Hades💀
¡Ahu...duele!
Tomo un trapo húmedo y lo aplicó en su brazo, intentando mitigar el dolor.
De sus ojos escurrían grandes y saladas lágrimas, aún no entendía que fue lo que hizo para recibir esos golpes.
Continuó llorando en silencio, mordiendo sus labios, reprimiendo las ganas de gritar.
¿Porque la vida lo trataba tan mal?
¿Porque tenía que sufrir tanto?
¿Que había hecho para merecer este castigó?
Temblando colocó la toalla en sus partes y empezó a limpiarse, está vez lo había lastimado más.
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Hades...uno de los narcotraficantes más importantes en toda Grecia, muchos le temían, nunca de le había visto públicamente realizando algún delito, pero todos sabían que el controlaba el mayor negoció de coca y heroína entre otras drogas, así como una gran cantidad de asesinatos que fueron realizados bajo su mando cuando ingreso en este mundo.
Zaphiri y Hakurei habían tenido una serie de roces con su "compañía", habían metido a la cárcel a un par de sus matones y vendedores, más nunca lo habían atacado de forma directa.
La verdad el mayor se sorprendió mucho cuando Zaphiri recurrió a él en busca de información, le pareció algo curioso e interesante, porque alguien tan recto como ese abogado recurría a su persona.
Por alguna razón ese par no le caí mal, pese haber enjuiciado a algunos de sus muchachos. La mayoría en la ciudad intentaban evitarlo, a él y sus trabajadores, incluso los policías le temían, pero este par no, sabían quién era y no les daba miedo enfrentarlo, no de manera directa, pero lo asían. Muy valientes o muy tontos, no lo sabía, pero respetaba éso.
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¡Buenas tardes caballeros!
Zaphiri y Hakurei se sorprendieron al ver a la asistente personal de Hades en su despachó.
Pandora se presentó al día siguiente, tras la pelea con Mitsumasa, con su elegante traje sastre en color negro, como toda la ropa que usaba, sus tacones resonaban en la oficina al compás del movimiento de su largo y obscuro cabello, tenía algunos tonos violaceos que te confundían y no sabías si era negro o un morado muy obscuro.
-vengo con una invitación de mi jefe, les espera esta noche para una cena...pueden ir acompañados de sus parejas si lo desean.
Con toda la elegancia que la caracterizaba la chica dejo un sobre negro en la mesa de Zaphiri y se retiró, dejando muy confundidos a los abogados, nunca pensaron volver a relacionarse con ese sujeto. Hades era un hombre de palabra y les había dicho que tras el pago por la información no volverían a verlo...parece que se equivocaron.
*****////****.
Mitsumasa Kido nunca fue de su interés, era un empresario en vienes raíces, algo de tecnología y más, no dudaba que tuviese cola que le pisen, como todos los grandes empresarios, evaciones de impuestos, sobornos y tal vez algún par de cadáveres en su armario, lo típico. Cuando Zaphiri le pidió información sobre él le confío la tarea a uno de sus lacayos, ni siquiera leyó el informe cuando esté le dijo que lo tenía, estaba más ocupado viendo cómo sacar a esa mafia rusa que creía podía entrar en sus dominios, por lo cual solo mando a un sirviente a dar el informe y recoger el dinero. No tenía planeado volver a tratar con ese abogado, o eso creía.
Fue muy divertido ver como se agarraba a golpes con ese calvo que seguía al anciano, tenía que admitir que peleaba bien, incluso hasta le ofrecería un trabajo como guarda espalda, de seguro le pagaba más de lo que ganaba en un año. Hacer tal alboroto en uno de los restaurantes de Kido fue muy osado, o no lo sabía o lo olvido, sea cual fuere estuvo divertido.
Pero lo que más le sorprendió fue la acusación de secuestro que su acompañante gritó, señalando al anciano, eso dejo boquiabierto a todo el mundo, incluído el. Más no, por la cara y furia con que el moreno defendía a ese chico y el miedo que este reflejaba...había algo más.
