[I] Solo escribe, después le daremos un título.
A veces ni la misma congoja del pecho,
consigue paliarse con la música
más bella de tus labios.
Ni tan siquiera una cálida mirada
puede devolver el amor
a este trozo de hielo yerto
que un día fue sentimientos y odiseas.
Porque, simplemente, no puedes detenerlo.
El frío se acerca, el invierno es eco de verdades,
la noche es presa de las bestias
y acaba siendo devorada por las estrellas.
Y se siente sola, mirando cómo el sol
se ríe de ella y la recuerda
que ella siempre durará menos.
Y que aunque lo haga,
siempre mandará a sus lacayas
las estrellas del firmamento...
Para recordarla quién es el que manda.
Busco músicas que calmen el alma,
y que inunden de sales
el mar cristalino.
Que hagan caer el rocío de las hojas
con el solo tañer de las campanas
que a costa del mundo suenan
en la hora del señor.
Pero ni siquiera ella podrá paliarme.
Y en días como hoy,
en inviernos como el de mi alma,
en primaveras tan marchitas,
solo tengo ganas de descansar.
Y dormir, y olvidar.
Y dejar que se azufren mis venas
con el paso de la sangre negra
hasta mi corazón aún vivo.
Y muera, lentamente,
y me recuerde que soy un humano
y que jamás seré siquiera un príncipe.
Pues un plebeyo nunca debe aspirar
a ser un patricio.
Pues una corchea nunca debe aspirar
a alargar su paso y ser negra y sonar más.
Y se escucha de nuevo
el crepitar más nauseabundo
del invierno y del silencio
recordándome también que tal vez,
mañana sea un nuevo día,
tu sonrisa tal vez me dé luz,
pero hoy ya no será así.
Y debemos asumir
que hoy seré como el agujero negro
que traga felicidad sin nada a cambio.
Como el compás que no incorpora un DaCapo
porque no quiere que nadie le repita,
y volver a sufrir más una condena eterna de por sí.
Me gusta la música,
y me gusta cómo caen en el frenesí de mis dedos
al compás de las lágrimas.
Y cómo se transforma en un réquiem,
que se da la vuelta y me da vida,
y de un momento a otro me hace cojear
para recordarme, sí, recordarme otra vez
que soy solo un puto humano
en un mundo de dioses del Olimpo.
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