carta
-bien. Hablame de tus padres.
-pues...eran normales, creo.
-ok ¿Que tipo de relación tenías con ellos?
-...mala.
*****/////***
Pese a sus quejas, al cubo no le quedó de otra más que aceptar las consultas con el psicólogo, Zaphiri le había dicho que era muy importante, si bien recordaba que esto le ayudo un poco en su juventud, ahora no le hacía mucha gracias tener que ir, pero si el bicho lo ordenaba.
****////
-quiero que escribas una carta a tus padres, lo que te gustaría decirles.
-...pero, no tengo nada que decirles...salvó groserías, la vas a censurar
-jajaja, está bien, no tengo que leerla, pero si quiero que la escribas, por favor.
-esta bien.
****////****
Ahora estaba ahí, mirando esa hoja en blanco, tenía tantas cosas que decir, pero no sabía cómo empezar.
-apestosito ¿Ya acabaste tu tarea?
-¿Eh? No cariño...aún no.
El nene trepó a sus piernas, mirando sorprendido la hoja en blanco, Krest aún no iniciaba su dibujó.
-apestosito, el maestro te va a regañar.
-je, no te preocupes, tengo tiempo.
-no apestosito, si no haces tu tarea no vas a ver televisión.
-oh, porque, yo quiero ver la tele.
-no apestosito, nada de tele...y tampoco vas a...a...a...no vas a jugar.
-ah, Kardia malvado.
Al galo le causaba gracia que el pequeño usará sus mismos regaños con él, al final no escribió nada y termino dibujando con los pequeños en la hoja.
-¿Que haces? Llevas mucho rato mirando esa hoja.
-lo se... Gateguard quiere que escriba una carta a mis padres...pero no sé que poner...salvó un sin fin de groserías.
-jajaja, ya.
El moreno tomo asiento a su lado, ya era de noche y Krest ahora tenía una hoja nueva.
De verdad quería escribir algo, pero nada llegaba a su mente y cuando lo hacía prefería desechar la idea y distraerse con lo que fuera, o usaba a los peques como excusa.
¡Esto era absurdo! ¿Cómo podía sentir miedo por escribir una simple carta.
Gateguard le había dicho que está le ayudaría a cerrar un ciclo, más el lo dudaba.
****////***
Tres semanas y nada, la hoja seguía en blanco, más ese día estaba por cambiar.
Krest fue despertado por un ajetreo en la cocina.
-¿Zaphiri? ¿Que haces despierto tan temprano? Es sábado.
-hola, buenos días, estoy buscando los chupones de Milo ¿Dónde los guardas?
-¿Eh?
Por inercia el castaño giro a las escaleras ¿Su bebé se había despertado y no le oyó? Eso era raro, Krest siempre se despertaba antes y siempre oía cuando los nenes le llamaban, incluso cuando Zaphiri se levanta ya que era muy ruidoso, aunque hoy lo sorprendió.
Tomo un par de una cajita, oculta en la alacena ya que los mayorcitos últimamente querían comerse la miel de estos,estaba por subir la escalera pero el moreno lo detuvo.
-no, me los voy a llevar.
-¿Ah?
El bicho fue hasta la habitación de sus nenes y los despertó, esto le pareció extraño ya que siempre los dejaba dormir hasta tarde en fin de semana.
-¿vamos a salir?
-si, nosotros sí, pero tú te vas a quedar.
-¿Qué? ¡¿Porque?!
Le miraba confundido, y molesto, Krest siempre le acompañaba a cualquier lugar cuando salía con los niños, para poder cuidarlos.
-dasayunaremos con mi mamá, ya le avise que íbamos, después los llevo a dar una vuelta, regresamos en la noche.
El moreno rellenaba la pañalera y una mochilita con las cosas de los pequeños, tomo un par de chamarras y la mantita de su bebé, que comenzaba a gimotear en la cuna exigiendo la atención de mamá.
Krest estaba por tomarlo pero Zaphiri se adelantó, en un abrir y cerrar de ojos cambio al nene.
-vamos niños, tienen que apurarse.
-ya estoy listo papá
-ito papá
-gagugaguuu ( no quiero el mameluco de pato papá, quería el de gatitos)
-bueno vamos, se nos hace tarde.
-zaphiri, espera.
Krest bajo tras ellos, que el moreno llevaba mucha prisa. El chico no entendía lo que estaba pasando.
