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después de la tormenta.


La noticia de la muerte de Mitsumasa Kido fue primera plana en todos los periódicos, en especial la parte donde se mencionaba que había enloquecido y secuestrado al hijo del abogado.

Todas sus empresas no tardaron en quebrar, los orfanato y demás instituciones que él sustentaba fueron puestos bajo la mirada del gobierno y derechos humanos, así como la ONU, había una gran cantidad de pruebas para enjuiciar a otros diez sujetos.

Ese hombre pasaría a la historia como el mayor moustro conocido del siglo XXI.

*****////****///

(Seis meses después)

-aqui tienes mamá.

-muchas gracias cariño, ahu, estás almohadas acaloran demaciado.

-la limonada te refrescará.

A Calvera no le había molestado en absoluto el no poder caminar, la mujer estaba agradecida de que su nieto estubiera bien y el seguir con vida. Incluso cuando despertó lo primero que hizo fue gritar por sus nietos, le costó mucho trabajo a Hakurei calmarla, cosa que lograron cuando vio a los pequeños entrar a su habitación.

Krest se encargaban del pequeño local,cocinar lo tranquiliza, más no por ello descuidaba a sus hijos, le mandaba mensajes a Avenir cada hora, para asegurar que estuvieran bien.

-¡Bela!

El pequeño Milo se quedaba al lado de su abuela, cuidandola y haciendo compañía.

Por su parte Zaphiri y Hakurei se encontraban envueltos en una montaña de papeleo, así como auditorías en la policía por todo lo ocurrido. El bicho casi va a dar a la cárcel por el asesinato del anciano, pero no pasó ni una hora ahí, ya que fue liberado inmediatamente y se le permitió seguir su caso en libertad, posteriormente tuvo que pagar una suma, la cual fue saldada magiamente.

- mamá, son las dos, voy por los niños.

-claro, con cuidado.

-no tardaremos.

-si, no te preocupes tesoro, ve, nosotros esperamos, Milo me cuidara  ¿Verdad cariño?

-¡Tí!

El pequeño se abrazo a las piernas de su abuela, la cual estaba sentada en una silla de ruedas. Krest sonrió y se apresuro a ir por los mayores.

Corriendo llegó a la escuela, Avenir se había ofrecido a llevar a los niños a la casa, sería una hora después de lo acordado ya que tenía que dar información de su clase, pero Krest se negó, sabía que los nenes preferían verlo a él, si bien adoraban a su tío, el cariño por su madre era otro.

¡Mamá!

El primero al que recogía era a Ecarlate, el rojito brincaba en su asiento y corría a sus brazos, mostrando orgulloso sus dibujos y la estrellita en su frente.

¿Cómo se portó mi niño?

¡Bien! ¡Yo nino beno!

Buenas tardes señor Acuarios, se portó muy bien y su dibujo le quedó impecable, tiene una coordinación exelente.

¡De verdad! ¡Mi niño es muy listo!

¡Oh! Solo una cosita, últimamente se la pasa diciendo...em...como es...ah, Ecarlate ¿Cómo lo dices?

¡Soy ben belga!

Ah, si eso... perdón, no se español y...solo es curiosidad ¿Que quiere decir?

El castaño parpadeo confundido y ligeramente apenado, la verdad tampoco sabía español y no tenía idea, tal vez debería preguntar a Zaphiri o Calvera.

-lo siento, no lo sé, le preguntaré a su abuela y mañana le digo.

¡Oh! Bueno, solo es curiosidad, como Ecarlate lo dice cada que termina un trabajo, supongo que es una manera de felicitarse.

Supongo que sí...no se preocupe, mañana le digo.

Se despidió de la maestra Marín y fue al primer piso por su hijo mayor.

Kardia ya le esperaba, con la cara pegada al cristal, buscándole por todos lados, no estaba tan asustado ya que su tío Avenir estaba ahí, pero aún  así no se sentía seguro si no veía a mamá.

¡Mamá!

Su grito resonó en todo el salón, poco le importo abrir la puerta y salir corriendo a abrazarse de la cintura de su madre, ganándose la mirada de algunas mujeres que iban por sus hijos.

¡Mamá, mamá!

Krest no tardó en corresponder, su corazón brincaba de felicidad cada que lo oía decirle así.

¿Cómo se porta mi bebé?

¡Muy bien mamá! Hoy aprendí a sumar 1+1son 2.

Pero que listo es mi bebé

¡Si, si,si, mi sobrino es muy listo! Pero ¡Kardia ya te he dicho que no puedes salir corriendo así!

¡Ah!

