Ice corría por las calles del Reino de Loto, verdaderamente no estaba segura de lo que estaba a punto de hacer, todavía podía echarse para atras, pero tan solo quedaban unas pocas cuadras para llegar a la plaza y las campanadas ya habían comenzado a sonar en todo el lugar.

-¡Chicas, esperen!- Un grito, dos palabras y definitivamente la esperanza en el pecho de Sagitario.

-Yo...Quiero...Ir- Dijo Ice entre jadeos a las otras dos chicas.

-¿Estas segura? Luego no podras echarte para atras una vez que aceptes- Dijo Sagitario con un tono preocupado.

-Sí, estoy segura-

-Bienvenida en ese caso- Habló nuevamente Sagitario mientras le extendía la mano.

Ice la tomó sintiendo una energía pasar por su cuerpo, un cosquilleo se extendió por su brazo hasta la punta de sus pies mientras una pulsera anillo tomaba forma de la nada en su mano derecha; era de color dorado y rosa palido y tenía incrustrado un rubí de color rojo intenso.

Sus pies desprendieron un brillo e inmediatamente su ropa comenzó a cambiar; sus botas fueron cambiadas por unas sandalias doradas con detalles de hojas y su vestido sustituido por un top blanco y una falda hasta las rodillas tambien blanca. Una capa gruesa cubrió sus hombros y su cabeza suavemente.

-¿Qué fue eso?- Preguntó la albina con un tono de incredulidad.

-Te lo mostraría pero no tengo un espejo-Le dijo Aileen groseramente -Y ademas tenemos que irnos así que tomense las manos-

-Te recomiendo que cierres los ojos, esto puede marear-Le recomendó Sagitario a Ice mientras tomaba su mano.

-¡Espera,¿qu....-

Las palabras quedaron en el aire cuando las tres adolescentes deasaparecieron sin dejar absolutamente ningún rastro.

***

Sin lugar a dudas ese era el pueblo mas detestable en el que habían estado hasta el momento, apenas llegaron le preguntaron su ubicación a un hombre y este las miro mal para luego alejarse caminando mientras mascullaba palabras por lo bajo.

Se habían alquilado una habitación en un bar sucio y el dueño les había cobrado diez monedas de oro por cada una. Una vez en su habitación compartida las chicas finalmente pudieron descansar. O algo así.

- Ugh, malditos piratas de poca monta, porqué no se callan de una vez- Se oyó decir a Ice por debajo del ruido creado en el piso inferior.

-De poca monta o no son piratas, así que no vamos a lograr que hagan silencio pidiendoles por favor-Respondió Sagitario, quien se hallaba sentada sobre la cama.

Aileen se levantó de su cama y se dirigió a la puerta de la habitación, abriéndole y desapareciendo de tres de esta mientras sus acompañantes la seguían rápidamente. El rostro fruncido de la rubia podría intimidar a cualquiera en ese momento.

Al llegar al piso principal Aileen giro sobre sí misma observando a todos en el bar, seguidamente se dirigió a un grupo de piratas que parecían estar festejando una victoria y aplastó con fuerza sus manos contra la mesa logrando que las risas se apagaran y los ojos se clavaran en ella.

-Les voy a pedir amablemente que hagan silencio- Masculló la chica arrastrando las palabras mientras sus puños se cerraban sobre la madera y sus ojos entrecerrados se movían de rostro en rostro.

-¿Y que nos dará a cambio? ¿Un abrazo? -Le preguntó un pirata mientras se partía a carcajadas acompañado de sus compañeros. Los ojos de Aileen se entrecerraron aún más si es que eso era posible. Su respiración se volvió lenta y miró al pirata que había hablado fijamente, sin pestañear.

Lentamente las risas del hombre se comenzaron a apagar y fueron sustituidas por quejidos, pequeños quejidos que pronto se convirtieron en pequeños gritos de dolor y súplicas para que se detuviese. La chica formó una sonrisa socarrona y se levantó de la mesa para comenzar a caminar a las escaleras moviendo sus caderas cuando una mano la tomó de la muñeca y la obligó a girarse, encontrándose cara a cara con el capitán de la tripulación.

El hombre llevaba un gran sombrero negro y sus ojos eran color marrón oscuro; tal vez demasiado oscuros porque si no fuera imposible la chica habría jurado que eran de color negro.

-¿Qué demonios fue eso? - Le preguntó el hombre arrastrando - las palabras y afirmando su agarre sobre la muñeca de Aileen.

-Nada que te interese, ahora sueltame-

-Lograste hacer llorar a uno de mis hombres, así que lamentablemente para tí su me interesa. -

La miró de pies a cabeza y luego sonrió de lado.

-Eres muy bonita, y además poderosa; estoy seguro de que alguien me pagará realmente bien por ti. -

-Sueltame bastardo-Dijo Aileen mientras comenzaba a forcejear, pero el hombre ya había tomado su otra muñeca con fuerza y le había echo una seña con la cabeza a sus acompañantes para que la amarraran.

-¡Oye idiota, ¿Que te pasa?! -Se escuchó el grito de Sagitario en el bar mientras se acerca a al capitán -Suelta a mi amiga en este momento! -

El hombre simplemente volvió a mover su cabeza, pero está vez señalando a la chica del cabello castaño. El capitán tomó un pañuelo y lo puso sobre el rostro de Aileen mientras sus piratas tiraban al suelo a Sagitario e Ice corría a socorrerla. Luego de unos cuantos minutos el polvo que estaba impregnado en el pañuelo hizo efecto y Aileen comenzó a sentir la pérdida de sus sentidos.

Definitivamente el peor lugar donde pudieron haber viajado.

***

"¿Cuatro ya? qué rápido vais,
Pero preparate, porque está vez
fácil no te la dejaré.
Ligero como una pluma,
pero rápido cual ráfaga de viento.
A mí nadie me atrapa,
ni vivo ni muerto."

Itziar se despertó entre jadeos, no sabía que la jaula le iba a dejar repercusiones, pero así era. Recordaba una pesadilla donde todo a su alrededor se quemaba y oía los gritos de sus amigas pidiéndole ayuda; pero ella no se podía mover, solo mirar a su alrededor y sentir el fuego ardiendo por su piel, y luego una voz que le decía algo incomprendible y luego desaparecía. La oscuridad la consumía y entonces el nuevo acertijo era dicho y despertaba.

Se recostó nuevamente en la cama y cerró sus ojos, muchas emociones para una noche.