Minutos después, ahí estaba yo adelante de la promesa una linda chica de cabello blanco, con unos hermosos ojos claros de vestimenta rosa.

—Así que por fin veo al causante de la ilusión y autodestrucción  de muchas personas, sabes cuantas personas has destruido su fe, sus esperanzas, paciencia, autoestima, amor, alegría, ilusión, su mundo —estaba enojada, su voz mostraba un carácter fuerte —muchos piensan que soy unos de los sentimientos mas confiable de todos, no los culpo ya que suenas tan creíble cuando lo dices —seguía diciéndome y se notaba que no iba acabar rápido.

»En tu vida prometiste muchas cosas, a muchas personas  rompiéndole el corazón cuando no lo cumpliste, incluyendo a tus sentimientos, pero a pesar de mucho tiempo volviste aquí como lo prometiste a todos, luego comenzaste a buscarnos uno por uno, aunque fue por tus recuerdos no por nosotros en si.

»Pero volviste, eso es lo que cuenta —dijo la promesa, con lágrimas en los ojos, luego me abraza muy fuerte— yo prometí que te esperaría a pesar de todo lo que hagas —Susurro la Promesa en mi pecho, cual con mis manos tocaba su cabello suave para calmarla, sin decir nada.

—Ahora amigo tengo algo que mostrarte —dijo el perdón, luego camina hacia la única puerta, cual al abrirla se caen la niña de la Ayuda, la chica de la Confianza y el chico Valentía.

—¿Qué hacen ustedes aquí? deberían estar afuera en el patio esperando —dijo la Promesa, todavía abrazada a mi, cual luego me suelta rápido al ver que los ayudantes la miran.

—Igual que tu queremos a abrazarlo, decirle que lo perdonamos porque al fin y acabo es nuestro creador —dijo la niña de la Ayuda muy contenta igual que la Confianza.

—¿Ustedes ya sabían quien era desde el principio?—dije.

—No, solo nos lo acaba de decir la —decía la Confianza, pero el perdón le tapó su boca

—No le hagas caso, yo se los dije hace unos minutos atrás —dijo la promesa.

—Solo ven conmigo te prometo que es algo bueno para ti —dijo el perdón.

Luego nos llevó a un jardín o lo que parecía patio de descanso de la promesa.

—Para que nos traes aquí, si no hay nadie —dije mirando el extenso paisaje tapado por algunos arboles, cual segundo después comienza a escuchar muchas voces acercándose hacia mi.

—¡Papá! Hasta que te encontramos, no sabes cuanto estuvimos caminando detrás de tus pisadas, no sabes cuanto te amo papi no te vayas nuevamente —dijo la esperanza abrazándome.

—Aquí estabas, escondido mi León favorito —dijo la locura igual abrazándome pero ella lo hizo con mucha fuerza tirándome al suelo con la Esperanza.

—Es mío, dejen de abrazarlo —dijo la chica de los celos, intentando que las dos me soltaran.

—Yo igual deseo abrazarlo, pero no, yo ya tengo a la Pasión —dijo el Deseo.

—Pero yo lo voy a abrazar igual porque tengo mucha pasión —dijo la pasión saltando hacia mi.

—Que envidia, ya no hay campo para mi —dijo la envidia , cual igual comenzó a intentar darme un abrazo.

—Odio esto mejor cuido a mi hermano el Amor —dijo el odio, agarrando a su hermano el amor para que no se caía.

—Yo igual quiero —dijo la vergüenza.

—No lo digas en voz alta es un secreto —dijo el secreto en su oído, cual lo haré escuchar.

—¡Ahí voy al abrazo grupal! —dijo el chico de la perversión, pero su verdadera intención era abrazar a las chicas.

—Tu no vas a ningún lado, mientras yo este —dijo la calma agarrándolo de las orejas para que no venga a abrazar a todas.

—La calma triunfa otra vez sobre la perversión —dijo el triunfo con una sonrisa.

—Ya esta bien, denme un minuto para poder pararme —digo, me estaba volviendo adicto al abrazo.

Luego me levanto tranquilo al darme cuenta que habían algunos sentimientos que no estaban feliz, entre ellos mi flojera había crecido, solo me mira enoja.

—Fue mi culpa que todos se fueran —dijo el niño de la culpa.

—No es verdad, no es tu culpa eso te lo puedo asegurar —dije abrazándolo.

—¡Enserio! —respondió la culpa, pero en eso miro a la tristeza llorar.

—Tristeza, ven conmigo tu también —dije, luego la culpa se apartó.

—No sabes cuanto te extrañe, cuantas lágrimas solté por ti, cuantos segundos estabas en mi mente, tu me prometiste el día que me encontraste, nunca alejarte de mi, nunca irte y hacerme llorar, nunca romper mi corazón para que se llenara de lágrimas y recuerdos rotos.

»Dijiste que mis ojos eran los más lindos de todas por ser tristes, dijiste que aunque siempre este triste, tu me ibas a querer, que yo era una de las razones por la vives cada día en este mundo —dijo la tristeza llorando, mientras la verdad tocaba sus manos para que ella dijera la verdad, ya que rara vez la tristeza hablaba en voz alta.

—¡Gracias verdad! Enserio te debo todo a ti especialmente —dije, limpiando las lágrimas de la tristeza.

—Perdona por todo lo que te dije por favor, aunque eso sentía en ese momento, todos te extrañamos cuando te fuiste, no sabes como me arrepiento de todo —dijo el niño la verdad luego también me da un abrazo.

—A pesar de todo sigues siendo estúpido —dijo la conciencia, lanzando una piedra en mi cabeza.

—Ten más cuidado pudiste darle a otro sentimiento —dije, pero lo que la Conciencia quería demostrar que todavía me faltaban muchos sentimientos, por buscar.

—¡Tal como lo prometí! —dijo la Promesa sin que nadie la escuchara o eso creía.

Cuando todo acabamos de abrazarnos comenzamos a ayudar en lo que podíamos. En ese lugar descubrí que tenía energía eterna en mi pecho, mientras nadie me miraba comencé a hacer crecer una flor sacando ese poder por mis dedos.   Comencé a elevar piedras con la mente, cerré mis ojos, quería concentrarme para sentir todo a mi alrededor, durante horas estuve ahí y nada pasó, hasta que comienzo a escuchar el agua de un río cercano, en mi mente observaba colores como se movían.

—Lo que estás viendo es tu poder de creador —decía una voz, yo solo mantenía los ojos cerrados, sintiendo una presencia azul cerca mío haciendo que abra los ojos, miro a mi alrededor pero no había nada, en ese silencio solo escucho unos pasos correr entre los arbustos, solo intento seguir esa presencia pero es muy rápida, perdiéndola de vista, mientras caminaba me encuentro a la promesa.

—Viste a alguien pasar por aquí —dije pero ella no me responde desapareciendo como si fuera una ilusión.

Todo comienza a cambiar a mi alrededor apareciendo en una habitación, ahí estaba yo mismo, era otro yo quien estaba sentado  ahí, solo intento acercarme a él.

—Tienes poco tiempo, apresurarte o nunca sabrás porque estás ahí —dice aquella voz que había escuchado primero, que terminó siendo mi voz, luego solo abro los ojos, decido no decir nada y ir con los demás para apresurar o seguir con la búsqueda.