¡Nada de ah! No vuelvas a hacerlo, o tus compañeros te van a imitar.

El pequeño solo hizo un puchero y se abrazo más a mamá.

Su vida poco a poco comenzaba a retomar su curso...más no había sido fácil.

Los primeros días los niños lloraban desesperados si no veían a alguno de sus familiares, incluso se enfermaron de depresión por haber perdido a Aquiles. Kardia se levantaba todas las noches con pesadillas y había empezado a mojar la cama. Fue necesario la intervención de un profesional el cual decidió usar hipnosis para reprimir el trago amargo y que los pequeños recuperarán la calma, ya que incluso lloraban si veían a un hombre mayor o calvo. Zaphiri y Krest dudaron un poco, pero no deseaban que sus hijos vivieran con miedo por lo que aceptaron. Por medio de hipnosis y terapias los pequeños solo recordaban  haber tenido un accidente de auto, donde su abuela quedó paralitica y su perro murió, no querían que olvidarán a Aquiles, le debían mucho.

Poco a poco la terapia comenzaba a funcionar, las pesadillas comenzaban a reducir y pasar a ser solo un mal recuerdo.

**%%

Al regresar Krest se asustó un poco al ver ese auto negro parado frente a la casa de la abuela, los periodistas finalmente los habían dejado en paz hace un par de meses, por lo que era raro ver vehículos tan lujosos ahí.

Estuvo a nada de cargar a sus hijos y salir corriendo directo a la estación de policía, más sus nervios se calmaron al ver bajar del auto a una figura muy conocida por él.

¡Julián!

El joven peliceleste le sonrió, saludando con la mano.

¡Hola Krest!

****///***

Para el pecesito tampoco fue fácil.

Cuando despertó en esa lujosa mansión casi le da un infarto, al pensar que era alguna de las casas de Kido. Descubrir que tenía un hermano mayor, el cual lo creía muerto hace años, y al parecer Rico, lo dejo en shock, pero fue un golpe más duro saber que ese pequeño de sus sueños era su hermano menor, al cual le habían arrebatado, parece que sus sueños si estaban conectados a su pasado después de todo.

No negaría que los primeros días le tenía miedo a Hades, se veía tan fuerte e imponente, más que su, antiguo verdugo. Pero había algo, algo en su mirada que le dijo podía confiar en él. Hades era muy atento con él, siempre a su lado, los primeros días no hablaban, pero la mutua compañía era todo lo que necesitaban. Con el se sentía seguro como hace años no lo conseguía, después de unos días bajo sus defensas y empezó a dejar que se acercará, comenzando a hablar poco a poco de su pasado, recordando.

¡Lo perdí! Yo ...no cuide a mi hermano, mi bebé.

No fue tu culpa, hiciste todo lo que pudiste, lo protegiste, por ello...por eso tienes esa cicatriz en tu cabeza.

¡Zeus! Mi bebé.

Hades lo abrazo de manera protectora, desde hace un tiempo Poseidón le permitía tocarlo.

Tengo a mis hombres buscándole por toda Europa, lo encontraré ¡Lo juro!

El menor solo acepto, sabía que su hermano lo encontraría...solo suplicaba que fuera con vida.

***/////****.

Aquí tienes.

Gracias...mmmm, sabe delicioso.

Que bueno que te gustó cariño, lo hice especialmente para tí... Krest me dijo que tú salvaste a mi nieto, jamás podré pagarte, muchas gracias.

Calvera susurro lo último, mientras apretaba su mano en forma de gratitud.

La mujer se había empecinado en cocinarle una rica birria* como agradecimiento. El plato le cayó de perlas a Poseidón, recién había comenzado a comer sólidos, ya que por lo dañado de su estómago estuvo con una dieta especial por meses.

-Así que...tu verdadero nombre es Poseidón.

-Si...que gracioso verdad, nada que ver con mi anterior nombre.

-Poseidón, tú hermano mayor se llama Hades y...tu hermano menor Zeus, que curioso, los nombres de los tres dioses principales en la cultura griega...¿Extraño?

Para ese entonces Avenir ya había llegado, comían tranquilamente en la pequeña fonda, habían cerrado para hablar con más calma.

-si...Hades dice que nuestro padre se llamaba Cronos...y por ello se le ocurrió ponernos esos nombres... jajajaja, al menos no nos devoró.

-.... jajajaja, cierto.

Pasaron hablando toda la tarde, de lo que había pasado y lo que pasaría ahora, pese al tiempo su amistad seguia intacta.

-la verdad me sorprendió mucho el ver tu retrato en su mansión.

