luego de 31 días.
Habían pasado 15 días desde que la verdad perdió a su gran amor la Fe, no habíamos encontramos a más sentimientos después de la Promesa.
Cómo ya se había vuelto costumbre mis sentimientos nuevos comenzaron a hablar de ellos mismos.
—Soy el sentimiento de la Ayuda, nacida junto al sentimiento del Optimismo y Positivismo, soy ese sentimiento que hace que tu cerebro reciba una sensación de recompensa cuando me usas, te genero una sensación del Bienestar y la Plenitud maravillosa.
»Soy la que eleva tu autoestima al saber que eres apto de apoyar a otra persona lo que te hace estar feliz con uno mismo, también ayudo a fortalecer los lazos de la Amistad que ya existían, haciendo que recuerdes que estuviste ahí cuando necesitaban ayuda.
»me enseñaste a hacer algo por alguien sin pedir nada a cambio, porque la mejor paga es ver una sonrisa y yo ayudando recibo muchas —termino de decir.
Luego que ella hablara la confianza alzó la mano para que ella siguiera.
—Soy la Confianza un sentimiento que todos quieren tener, pero muy pocos lo consiguen.
—Soy ese sentimiento que cree en todos los sentimientos, pero en la realidad creo en pocas personas de tu círculo social.
»Como la belleza del hermoso arte, no tengo la repuesta de mi existencia —decía mientras se levantaba para seguir nuestro camino. —Mi animo se inclina a confiar en aquellos que conozco y quienes no conozco —continuaba hablando, solo yo decido caminar rápido para seguir escuchándola, mientras todos también se paran para continuar.
—Por la Razón que todavía no me han traicionado, no han matado mi Confianza o me han matado, yo como la Confianza me es imposible ir por la vida sin confiar en nadie —luego se detiene observándome —sabes hay personas que lo hacen, no confianza en nadie y para ellos es como estar preso en la peor de las celdas, no confiar es como estar encerrados en una caverna que crea uno mismo, pero tampoco no debes confiar en todos eso es insensato, aunque digas que confías, tu y yo sabemos que es mentira, no confiar en nadie es una Torpeza, porque si no confiamos en alguien dime que sentido tendría la vida, tu vida —luego siguió caminando, yo solo escuchaba como ella hablaba.
—Y aunque digas que solo puedes confiar en ti mismo, tú y yo sabemos que necesitas a alguien a quien contarles tus problemas, sentirte con confianza, tú sabes que hay muchos que me pierden e intentan recuperarme, siendo sincera muy pocas veces recupero o recuperas la confianza en alguien que ya te traicionado —dijo. Antes que los nos alcancen, antes que todos lo hagan le había contado mi sueño, mi ilusión a la Confianza.
Ella me dijo que faltaba poco para que descubriera la verdad y no podía decirme lo que a ella le confiaron.
Así los días siguieron pasando, la valentía seguía haciéndose actos heroicos, cual estando a solas le pregunté por qué el no me contaba como era, lo cual no sé negó, sentados ambos en la cima de un risco solo esperaba sus palabras.
»Soy la Valentía, sentimiento de acción, de animo a hacer algo que otros no harían por tener el sentimiento del Miedo, soy ese valor de afrontar cosas que ya hemos vivido y que trajeron experiencias a nuestra vidas.
»Soy aquel sentimiento en nuestro interior de saber que si un día fallamos, esta vez lo haremos bien, esta vez lo haremos mejor porque ya hemos aprendido.
»Soy ese sentimiento que no tenías cuando el miedo te dominaba, soy aquél que aunque estés con miedo se arriesga.
»Soy más un sentimiento que puede tener una persona ante una situación de posible peligro, miedo o adrenalina, soy cómo el aliento, como el vigor en la ejecución de una acción, que está asociado al heroísmo, la gallardía hasta el valor, porque cuando una persona es valiente, logra vencer sus temores o dudas, actúa con decisión y firmeza.
»Soy tu valentía, que te da la fuerza para muchas situación sean físicas o mentales —dijo en eso desde las ramas sale la promesa sentándose junto a nosotros.
—Soy la Promesa, nacida para trabajar y cumplir lo que mi creador —decía mirándome—soy un sentimiento de muchas cosas, trabajo con muchos sentimientos, mi negocio depende de ellos, porque una promesa que hagas, puede causar la mayor felicidad, como el mayor sufrimiento a una persona.
»Sufro cuando no puedo cumplir una promesa, seguramente tu no te das cuenta que el mayor poder de la humanidad son las palabras más si vienen de promesas —se levando caminando— si para ti no vale una promesa no prometas nada nunca ya que a la persona que hoy prometiste algo, que tu vez sin importancia, para ellos puede ser algo de gran valor.
»Soy la Promesa un sentimientos que trabaja en cumplir lo que mi creador y poseedor diga y como el dices “Tarde mil años pero cumplí, aunque sea tarde lo hice”.
Así la promesa habló, ya había pasado un mes sin poder encontrar a ningún sentimiento, íbamos a sus casas y no estaban ahí, buscábamos en cada lado, pero no había nada.