Llegó y solicito una copia de ese tal Kido. Quien lo diría, era un maldito depravado y tratante, esto le molestó.
Hades era un narcotraficante, había mandado a asesinar a muchos, incluida competencia y policías, es un gaje del oficio, más no era tan moustroso, el mantenía bien cuidada a su gente, todos tenían seguro, incluso ayudaba a las familias de sus hombres que morían en el campo de batalla, si, era el maldito diablo, pero pese a ello, detestaba que lastimaran a los niños, incluso prohibía a sus hombres vender drogas a estos y si uno lo desobedeció...bueno, una vacante aparecía.
-valla, si que es un bastardo enfermo.
Señor Hades, está hecho, está noche vendrán a cenar.
-bien hecho Pandora, dile al chef que prepare el mejor de los platillos, parece que serviremos la última cena de estos dos, esa rata que quieren atrapar esta rabiosa, y son los animales más peligrosos, una lástima, esos dos me agradaban.
Cómo usted diga.
La mujer se retiró y Hades termino de leer el informe, había muchas desapariciones y no se contaban con papeles o fotos de los chicos, una pena, le habría gustado ayudar pero...el no era alguien caritativo.
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¡Estás loco! ¡Zaphiri es muy peligroso, les prohíbo ir!
-¡Ah! Mamá créeme, yo tampoco quiero ir, pero ese loco es capaz de llevarnos a la fuerza...descuida, estaremos bien, Hades no es de los que atacan a traición, a él le gusta hacerlo de frente.
-si, si nos quisiera muertos desde hace mucho ya lo habría hecho, no se de qué quiera hablar, pero no creo que nos asesine.
Se encontraban reunidos en la casa de la abuela, tras la visita de Pandora decidieron cerrar, Zaphiri estaba adolorido y no tenían ganas de ver a nadie, tenían que empezar a preparar su caso contra Mitsumasa Kido.
-no quiero que vallas, es muy peligroso.
Krest le aplicaba una pomada para bajar lo hinchado del ojo, que incluso tuvo un pequeño derrame y su ojo derecho lucía un bonito color rojo, eso y una ligera cortada en el labio, no le había ido tan mal, a Tatsumi le tuvieron que enyesar el brazo, en un movimiento Zaphiri le aplicó una llave que le fracturó el hueso.
- papá toma, te guarde la lechita de mi desayuno.
-ten papá, galleta.
Kardia y Ecarlate le ofrecian una parte de su desayuno escolar, a lo cual el mayor sonrió. Los nenes se habían espantado mucho cuando vieron a su padre al día siguiente con esos golpes, incluso Milo se puso a llorar.
-no te preocupes, estaremos bien.
¿Para que quería hablar con él?
No lo sabía, más rezaba porque no fuera a cobrarle el favor, suficiente tenía con la alimaña que se había hechado encima.
La hora llego y Hakurei y el estaban listos.
-bueno, vamos, dudo que a ese sujeto le guste las demoras.
-si... mamá no te preocupes, todo saldrá bien.
-pero...
¡Ya nos vamos!
Los abogados se sorprendieron al ver a sus respectivas parejas...¡Arreglados para la ocasión!
-¡Que carajos!
-¡¿Porque están vestidos así?!
-pues para que más, para la Cena, es obvio.
-voy a ir contigo
Avenir y Krest lusian un bonito traje negro, se habían arreglado e incluso el borrego trenzo su cabello para que no estorbara.
-¡No! ¡Ustedes no van!
....
...
Más estos les ignoraron olímpicamente.
- mamá, los niños ya están dormidos, Aquiles está con ellos cuidando, ladrara bajó si alguno se despierta...o quiere ir al baño, pero casi no sale, deje una mamila preparada, últimamente Milo está algo glotón.
-entiendo, no te preocupes yo me encargó.
-alto ustedes dos ¡No van a ir! Es muy peligroso.
-cierto, esperen aquí, les mandaremos mensajes para que estén al tanto.
