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Capítulo 23: "Carrera"

Boreal era una de los dos elegidos que debían encontrar en ese pueblo, Aileen no tenía absolutamente ninguna duda sobre eso.

Lo habían descubierto esa mañana cuando Ice se resbaló y cayó de la copa de un árbol mientras estaban recogiendo frutas, Boreal evitó que la albina se rompiera algún hueso al atraparla con una planta por una pierna, dejando a Ice colgando de cabeza.

Los elegidos habían decidido que no se lo dirían hasta que supieran quien era la otra persona que los acompañaría, pero no tenían ninguna idea de quien podría ser.

A la hora del almuerzo los cuatro elegidos, Boreal y Aren se encontraban comiendo cuando Míriam se acercó a ellos siendo seguida de cerca por las hadas que habían nacido ayer.

Una de esas hadas se acercó a ellos y miró el cabello de Sagitario con curiosidad. Pronto el resto de los recién nacidos se acercaron a la chica rodeando la y ganándose las miradas de extrañeza de parte de los adolescentes que no sabían que era la causa de la curiosidad de los pequeños.

Míriam llamó a todos los niños y niñas y los hizo regresar a sus lugares en la fila, dejando a la vista a una Sagitario con cara de sorpresa y una hermosa trenza de espiga al lado de su cabeza.

-¿Tu eres la chica del hielo? -Preguntó una suave voz proveniente de una hada de aire de cabello rubio platinado.

-¿Qué? -Dijo Sagitario confusa por la pregunta.

-Si eres la chica que usa las flechas de hielo - Repitió el hada nuevamente.

- Sí, esa soy yo -

-Ten cuidado, el hielo es algo hermoso pero igualmente muy poderoso, ese artefacto... - señaló el broche de cabello de Sagitario -... controla el poder por ahora, pero no será para siempre. - Finalizó la niña, y se fue siguiendo a Míriam.

La chica de cabellera castaña se quedó pensando para sus adentros, mientras que sus amigos se preguntaban quien podría ser la o el elegido.

Y mientras todos charlaba nadie notó el humo rojo que se paseaba por entre los pies de los presentes, deslizándose suave y peligrosamente. Se juntó en un espacio separado y comenzó a dar vuelas sobre sí mismo, logrando, lentamente, que la hierva comenzará a arder.

El fuego se propagó rápidamente por el césped, logrando que las hadas lo notaran e intentaran apagarlo. Primero fueron las hadas de agua, pero a la vista de que el líquido sólo se evaporizaba antes de tocar las llamas desistieron en su intento y comenzaron a evacuar a los demás.

Pero un hada se negó a dejar el lugar; Aren se paró frente a las llamas e hizo lo que mejor sabía hacer, combatió el fuego con fuego. Sus brazos estaban extendidos para delante y el bajaba lentamente sus manos, como si debajo de las mismas hubiera un objeto que les impedía el paso.

Bajo la sorprendida mirada de los elegidos y las exclamaciones de preocupación de Boreal el fuego comenzó a disminuir su volumen hasta que tan sólo quedaron unas pocas cenizas en el suelo.

Aileen se acercó al lugar donde Aren se encontraba y movió su mano en el aire frente a ella, como queriendo asegurarse de que verdaderamente él fuego no se encontraba ahí.

La mente de la rubia comenzó a trabajar, uniendo y descartando ideas, pero siempre llegando a él mismo punto; «el acertijo habló del sol, el sol es una bola de fuego, Aren controla el fuego, Aren es el otro elegido».

Por otro lado, Aren se encontraba sentado en el suelo, cansado por el esfuerzo que implicaba utilizar el control de fuego luego de mucho tiempo de evitarlo. Una mano se extendió frente al chico que levantó la mirada encontrándose con Aileen sonriendole de lado.

Aren tomó la mano de Aileen y sin que nadie lo pensara una luz surgió de entre esa unión. Las vestiduras del chico fueron cambiadas por unos pantalones de lana holgados y una camisa blanca junto a un cinturón de cuero del cual colgaba una pequeña lámpara de aceite. En su mano se formó una pulsera-anillo con un ópalo amarillo en el centro.

