La Culpa De La Tristeza.
Mientras la conciencia caminaba conmigo, todos guiados por la Verdad en lo que parecía un día tranquilo...
De la nada, comienza a llover, era una lluvia tranquila, cada gota de agua era suave y escurridiza, solo me preguntaba si sería un nuevo sentimiento lo que comenzaba a sentir.
Todos se quedaron parados al ver la hermosa lluvia tranquila se sentían como lágrimas en el corazón.
Pero debías buscar refugio, tenía una niña en brazos que se podía enfermar, todos buscábamos, un lugar donde refugiarnos, encontrando una cueva grande donde nos separaba de la lluvia.
Minutos, muchos minutos pasaban, pero la lluvia no paraba, todos los sentimientos se quedaron durmiendo, menos yo, siendo el único despierto, todos estaban ahí acurrucados, comencé a amar este mundo o a mis sentimientos ya que le hicieron cosquillas a la flojera para que creará almohadas y una frazada así todos dormían cómodos.
Por alguna razón mientras todos dormía yo miraba a la lluvia como si sintiera algo pero no sabia que era, decidiendo caminar bajo ella, calmado bajo en la lluvia me encuentro a un niño.
Un niño de azul claro como la lluvia.
-Todo fue por mi culpa nunca debí hacer eso -decía el niño, pateando el agua del suelo, pateaba el charco que se formaba por la lluvia.
-¡Hola!, ¿Niño que haces caminando por la lluvia? -dije acercándome.
-Es que soy, culpable que el caos reine en este lugar, que todo lo que paso es mi culpa, aunque intento resolverlo nunca pasará, creo que le hice daño más de lo debido a una personas -decía el niño, mientras ambos estábamos bajo la lluvia.
-No creo que tu tengas la culpa, de todo, es decir que en realidad creo que fui yo -decía calmado, con un poco de verdad.
-¡Cállate!, no sabes nada, yo soy el culpable, nadie más, tu debes ser otro sentimiento, que quiere culparme de algo, solo me iré a intentar componer lo que hice -dijo el niño yéndose, en eso me pongo a pensar, como si me hubiera dado cuenta de lo que sentía.
Toco mi rostro, mis ojos están llorando pequeñas lágrimas, me doy cuenta que no era gotas de lluvia.
-Yo, yo no soy otro sentimiento que quiere culparte de algo -le grito para que se detenga, luego me pongo triste- porque yo soy igual o más culpable que tú, ya que era mi obligación quedarme o mínimo no olvidarme de todos, me costo entender que eres el sentimiento de la culpa, pero en realidad es mi culpa porque yo me fui no crees, aunque no sé por qué comencé a olvidarlos, debió ser alguna razón muy triste -mientras me limpiaba las lágrimas añadí. -ahora dime ¿Donde esta la tristeza?, porque desde que comenzó a llover me siento triste y culpable de todo -dije mientras caían lágrimas cruzando mi rostro, llegando a la tierra para ser unas con el agua.
-¡Disculpa eres tú!, has crecido, antes eras de mi tamaño, perdón por no darme cuenta -dice el niño de la Culpa.
-Es que creó, que han pasado muchos años y ustedes nunca cambian cierto -susurré.
-Si, ahora cómo te diste cuenta que la tristeza vivía cerca de aquí -dijo el niño de la Culpa.
-Porque abre perdido la memoria pero no soy estúpido, a mi me gusta la lluvia, amo llorar cuando llueve, para que mis lágrimas se sientan pequeñas bajo la ella -susurro.
-No has cambiado estúpido, siempre te crees el chico de las palabras -dijo el niño, burlándose.
-Llévame donde la tristeza -dije, luego el me llevo donde todos los demás estaban durmiendo.
-Aquí es -dijo el niño en voz baja para no despertar a los demás.
-Pero es una cueva, aquí no esta la tristeza -dije despacio.
-Tienes que entender que estas en un mundo, donde todo es posible, todo es todo -dijo, luego la pared se abrió mostrando una casa bajo tierra, aunque estaba un poco oscura.
-¡Luces prendidas! -dije aplaudiendo.
-Ja, ja, ja, ja, ja -se mato de carcajada- sigues siendo estúpido, esta bien que sea un mundo mágico o imaginario, pero las luces se encienden, con un botón que hay en la pared -dijo el niño, luego enciende la luz de un botón de la pared, no tenia cables ni nada, esto era muy raro.
Al mirar todo a mi alrededor solo notó que hay una niña durmiendo a lo lejos o eso parecía, estaba ahí en un rincón con la cabeza sobre un mueble, me acerco despacio.
-¡Eh vuelto! -dije tocando su cabeza y levantado su rostro, pero ella se deja caer entre mis brazos llorando, mientras yo también la abrazo, luego me susurra muchas cosas al oído.
La lluvia calmo convirtiéndose en un día tranquilo, de esa hermosa casa donde nadie podría encontrar, salgo con una niña en mis brazos vestida de azul, y un niño del mismo color.
Todos mis sentimientos que ya había reunido estaban listos para partir y seguir ahora con dos sentimientos más.
-Vámonos -dijo la conciencia con la flojera en brazos.
Así comenzamos a caminar, el Odio iba adelante mientras la chica de los Celos corriera detrás de él, el Amor iba de la mano con la Locura, como la Pasión con el Deseo, la Tranquilidad iba muy lenta, la Vergüenza caminaba junto de mi mientras el Secreto iba alejado de ella, La Calma tenía amarrado a la Perversión, la Verdad caminaba adelante de mi con la Conciencia, la Conciencia traía en mano a la flojera, mientras yo cargaba a la Tristeza, la Envidia competía en el camino con el Triunfo, la Curiosidad, con la Intriga, mentira andaban molestando a la Culpa así íbamos todos en busca de más sentimientos en este mundo gigantesco que parecía pequeño.
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