después me alejé rápidamente.

— Yo... Lo siento— Me disculpé un poco apenado.

— Descuida, ya me hacía falta un abrazo de alguien así, me levanta mucho los ánimos.

— Camus, sé que nos conocimos de una manera muy extraña pero debes pensar positivo. Si quieres puedo decirle a Milo que hable contigo y...— Me interrumpió.

— Yo quería esa ocasión hablar con Milo sobre esto pero jamás me imaginé que tuviera un hermano, jamás lo mencionó.

Las dudas  comenzaban a invadir mis pensamientos, quería saber que tan importante era mi hermano para ese joven de cabellos viridían.

— Bueno, yo tampoco sabía que Milo tenía un novio tan simpático — Quizá fuí muy directo pero no me gusta darle vueltas al asunto.

Soltó una ligera risa — De hecho me sentía tan mal ese día que estuve decido a expresar mis sentimientos por el pero estabas tu esa ocasión, quizá cuando regrese lo haga, pero...

No sé a donde quería llegar, el ama a mi hermano eso me quiso decir pero ¿Cual es el pero? Seguí escuchándolo detenidamente.

— Estoy confundido — Me respondió— Porqué puede ser que tú me ayudes a disfrutar de lo que me reste de vida.

Algo que realmente me sorprendió fué su total sinceridad, en verdad desea que yo ses su apoyo en lo que pase.

¿Porqué, si apenas lo  conocí? Esto no está bien. De pronto su rostro deslumbraba por la cálida sonrisa que me daba, tomó mi brazo y me jaló hasta la  cocina.

— Vamos a  comer, acompáñanos.

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Buenas madrugadas mis queridas lectoras, aquí tenemos parte de la vida de Camus y como verán, tiene un problema en su salud y realmente ve a Aiacos como su apoyo, sin embargo en todo este tiempo que pasen inconscientemente se irá enamorando de él.
Espero que les guste, les mando muchos besos y abrazos.
🥰🥰🥰