Capitulo 34

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Inmovilice a la zorra abandonica esta. Quiso zafarse y no lo logró.

- ¡Quiero a mi hijo!

Grito. Golpee su mandíbula.

- ¿Ah si? ¿Hijo? Hijo al que abandonaste, zorra.

La ahorque. Me dio vuelta y corrió. Aun en el suelo, la tome de los tobillos y cayó. Pude arrastrarla un poco y la voltee de nuevo.

- Me robaste a mi hijo y a mi marido.

Solté una risa irónica.

- Juan Luis me amo a mi. Lo tuyo fue zorrearle y embarazarte de él.

Golpee su cabeza contra el suelo.

- Valentin se va conmigo.

Grito de nuevo. Le di un cachetazo.

- Valentin se queda.

Sentí algo levantarme. Sabia quien era.

- Vete, zorra.

Dylan me tiro hacia atrás.

- Tu también Dylan, la defiendes.

Momento...

¿Esta de donde lo conoce?

- Ludmila, vete.

Quiso ir con Juan y Valentin, pero consiguió otro golpe. Rendida, nos miro con desprecio.

- Me voy. Pero volveré pronto por mi hijo y para matarte.

Me apunto. Se levantó y se fue.

- ¿De donde puta la conoces?

Me miró.

- Es la hermana de Cande... La odio.

Abrí mis ojos.

- Ah, la putería es familiar.

- ________________ -Dijo entre dientes- Son distintas.

- ¿Ah si? ¿Tu que sabes? Puede que estas dos tengan un complot y quieran matarnos.

- Deja el drama y ve con Juan. Que si no te diste cuenta, se levantó de la silla, corrió y camino de lo mas normal.

Abri mis ojos antes de correr hacia afuera. Si. Juan estaba parado con Valen en sus brazos.

- ¿Te sientes bien?

Pregunte a su lado.

- Si. Me duelen las piernas por mi cambio repentino, pero si.

Me acerque mas a él y lo abrace. Con cuidado para que no se cayera. Valen me estiro los brazos y lo levanté.

- Ma... Ma...

Bese su inflada mejilla.

- ¿Que pasó?

- Nada, la golpee y ella dijo que volvería. Nada interesante.

- Te lastimaste.

Juan levanto mi mano. Mire, los nudillos me sangraban.

- Con Razón arde.

- Tío Marco, sostenlo un segundo.

Juan le dio a Valen. Me llevo hasta adentro y me sentó en el sofá.

- ¿Puedes ir?

- Si. Igual mañana tengo turno con el medico.

Se fue, caminando despacio. Sonreí al ver el logro de Juan. En su rostro se refleja la felicidad. Y si él es feliz. Yo tambien

Juan.

- Listo.

Puse el último pedazo de cinta sobre su mano.

- Gracias Juan.

Me acarició la mejilla, sonreí.

- No es nada Pequeña.

Bese su mano.

- Estoy aburrida ¿Que podemos hacer?

La miré y le sonreí con malicia.

- Eso no. Están todos afuera.

- Ay bueno -Me queje- Como si ellos no supieran lo que es.

- Igual, no.

Suspire.

- No se... Salgamos, solos.

- Si, podría ser. Pero... ¿Valen?

Hice una mueca.

- Que se quede con Kevin... Debe aprender ¿No?

Ella asintió y rió.

- Esta bien... Iré a cambiarme.

Me dio un corto beso y se levantó. Yo me levante, pero esta vez me senté en la silla. Me duelen demasiado las piernas.

Todo es culpa del maldito de Londoño.

Si la zorra de su mujer no me hubiese visto, yo hoy estaría bien.

- Kevin. ¿Podras cuidar de Valen hoy? ____________ y yo vamos a salir.

Kevin me miro raro, pero accedió.
Una vez que todos se habían ido, fui a mi habitación. Me cambie de ropa, ya que me había bañado un rato antes. Me peine, me perfume y me mire al espejo. Estaba perfecto, pero con la maldita silla. Suspire, ya no veo la hora de estar bien y volver a mi rutina normal. Odio esto.

- Juan... ¿Estoy bien?

Di vuelta la silla. Abrí mis labios un poco, ella se sonrojó.

- Estas... Hermosa.

Llevaba un vestido corto color negro brilloso, unos zapatos altos negros y un pequeño saco blanco. Su cabello estaba ondulado y suelto, y su maquillaje era natural.

- Gracias... Tu no te quedas atrás.

Yo estaba vestido relativamente normal. Una camisa blanca y unos pantalones negros. Me levante de la silla y suspire acercándome a ella.

- Quiero ir sin la silla.

Me miró y sonrió.

- ¿No deberías llevarla? Por las dudas.

Hice un mueca.

- Si, pero no quiero.

Agarre su mano y deje un beso en ella.

- ¿Vamos?

- Vamos.

Iba a salir, pero la detuve.

- Ven aquí.

Se acerco sonriente. Agarre su cintura y la besé. Era un beso algo intenso y me encantaba. Retrocedí un poco, hasta que los dos caímos en la cama. Me subí sobre ella, bajando mis besos. Ella gimió al sentir mis dientes en su piel. Baje su vestido un poco y baje mis besos. Quite su sostén despacio y me concentre en sus pechos. Jugué con ellos un largo rato, estaba cansado. En eso, escuché un golpe en la puerta. La cual me había olvidado abierta.

- S... Señor Juan... Lo... Lo buscan...

Gire mi cabeza. Rosy estaba rojisima y apenada.

- Que esperen. Diles que estoy ocupado.

- Dicen que es urgente.

Rodé los ojos.

- Diles que esperen.

Asintió y se fue.

- Puede ser importante.

Susurro ____________ acariciando mi espalda.

- Lo se... Ya voy.

Me levante despacio. Me senté en la silla de nuevo y salí del cuarto. Al llegar al living, me petrifique.

- Londoño...