Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo II: Vivir con ansiedad

Hola, querido lector (o querida lectora). Imagino que ya sabrás cuál es mi nombre por la sinopsis de esta historia. Sí, me llamo Mía. Y sufro de ansiedad desde hace casi ya un año. Es algo que no se lo desearía ni a la persona más cruel y malvada del mundo, puesto que se trata de una enfermedad que solo quien la haya padecido entiende de qué se trata realmente y lo terrible que puede llegar a ser si no tenemos las herramientas necesarias para gestionarla.

Desde fuera puede parecer que reacciono de manera intensa y exagerada a situaciones o comentarios que para la mayoría de las personas carecen de importancia, que me obsesiono por cosas que no son reales, o que pienso demasiado todo. Pero de lo que muy pocos son conscientes es de la tormenta interna con la que estoy lidiando día tras día. Porque no hay nada más aterrador que luchar contra tu propia mente de manera constante, y que tengas que estar conviviendo en todo momento con tu peor enemiga, ya que no nos podemos deshacer nunca de nosotros mismos.

A veces imagino a mi Ansiedad con el mismo aspecto que el personaje de la nueva película de Del Revés 2 (o Intensamente 2, para los que no sean de España). Sin embargo, yo no la hubiera diseñado de esa manera tan tierna como lo ha hecho Pixar. Es mucho más oscura de lo que te puedes imaginar si no la has vivido. La ansiedad te maltrata psicológica y físicamente, te engorda, te adelgaza, te hace sentir que no puedes respirar, te pone las emociones a flor de piel, te hace sentirte cansado e indefenso, te impide levantarte de la cama y concentrarte en lo que de verdad importa, te hace obsesionarte con ciertas ideas para que creas que son reales, te dibuja peligros que no existen para que te aferres a ella y sientas que a su lado estarás más protegido... Y muchas cosas más que no nombraré para que la lista no se haga interminable.

No obstante, con esto pretendo hacerte ver lo siguiente: por un lado, si estás leyendo esto y también sufres de este problema, quiero que sepas que te entiendo (de verdad) y que no estás solo. No eres el único cuyo peor enemigo es su mente. Por desgracia, cada vez son más las personas con esta patología. Por otra parte, si afortunadamente no has vivido nada de esto, espero que mis palabras te ayuden a empatizar con alguien de tu alrededor que esté pasando por algo similar. No tiene por qué tratarse necesariamente de la ansiedad, puede ser también depresión o cualquier otra cosa. Si todos hiciéramos un esfuerzo por ponernos en los zapatos de los demás, tal vez logremos ayudar un poquito a quienes más lo necesiten. Tampoco creo que haya que realizar un esfuerzo extraordinario para conseguirlo, pero, aunque no vayamos a solucionar sus problemas, quizá les hagamos sentir que no son unos extraterrestres.

En última instancia, me gustaría aclarar el título de esta historia. Un día, mi padre y yo estábamos caminando por la playa (es una actividad terapéutica que a ambos nos encanta hacer de vez en cuando) y él me preguntó lo siguiente:

-Mía, ¿de qué color ves el mar?

-¡Qué pregunta más absurda, papá! -exclamé, sin entender nada- Pues azul, obvio.

Sin embargo, mi padre en realidad no me estaba preguntando literalmente de qué color veía el mar. Porque no, aunque tenga ansiedad, no soy daltónica. Él pretendía hacerme ver cómo mi ansiedad me engañaba hasta el punto de que me hiciera cuestionarme hasta lo más evidente. Porque sí, admito que algunas veces he dudado de cosas tan obvias que si las confesara aquí te echarías a reír por no llorar. Así, mi padre seguidamente me lo explicó:

-Pues has de saber que tu ansiedad hubiera respondido que el mar es rojo. Ella tiene la capacidad de distorsionar y tergiversar la realidad hasta el punto de hacerte dudar de lo que para los demás es claro y evidente. Por ejemplo, para nosotros es obvio que eres una buena estudiante, pero tú no siempre lo ves tan claro.

-Ah, creo que ya lo entiendo, papá... Has empleado esa metáfora para que yo me dé cuenta de cómo me engaña esa parte de mi mente.

-Exacto, hija.

Y así fue como me inspiré para crear el título de esta historia tan personal, pero al mismo tiempo honesta al cien por cien y divulgativa.

Espero que mi experiencia te haya servido para comprender este problema que para muchos es todavía invisible. En el próximo capítulo profundizaremos aún más en esta relación tan tóxica entre la ansiedad y yo. Porque no hay peor enemigo que tu propia mente en ese estado.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro