reconciliación
No pudo evitar sonreír ante la escena.
Su pequeña... familia...
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De acuerdo, ahora sí se sentía como un maldito.
Se sorprendió mucho al encontrarse a Krest en ese lugar tan apartado, la verdad estaba al otro lado de la ciudad y el transporte ahí era muy tardado y escaso, de no ser porque iba en auto no habría llegado hasta ahí ya que era muy flojo para caminar.
Los adultos se encontraban sentados en una pequeña banca, mirando al frente. Krest sostenía en sus manos la bolsa con su ropa sucia y la comida que compró, el bicho se percató el como arrugaba el plástico debido a los nervios, por lo que decidió romper el silencio.
-y...¿como has estado?
-...bi... bien... gracias...y ¿los niños?
Volteó a verle, esperanzado que los nenes estuvieran cerca y poder verlos.
-...están bien...están con mi madre en estos momentos.
Una mirada de decepcion y tristeza se plasmó en su rostro, asintió de forma triste para después bajar la vista y clavarla en el suelo.
Pasaron los minutos y ninguno dijo nada. El bicho quería disculparse y arreglar las cosas pero no sabía cómo,al final Krest se levantó, lo mejor sería irse.
-fue...un placer verte...saluda a los niños de mi parte sí...
-... claro... cuídate...
-...si...tú igual...
Tomo sus cosas y se encaminó a su "casa" tenía unas enormes ganas de llorar, como le abría gustado el ver a sus pequeños.
Mientras avanzaba por esa calle de tierra, llena de arbustos secos y piedras sus ojos comenzaron a aguarse, se retiraba las lágrimas con la manga de su playera pero estás no dejaban de fluir, quería regresar y pedirle a Zaphiri que le dejara ver a los niños, para poder despedirse de ellos de la forma correcta, ese día se había enfadado por lo que el bicho le dijo que salió sin siquiera decirles algo ¿que abran pensado los bebés cuando no le vieron llegar al día siguiente? ¿lo extrañarían? ¿se abrían enojado? Tenía una gran cantidad de dudas y miedos.
Soltó la bolsa y se colocó en cuclillas para después ponerse a llorar, como extrañaba a esos mocosos...sus mocosos.
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Era un lugar desolado y... peligroso, no solo porque podrías resbalar y lastimarte con las piedras, si no por el pequeño barranco que había al lado, un paso en falso y hola paraíso.
La verdad ni siquiera sabía porque estaba ahí, después de despedirse de Krest camino hasta su auto y...y...y se dió la vuelta para echarse a correr e intentar alcanzarlo, no podía dejarlo ir, sus hijos lo necesitaban, era su amigo.
Logró divisarlo antes de que se adentrará en ese camino, justo cuando se escabulle bajo una cerca metálica. Sin perder tiempo salió tras él, le grito pero parece que el chico no lo escuchó.
No podía decir que era una reserva, más bien era una especie de deshuesadero que marcaba el final de la civilización, casi.
Encontró a Krest un par de metros adelante, sentado en cuclillas y llorando, esto lo hizo sentir mal. Camino hasta el y se arrodilló a su lado. El cubo se asustó un poco al sentir como alguien le abrazaba, levantó la cara para ver de quién se trataba llevándose una gran sorpresa, no tardó en colgarse del cuello del moreno y soltarse a llorar.
-¡lo siento, lo siento!¡Llegaré temprano, lo prometo! ¡por favor Zaphiri, déjame verlos, los extraño!
Eso sí que lo sorprendió, parece ser que Krest extrañaba a sus hijos tanto como ellos lo extrañaban a él.
Sonrió enternecido y abrazo con más fuerza al chico.
-perdón, no debí gritarte y decir esas cosas... perdón Krest.
-los extraño, mis bebés
-lo se, ellos también te extrañan...todos te extrañamos.
Lo dejo llorar un rato, sabía que su amigo era muy sensible cuando se trataba de los niños.
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Un rato después.
-espera, espera ¡¿me estás diciendo que vives aquí?!
-pues...si....aquí es donde vivo.
-..... ¡¿qué?!...
Se encontraban casi al final del acantilado cerca del vertedero, ahí, en un mini claro había una pequeña "casa", una serie de cartones viejos, plásticos y madera que el menor había acondicionado como su hogar.
El bicho no podía, ni quería, creerlo.
-oye un momento ¿te ibas desde aquí hasta la casa todos los días?
-si
-pero ¡¿como?! Casi no hay transporte y...
-me hago cuatro horas corriendo ☺️
-...😦... ¡QUEEEEEE!
