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Capítulo 10 "El baile y la profecía"

Aileen escuchó unas voces que hicieron que se sobresaltara, dejando rápidamente los papeles en el mismo lugar que antes.
Salió del ático y cerró la puertita, acomodó la mesita con la planta encima y se encaminó de regreso a su habitación. Antes de entrar, logró escuchar un par de voces en el cuarto de Sagitario, por lo que se acercó a este.
La puerta de la habitación de Sagitario estaba semi-abierta, por lo que Aileen pudo notar que su amiga estaba durmiendo; sin embargo, una fina capa de escarcha cubría parte de sus sábanas y se extendía en el piso como un pequeño caminito.
Aileen abrió la puerta entera, y entró al cuarto, fue entonces cuando se dio cuenta de donde procedían las voces; en la ventana abierta del cuarto se encontraban dos figuras de hielo que se movían. Una de las figuras era fácil de reconocer, era Sagitario, solo que tenía el cabello atado y un poco mas corto, vestia un vestido simple, estaba parada frente a la ventana y hablaba entretenidamente con la otra figura, que pertenecía a una chica de estatura mediana, rasgos finos y movimientos suaves, se podía notar a kilómetros que debía pertenecer a una família de rango alto.
Aileen se acercó un poco mas y pudo entender lo que ambas chicas decían.
-Hey Sagitario, mira, me encantaría quedarme a charlar pero...-
La figura miró un reloj imaginario en su muñeca derecha y prosiguió.
- Tengo un baile al cual asistir en media hora ¿me prestas tu escalera?-
Terminó de decir la figura mientras miraba a la Sagitario de hielo a la cara otra vez. La Sagitario de hielo rió por los comentarios de la otra chica y se hizo a un lado para dejar entrar a la chica.
La escena cambió rápidamente; ahora se podía apreciar a una Sagitario de hielo de unos seis años removiendo una tabla de madera del suelo, y guardando una libretita en el agujero del suelo, para luego volver a colocar la tabla en su lugar. La escena cambió nuevamente, se podía ver a la misma Sagitario que conocía Aileen, esta estaba sentada en el suelo a un lado de la cama, sus piernas estaban dobladas y apolladas frente a su pecho y su brazo izquierdo las rodeaba, su brazo derecho estaba apollado sobre sus rodillas y en su mano sostenía el mismo papel que Aileen había visto en el ático minutos antes; su mirada estaba perdida y silenciosas lagrimas comenzaban a bajar por sus mejillas, trazando pequeños caminitos humedos que llegaban hasta su barbilla y se juntaban, dejando que las lágrimas se acumulasen, para que luego impactaran en el suelo.
Aileen escuchó un par de sollozos provenientes de la cama de Sagitario; se acercó a esta y comenzó a moverla suavemente, intentando despertarla.
Sagitario se sentó en la cama mientras se tallaba los ojos. Cuando quitó las manos de su cara, lo primero que vio Sagitario fue a Aileen, y si pensárselo dos veces, se abalanzó a la chica, abrazandola con mucha fuerza.
Aileen correspondió el abrazo, mientras acariciaba el pelo de su amiga, intentando calmarla; podía sentir como las lágrimas mojaban su camison, pero no le importaba.
Al cabo de unos minutos Sagitario se quedó dormida, y Aileen la arropó, mientras se preguntaba como era que una chica tan valiente como lo era su amiga podía tener tan horribles recuerdos, pues ya le había quedado mas que claro que las figuras de hielo no eran una simple pesadilla.

