En el norte de la región de Sinnoh, hacía una helada tormenta que azotaba las rutas que conducían a Ciudad Puntaneva. Debido al cielo nublado, los fuertes vientos y la nieve, la visión era nula. Un Pokémon deambulaba por allí, muy despreocupado del clima debido a su tipo Hielo.

-Hace tiempo que no sentía este... ambiente- se dijo a si mismo con un sentimiento de nostalgia -¿Cuánto tiempo tarde en llegar? ¿Una semana, dos, un mes?- se pregunta el Pokémon.

Resultó ser un Weavile, no muy diferente a otro de su especie, de no ser por la notable cicatriz en su mejilla.

Este se dirige al sitio que alguna vez fue su hogar, el Lago Agudeza. Felizmente recordó el camino, escaló un empinado sendero rocoso mediante ágiles saltos hasta llagar.

No había nada. Solo un gran lago en parte congelado, con amplió espacio en sus orillas, el suficiente para que un grupo de Pokémon se asentará. Un vago recuerdo de su infancia en ese lugar pasa por su mente.

En ese entonces era solo un pequeño Cutsel, que jugaba con otro Cutsel de su grupo y un Chingling que flotaba de paso por allí, dónde parecían divertirse mucho.

[Aclaración: Cutsel no es un Pokémon oficial, es un fakemon diseñado por el creador de contenido "Ebaru" (pueden encontrar su canal en Youtube), aparece en "Nuevas evoluciones Pokémon 4: Absol y Sneasel (Pre evoluciones)". En esta historia los Cutsel serán considerados como crías de la especie de Sneasel y Weavile, siendo ahora una línea evolutiva de tres.]

El recuerdo termina, y Weavile reacciona -Es cierto... ya no hay nadie aquí- menciona resignado bajando un poco la vista.

De pronto unas palabras resonaron en su cabeza.

"Lo siento Weavile... pero necesito Pokémon que puedan terminar sus batallas"

Una mezcla de ira y tristeza lo invaden. Había regresado porque no sabía a dónde ir. Weavile maldijo en voz alta como buen tipo Siniestro que es, cargó en sus manos una Bola Sombra que lanzó hacía un montículo de nieve para desquitarse.

Un fuerte estallido resonó, levantando la nieve por los aires. Pero de pronto, una silueta apareció, levantándose desde dentro del ex-montículo de nieve.

-(¿Había alguien debajo de esa nieve?)- se preguntó Weavile mientras se acerca un poco hasta detenerse de golpe.

Aquel ser parecía ser cuatro veces más grande que él. Extendía sus grandes alas, ladeaba su larga cola, y estiraba su cuello y patas. Momentos después encontraría a Weavile con la vista y bajaría la cabeza.

-¿Fuiste tú quien interrumpió mi siesta?- consulta el Pokémon tipo Hielo y Volador mirándolo -Si así fue, serás mi desayuno-.

Weavile quedaría impresionado por su imponente y majestuosa figura, hasta que oía sus palabras.

-¿¡Que!? Si fui yo pero... ¡No sabía que estabas ahí!- se excusaba rápido -¡Y no seré tu desayuno!- frunce el seño.

-Uhm... está bien, es tu día de suerte- dijo el emplumado ocultando su ala izquierda -Vete, antes de que me arrepienta- advierte.

-Lamento eso... pero antes, quiero saber quién eres. Nunca había visto un Pokémon como tú- menciona Weavile intrigado.

-Mi nombre es Articuno. Y soy un Pokémon Legendario- levanta su ala derecha imponiendo.

-¿¡Un Pokémon Legendario!?- exclama sorprendido.

-(Es perfecto...) ¡Yo soy Weavile, y quiero que me entrenes!- exige de repente.

-¿Entrenarte?- confundido -¿Por qué debería hacerlo?- pregunta el legendario.

-Necesito hacerme más fuerte, así que te haré una propuesta- mirándolo -Si yo gano, me entrenarás por unos meses. Pero si tú ganas, te dejaré en paz- propone.

-No me parece un trato justo, pero si así lo quieres- extiende sus alas pero baja la izquierda -Aquí te espero-.

Weavile avienta una Bola Sombra que Articuno repele con su ala derecha.

