Algo llamado amor (San Valentín).
Dicen que algo se llama,
algo se llama amor.
Y que todo aquel que lo tiene
en su reino tiene fulgor.
¿Qué puede ser aquello
que tanto cuesta anhelar?
Dicen que quien lo consigue
nunca más se puede quejar.
Ando buscando el amor
por valles, bosques y avenidas.
Pero nadie en los alrededores lo ha visto.
Ni las hadas, ni los duendes ni los elfillos.
¿Es qué nadie me puede ayudar?
Solo un poco de amor quiero cultivar.
Atravesando puertas
y recorriendo caminos
llegar hasta un castillo
donde habita el principito.
Me habla de un zorro,
me habla de una rosa.
Y yo simplemente le digo:
¿es que amar es otra cosa?
El principito me mira con aire perfumado.
Señala a la otra esquina de este su palacio.
"Hacia allá está lo que buscas"
me dice sin pesar.
Y yo simplemente tengo que irlo a buscar.
Atravesando ríos,
atravesando montañas.
¿Dónde está eso que a los niños tanto encanta?
Algo llamado amor
nace dentro del corazón.
Pero si en el mío nunca ha crecido...
¿No será que lo he perdido?
Mi ángel guardián me ayuda,
a buscar en este lugar perdido,
perdido un corazón que reclama
lo que nunca le han servido.
A veces creo firmemente
que el amor está entre nosotros.
Pero cuando nadie llama a tu puerta
no puedes pensar de otro modo.
Si alguien hubiera querido,
ya habría aparecido.
Días y meses pasaron,
pero mi corazón seguía llorando.
Algo llamado fantasía
reina en este lugar.
Y la magia y alegría
salen de fuentes sin dudar.
Algo llamado amor
busco desconsolada.
Mientras busco aquel que dicen que es
el cuento del príncipe y la amada.
Y cuando ya uno deja su empeño
de eso que tanto quiere encontrar,
de pronto un día llama a su puerta
para una sorpresa grata dar.
Un príncipe oscuro llama
a mi puerta una vez más.
Abro de forma apagada
para saber lo que querrá.
"Señorita querida,
amada de mi corazón.
¿Sabe usted lo que dicen
que se llama amor?"
Miro a los ojos del joven,
que parece querer disfrutar.
"No sé de lo que me hablas,
pero tus ojos me hacen suspirar".
El príncipe de mis sueños
poco a poco se desvaneció.
Y un príncipe de carne y hueso
ante mis ojos se irguió.
Esta es la historia
de cómo alguien puede encontrar
algo llamado amor sin mucha demora esperar.
Porque si lo que anhelas esperas,
y lo dejas reposar...
Pronto eso que anhelas,
dejarás de anhelar para siempre jamás.
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