Pero Krest no le escuchó, tomo su abrigo y se encamino a la puerta seguido de Avenir, al cual Calvera le daba la bendición.
-¡Krest, espera!
-¡Avenir!
Los otros dos ni siquiera esperaron a que su madre los bendijera y salieron disparados tras sus parejas, Calvera los veía desde la puerta, haciendo un sin fin de cruces en el aire y rogando a todos los santos para que protejan a su familia.
-¡Krest, espera! Escúchame yo pu...
-¡No!
El castaño se giró molesto y con los ojos llorosos.
****////****
Estaba harto, detestaba ser tan cobarde, débil e incompetente, que Zaphiri se viera siempre obligado a defenderlo siendo herido por su culpa.
Se sintió terrible cuando el moreno le confesó que tuvo que recurrir a un capo para poder armar el caso contra su agresor, tuvo que pagar una gran suma, la cual venía ahorrando desde el nacimiento de Kardia e incluso renunció a su empleo, un lugar donde le pagaban bien y tenía todas las comodidades, todo por él, para conseguir justicia para él.
A Zaphiri no le quedó de otra más que confesar esa tarde cuando anuncio la cita con Hades, explicando la relación con este. Krest no dijo nada al momento, la verdad le cayó como una cubeta de agua fría. El chico se sentía devastado, prácticamente le estaba arruinando la vida a las personas que amaba. Tras acostar a sus hijos, mientras Zaphiri y Hakurei planeaban lo que harían en la cena, el se encerró en el baño a llorar...como siempre.
Estaba harto de esta situación, sin importar lo que hiciera, siempre terminaba descepsionando o hiriendo a las personas que amaba, parecía que era un ave de mal agüero. Ahora Zaphiri y Hakurei se encontraban al borde del filo por su culpa, sus carreras estaban en riesgo, atacar a una de las personas más influyentes y poderosas por...por un pordiosero, era suicidio, Kido podía destruir sus carreras o peor aún ¡matarlos! Y ahora ese tal Hades, aquel al que tuvieron que recurrir por su culpa ¿Porque no se moría? ¿Porque diablos seguía con vida si solo traía sufrimiento a los suyos? Se sentía tan mal que deseaba desaparecer en ese mismo instante.
-krest...¿Estás bien?
Los suaves toquidos en la puerta lo asustaron. Avenir le veía preocupado desde el marco. El castaño estaba sentado en una esquina del baño, llorando, abrazado a sus piernas. Sin dudar el borrego corrió a abrazarlo.
¡Lo odio, detesto mi vida! ¡Soy un asco! ¡Ojalá y me muera!
-Krest, no digas eso.
-es la verdad, todo lo que toco lo lastimo, debería marcharme y dejar de crear tantos problemas, así Zaphiri y ustedes estarían mejor.
-krest, eso no es verdad.
- porsupuesto que si, solo le ocaciones problemas, perdió su empleó, ahora tiene de enemigo a un loco por mi culpa y...y le pegaron...frente a mi...y ni siquiera pude ayudarlo. Lo estaban golpeando frente a mis ojos y yo no hice nada por ayudarlo...solo quedarme ahí como imbécil y llorar...lo único que se hacer bien.
Avenir lo dejo desahogarse, entendía a la perfección su frustración y enojo, como también entendía porque no se movió hasta que llegó la policía, un trauma como el de él no era fácil de superar, fueron años de abusó, era normal que se congelará, pero Krest lo estaba sintiendo de otra forma.
-mejor me largó, estarán mejor sin mi.
-no digas esas cosas, Zaphiri te ama, sin ti se sentirá fatal, si lo abandonas le romperse el corazón...y los niños ¿Que hay de ellos? Acaso los quieres abandonar.
La mención de sus hijos lo hizo llorar con más fuerza.