-si...yo también me sorprendí al verlo.

-bueno, ahora sabemos que si tenías familia...y mira que familia.

-si....

Le costó mucho aceptar que su hermano era un capo de la mafia, alguien que obtenía todo lo que deseaba haciendo daño a los demás...igual que Kido.

¡Jamás ha dañado a un niño y nunca lo hará! Todos a los que a lastimado son delincuentes, El maestro no entro en esta vida por gusto, la necesidad, odio y desesperación a veces nos lleva a recorrer caminos no deseados.

Pandora, la asistente personal de su hermano, le había contado el porque su hermano asia éso, fue el primer medio que encontró para subsistir y con el paso de los años, el único que le fue permitido.

-no es mala persona, encerio, es algo serio y a veces exagera en la puntualidad pero...

Krest solamente le sonrió mientras tomaba su mano.

-para mi es alguien muy importante...ayudo a salvar a mi hijo y destruir a ese moustro, es alguien a quien le estoy muy agradecido y es lo único que debes saber.

-... gracias.

No podía decir que su hermano era una buena persona, pero por lo que escuchaba de sus empleados, un mal jefe Nunca.

Krest y Poseidón estaban apartados hablando, los nenes jugaban con uno de los sujetos que acompañaba al peliceleste, mientras el otro ayudaba a Avenir a limpiar.

-Julian yo...no, Poseidón, lamento el no haber podido ayudarte en ese tiempo...de verdad lo siento, prometí protegerte y...falle.

-no fue tu culpa...solo éramos unos niños, los dos, hiciste lo posible, estuviste a mi lado e intentaste ayudarme... gracias.

Un fuerte abrazo, una muestra de apoyo a aquel que ha sufrido lo mismo que tú, una persona que comprende tu dolor. Era un pasado muy obscuro el que los iba a unir hasta el fin de sus días.

-aún no te lo agradezco ¡Gracias! Por haber protegido a mi bebé de ese moustro ¡Muchas gracias!

-por nada, lamento que el pequeño tuviese que ver eso...¿Cómo sigue?

-pues, el psicólogo continúa con su tratamiento, le reprimió muchos recuerdos, al menos por ahora, cuando sea mayor...hablaremos con ellos cuando sean más grandes y les explicaré la situación, la verdad ni siquiera los dejo ver la tele por temor a que vean las noticias y se vuelvan a asustar.

-...supongo que es lo mejor, se ve que son niños fuertes, estoy seguro de que entenderán, a su debido tiempo.

-eso espero, solo espero sea lo correcto.

-lo es, ningún pequeño debe vivir con miedo...esa no es vida y tú y yo lo sabemos.

-...si

¡Mamá, salvamos!

Kardia y Ecarlate llegaron corriendo abrazándose a sus piernas, los niños jugaban con uno de los hombres que había llegado en compañía de Poseidón; un hombre alto, de cabello largo y azul, como de unos veinte talvez.

El chico le miró detenidamente, se le hacía familiar. Su cerebro no tardó en hacer Click, era el mismo oficial que lo había ayudado en el supermercado, el mismo que los llevo hasta el muelle y resultó herido en el hombro, aunque parece ya se había recuperado ya que venía cargando a Milo.

-¡Ah! ¡Es usted, el policía!

El chico solo sonrió, había tardado mucho en reconocerlo.

-ah, permíteme presentarlos. El es Kanon Gemini, es mi...escolta personal.

La verdad Poseidón no quería tener escolta, Tatsumi le había dejado un mal sabor de boca, pero Hades se lo impuso, si quería salir tenía que ser acompañado por dos de sus mejores hombres, y Kanon era uno de ellos.

-pequeños, dejaron sus galletas en la cocina, su abuela quiere que las terminen.

El otro joven, un chico de cabello violaceo, casi rosa, apareció con una charola.

-joven Poseidón, la señora Calvera le manda estás galletas, está muy cansada y se retira a descansar, espera le gusten.

-ah...muchas gracias.

Poseidón se despidió de la dama, la cual era subida a su habitación por Avenir, gracias a una rampa que sus hijos instalaron.

-el es Sorrento Siren, mi otro escolta.

-un placer.

Y ahí estaba el otro oficial. Krest se preguntaba cuánto tiempo lo estuvieron siguiendo, ya que aparecieron en los momentos mas oportunos.

-valla, rico y con escoltas, que buena suerte😼

Se mofo el galo solo para molestar.

Las mejillas del pecesito se tiñeron de carmín, su hermano exagerado, el quería salir solo.

