Me tirita hasta el alma al escuchar la eterna melodía

del invierno del recuerdo.

Y se intentan escapar las lágrimas de sus cuencas

aunque no sé muy bien el motivo

y a la vez sí que lo tengo claro.

La nostalgia se hace presa de mi cuerpo

en esta noche de verano.

"Se puede querer lo que no ves"

E incluso viéndote, en aquellas palabras;

aunque en los últimos suspiros ya fueran marchitas,

y más que de amor estuvieran cargadas de sentimentalismos,

de quizás y de imposibles.

Se puede seguir queriendo lo que no ves. Pero a la vez es incomprensible,

seguir amando a algo que yace ya en el recuerdo

y que jamás pudo salir de ahí; pero que tampoco puedes recuperar.

Y que sabes solo te vuelve a traer un sabor añejo en los labios

y una cantata de amor en las mejillas.

Tal vez fueron demasiados Madrid para una conversación barata,

tal vez demasiado príncipe sin un castillo;

o tal vez demasiados absurdos que creímos tocar con nuestras manos.

Incluso aquella estúpida historia, ¿te acuerdas todavía?

Parecíamos niños soñando con un reino de hadas;

y nos quedamos respirando aire manchado de polvo

y de cenizas; de las fotografías de nuestra memoria.

Pero creo que nunca fui capaz de olvidarte.

Ni creo que sea capaz de hacerlo nunca.

Supongo que es lo que tiene el primer amor:

se queda grabado a fuego

para siempre.