-Bienvenido al equipo - Dijo Sagitario detrás de ellos.

-¿Eso significa que eres un elegido? ¿Sí? - Preguntó Boreal al mismo tiempo que saltaba de un lado a otro con evidente emoción en su rostro.

- Sí Boreal, eso significa que él es un elegido- Le respondió Sagitario con una sonrisa.

-Y de echo tu también eres una-Interrumpió Aileen, ganándose una mirada reprobatoria por parte de la chica de cabello castaño.

Esa acción fue pasada por alto por parte de la pelirroja, la cual ya no cabía en sí misma de emoción y parecía que en cualquier momento explotaría.

Aileen le extendió su mano a la chica, que la tomó de inmediato. Pronto su cuerpo comenzó a levitar y una luz la rodeó cambiando su vestido por uno nuevo, el cual tenía una falda hasta los tobillos de tela rosa pálida y una camisa blanca ajustada al cuerpo. En su mano se creó una pulsera-anillo pero que tenía un cuarzo rosa en su centro.

Apenas terminó la transformación Boreal ya estaba llenando a los demás de preguntas.

-¡Boreal! ¿Me permites explicarles lo que viene ahora? -Preguntó Aileen recibiendo un «Sí» por parte de la pelirroja.

-Perfecto, ahora les daré un momento para que se despidan de quién ustedes quieran y en media hora nos veremos aquí para irnos, no es necesario que traigan sus pertenencias-

Dicho eso ambas hadas salieron del lugar para hacer lo indicado y volver pronto.

-Esa chica si que tiene energía- Comentó Leonoro mientras se ponía en puntas de pie.

-¿Qué estas haciendo? -Preguntó Sagitario al chico con rostro confuso.

-Practico -

-¿Qué puedes practi...? Wow- La pregunta de Sagitario quedó en el aire cuando el chico gato comenzó a levitar levemente en el aire.

Las tres elegidas que no conocían esa capacidad de parte del chico quedaron sorprendidas ante su acción, la cual definitivamente no se estaban esperando.

-¿Acabas de volar? - Preguntó Ice conmocionada.

-De echo es levitar, lo cual es diferente porque... -El chico iba a seguir hablando si no hubiera sido por la llegada de Aren, que caminaba relajado y con una expresión de indiferencia en su rostro.

Aileen le cuestionó al hada donde se encontraba su compañera, a lo cual el respondió que aún se encontraba despidiéndose.

Minutos más tarde Boreal se reunió con los demás elegidos para emprender el nuevo viaje.

-Les recomiendo que cierren los ojos, para evitar mareos-Dijo la rubia para luego desaparecer junto a los otros cinco adolescentes en el aire.

***

El sonido de un puño golpeando contra la madera de la puerta distrajo a Itziar de su libro. Se levantó del techo y camino hasta la pequeña ventana, entrando a través de esta nuevamente a su pequeño cuarto.

Abrió la puerta, encontrándose con un elfo rubio de espaldas, el cual se volteó al sentir el sonido de la entrada abriéndose.

-Hola Aaron, ¿Pasa algo? -

-No, solo quería venir a verte y asegurarme de que no te faltase nada-

La chica le sonrió al elfo y luego le preguntó.

-¿Sólo eso? - Dijo con una ceja alzada Itziar.

-De echo te venía a invitar a las carreras -

-¿Carreras? -Cuestionó ella.

-Sí, ya sabes, corremos entre amigos y quería saber si querías venir, ¡Aunque no tienes que correr si no quieres! - Se apresuró a aclarar el chico.

-Me encantaría -Dijo ella con una sonrisa, para luego salir de la habitación y seguir a su amigo.

Una vez en una parte alejada del pueblo, junto a más elfos y elfas, Itziar se sentó sobre un tronco caído observando a todos cuando algo le llamó la atención; un pequeño hocico negro que se asomaba entre los arbustos.