-ammmm, si, claro....tu también me sorprendes, no que no te gustaban los niños, ahora tienes tres...y quién diría que serías una madre tan hogareña

Y ahora los papeles se invirtieron.

-¡No molestes! A parte, mis hijos si son lindos.

El chico comenzó a reírse de su amigó, mirando como los pequeños se trepaban en la espalda de Kanon para jugar, mientras Milo le babeaba toda la cara robándole un beso. Algo muy gracioso...de no ser porque de repente  Kanon sintió un aire amenazante, que podía jurar se desprendía de ese muñeco de trapo que el infante traía en sus manos (¡Buuuuu!👻Tamus celoso).

-¡Joven Poseidón, es hora de irnos! Su hermano llegará y se molestará si no está en la mansión.

-ah...de acuerdo.

De mala gana el chico se levantó, se aburría estando encerrado, pero tampoco quería que su hermano se preocupe, la verdad se había escapado para ver a su viejo amigo.

-me retiro, no quiero que Hades se preocupe si no me encuentra.

-entiendo, toma (dándole un papel) por si algún día quieres hablar.

-gracias.

Krest lo acompaño afuera, donde le dió un cálido abrazo.

-se que no es la vida que habíamos planeado, pero...siempre te veré como mi hermano.

-....y yo a tí, cuídate, hermano.

-si.

-intentare venir más seguido, Calvera cocina increíble.

-y aún no pruebas el pozole, regresa pronto, te espero.

-si, adiós.

-adios.

*****////****

No podían decir que era un final feliz, ya que su vida aún no acaba, pero almenos podían decir que la tormenta había pasado...y ellos lograron sobrevivir.

*****////****

-¡Ya llegamos!

Hakurei y Zaphiri llegaron como a las diez, más tarde de lo habitual, los niños ya se habían dormido.

De momento Zaphiri y los demás se quedaban en casa de Calvera, no querían dejarla sola, pero tenían planeado contratar algún enfermero que les ayudará, la mujer ya les había dicho que no era necesario, mas sus hijos eran más necios que ella.

-toma, lo siento, Hakurei te gano las últimas galletas.

-je, no importa. (Recibiendo un vaso de leche tibia)

Se encontraban sentados en el pequeño jardín que tenían. Zaphiri estaba exahusto, el papeleo, las entrevistas en la policía...y el sin fin de casos que les estaban llegando ¡Todo mundo quería contratarlos!

Esto era algo bueno, ya que no tendría que preocuparse de lo económico, más también era muy agotador y lo alejaba de su familia, tenía que estudiar muy bien cuales casos iban a aceptar, pues pese a todo aún quería defender a la gente inocente, que por ello se hizo abogado.

-¡Ah!

Soltó un suspiro cuando su cubito se colocó a su espalda y comenzó a dar un masaje, relajándose con la sutil caricia.

-sabes, hoy vino Julián a verme...digo, Poseidón, je, aún no me acostumbro a su nuevo nombre.

-...¿como está?

Zaphiri era consiente de todo lo que ese pobre chico había sufrido, tal vez un dolor más grande que el de su propio cubito.

-superandolo...es muy fuerte.

El bicho se giró y lo abrazo, sentandolo en sus piernas.

-¿Ahora que sigue?

Pregunto perdido, la verdad jamás imagino que conseguiría justicia para él, para Julián y los demás, después de todo Kido era alguien muy importante.

Pero la vida le mostró que no todo estaba perdido, que por mal que se vea el panorama, lo terrible que sea una tormenta, una persona, todo llega a su fin, la calamidad pasa y los malos tienen que pagar tarde o temprano. Por qué el sol siempre sale y hay gente buena en el mundo, la cual se preocupa por los demás y busca ayudar.

Krest conoció a gente mala que le hizo mucho daño, empezando por sus padres que lo dejaron a su suerte, un chico con el cual entabló su primera y verdadera amistad, un hombre que los arrastró al infierno, otro hombre que lo ayudo a salir adelante, lo protegió y le mostró lo que es el amor, una familia que lo ayuda y protege y unos hermosos niños que se convirtieron en su razón de ser.

Vivio un infierno, pero ahora era momento de construir su paraíso.

-ahora solo queda vivir, amor, luchar por ser felices...tu y yo, junto a nuestros niños.

El bicho le dió un cálido beso y Krest lo acepto. La calma había llegado, la obscuridad se fue y es momento de recibir al sol con energías renovadas y de la mano de las personas que te aman.

Se quedaron abrazados, mirando las estrellas, mañana era un nuevo día y lo enfrentarían juntos.

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