-mju, me levanto a las cuatro de la mañana y a las ocho ya estoy ahí.... claro que a veces me duermo unos diez minutos más y por eso llego tarde
-....😞...
Ahora sí se sentía un maldito, con razón está tan flaco y siempre tiene hambre, si ase cardio extremo.
-krest, porque nunca me dijiste
-es que...me da pena y...no quería que me despidieran por no tener casa...aunque, al final no sirvió 😖
-pero ¿porque no te quedabas en un hotel o albergue?
-¡estas loco! perdería todo mi dinero en un cuarto y los albergues son terribles, te tienes que cuidar de todos, no podría dormir mis dos horas.
-...😐...
¿Dos horas? Ah cierto, llegaba a las diez y él se hace cuatro horas corriendo, así que llegaría a las dos, para pararse a las cuatro, con razón le ganaba el sueño.
-hay Krest, escucha, tendrías que haberlo dicho desde el principio, así yo estaría al tanto y no me habría enfadado...bueno, también fue mi culpa por no preguntar.
-...supongo...
-krest, lamento mucho lo que te dije, perdona, estaba enfadado y no pensé.
-esta bien...tenías razón, por mi culpa Kardia y tú llegaban tarde.
-entonces ¿que dices si empezamos de nuevo?
-¿encerio?
-mju, pero esta vez bien.
-claro, te prometo llegar temprano, me levantaré antes y...
-no...olvida eso, tampoco quiero que te mates por no dormir.
-pero...no puedo quedarme en el parque, me multan y...los edificios abandonados son un nido de ratas, de dos y cuatro patas, tuve muchos problemas ahí por eso me vine hasta acá.
-...o...k...pero, no me refería a eso.
-entonces, que sugieres para que llegue temprano.
-es fácil...te quedarás en la casa.
-¡¿eh?!
-no tenemos otra habitación extra pero...puedes dormir en el sillón si no te molesta.
-¿de verdad?
-mju.
-Zaphiri...😖 Gracias!😭
Emocionado el cubo se lanzó al cuello de su jefe, abrazándolo hasta casi la asfixia.
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Ya comenzaba a atardecer cuando regresaron a casa de Calvera, Krest jamás había estado ahí por lo que se sorprendió un poco, era una casa pequeña, con un pequeño local comercial abajo. La mujer ya le había comentado que era cocinera y tenía su negocio en la casa.
En cuanto entraron la morena grito emocionada al ver al chico, rápidamente corrió a abrazarlo llenando su cara de besos, esto ocasionó un rubor en el menor...ni su madre fue tan cariñosa con él.
-¡Krest, gracias a Dios regresaste! Me tenías con pendiente.
-...lo...lo siento.
-no importa, lo importante es que estás bien...ven vamos, de seguro tienes hambre.
Le tomo de la mano y le llevo a la sala, en cuanto ingreso busco a sus nenes.
-se acaban de dormir, están en el segundo cuarto, ve.
Fue corriendo hasta la habitación, los nenes estaban acostados en una cama, Kardia y Ecarlate abrazaban a su hermano que estaba en medio.
Camino hasta ellos y se sentó al borde de la cama, mirándolos embelesado, a su criterio habían crecido mucho desde que se fue.
¡Mmmmmm!
Milo empezó a moverse, como si no tuviera un buen sueño, por lo que Krest no tardó en ponerse a cantar su canción de cuna mientras le sobaba su panzita.
¡Ah! Con que esa era su canción de cuna.
Zaphiri les veía desde el marco de la puerta, contento por la manera tan amorosa con la que trata a sus retoños, cuando el castaño terminó se acercó a su lado.
-la cena ya está, vamos o se hará más tarde.
-...si.
Un beso en sus frentes, el moreno se sorprendió al ver la sonrisa que aparecía en el rostro de sus hijos, incluso soltaron un suspiro sincronizado, de verdad amaba a su niñero.
La cena transcurrió normal...bueno...casi...Calvera le dió un coscorron a su hijo por haber corrido a Krest, tras enterarse donde vivía el menor, le ofreció su casa, el cuarto donde los nenes descansaban, pero llegaron al acuerdo que era mejor quedarse con los niños, a ellos les gustaría más (y también a su hijo).
*****////
¡Mmmm!
A la mañana siguiente cuando Kardia despertó ya estaba en su cama, el nene había tenido un sueño muy dulce... Krest estaba con ellos.
Papá no lo había parado temprano ya que no había escuela ese día, bajo de su cálida cama y se colocó sus pantuflas en forma de patrulla. Sus hermanos seguían dormidos y papá estaría preparando el desayuno.