-krest, esos niños te necesitan, eres su madre. Milo y Ecarlate son muy dependientes de ti, lo sabes, ese bebé llora si no te ve, Ecarlate no se siente seguro si no estás y Kardia...Kardia es el que más te necesita, recién está superando su dolor por el abandonó, apenas está tomando confianza y creyendo de nuevo que puede ser feliz y tener una mamá, si lo dejas ahora, quedará marcado de por vida, pensara que no merece el amor de una madre, Krest tu le prometiste que lo ibas a amar y cuidar, que no lo abandonaras, no puedes echarte para atrás, lo destrozaras, eres su madre, piensa en ello ¿De verdad quieres dejar atrás a tus hijos? ¿Acaso no te importan?
-¡Claro que me importan! Ellos...¡Ellos son mi todo, son mi vida! Yo...no podría vivir sin mis bebés...pero solo estoy ocacionando problemas...soy una madre y novio terrible.
-cariño, no digas eso. Krest escuchá...ese sujeto, ese maldito es algo que tienes que enfrentar, por ti y por los niños, no puedes seguir teniendo miedo de él, no puedes seguir huyendo y dejarlo que controle tu vida, no más. Vamos a enfrentarlo, juntos, como la familia que somos.
-pero...
-krest, Zaphiri y Hakurei sabían lo que hacían, al renunciar y enfrentarlo, lo hicieron por ti, porque te aman, todos te amamos. Pero si tú te das por vencido ahora, antes de la pelea, todo su esfuerzo será en vano...tienes que ser fuerte, ahora no estás sólo. Vamos a encarar a ese desgraciado y lo haremos pagar, Zaphiri, Hakurei, Calvera y yo vamos a estar a tu lado, tienes que hacerlo por ti y por tus hijos, debes ser valiente por ellos. Así que deja de llorar y párate, es momento de luchar.
No sé que relación tiene ese tal Hades con ese sujeto, pero voy a acompañarlos, así que ¡¿vienes conmigo?!
El borrego le sonreía a la par que extendía su mano para ayudarlo a pararse.
-sonara estúpido pero, no creo que sea momento de dejar a nuestros hombres solos...sabes lo atolondrados e impulsivos que son, necesitaran una voz de la razón y ahí entramos nosotros...¡¿Krest?!
Lo pensó unos segundos antes de sonreír, limpio sus lágrimas y tomo su mano.
-tienes razón, no es momento de llorar.
Le abrazo con fuerza agradeciendo su apoyó. No estaba solo, ya no, tenía que ser fuerte y enfrentar el pasado...vencerlo, podía lograrlo ya que.
Así como Zaphiri tenía a su Hakurei. Krest tenía a su Avenir, un hermano que no lo abandonaría sin importar nada.
*****/////****///
Por más que insistieron no lograron convencerlos de que se quedaran, que ese par cuando algo se le metía en la cabeza era imposible hacerles entrar en razón...Eran tal para cual.
-¡Guahuuu! Los mafiosos si que viven bien, creo que me equivoqué de carrera.
-¡Avenir!
-¡¿Que?! ¡Mira nada más está entrada! ¡Es enorme!...¡Y tiene Faisanes corriendo por ahí! Cangrejito me compras un Faisán para mí cumpleaños, escuché que saben deliciosos.
-claro que si mi borreguito adorado, todo lo que mi pachoncito quiera.
Los otros dos solo rodaron los ojos, esos dos solo pensaban en comida.
....
Cuando bajaron del auto Krest se animo a tomar la mano de Zaphiri.
¡Juntos! Era momento de enfrentar todo juntos, como pareja. Esto no podía funcionar si uno de ellos quería ser el héroe y el otro continuaba en papel de damisela en peligro. Los golpes de la vida solo se pueden superar con el apoyo y confianza mutua, así como el apoyo familiar, porque cuando la vida te quiere destruir, solo puedes confiar en aquellos que te aman...¡Tu familia!
-vamos
-si.
Sujeto su mano con fuerza e ingresaron en esa imponente mansión.
De verdad los capos vivían bien, toda su casa entraba perfectamente en ese recibidor...y sobraba espació.