La chica se levantó de su lugar y se acercó al pequeño animalito, logrando que este saliera corriendo. Itziar echo una mirada al grupo de elfos, y viendo que no habían llegado los competidores faltantes salió a correr detrás del animal.

Sus pies se movían entre las raíces y ramas que habían en el suelo, su respiración era irregular y sentía como el corazón le latía rápidamente, verdaderamente no le gustaba hacer ejercicio.

El pequeño animal se detuvo en un claro, permitiendo que la chica lo alcanzara para luego desaparecer de su vista por entre unos arbustos.

Itziar, que se encontraba con las manos en las rodilla intentando recuperar el aire, levantó la vista, descubriendo una construcción en ruinas que se le hacía muy conocida a pesar de que no recordara de donde.

Sus pies se movieron solos, dirigiendola a un árbol que tenía una flecha incrustada en su corteza. Cada vez todo se volvía más raro para Itziar y unas pequeñas puntadas comenzaron a molestarla en el costado de su cabeza, como si algo atrapado estuviera deseando el salir.

Por un nuevo impulso siguió caminando hasta otro claro en el bosque, donde pudo ver una pequeña flor marchita. Y los recuerdos la azotaron de repente; ella ya había estado en ese lugar cuando uno de los acertijos había ocurrido, Aileen y Sagitario habían estado con ella en ese momento.

Sintió las lágrimas correr por sus mejillas al recordar eso, las extrañaba y deseaba, muy profundamente, que no se hubieran cansado de buscarla.

Cuando el sonido de un cuerno al ser soplado marcó el echo de que ya estaban todos los competidores reunidos, Itziar ya se estaba dirigiendo de regreso a la aldea, simplemente siguiendo los rastros de sus pisadas en la tierra húmeda.

Al llegar al lugar de la competencia fue recibida por Aaron, el cual se notaba preocupado y nervioso. Al verla casi se le lanza encima para ver si se encontraba bien o si le había pasado algo.

—Aaron, me encuentro bien, de verdad—Aseguró Itziar entre risas, su acompañante la había puesto de buen humor en cuestión de segundos.

—¡No desaparezcas así niña, me preocupaste! —

—Bien lo siento "mamá" — Dijo la chica haciendo comillas con los dedos mientras su mente procesaba las palabras—¡Me dijiste niña! —Se quejó, pero el elfo ya estaba caminando a la línea de salida.

Se oyó la voz de una elfa explicando las reglas de la carrera, de las cuales Itziar solo escuchó «Hasta la flecha, el primero en atraparla gana» para luego observar las casas en los árboles, desde donde muchos elfos pequeños veían las carreras.

Cuando se centró de vuelta en la carrera descubrió a la elfa que daba las reglas tensando el hilo de un arco para disparar una flecha de color rojo y plateado que desprendía una extraña luz.

La elfa dejó la flecha hacerse camino por el aire, ahí fue cuando Itziar descubrió el porqué de la extraña luz, era una flecha encantada para escapar de los corredores.

Un silbido sonó y los competidores comenzaron a intentar atrapar la flecha. Era increíble la destreza con la que los elfos y elfas trepaban por los troncos de los árboles o corrían detrás de la flecha.

Pero una cabellera rubia llamó por completo la atención de la humana; Aaron se había subido a un árbol y perseguía la flecha saltando y corriendo de plataforma en plataforma. Se movía tan rápido que apenas y se veía un borrón de colores por donde pasaba.

Pero entonces Aaron se detuvo y todos hicieron silencio, excepto por los corredores que seguían persiguiendo al alargado proyectil de madera. Entre el público parecía que todos habían comenzado a contener la respiración cuando Aaron saltó, se dejó caer y en el último segundo atrapó a la flecha que pasaba rápidamente por ahí.

Y así se dieron por finalizadas dos cosas, la carrera y la búsqueda de itziar de el elegido.

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