Mientras bajaba las escaleras logró escuchar una serie de risas, había alguien con papá.
Sus ojos se abrieron como platos al reconocer esa voz ¿Podría ser?
Los últimos escalones los bajo de un brinco, cruzando la pequeña sala, sin percatarse de un par de bolsas que contenían el equipaje del cubo, directo a la cocina. Una gran sonrisa se plasmó en su cara, ahí estaba, parado frente a la alacena, estirándose para alcanzar la harina.
No pudo evitar las lágrimas que salieron de sus enormes ojos azules.
¡APESTOSITO!
¿Eh?
En cuanto se giró logro sentir la presión en su cuerpo. Kardia había salido disparado a él, olvidando por completo la regla de no correr en la cocina, se abrazo con fuerza a su cintura mientras lloraba de felicidad.
-¡Kardia!
Conmovido comenzó a acariciar su cabello, siempre le había gustado lo suave que este era.
¡Ahu!
Pequeños puñitos comenzaron a golpearlo, mientras el pequeño comenzaba a reclamar hecho un mar de llanto.
¡¿Donde estabas?!
¡¿Polque te fuiste?!
¡¿Ya no nos quieles?!
¡Apestosito malvado!
Zaphiri estaba por quitárselo de encima, pero Krest le hizo una seña para que lo dejará, con un poco de trabajo se agachó y abrazo al niño, este en principio se negó, pero no tardó en aferrarse a su cuello y llorar.
-mi bebé, no llores, no llores. Lamento haberme ido sin avisar
-apestosito malo, ya no me quiele.
-claro que te quiero mi bicho, te quiero muchísimo amor, lo siento es que...tenía que atender un asunto muy importante y por eso me fui, perdóname bichito.
-¡Ya no te vallas apestosito! ¡No nos abandones!
-no...no lo haré, mi bichito azúl.
El mayor decidió dejarlos solos por un rato, subió las escaleras por sus otros dos hijos, sabía que se pondrían felices de verle...y no se equivocó.
-¡TOTITO!
Ecarlate corrió hasta el, abrazando con fuerza sus piernas, Krest dejo a Kardia en el suelo y le cargo, llenando su cara de besos.
-mi bichito escarlata qué grande estás.
-¡totito, totito te etañe!
-y ya hablas mejor
-¡aguuu!(¡mami!)
Milo brinco de los brazos de su padre a los suyos, de milagro no se cayó de cabeza.
-aguuu aguuu (mamá, mamá)
-¡mi bebé! Mira qué grande estás...y como pesas, 😙 mi regordete bichito.
-aguuu gu gu guuu, baaaaa, fiuuu , guuu...(mamá donde estabas, papá me tortura con la sopa fría, le dices que te gusta una vez y ya te la quiere dar toda la vida...)
-mi bebé...¡ya tienes un dientes más!
-gaguuu(si, muerdo mejor).
Por un buen rato los nenes permanecieron pegados a Krest, obligándolo a prometer nunca más irse. Zaphiri les veía enternecido, su pequeña...familia.
Terminaron desayunando hotcakes, con leche y fruta. Los nenes gritaron de emoción al enterarse que su niñero viviría con ellos a partir de ese día, incluso intentaron ayudar a desempacar sus cosas...todo terminó regado.
En la noche, acostado en la cama y abrazado a sus bebes...y Zaphiri (por petición de los nenes que lloraron para que todos durmieran juntos). El cubo no cabía de felicidad, el calor que sentía, la paz, esa opresión tan fuerte en el pecho que al contrario de molestar lo llenaba de gozo. Por primera vez en su vida se sentía feliz, saber que había alguien de verdad le quería, saber que esos nenes lo adoraban tanto como el a ellos ocacionaba un hormigueo en su estómago tal que le daban ganas de gritar.
Con mucho trabajo estiró su mano para abrazar a los nenes, deseoso de tenerlos así siempre, en sus brazos, protegiéndolos. Una gran sonrisa se plasmó en su rostro, después de uno días horribles...por fin pudo dormir en paz.
Y mientras Krest y los nenes viajaban al mundo onírico, dos ojos negros les miraban con dulzura, tenía que admitir que con Krest ahí se respiraba un ambiente más cálido y hogareño.
Tal vez el único inconveniente sería que necesitaba una cama más grande, estaba a nada de caerse y Kardia había empezado a soñar que jugaba futbol por lo que comenzó a lanzar patadas, todas directo a él...mañana compraría otro colchón 😭.
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Y finalmente todo regreso a la normalidad...casi.
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