Capítulo VIII
No hablamos de lo sucedido, Wilhem me llevó hacia una pequeña cabaña que estaba en el bosque como a un kilometro de distancia desde mi casa. Allí no habían muchas cosas, un pequeño refrigerador y un estante en el que habían algunos vasos, platos y cubiertos, al igual que un lavaplatos. Nos sentamos en el pequeño mueble que estaba frente a un televisor y junto a este otro estante con algunos libros y fotografías, de unos niños y de unos adolescentes, eran seis fotografías en total. Tuve curiosidad por ir y mirarlas pero me contuve, el silencio era incomodo y yo quería respuestas, respuestas a preguntas de las cuales no tenia ni idea.
—Cora, necesito que prestes atención a todo lo que te diré pero primero ten esta lista.
—Bien— dije, aceptando una hoja doblada que el me tendía
—Allí hay nombres de personas que son de absoluta confianza para tu madre y también...también para mi...— iba a hablar pero me hizo un gesto para que no lo hiciera —No interrumpas, es necesario que prestes atención todo lo más posible que puedas porque no se en que momentos vamos a separarnos y cuanto más rápido hablemos de esto, mejor— asentí, de nuevo —Como te decía, esas personas solo puedes contactarla con un teléfono que tienes en la mochila que te dio tu madre que por cierto...— se levantó de donde estaba y camino hacia una puerta que no había visto —Me tomé la molestia de tomarla de tu habitación así que ten
—¿Cómo...— no queria decirlo pero tenia que —¿Cómo es que siempre sabes cuando aparecer... o que tomar?, me refiero a lo que pasó hace un rato cuando estaba con Dandelion, llegaste sin que yo me diera cuenta y no solo eso, ¿cómo sabias que ya había terminado?
—Hablaremos de eso, después de que terminemos con todo lo que hay en la mochila— asentí, de nuevo —Bien, abre la mochila y allí encontraras muchas cosas pero primero, el telefono. Bien, es un poco viejo pero servirá y mucho, allí están todos los números de las personas de la lista y también los nuestros así que no te será difícil comunicarte pero hazlo solo en caso de extrema necesidad...
—¿Cómo lo desbloqueo?— pregunté, mirando el artefacto del cual no tenia idea de la contraseña
—Con cuatro números: dos, cero, cero, cinco.
—Bien, ya está.
—Genial, bueno en lo que estábamos, solo llamarás cuando sea de extrema necesidad. La primera persona en la lista es tu profesora de filosofía en la universidad— ¿qué? que alguien me diga como es esto posible, Wilhem debido notar la expresión en mi rostro por lo que continuó —El día que nos conocimos— como olvidarlo, literalmente me había quedado sin palabras al verlo —Estaba hablando con ella y cuando terminé de hablar con ella, te vi pasar rumbo a la biblioteca y Cora, sinceramente no pude esperar a conocerte el día que nos vimos en tu casa, con tus padres— una sonrisa brotó de sus labios y de los míos también —No nos desviemos— dijo, cuando se dio cuenta de la cercanía entre nosotros —Mi curiosidad por verte después de muchos años me ganó y accidentalmente di contigo— reí porque la afectada había sido yo en ese "accidentalmente" —...pero eso lo hablaremos más tarde, entonces el día en el que yo te diga que tienes que irte, lo harás sin esperar a nadie, tus padres se van pasado mañana y no sabemos cuando vendrán a por ti, por lo que debes estar preparada para el día que suceda. Primero irás con tu profesora y ella te dirá que hacer, supongo que ella te dirá algunas otras cosas pero Cora, por favor no confies en nadie más que no sean las personas de esta lista y te darás cuenta de que son realmente estas personas porque cuando llegues con cada uno tienes que tener la mirada fija en la mano derecha de cada uno, tienen un doble infinito el cual se ve a simple vista.
—Vale, lo tengo pero y lo demás en la mochila es para...
—Para los lugares a los que es lo más posible tengas que ir, yo...—se detuvo, vi en su mirada algo de duda pero si la hubo se fue porque de nuevo miró hacia mi —Yo sabré en cada momento donde estás y solo iré si tu me lo pides. Cora, hay cosas de las cuales no tienes ni idea pero pronto sabrás por el momento esto te ayudará, en cada lugar al que vayas conocerás cosas de las que no tienes idea, como te decía— dijo mirando hacia el techo y luego posando su vista en mi —Los pasaportes son para cuando tengas que ir a Canadá y Europa, irás casi en orden de la lista, de eso tu misma te darás cuenta y es probable que viajes con más personas por lo que debes de ser muy cuidadosa de cuando veas tu teléfono o habrás la mochila. El dinero en efectivo es para que lo uses y no tengas necesidad de usar las tarjetas que puso tu madre allí, aunque supongo que terminarás usándolas pero solo cuando sea una emergencia.