Estaba por protestar pero el sonido del timbre los interrumpió. Al abrir se encontraron con Hakurei y Avenir.
-hola, pensamos que necesitarías ayuda con los enanos. Hola Krest
-hola Krest, hola niños
-ah, gracias, toma, llévate el bolso de Milo...y a Milo. Hakurei puedes llevar a Kardia y Ecarlate al auto
-esta bien, nos vemos Krest.
-adiosito.
No le dió tiempo de despedirse, sus tíos los subieron al auto antes de que empezarán a llorar, mientras Zaphiri se echaba a Krest al hombro, que estaba a nada de salir tras ellos.
-¡Bájame¡ ¡Quiero a mis bebés!
-lo siento pero hoy no.
Sin ningún cuidado lo sentó en la sala.
-usted jovencito se va a quedar el día de hoy, solo...escribiendo esa carta.
Esto tomo por sorpresa al menor
-ya...ya la escribí.
-si, ajá ¿y tú nieve de limón?
-...
Le extendió un paquete de hojas blancas y un bolígrafo, a regañadientes el otro lo acepto.
-escucha Krest, tienes que hacerlo, Gateguard dijo que era importante.
-puedo hacerlo en cualquier momento, no tenías que llevarte a los niños así.
-si, si tenía que...te e visto, en ocaciones cuando quieres escribir, se nota que quieres gritar...o llorar, pero no lo haces porque los niños están aquí, así qué, el día de hoy es tuyo, si quieres gritar, llorar o lo que sea, puedes hacerlo, saca todo lo que tengas dentro mientras escribes...yo lo hice, cuando le escribí una carta a mi padre después de enterarme que no estaba muerto y que nos había abandonado, se que en ocasiones necesitas estar solo, y esta es una de ellas.
-...
-no te angusties, te prometo que los regreso a las ocho.
-... siete.
-¿Eh?
-los quiero aquí a las siete, Zaphiri...almenos quiero cenar con ellos.
-esta bien, a las siete
-... gracias
Ya más calmado Zaphiri lo abrazó, le dió un ligero beso en la mejilla antes de retirarse, podía escuchar el claxon, los demás estaban impacientes.
****////
¿Cómo empezar?
Supongo que con un ¡Hola! ¿Cómo están?
Aunque si les soy sincero ¡Espero que estén mal, muy mal!
La verdad hace mucho decidí que nunca tendría contacto con ustedes ¡Ninguno! si les estoy escribiendo esto es solo porque mi psicólogo lo ordenó.
¡Si! Leyeron bien ¡Psicólogo!
Por qué al final de todo termine por necesitar uno, después de toda la mierda que pasó en mi vida, de la cual les culpo la mayor parte.
La verdad no logro entender porque ¿Que es lo que les hice para que me odiaran de esa manera? Para que me tratarán como lo hicieron.
Al principio, siempre creí que era mi culpa, después de todo si yo nunca hubiese existido ustedes podrían haber llegado a ser felices, ya que yo solo era el error de una noche de calentura, pero...
No, no entiendo, aunque así fuera, como es que pudieron tratarme tan mal, aún siendo un bebé.
Intento recordar algo bueno de nuestra relación, pero no logro recordar nada.
Ninguna caricia, un te quiero, un beso de buenas noches, ni siquiera me decían hijo, siempre era mocoso, estúpido, engendró, un insulto tras otro, la mayoría de las veces seguido de un golpe.
¡¿Porque no me abortaron?!
Pero supongo que no podían, después de todo fueron obligados a asumir su responsabilidad.
Creo...
Creo que eso es culpa de mis abuelos.
Ustedes no me apoyaron ya que a ustedes nadie los apoyó, la verdad es que a ellos los odio también, jamás se preocuparon por ver si estábamos bien, jamas les intereso conocerme, los abandonaron a su suerte...como ustedes hicieron conmigo.
Creo que no puedo enfadarme ya que, no sabían cómo demostrar amor, después de todo a ustedes nunca se los demostraron, un círculo vicioso en nuestra familia.
¡Ah! No saben cuánto me está costando escribir esta carta, es la hoja número treinta, creo. Las primeras solo estaban llenas de insultos y maldiciones,rayones, algunos dibujos dónde me imagino torturando les, palabras de odio que siempre quise decirles de frente, reproches y...llanto, mucho llanto, varias de ellas terminaron arrugadas y empapadas, jamás pensé que me costaría tanto escribir ésto, en este momento le agradezco infinitamente a Zaphiri por dejarme sólo, de verdad no podría hacerlo con los niños aquí, ya se abrían asustado al escucharme gritar...je...
