Muerte De La Fe.
Todos caminábamos tranquilos, bueno no tanto para algunos, como siempre la Locura hacia locuras, cuidando del Amor por que el estaba ciego.
La chica de los celos siempre estaba celosa de ellos, el odio no le hacia caso aunque al veces estaban ambos juntos.
El Deseó ni lejos ni cerca de la Pasión, si estaban lejos el tenia Deseó, de ella y cuando estaban juntos mejor no digamos que pasaba cuando están juntos...
El Triunfo siempre haciendo retos a todos obviamente siempre ganaba y su hermana se quedaba con Envidia del primer lugar.
La curiosidad como siempre en problemas con su amiga la intriga ambas buscando cosas que hacer, aunque la mentira las acompañe.
La vergüenza con su ¿...? disculpen es un Secreto digo con el Secreto, ambos siempre estaban muy tranquilos en ¿…? es un secreto.
Pero el pervertido de la perversión siempre mirando, lo que no tenia que ver, pero tranquilos la Calma lo ayudaba a calmar a todas.
La tristeza, siempre iba en mis brazos, como paraba triste no tenía animo de caminar, la culpa se culpaba por todo.
Mientras la conciencia caminaba detrás mío con la flojera en brazos, todos éramos guiados por la Verdad, la tranquilidad solo lo seguía sin hacer nada, en un hermoso día soleado, todos felices o eso parecía por el momento.
Llegamos a una parte donde cambia, el lugar o ambiente donde la tierra, el clima cambiaba en un solo paso, por estar en sitio de un nuevo sentimiento, todos se quedaron parados al ver que si avanzábamos todo cambiaría ya que en ese lugar era oscuro, es decir de noche, parecía un lugar tenebroso, los arboles negros y secos.
Increíble que en un solo paso cambiaría todo, de estar en un hermoso día cálido a una oscuridad muy fría.
—Aquí debe vivir la locura por que este sitio es de locos —dice la Locura obvio estaba loca.
—Tú eres la locura, nunca conocí este sitio, ni quien vive aquí —dijo la conciencia.
Mientras todos teníamos un poco de curiosidad, de quien viviría en esta zona, este lugar tétrico.
La verdad se pone de rodilla, con lágrimas en sus ojos agarrando la tierra negra marchita, luego la suelta y entra un viento frío.
—Disculpa, yo no quería, yo no fui o si fui pero en verdad disculpa, yo no quería esto es mi culpa —decía el niño de la verdad, llorando con pequeñas lágrimas en sus ojos, mientras me miraba.
—¿Qué te pasa verdad, tú sabes donde estamos? —dije y la conciencia me miro sería.
—Si, este era un lugar donde algunos de los mejores sentimientos vivían, tus sentimientos, yo mate este lugar, yo nací cerca de aquí por mi color blanco —dijo la verdad.
—No me digas que aquí es este es el lugar donde ellos murieron —dijo la conciencia.
—Murieron quienes, por tu color qué, explíquenme —dije confundido.
—Cuando dejas de sentir un sentimiento o una emoción, si te olvidas de ellos, simplemente mueren y desaparecen —decía mirando al suelo. Luego sigue añadiendo.
»Eso quiere decir que mueren y a lo que se refería de su color, es difícil comprender que una chica rosa tenga un hermano verde.
»Cuando nacen ellos o los sentimientos, nacen sin color pero segundos después su color de cabello ojos y vestimenta cambia dependiendo en que sentimiento se convertirán.
»En resumen dependiendo del color se distinguen, aunque crecen todos juntos, siempre tienen que estar cerca con su mismo color y tipo.
»Antes todos vivíamos con nuestro propio color, pero eso cambio cuando tu llegaste y descubriste este lugar, creándome —Mientras decía la conciencia, la verdad salió corriendo hacia el fondo de ese lugar oscuro y frío.
—Todos esperen aquí, no se vayan, no se muevan, ya vuelvo —Le dije a todos mis sentimientos mientras bajaba en el suelo a la tristeza, salí corriendo detrás de la Verdad, acompañado de la Conciencia pero ella antes de correr deja a la flojerita en manos de la tranquilidad.
Segundos o minutos largos caminando en un lugar que no conocía, perdidos encontramos una iglesia destruida, convirtiéndose en polvo poco a poco.
Entrando encontramos al niño de la verdad, llorando al lado de una tumba de una niña, me acerco lentamente a él tocando la tumba, con esa misma mano limpio el polvo, saliendo un nombre, que decía, “Q.E.P.D. La Fe”.
—Dime por que te sientes culpable que ella este muerta, si esto es mi culpa no la tuya —digo, con lágrimas en los ojos, desde que sentía tristeza era más fácil llorar.
—Yo la mate, fue mi culpa cuando dejaste de tener Fe, creer en una deidad, perdiste muchos sentimientos, todos comenzaron a desaparecer, todos en mi delante, igual que el lugar donde vivían, mucho caos, ella murió en mis brazos —decía mirando sus manos— luego tú... comenzaste a olvidarnos a todos nosotros, en ese momento recordé cuando los olvidaste, te olvidaste de ellos y no quiero que vuelva a pasar lo mismo, que desaparezcan todos —el decía, muy triste soltando gotas o pequeñas lágrimas, en la tumba de la Fe.
—No es tu culpa, es mía, sé que ya no puedo hacer nada para cambiar, quisiera que ella este viva para que tú no sufras por su muerte, pero no puedo tener Fe en algo que no creo, porque yo solo puedo creer en mi y mi persona —decía diciendo la pura Verdad, aunque tenia mucha Culpa y Tristeza en el pecho.
En eso se me cae una lágrima, que recorre mi rostro, hasta caer en la tumba de ella, ambos nos levantamos de estar en rodillas llorando para marcharnos, cuando salimos el lugar se comienza a derrumbar, las paredes se desplomaron en el suelo fueron convirtiéndose en polvo, cual el viento se llevo, de la mismísima nada la naturaleza comenzó a crecer en unos par de segundos todo lo que estaba negro y marchito se volvió un bosque, pero donde estaba la iglesia no había nada más que polvo.
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