—Bien ¿y lo demás?— pregunté, todo estaba siendo extraño y a la vez interesante
—Solo hay dos mudas de ropa allí por lo que en cada lugar que estes tira la ropa que uses, no la dejes en el lugar que te quedes, quemala o yo que se, pero desaste de la ropa. Y también hay un brazalete y una tiara pero eso los usarás cuando sea el momento...
—¿Y cómo sabré cual es el momento apropiado?
—Después de la conversación que tendremos más tarde, tu sabrás si lo llevas en tu mochila o lo dejas aquí, en esta cabaña antes de irte.
—¿Y si no lo hago?
—Tendrás que tomar una decisión y creo que yo estaré agradecido contigo de que digas que si.
—Bien
—Bien, ahora lo más importante, cuando termines de ver a la última persona de la lista estarás completamente preparada para ir a este lugar— dijo, mostrándome un mapa —En el cual estaremos nosotros y algunas personas más, cuando llegues sabremos que será momento de actuar...— terminó diciendo, tendiéndome el mapa.
—¿Es todo?— pregunté, aún con la mirada en el mapa
—No, también hay una pequeña caja con cartas pero esas...— dijo, atrayendo mí atención por completo —Esas solo las leerás cuando termines estes a la mitad de personas de la lista— asentí aunque la curiosidad por saber que decían me estaba ganando pero me prometí hacerlo en el momento que fuera el correcto.
∞∞∞∞
Nadie dijo nada después de saber de la existencia de la caja con cartas, los dos estábamos con las miradas perdidas en la brasa de la chimenea, la forma en la que se consumían. Mi mente era una revolución de información y seguramente la de Wilhem también, no quise entrar en ella y saber lo que por allí pasaba porque quería darle su espacio.
Pasaron minutos, horas tal vez en las cuales me había quedado dormida, el sofá en el que estábamos ahora tenia forma de cama y eso fue lo segundo en lo que me fijé pues Wilhem estaba a mi lado mirándome...
—¿Cuánto tiempo llevo dormida?— pregunté con la voz aún ronca, luego de unos minutos
—Solo tres horas— madre santa, no le avisé a mi madre.
—No te preocupes, le mandé un mensaje diciéndolo que te habías quedado dormido, me dijo que nos esperaba para el desayuno y...
—¿Mi madre te dijo eso?— asintió, que rayos y mi padre porque no dice nada, esto era muy raro
—No es raro, tu padre confía en tu madre y tu madre en mi, aunque no le guste la idea sabe que nada malo te pasará conmigo y además...
—¿Y yo puedo confiar en ti Wilhem?— pregunté temerosa de su respuesta, todo lo que estaba pasando entre nosotros era demasiado rápido y me asustaba pero a la vez lo sentía tan real, creo que había llegado el momento de hablarlo con él.
Wilhem me miró y me sentí vulnerable, sentía una necesidad de tenerlo cerca, abrazarlo, tocarlo, besarlo... Y creo que lo sintió porque al momento de sentir que se acercaba yo misma disminuí la distancia de nuestros cuerpos, sus labios sobre los míos era la mejor sensación en años, me sentía libre y a la vez atada a él, supongo que pasamos muchos minutos así porque conforme la temperatura aumenta me di cuenta de que estaba sobre él y sentía que algo de él ya estaba sintiéndolo porque sentí mis mejillas arder cuando me di cuenta y el se separó de mi...
—Creo que deberíamos parar...— exclamó, dando por terminado el beso pero algo de mi quería seguir, yo quería seguir... —Cora, enserio, debemos parar— y cuando lo dijo me sentí terriblemente mal, ¿acaso no le gustaba? —No Cora, no es que no me gustes...Dios, por que me haces esto— terminó diciendo y sentándose aún conmigo en sus piernas —¡Demonios! me encantas, ¿es que no te das cuenta?— negué con la cabeza —Quiero que sea especial y por especial me refiero a que debemos unirnos antes de llegar a algo más...
—¿Qué?— pregunté de pronto —¿A qué te refieres por unirnos?
—Cora, de eso era lo que quería hablar contigo...el brazalete y la tiara...— cerró sus ojos y continuó, luego de algunos minutos —Esos objetos son para cuando tu vuelvas, después de que hayas visitado a la ultima persona de la lista y después de que hayas leído las cartas...
—¿Significa que debemos casarnos?— pregunté, temerosa de su respuesta
Asintió —Los humanos así lo llaman pero nosotros, en nuestro mundo lo llamamos unión y la union es definitiva, no existen los divorcios en nuestro mundo —añadió, con una pequeña sonrisa —Se que tal vez ahora pienses que esté loco pero cuando leas las cartas comprenderás lo que quiero decir... por ahora tu decisión es llevártelas o dejarlas pero si las dejas, entonces también dejas las cartas y...
—No lo haré— agregué, con voz tímida y con decisión en mi voz agregué algo más: Creo que te quiero.
Y otro más, YAY!
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