Zaphiri, si se preguntan quién es, solo les diré que es alguien a quien el debo todo, alguien que me rescató del infierno donde ustedes me pusieron...bueno, ok, no todo es su culpa, yo también tengo parte en ésto.
Creo que comenzaré desde el principio,como debió iniciar esta carta.
Después de que papá me echara amablemente de la casa ¿De verdad era necesario golpearme de esa manera? Tarde días en sanar, me rompiste una costilla...la primera de muchas fracturas en mi vida.
Bueno, después de eso me fui con Jean ¿Recuerdan a Jean? El tipo mayor con el que andaba, el cual fue su excusa para correrme, porque no toleraba que su pequeño error fuera gay.
Volviendo al tema, me fui con Jean y...tengo que admitir que tenían razón, era un imbécil bueno para nada que solo quería cojerme...¡el desgraciado lo hizo! ¡Abuso de mí y después me abandonó!
Quieren saber algo gracioso, mientras lo hacía...yo gritaba por ustedes, les gritaba para que me ayudarán, me salvarán, porque se supone es lo que un padre hace ¿No? Protege a sus hijos, pero ustedes nunca llegaron, nunca fueron a salvarme.
Saben cuánto me molesta saber que ustedes tenían razón, que por primera vez en mi vida no me mentian...pero volviendo al tema, después de eso fui a parar a una casa hogar, tal vez la recuerden, esa pequeña casa blanca junto al jardín del Trocadéro. Bueno, era una casa de beneficencia.
Acudí a ellos tras dos semanas de estar en la calle, muriendo de hambre, golpeado, sangrando por mi ano ya que ese bastardo me había enterrado una botella, con mis pantalones manchados de mierda y sangre... incluso me encontré con la vecina, la vieja gorda y voluble que vivía frente a nosotros ¿No les dijo?
Pues resulta que ese lugar no fue tan bueno como creí, al principio me brindaron ayuda, un techo, comida, incluso llegué a tener un buen amigo ahí, les dije que era un huérfano y siempre había estado en la calle, para que ustedes no tuvieran problemas, se que les cuesta y me cueste a mi aceptarlo, aún les quería.
Creo que desde ahí debi darme cuenta que tampoco era un buen lugar, no investigaron que mi historia fuera cierta, solo me alojaron y yá...¡Por Dios que idiota fuí!
Cómo es costumbre la suerte no estaba de mi lado, resultó que ese lugar era una fachada, una mentira, ahi solo recolectaban niños para venderlos como animales, a bastardos enfermos que abusaban de ellos...y eso me hicieron.
Cuando creí que había encontrado una familia...me equivoqué, un hombre, un sujeto mayor, el me prometió adoptarme, me dijo que cuidaría de mi y ya no estaría solo...¡Mintió!
Ese bastardo y sus amigos abusaron de mi por días, me pegaban, aún peor de como lo hacían ustedes, metían cosas en mi cuerpo y...
Digamos que aprendí lo que era el infierno y comprendí que había llegado a él.
Perdón si la hoja está manchada, son restos de lágrimas, no pude evitarlo, recordar duele mucho...
Saben, estás pequeñas líneas me han tomado más de cuatro horas, me he levantado treinta veces, e ido al baño como díez, no hago nada, pero supongo que la presión y enojo descontrolan mi cuerpo, también vomité....me deben un taco.
Bueno, resumiendo, mi vida paso de ser un asco, a ser un asco peor.
Hubo un momento dónde creí que de verdad tenía la culpa...¡por ser puto! Los hombres siempre abusaban de mí, me golpeaban y humillaban.
¡Grita como la perra que eres!
¡Chilla cerda!
¡Tu solo sirves para mamar!
Todo parecía indicar que eso era, mi orientación sexual parecía ser la causa...todo era mi culpa.
Supongo que esto los hace felices, que yo admita que estaba mal, que todo era mi culpa.
Pero saben algo, no es así.
Porque no solo fueron hombres los que abusaron de mi, también mujeres...como mamá. Mujeres enfermas que me lastimaban, que me obligaban a vestirme de maneras extrañas, que desquitaba su frustración en mi ordenandome ser el "sexo débil"....pese a ser hombre.