El tipo Siniestro se lanza con su Tajo Umbrio pero el Volador lo sujeta con las garras de sus patas. Al no poder zafarse, Weavile lanza un Rayo Hielo de cerca a su cara para que lo soltase.

-(Es muy fuerte... digno de un Legendario. Pero dudo que pueda detener esto)- pensó y tomaba algo de distancia para luego rodearse de una gran cantidad de energía y arremeter con Giga Impacto.

Articuno bate sus alas y alza vuelo para evadir el potente ataque -Todavia sigue doliendo- pensó este mirando su lesionada ala izquierda y luego mirar al retador.

Weavile presionaba con Rayo Hielo pero Articuno con elegancia giro hacía un lado para esquivarlo -Tus ataques me hacen cosquillas, y más si no los recibo- alardea un poco -Me toca- agita sus alas y genera una fuerte Ventisca.

-¡Tch!- El Siniestro se cubre con ambos brazos pero la Ventisca era tan fuerte que consigue empujarlo contra unos árboles -Pero que poder...- suelta un quejido -¡Tendré que ir con todo...!- exclama decidido.

Este se recompone y salta unas ramas hasta llegar a la cima de un árbol. Articuno no comprende y utiliza Rayo Hielo congelando por completo el árbol.

-¡Ahora!- exclama Weavile desde la copa del árbol antes de congelarse para saltar por encima de la altura rival y lanzarse con un Giga Impacto con todas sus fuerzas -¡Te derrotaré para hacerme más fuerte!-.

Articuno comprueba su determinación, y pese a tener su ala dañada responde a esta iluminando sus alas y arremete con Ala de Acero.

Ambos ataques chocan en pleno aire generando una enorme explosión, cuya onda expansiva los expulsa hacía lados contrarios.

Articuno había caído muy cerca de dónde combatieron -Fue un gran choque- dice recostado de espalda en la nieve.

-En verdad quería derrotarme...- veía los copos de nieve caer lentamente -(Me recuerda a mí...)- pensó el legendario llegandole un recuerdo del pasado.

Se encontraba en el Archipiélago Naranja, al sur de las regiones de Kanto y Johto. Era un día nublado donde se enfrentaba a su "padre" Lugia, quien esquiva su Rayo Hielo.

-Muy lento- dice el legendario mayor y rápidamente carga su ataque característico, el Aerochorro para lanzarlo a una velocidad impresionante.

El cual Articuno recibiría de lleno y terminaría debilitado. Al despertar, estaría sobre un acantilado.

-Al fin despiertas- dice su padre que estaba a su lado -¿Por qué me pediste un combate?- le consulta.

-Pensaba que si te derrotaba, me haría más fuerte- responde levantándose.

-Con que sí. Por eso no se lo pediste a tus hermanos- menciona el Psíquico Volador riendo un poco.

-Tsk, me cansé de pelear con ellos. Zapdos y Moltres siempre luchan igual- opina el Hielo y Volador.

-¿Entonces porque no emprendes un viaje? Allá afuera hay Pokémon igual o más poderosos que yo- admite el de Johto.

-Buena broma- ríe un poco -¿Lo dices en serio...?- dudando.

-Claro- Lugia abre sus alas y empieza a volar colocándose frente a su hijo -¡Y cuando creas que estás listo, aquí te esperaré!- exclama desafiante y sonríe.

Articuno termina de recordar, y se levanta de la nieve -Todavía no estoy listo padre... Pero ese Pokémon quiere volverse más fuerte tanto como yo- empieza a volar soltando algunas plumas.

-(Si logras encontrarme, puede que te entrene)- piensa Articuno para luego dirigirse hacía la montaña más alta.

Un tiempo después, Weavile despertó muy desconcertado, había quedado inconsciente -¿Dónde estoy...?- intenta recordar -Es cierto... estaba luchando contra ese Pajarraco Legendario- se levanta con cierta dificultad.

-Ese último choque fue impresionante... ¿habrá contado como empate?- se cuestiona poniéndose en marcha -Ese sujeto tenía una de sus alas lastimadas... ¿Por qué será? Dudo que haya sido en un accidente...- Hace una pausa.

-Si consigo que me entrene, definitivamente me haré más fuerte- menciona con seguridad -¡Les demostraré a todos lo fuerte que puedo ser!-.

CONTINUARÁ