Juan.

Los días pasaban.
Ella no estaba conmigo.
Yo me moría, una vez mas.

Volví a mi antigua rutina. Mas exacto, pasaron tres meses.
Tres meses donde seguí con mi plan.

Matar a Luis Alfonso Londoño.

Ya no me drogaba, menos tomaba. No tenia siquiera ganas de respirar y esperaba no amanecer nunca. Pero no tuve tanta suerte.
Lo único que esperaba, era que ella tocase el timbre de mi casa o que aparezca por las puertas de la empresa.
Ahora estoy donde era su cuarto. Ella paso dos meses aquí, durmiendo y en su cuarto de distracciones. A veces dormía conmigo y eso es lo que mas extraño. Me hace falta. Pero yo lo sabia y creía estar listo para este momento. Yo sabia que mentirle seria peor y que la iba a perder. Sin embargo, me jugué a dañarla y perderla. Tres meses sin ella es una eternidad.
Mire sus dibujos. Había uno de ellos, muy lindo. Eramos ella y yo. Nos estábamos besando en mi cuarto. Estaba dibujado a bolígrafo negro, y se detallaba todo muy bien. Ella dibuja hermoso. Guarde el dibujo en mi bolsillo. Sentí mi celular vibrar. Era una llamada.

*Llamado

Y: Dylan...

D: Hola Juan Luis. ¿Como va todo?

Y: Mal... ¿Y tu?

D: En estado de desesperación. ¿Sabes donde esta mi hermana? Se fue ayer y no ha vuelto.

Me quede mudo.

D: ¿Juan?

Y: ¿Eh? Ah si. No, disculpa, no se nada. Hace tres meses.

D: Quizás fue contigo, por eso pregunto. Y ya se la historia.

Y: Ah... ¿Llamaste a sus amigos?

D: Si. Ni Carl, ni Shawn, ni Julianna ni Lucia la vieron ni se contactaron con ella.

Y: Yo la buscaré. Si la encuentro, te aviso.

D: Gracias Juan.

*Fin del llamado.

Me acomode y salí en busca de ___________. Supuse donde estaría, así que fui allá.

_______________.

Tiré el cigarrillo en el césped. Estaba aburrida, cansada. Subí el volumen de mi radio. El viento y el olor a río hizo que cerrace mis ojos. Disfrutando un poco este frío. En eso, una canción comenzó a sonar

¿Donde estas? Que mientras mas te busco, menos te encuentro. Oh oh oh... (X2)

Comencé a tararear la canción. Ya la había escuchado varias veces. Saque otro cigarrillo del paquete y lo encendí. Tosi un poco. No me acostumbró mucho a fumar, de hecho empecé esta semana.

Y te digo que... Donde estes, llegaré. Te seguiré buscando. Y el día en que te encuentre, esto vamos a terminarlo. (X2)

Sentí que alguien se sentó al lado mio. O debajo, no se como decirlo. Yo estoy sentada en lo que seria el respaldo del banco de madera y esa persona se sentó como corresponde. El perfume me era conocido y hacia mucho no lo sentía. Me quite un auricular y miré.

- Volví a encontrarte.

Expulsé el humo de mi cigarrillo.

- Eso veo.

Mire hacia el río.

- ¿Por que me buscas? Dije que me alejaría de ti.

- También que volverías a amarme.

- No es el punto, Londoño Arias.

Se levantó y me miró.

- Vine a buscarte porque Dylan esta preocupado por ti. Igual ya le avise que estabas conmigo.

Rodé los ojos.

- Estaba, bien dicho.

Me baje del banco. Iba a caminar, el lo impidió.

- Sueltame.

Le tire el humo en la cara. Tosió pero en vez de aflojar su agarre, lo apretó.

- No te alejaras de nuevo.

- Te tengo miedo ¿No entiendes eso?

Me soltó.

- ¿Miedo? Eso no decías cuando te besaba.

- Después de lo que leí y vi, te tengo miedo.

Pase al lado suyo. Empecé a caminar por la costanera y sentía que el me seguía.

- Donde estés, llegare. Te seguiré buscando...

Cantó fuerte. Me di la vuelta y le saque mi dedo de en medio.

- Alejate de mi. Violador

Corrió hasta mi.

- Jamas te dejare escapar.

Me sostuvo. Bastó con una patada en el estómago para que me suelte. Salí corriendo, lejos de él. Empecé a llorar. Lo amo y me lastima. Yo no soy la misma de aquel día, yo cambie. Me duele ser así, pero es mejor.
El peor día de la historia. Llueve y yo a millones de kilómetros de casa. ¿Tanto me aleje? Bueno, millones. Unos cuantos y largos kilómetros me fui. Necesitaba aislarme, dejar todo. De paso, ya que estaba mojadisima, seguí llorando. Cuando vuelva, no lo notaria nadie. Me paré debajo de un techo de la parada de colectivos. Tiemblo de frío. Tomaría el primer colectivo que me lleve a la casa de Dylan. Pero ya es tarde y no vendrá nadie. En eso, un auto freno frente a mi.

- Subete.

Tenia frío. La lluvia era cada vez mas fuerte. Un maldito trueno me hizo sobresaltar. De miedo, me subí al auto.

- ¿Donde me llevas?

- A mi casa. Vas a darte un baño, te cambias, duermes ahí y mañana vuelves con Dylan y Candelaria.

Mire por la ventanilla.

- Te golpee, trate mal, me aleje de ti. ¿Y sigues Tratándome con cariño? No lo merezco Juan Luis.

Freno el auto de golpe.

- Creo que una persona, por amor, hace lo que sea. ¿No es así?

- No lo se. Así todo, sigo siendo una maldita perra.

Juan Luis tomó mi rostro con sus manos.

- No eres ninguna perra. Eres el amor de mi vida.

Y me besó.