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A la mañana siguiente Aileen se despertó de una forma, ¿Cómo decirlo?, molesta. ¿La razón?, Itziar se encontraba saltando sobre su cama y pegandole en la cara con una almohada, mientras reía y hacía caras raras.
- ~¡Despierta Aileen, despierta!~-
Canturreaba la menor.
Aileen atrapó la almohada antes de que le volviera a golpear y se la lanzó a Itziar en la cara.
- Ya desperté, ¿Porqué mejor no vas a despertar a Sagitario?-
- Porque fue Sagitario la que me mandó a despertarte.-
Respondió la castaña mientras se bajaba de la cama de su compañera.
Aileen tomó la almohada y se la colocó en la cara, soltando un quejido.
- En cinco minutos bajo-
Dijo la rubia mientras salía de la cama y se ataba el pelo en una coleta de caballo despeinada. Se escuchó el ruido de la puerta al cerrarse, avisando que la menor ya se había marchado.
Aileen se puso un vestido simple y bajó al comedor, donde se encontró con una escena muy linda: Itziar se encontraba revolviendo su nuevo bolso, que habia aparecido por arte de magia, mientras Sagitario la veía de una manera maternal.
- ¡Aileen mira esto! ¡ya tengo vestido para el baile de esta noche!-
Decía la menor mientras daba vueltas en su lugar con un vestido turquesa, largo hasta la rodilla y de encaje, agarrado entre las manos.
Aileen rió débilmente e "invocó" su bolso con ropa y monedas; revisó dentro de este y sacó el mismo vestido con el que había aparecido aquella vez en el bosque, mientras que Sagitario sacaba de su bolso un vestido blanco, largo hasta las rodillas, con un cinto celeste en la cintura y un salpicado celeste en la parte inferior de la pollera.
Las chicas desayunaron tranquilamente y pasearon por la ciudad todo el día, hablando de cosas triviales.
- Aileen, tengo una duda, me contaste que cuando encontraste a Sagitario la piedra de tu pulsera-anillo brilló, entonces.... ¿Porqué no brilló igualmente cuando me encontraron a mi?-
Preguntó la menor mientras miraba inquisidoramente a sus amigas. Aileen se puso a pensar, Itziar tenía razón. Pero la respuesta llegó a la cabeza de nuestra querida rubia como si hubiese estado todo el tiempo  en alguna parte de su cerebro.
- Simple, cuando yo estaba buscando a Sagitario, no sabía quien era, no tenía remota idea de como encontrarla. La piedra simplemente me brindó una pequeña ayuda para reconocer a la segunda elegida. Mientras tanto, a ti ya te había conocido, y, básicamente, tu fuiste la que asumió sus poderes por voluntad propia.-
Itziar asintió con la cabeza, y hacía gesto de entendimiento.
La campana de la Iglesia sonó, marcando las seis de la tarde, por lo que las chicas regresaron a la casa para prepararse para el baile; se pusieron sus vestidos y dejaron su cabello suelto.
A las siete p.m. pasó un carruaje por la casa a recoger a las jóvenes. El camino al castillo fue silencioso y tranquilo.
El castillo era inmenso, por fuera era de piedra, pero por dentro estaba echo de marmol blanco.
Sagitario guió a sus amigas hasta los tronos, que estaban al fondo del salon. Una vez delante de estos las tres chicas pudieron vislumbrar a una adolescente de aproximadamente dieciséis años, de cabellos pelirrojos y ojos celestes. A Aileen se le hizo muy conocida la chica, pero no podía recordar de donde.
Sagitario se acercó a la chica e hizo una reverencia, sin dejar de mirar a la pelirroja en ningún momento, con una sonrisa burlesca pintada en el rostro.
- Chicas, quiero presentarles a mi amiga, Sol Lacosste, primer princesa del Reino de Loto. -
Dijo la castaña. Fue en ese momento en el cual Aileen lo recordó todo, esa chica era la figura de hielo que se encontraba en la ventana del cuarto de Sagitario la noche pasada.
- Hola, es un gusto conocerlas.-
Dijo la pelirroja mientras hacía una reverencia y Sagitario soltaba una leve risita. Itziar imitó el acto de Sol y le dijo su nombre.
- Un gusto, soy Itziar. -
Las tres chicas se quedaron charlando, mientras tanto Aileen recorría el salon con la mirada cuando un pequeño dolor se instalo en su cabeza, al igual que en las cabezas de Sagitario e Itziar.
Nuestras protagonistas se llevaron la mano derecha a la zona dolida mientras cerraban los ojos fuertemente.
Itziar abrió lentamente los ojos. Ya no se encontraba en el salón, en lugar de este se hallaba una estructura destruida, que en su momento habría sido un gran castillo, pero ahora se encontraba cubierto de musgo y algunas enredaderas que subian por las columnas que se mantenían en pie.
-¿Donde...?-
La menor fue interrumpida por Sagitario, que apareció repentinamente detras suyo.
- En el bosque blanco, cede de la mas grande comunidad de elfos.-
En ese momento Aileen hizo su grandiosa entrada (notese el sarcasmo) callendo sentada en el piso mientras hacía una mueca de dolor.
- ¡Genial...-
Exclamó Aileen mientras se ponía de pie y sacudia la falda de su vestido.
-....nos encontramos en la nacion Light, en el bosque de unos de los seres mas hermosos pero hostiles que existen en este planeta!-
Terminó de decir la rubia con cara de fastidio total, provocando que sus compañeras soltaran ligeras risitas. 
Itziar diviso un pequeño brillo detras de una de las destruidas paredes por lo que se acercó, encontrandose con un papel amarillento clavado a un árbol con una flecha de madera.
- ¡¡Chicas encontré algo!!-
Avisó la menor mientras leía las extrañas inscripciones del papel.

Ya son tres las encontradas
pero faltan algunos mas
asi que ponganse en marcha
para ir por el cuarto.
No te acerques, ni te alejes
solo quedate ahí,
que con solo un chasquido,
te borraré del mapa,
si es que en alguno estabais.

Las otras dos chicas llegaron al lugar donde estaba la castaña, que leía una y otra vez el papel frente a ella.
Mientras Sagitario y Aileen leían el "acertijo" Itziar miraba a sus costados,  pues se sentía observada.
Cuando estaba mirando a su derecha le pareció vislumbrar unos cabellos rubios, por lo que se alejó de sus amigas para ver que o quien era eso que las había estado observando entre las sombras, sin darse cuenta de que se adentraba cada vez mas en el bosque.
Una flecha corto el aire junto a la mejilla de Itziar, dejando un pequeño corte en esta, y se clavó en un árbol que se encontraba detras de la castaña.
La menor de las amigas se agachó para tocar el suelo con sus manos, logrando así percibir una pequeña alteracion en una de las raíces de una planta de flor lila que estaba a la derecha de ella.
Antes de que otro proyectil de madera con punta de piedra impactara contra su cabeza Itziar se giró velozmente y atrapó la flecha con su mano derecha cuando esta se hallaba a centímetros de su rostro.
Entonces lo vio, un hermoso elfo de cabellos rubios y ojos azul profundo la miraba con una pequeña mueca de asombro casi imperceptible.
Cuando la castaña estaba por decir algo, apareció de nuevo en el salon de baile, en el Reino de Loto.
Sagitario le sonrió tranquilamente, demostrandole que no había nada de que preocuparse.

L@s dejo con la intriga, nos leemos.


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