Los jóvenes miraban asombrados los vitrales y murales que decoraban la fachada, todas ellas relacionadas con la religión, angeles para ser precisos, la mayoría de ellos protegiendo o salvando niños.
Parece que pese a todo, Hades aún tenía conciencia y deseaba la redención.
Pandora les guío hasta un enorme salón, en el cual había una escalera bicefala que les llevaría al comedor.
-¡Woahooo! Jamás había visto una armadura tan cerca....y ese escudo.
-una escudo Espartano, a mi señor le gusta coleccionar piezas artísticas e históricas...por favor no toquen.
Pandora le dió un manazo a Hakurei, que estaba por tocar el escudo hecho de bronce, tan brillante como el sol, decorado con una serie de laberinto en relieves y con una enorme rajada en la parte superior, parece que había sido usado en batalla.
Zaphiri soltó un bufido, de verdad parecía niño chiquito. Subieron la escalera hasta el primer descansó, ahí se sorprendieron al ver una pintura enorme, la cual abarcaba toda la pared.
Se trataba del retrato de dos personas, dos niños. Un pequeño no mayor que Kardia, como cinco o seis años. De melena rubia y ondulada, con una piel tan clara como la leche, enormes ojos azules cubiertos por negras pestañas y una sonrisa encantadora, se le hacían dos coquetos hoyuelos en cada mejilla.
-...¿Eh?...
Pero no fue el adorable querubín quien captó la atención de Krest, no, su vista se clavo en el sujeto que abrazaba al chiquito. Un chico como de unos quince años, de piel un poco más obscura, no mucho, con unos ojos tan azules y profundos como el mar, los cuales reflejaban calma y bondad, de un cabello azulado ligeramente largo, caí más abajo de su hombro; esos labios delgados, esa mirada tan serena, ese porte de reyes, sabía que lo había visto antes...el...ya lo había visto.
-¿Krest?
Zaphiri se detuvo al ver como su novio se soltaba y regresaba a ver el cuadro, ese chico le parecía familiar.
-¿Que sucede?
Los demás también detuvieron su marcha y regresaron a ver, para molestia de Pandora, ya iban retrasados dos minutos y su jefe odiaba el retraso.
-cariño ¿Que sucede?
-es que...
Krest le daba vueltas de un lado a otro a la pintura, admirando cada detalle, en su mente todos los engranes daban vueltas, recordando viejas anécdotas, la mayoría tristes, pero otras agradables.
-yo...yo, conocí a alguien muy parecido a él...si, es idéntico, pero...¿Porque está su retrato aquí? ¡Tan grande!
El castaño recorrió de nuevo todo con la vista, como si memorizara cada detallé...y buscará otra cosa.
-en el orfanato, donde estuve tras salir de casa, ahí conocí a un chico llamado Julián, fue mi mejor amigo en ese sitio, siempre estábamos juntos y...
-¿Que buscas?
El cubo se inclinaba de un lado a otro, como si pudiese ver más allá de la pintura.
-¡Pueden apurarse! El señor Hades odia esperar.
La mujer les veía molesta, parece que nunca habían visto un cuadro, aunque le sorprendió un poco que captará su atención el retrato de los hermanos de su señor.
-es tonto pero...Julián tenía una marca de nacimiento muy curiosa en la clavícula, un lunar en forma de animal, era muy bonita y extraña, ya que se veía muy clara y no tenías que usar la imaginación para saber que era y...je, idiota, solo quería ver si el cuadro la tiene, es absurdo ya que está de frente y...
¡Que animal era!
Una voz imponente se escuchó desde la parte más alta de la escalera. Hades estaba ahí, había salido a recibir a sus invitados cuando miro con curiosidad como ese chico veía el cuadro de sus hermanos, captó su atención al oír que este había conocido a un joven parecido a Poseidón, pero lo que más llamo su atención fue escuchar sobre esa marca de nacimiento.
¡Responde! ¡¿Que animal era?!
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