Ahí me di cuenta que no era mi culpa, que nada importaba si me gustaban los hombres o las mujeres, que la gente simplemente es....mala.
Que hay personas enfermas, que se disfrazan de corderos, los cuales les gusta lastimar solo para sentirse superior.
Sí...viví en ese infierno por muchos años, ví cosas tan horribles que... prefiero olvidar.
Lamenté un sin fin de veces el estar vivo, incluso intenté matarme otras, pero esos bastardos lo detenían, no podían dejar ir a una presa como yo.
Odiaba mi cuerpo, saben, mis rasgos infantiles, ya que eso ocacionaba que ancianos se interesaran por mí de maneras muy perversas.
No entraré en detalles pero... ¡Sufrí! Sufrí mucho.
A este punto pueden notar que mi vida era un asco y más valía estar muerto, yo pensaba lo mismo.
Pero que creen...me equivoqué.
Por azares del destino logré escapar de ahí, nuevamente viví en las calles, en otro país, ya que había sido vendido cual animal. Estaba harto e incluso pensaba en suicidarme, arrojarme a las vías del tren, o un acantilado, suena más poético, tenía planeado hacerlo mientras cantaba.
Por qué la vida era una basura y la gente demonios.
Pero el destino, la vida misma, me quiso demostrar que estaba equivocado.
Un día...el miércoles doce de Julio, a las dos de la tarde, recuerdo bien el día...¡Todo!
Era un día pésimo, como siempre, pero de un momento a otro...¡Me encontré con un ángel! Un ángel con tres pequeños querubines, los cuales se han convertido en mi mundo.
No sé cómo explicar, pero a partir de ese momento mi vida cambió, por azares del destino conocí a una familia muy hermosa, un padre soltero con tres hermosos niños.
Zaphiri, el padre,me acogió en su casa, confío en mi, me ayudó y me ha brindado la protección y ayuda que siempre desee, aquella a la cual pensé estaba negado.
Pero no fue todo.
Kardia, Ecarlate, Milo.
Los tres hijos de este hombre, sus tres tesoros.
Si, me convertí en niñero, y saben que ¡Es lo más hermoso que me ha pasado en la vida!
Esos tres niños se han convertido en mi luz, me hacen sentir tan feliz y necesitado, suena tonto pero, solo con oír sus voces, con oír sus risas y ver sus brillantes e inocentes ojos, solo con eso me hacen ver qué la vida es hermosa.
Kardia es el mayorcito, es muy hiperactivo, juguetón, cariñoso y protector con sus hermanos, adora sentarse en mis piernas para que juegue con su cabello, cuando voy a recogerlo al Colegio, corre a abrazar mis piernas, me dice que me quiere y se la pasa todo el camino hablando de lo que hizo en el Cole.
Mi querido Ecarlate es más tranquilo, pero es muy cariñoso, siempre me está besando la mejilla, se abraza a mi, le encanta jugar con mis manos, no se porque, pero le gusta entrelazar nuestros dedos, llora cuando no le doy la mano en la calle o si no le hago casó, le gusta cantar e imitar lo que estoy haciendo, mi manzanita colorada es tan lindo.
Por último está Milo, mi regordete bebé, el más pequeño y adorable de mis bichos. Milo es mi todo, me necesita más que sus hermanos, es muy glotón...¡Y celoso! En ocaciones es muy posesivo y mimado, un par de veces les ha dado de sonajasos a sus hermanos porque me abrazan, al igual que sus hermanos tiene mucha energía. Está empezando a caminar...es una tortura para mi espalda, pero adoro la sensación de tener sus pequeñas y blancas manitas aferradas a las mías, confiado en que no le soltaré.
Quieren que les cuente un secreto, últimamente a comenzado a balbucear palabras más legibles...¡Me dice Ma! La primera vez que lo dijo casi lloro de la emoción, es claro que me quería decir mamá.
No soy mujer, mucho menos su madre, pero me encanta que el piense que sí, que me de ese lugar tan importante, porque...¡Porque eso significa que me quiere! Los tres me quieren, me lo dicen día a día, al despertar y antes de dormir ¡Me dicen te quiero y me dan muchos besos! Y eso me hace muy felíz, tanto que incluso en ocaciones tengo ganas de gritar que también los quiero, de tomarlos en mis brazos y nunca dejarlos ir, por qué esos niños son mi mundo...¡Mis hijos! Así es como les veo, como si fueran mis hijos, aunque no lleven mi sangre y lo único que nos una es un contrató, para mí son mi todo.
