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Juan me miraba. No decía nada. Mis mejillas parecían fuego.

- No... No lo hagas.

Lo mire raro.

- No debes forzar u obligarte a perder tu virginidad o solo por verme bien. No hagas eso.

Me quede viéndolo.

- Quizás... Yo no sea el indicado para la situación, y si vuelves a hacer esto, quizás termines peor.

Me coloque mi camisa de nuevo. Juan puso un mechón de cabello detrás de mi oreja

- Perdoname. No debí dañarte, menos así.

Le sonreí.

- Esta bien. Te perdono.

Beso mi mejilla. En eso, se escuchó el timbre. Es viernes y hoy no están las empleadas.

- Iré a abrir.

Juan asintió.

- Me visto y bajo.

- Bien.

Salí de ai cuarto. Respire profundo para calmarme. Baje las escaleras, así iría a la puerta. Al abrir, me encontré un pequeño cesto. Tenia una nota arriba con el nombre de Juan. No sabia lo que era. Tenia una manta azul, tapando el cesto. Lo entré y deje en el sofá.

- Juan, te llego algo.

Juan miro el cesto.

- Ah... Ahora lo miro. ¿Me traerías agua? No me siento bien.

Asentí. Fui a la cocina a buscar agua. De paso, buscaría algo para comer.

Juan.

Me acerque al cesto. Mire lo que había, una nota en un Sobre dorado. Quite la nota y abrí la manta azul. Grité.

- ¿Que demonios?

Había un... Un...

- ¿Un bebé?

Abrí mis ojos. Senti que el aire me faltaba. Corrí hasta la puerta y la abrí. No había Nada, ni nadie. Siquiera la seguridad.

Que idiota. Los viernes ellos no están

Volví adentro, al lado del cesto. Era una criaturita indefensa. Muy, muy pequeña. Su cabello era castaño oscuro, sus ojitos estaban cerrados y estaba vestido con ropa azul y blanca. Decidí mirar la carta.

Juan Luis.

Soy Valentin Peña, tu hijo...

- ¿Hijo?

Deje de leer. ¿Hijo? ¿Pero qué carajos?

Tal vez te acuerdes de mi mami, Ludmila. Ella estuvo contigo, al parecer la violaste y aquí estoy yo.
Mi mami no puede cuidarme y tampoco quiere verte. Por eso estoy aquí.
Quiero que me Cuides. Tengo apenas una semana de nacido y...

Tire la carta a algún lado. Empezaron a lloverme los recuerdos.

Flashback.

Me acerque a una chica. Era castaña, con unos bellos ojos grises y un maravilloso cuerpo. Le sonreí y ella a mi.

- Mamasita, que bella. ¿Como te llamas?

- Ludmila Peña... ¿Y tu? Bombón.

Me guiño un ojo.

- Juan Londoño. ¿Que edad tienes?

-15... ¿Tu?

Debía mentir.

- 17...

Mentira, tenia 21. Pero así hay que conquistar chicas.
*-*-*-*-*-*.

-¿Eres virgen?

Pregunte antes de entrar en su cuerpo.

- Si. Pero hazlo. Quiero dejar mi puta virginidad de una vez.

Y lo hice. No fue solo esa noche. Quedamos en contacto y seguimos repitiendo la ocasión. Ella, ya que era de México, se fue. Y yo seguí mi desastrosa vida. Aun buscando a la chica de la cual me había enamorado.

Fin del Flashback

La ultima vez que vi a Ludmila, fue hace 10 meses. Si, lo justo para un embarazo. Maldita droga y alcohol. Por no usar un maldito pedazo de látex debo hacerme cargo de una criatura. Pobre pequeño, no tiene la culpa de nada. Pero su madre es una...

- Juan ¿Estas bien?

______________ me dio una botella de agua. Tome de ella enseguida, mirando aun el canasto.

- Pobre pequeño...

Deje la botella y agarre al bebé. Es muy pequeño y regordete. Abrió sus ojos y comenzó a llorar.

- ¿Y ese bebé?

Gritó ______________.

- Es el del cesto. Me dejaron a un bebé.

Ella palideció.

- Ay dios... ¿Puedo cargarlo?

Ella sonreía. La mire bien y mire al pequeño. Estaba chupando su mano para no llorar.

- Si... Cuidado, tiene una semana.

Lo agarró y acostó en su brazo.

- ¿Tiene nombre?

- Si... Valentin.

Acaricio su cabeza. Ya la imaginaba, con un pequeño bebé en Brazos después de parirlo. Dándole el pecho y acariciándolo. Sonreí ante ese pensamiento. Sería algo muy hermoso. Pero no, no por ahora.

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Acosté a Valentin en mi cama. Juan estaba preparando un espacio de su cuarto para dejarlo. Ya le habíamos comprado todo lo necesario. Pienso en la familia de este bebé. ¿Por qué lo habrán abandonado? Es extraño. Recorde que este traía una carta. Bajé hasta el living, tome la carta y volví a mi habitación. Me acosté en mi cama, leyendo la carta.

Juan Luis.

Soy Valentin Peña, tu hijo.
Tal vez te acuerdes de mi mami, Ludmila. Ella estuvo contigo, al parecer la violaste y aquí estoy yo.
Mi mami no puede cuidarme y tampoco quiere verte. Por eso estoy aquí.
Quiero que me Cuides. Tengo apenas una semana de nacido y quiero crecer sano y fuerte. Como mi mamá no puede darme amor, ni cariño, ni un cuidado, me quedo contigo.
Cuidame, papá.

Apoye la carta sobre mi pecho. Habían dos cosas que no me cerraban. 1 ¿Juan Luis violo a una chica? Porque eso expresa. Y 2, esa maldita Ludmila va a pagar por lo que hizo con su hijo. Esa mujer, no merece vivir.