2. Iluciones

El director Damocles fulminó con la mirada a sus dos "estudiantes favoritos", durante algunos segundos. Segundos que para Marinette y Adrien parecieron interminables.

-Señorita Dupain y Señor Agreste -dijo al fin-. No es la primera vez que alguno de ustedes se escapa o llega tarde a clases. Y con lo que a mi respecta, espero que sea la última. Por lo tanto -añadió-. Me temo que tendré que sancionarlos.

Los jóvenes intercambiaron una fugaz mirada dubitativa y luego volvieron a posar sus ojos sobre el director. Este respiró con cansancio y entrelazó sus manos sobre el escritorio.

-Ambos se quedarán a limpiar el colegio. Como ya sabrán, nuestro personal de limpieza renunció ayer y aún no eh conseguido un reemplazo -comentó ráscandose la cabeza-. Es por ese motivo que los dos se ocuparán de que el colegio esté impecable para mañana en la mañana. Yo ya encargaré a uno de los profesores que les dejen las llaves y así puedan cerrar al terminar su labor. Los quiero aquí a las 8:00 en punto. No se retracen -agregó-. Ahora sí, pueden irse.

Con algo de incomodidad, los jóvenes salieron del despacho. Rápidamente intercambiaron un "Hasta pronto" y luego se fueron cada uno en una dirección distinta.

-¡Hey, Alya!

La morena alzó la vista al escuchar su nombre.

-¿Y...?

La azabache se encongió de hombros-. Pudo haber sido peor...-comentó restándole importancia al asunto.

Alya se cruzó de brazos, esperando una respuesta decente.

Marinette suspiró-. Tenemos que volver aquí a las 8:00 y limpiar toda la escuela.

-Oh... -analizando las palabras de su amiga por unas décimas de segundo, la morena la miró intrigante-. ¿Tenemos? ¿Tú y quién más?

La azabache esbozó una sonrisa tonta-. Adrien -respondió casi en un suspiro.

Alya abrió sus ojos incrédula.

-¡Eso es genial, Mari! ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

Marinette dió un par de saltitos asintiendo-. ¡Podré pasar tiempo a solas con Adrien!

Su amiga le dió unas suaves palmaditas en la cabeza mientras sonreía divertida-. Me alegro mucho por ti, chica. Sólo espero que puedas hablarle (o al menos como una persona normal), ustedes dos, sólos... No me imagino todas las cosas incoherentes que podrías llegar a decir.

-¡Oh vamos! -rió la azabache dándole un empujoncito amistoso.

(...)

7:00 pm

Marinette revisó la hora por enésima vez.

Aún había tiempo antes de ir a la escuela y, en ese momento, lo único que nesesitaba era alejarse de todo y pensar en que le diría a Adrien cuando lo viera.

Se decidió al fin a recorrer la ciudad un rato, en busca de algún enemigo nocturno o algo así.

Cuando se aseguró de que todo estaba en orden, la joven se dirigió hacia la Torre Eiffel a observar la ciudad antes de volver a casa. Después de todo, aún había tiempo.

-Buenas noches, My lady.

-Hola, Chat -saludó la joven dedicándole una sonrisa amistosa al recién llegado.

-Perdón por causarte problemas esta mañana -empezó el rubio sentándose a su lado.

-No te preocupes gatito, ¿para qué están los compañeros?

"Compañeros"

-Supongo que tienes razón, compañera...-musitó el rubio en un intento de ocultar su desconcierto.

-Siempre la tengo, Chat -rió la azabache.

El héroe sonrió encongiendose de hombros y recordó que era lo que venía a hacer. Entonces sacó el ramo de flores que había estado ocultando y se hincó de rodillas.

-Ladybug, te traje esto -dijo mientras se las tendía.

La joven lo miró confusa.

-Creí que ya habíamos discutido esto.

Chat asintió lentamente-. Lo hicimos.

-Me gusta alguien más.

-Lo sé.

-¿Entonces...?

Chat suspiró.

-No pude, Ladybug. Creeme que realmente lo intenté pero, no pude olvidarte. Y no pienso rendirme.

La azabache apartó la vista al escuchar sus palabras.

-No me hagas esto, Chat. Entiende que yo no soy para ti, entiende que debajo de la máscara no soy como piensas. No soy valiente, ni astuta, ni audáz ni nada de lo que creíste que era. Sólo sería una decepción para ti y lo último que yo quisiera sería perder tu amistad -dijo hincandose frente a él y haciendole levantar la barbilla hasta encontrarse con sus ojos-. Yo nunca podré quererte como tu me quieres a mi.

El rubio dejó caer el ramo de rosas y se levantó.

-No me importa quien seas debajo de la máscara. Mientras seas tú, mis sentimientos no cambiarán -musitó antes de desaparecer en la oscuridad.

Ladybug suspiró bajando la cabeza.

"Perdóname, Chat "-pensó.

Una a una, las rosas en el suelo se fueron quedando sin pétalos gracias al fuerte viento que soplaba sobre la ciudad de París.

La azabache recogió con cuidado la única rosa que seguía intacta y la observó con nostalgia. De alguna forma, esa pequeña y aromática flor representaba su misma situación sentimental.

Un inocente deseo de ser correspondido.

Ladybug se colocó la rosa detrás de la oreja y volvió a sentarse, hundiendose nuevamente en sus pensamientos ahora ocupados por cierto joven parisino de traje negro.

(...)

Holiiiii

¡A si es! ¡Yo otra vez! XD

Les comento que soy nueva en wattpad y este es mi primer fic!!!!

Espero que les guste mucho!!!!!!

Marce fuera... paz!!✌