Por último está Zaphiri...que puedo decirles de ese hombre ¡Es un santo! ¡Un ángel! Mi mejor amigo y protector, el me ha ayudado como nadie, me alojó en su hogar, me dió su confianza, me ha tratado...como un ser humano, algo que jamás alguien hizo por mí.
No papá, no solo quiere cogerme, ni me ve con la misma perversión de los demás hombres con los que me he topado.
Zaphiri es muy diferente a los sujetos con los que me he relacionado, el es... único.
Es un padre increíble, cariñoso, protector, en ocaciones es tan infantil como sus hijos, adora leer, las novelas de terror son su pasión, es muy guapo, no pasa desapercibido en ningún lugar, tan varonil y bien parecido. Aún no entiendo cómo es que sus ex se atrevieron a abandonar a semejante hombre ¡Estúpidas!
El es divorciado, tres veces y...¡Ah! Saben que, eso no les incumbe, lo único que les importa, o eso creo, es saber cómo estoy.
Yo estoy...estoy bien, y saben que ¡Soy feliz!
Jejeje, estás manchas son nuevamente de lágrimas, pero en esta ocasión, son de felicidad.
Por qué soy felíz, mamá, papá, soy muy feliz, finalmente encontré a una familia, una familia que me ha aceptado como parte de ellos.
Tengo dos buenos amigos y además estoy estudiando, planeo estudiar una carrera en gastronomía, ser chef o algo así.
Resulta que tengo talento para la cocina.
Tengo el sazón.
Es lo que Calvera siempre me dice.
Calvera es la madre de Zaphiri, la cual es muy amable y cariñosa, incluso empiezo a considerarla mi mamá.
No te ofendas, Ofelia, pero, ella me ha dado más amor maternal en una sola tarde, que tú en toda mi vida.
Ah...es gracioso.
En principio no sabía que escribir y de repente, ya puedo soltarme más.
Pero de momento será todo, ya casi son las seis, tengo que prepararme, mis hijos están por llegar y quiero recibirles con una rica cena.
Supongo que...es un hasta luego, tal vez algún día les escriba de nuevo...
Adiós...
****////
El castaño miraba las hojas frente a él, no sabía que sentir exactamente, pero se sentía más ligero, parece que expresar sus emociones en un papel fue liberador.
Miró a su alrededor.
Una gran cantidad de pañuelos en el piso, las almohadas estaban en el suelo, las pobres habían sufrido de todo, las mordió, grito en ellas, las golpeó y...tendría que lavarlas, a Zaphiri no le haría gracia saber que las vómito.
Comenzó a reír al ver el cuarto de su jefe...¿Porque se refugio ahí?
Comenzó a tender la cama, prepararía algo rápido para cenar, una pasta o algo frito, que no tardará mucho y...
¡Apestositoooo!
¡Totitoooooooo!
¡Ma!
Los gritos de los niños le sorprendieron, los infantes entraron cual tornado, subiendo las escaleras mientras gritaban llamando a su niñero, parecía que tenían radar.
-bichitos ¡Hola!
-apestosito, te extrañe.
-totito, totito, te etlañe.
-...niños.
Cuando Zaphiri subió, encontró una escena muy tierna.
Krest abrazaba a sus retoños, llenando su cara de besos y diciendo lo mucho que los amaba. Milo no tardó en gritar, exigiendo la atención de su mamá, dándole un par de manotazos a todos para ser solo el.
-¡Gagugaaa! (¡Mamá es mío)
****///
-¿como te fué?
-muy bien, gracias...¿Y a ti?
-¡Uf! Estoy exahusto, cada día tienen más energía.
-jajaja, sí.
Se acostaron en el sofá a ver una película, el moreno se sorprendió cuando Krest se abrazo a su persona, ocultando su cara en su pecho, esa acción lo hacia sentir nervioso e inseguro, pero le agradaba.
-zaphiri ¿Puedes quedarte esta noche conmigo? ¡Por favor!
Krest se abrazo más a él, a su ángel protector, sabía que nada malo le pasaría mientras Zaphiri estuviese cerca, y en esos momentos quería sentirse amado y protegido.
-...todas las que necesites.
No dijo nada más, solo se quedaron así, abrazados, hasta que el sueño les venció, disfrutando de la compañía mutua.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro