Penacho de viento

que aireas mis horizontes

y mis ganas de soñar.

Ayúdame, ahora,

que la vida es tan difícil.

Enséñame de nuevo el mandamiento del

amor en todas sus definiciones;

y hazme entender qué es eso

que llaman felicidad

y que tanto cuesta encontrar.

Rumor de las olas

que mueven el molino

y mis ganas de llorar.

Alejaos, tremendas embaucadoras,

que quiero poder luchar

contra el frenesí de la vida

la catarsis en la cima

en mi etérea soledad,

y alcanzar de nuevo el cielo

que tanto me cuesta llamar.

Brillo de las nubes

que alegran mi alma

y me hacen tiritar.

Dadme de nuevo la fuerza

de millones de estrellas;

y hacedme ser valiente,

en un mundo de cobardes

donde el corazón gana la batalla

que algún día quiso la razón

pero que, entre voces, calla.