Capaz era por qué la Verdad últimamente ya no tenia cabeza para guiarnos en busca de más sentimientos, haciendo que todos estén tranquilos pero sin rumbo.
La esperanza como siempre muy feliz intentando animar a la verdad cada segundo que podía.
La Ayuda intentaba ayudar en lo que podía, como ayudar en las noches frías cuando acampaban todos, ella hacia las fogatas o lo que podía conmigo.
La valentía siempre se estaba metiendo en problemas junto con la Curiosidad.
El Amor era el más tranquilo a pesar de estar con la Locura, como el Odio odiaba todo pero menos a la chica de los Celos.
El triunfo siempre caminaba adelante de su hermana la Envidia, la calma con el desvergonzado de la perversión quien estaba amarrado en una carreta del Perdón que encontramos en nuestro camino.
Aunque la culpa se culpaba de todo, la vergüenza siempre con el secreto algo escondían ambos pero era un secreto.
La intriga solo intrigaba por todos lados, más mirando a la pasión con el deseo.
La tristeza la única que nunca se alejaba de mi mano para no sentirse triste, así todos después de un tiempo íbamos caminando por una gran montaña boscosa, llenos de árboles y muchos arbustos.
Todos tranquilamente estábamos caminando y de la nada la curiosidad encuentran una cabaña de madera que salía humo de la chimenea, estaba algo sucio la entrada, como si nadie había estado en este lugar, yo solo me acerco tocando la puerta, cual se abre con el más mínimo toque que di.
Al entrar la puerta se vuelve a cerrar sola, dejando a todos atrás sin pestañear por el sonido, entro mas hacia dentro encontrado miles de libros, cuadernos votados en el suelo, mapas en las paredes , y un lente para la vista con el vidrio roto.
—¿Que haces aquí? —dijo un joven, cabello dorado vestido de amarillo, con una camisa bien acomodada y pantalón de vestir, saliendo de una habitación, con vendas en el rostro que se veían a simple vista como las que se botaban en el cuerpo bajo su ropa.
—Disculpa ¿Estas bien qué te pasó? —susurro
—Me preguntas qué paso, cuando fuiste tú quien me dejó golpeado en este mundo, sé que no te acuerdas, pero date a la idea que no existo como siempre lo has hecho —dijo el joven.
—¿Por qué te dejaría golpeado?, no creo que sea capaz —dije muy intrigado.
—Perdona no me presente soy la idea, hermano menor de la sabiduría, aclarando algo es por mi culpa te golpeaban, por eso estoy vendado, solo quería ver si te acordabas —dijo la idea dejándome confundido.
—Por tu culpa me golpeaba quién, cuál por eso estás vendado, no entiendo que quieres decir —solo dije.
—Deja explicar, cuando eras niño en la escuela te golpeaban por que eras algo inteligente, gracias a mi ayuda eras muy listo, los demás niños te odiaban por eso, luego cambiaste, antes que cambies con todos, años antes cambiaste conmigo —decía mientras alzaba aquellos libros con polvo, acercándose a los lentes. —Esos lentes lo votaste, el vidrio se rompió, tu cambiaste mucho olvidándome aquí —añadió mientras lo agarraba, entregándomelo a las manos.
»Los únicos recuerdo que tengo son estos golpes que eran tuyos, así que yo no te tengo rencor por que no recuerdo nada solo estos golpes a tu nombre, no recuerdo nada más porque paso hace muchos años, más de lo que te imaginas —dijo la Idea muy triste, ya que también el no recordaba mucho de su pasado y lo que lograba entender es que aquellas vendas eran lo que le recordaban los golpes.
—¡Estos lentes —dije agarrándolo, en eso la idea estira la mano para que se los entregué de vuelta y así poniéndose los lentes viejos que no le hacían bien.
La idea, comienza a alumbrar su cuerpo, del traje que tenia, comienzan a romperse las mangas de su camisa manga larga y su pantalón se hace un short un poco ancho.
Su cabello bien peinado se hace largo como de un rebelde, sus recuerdos vuelven de cuando estaba joven, de pronto se pone a llorar la idea por hacerse a la idea de que yo había cambiado, cual nunca lo hice, si no cambie para protegerlo de los demás, cambiando mi exterior.
Mi apariencia cambió aquel tiempo por fuera, pero mi alma jamás cambiara en mi interior, después de un simple abrazo fuerte, la casa se comienza a acomodar sola, las puerta se abren dejando entrar a los demás sentimientos.
—Tengo una idea y si seguimos el camino —dije teniendo una idea, un sentimiento o una emoción más.
—Pero acabamos de llegar —dijo la curiosidad.
—Así no perdemos tiempo, antes que se haga más tarde y la oscura noche caiga —dijo la verdad melancólico.
Solo decidimos irnos de esa montaña, aunque era una montaña boscosa y era difícil de caminar, en todo el camino empecé a tener ideas para facilitar nuestro viaje, aunque todavía seguía pensando en todo lo el mal que había hecho en este mundo.
Así luego de treinta y un días, logramos encontrar un sentimiento, la Idea.
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