Capitulo 19.
Abrí los ojos y me encontré en una habitación completamente blanca y sola, acostada en una cómoda cama. No recuerdo haberme quedado dormida aquí.
Me puse de pie y miré mi atuendo. Ni siquiera me puse un pijama anoche, dormí con la misma ropa que traje puesta del viaje.
Bostecé y estiré mis brazos. Abrí mi maleta y saqué mi cepillo de dientes antes de salir de la habitación y luchar por encontrar un baño. Abrí puerta por puerta, hasta que encontré una habitación extraña, con micrófonos detrás de una vidriera y un gran escritorio frente a eso. Miré todo con asombro.
"¿Que haces en mi estudio?" Salté de mi lugar y mi corazón comenzó a latir muy fuerte. Me giré para observar a mi papá en el marco de la puerta, con los brazos cruzados.
"Buscaba un baño." Respondí jugando con mis dedos.
"Si bueno, esto no es un baño. Claramente." Hizo una mueca. "Vamos. Te enseñaré donde queda el baño para visitantes." Se dio la vuelta y lo seguí.
Me mostró el baño, apuntando con su dedo.
"Uhmmm cuando termines de hacer lo que quieras hacer en el baño, buscame en la cocina. No quiero que te pongas a explorar las habitaciones, ¿de acuerdo?" Asenti con la cabeza.
"¿Dónde está Perrie?" Pregunté con timidez.
"Se fue. Al parecer me dejó a cargo de todo, al propósito. Y no fue capaz de despertarme para decirme; Hey Zayn, te dejaré sólo todo el día. Aquí tienes una lista de lo que debes hacer para no perder el control y enloquecer, porque sé que no sabes nada acerca de cuidar niños y me preocupo por ti." Dijo un poco nervioso y apresurado, imitando la voz de Perrie. "Pero no tengo ninguna lista, y sé que muy pronto voy a enloquecer sin Perrie, porque yo no sé hacer nada sin ella, yo pensé que solo me obligaría a salir de casa contigo para el día de padre e hija, pero jamás me dijo que me dejaría sólo en casa las veinticuatro horas del día." Tomó aire antes de continuar. "Esto no se le hace a una persona. No se hace. Es una maldad."
Yo me quedé en silencio viendo como enloquecía.
"Y ahora estamos sólos en casa, y tú quieres usar el baño, y seguro no sabes cambiarte el pañal y tendré que llenarme las manos de mierda." Se tomó la cabeza con ambas manos, y no pude evitar soltar una carcajada. "Claro, burlate de mí."
"Tengo siete años, no uso pañales. Y sé limpiarme sola." Sonreí.
"Oh... Pensé que tenías cinco años. Esta bien, entonces usa el baño. Yo estaré en la cocina."
Al terminar de lavarme los dientes, me reuní con él en la cocina. Tiene un papel en la mano y lo mira con el ceño fruncido.
"¿Que comeremos?" Pregunté, y él me observó por encima del papel.
"¿Disculpa? ¿Tengo cara de ser sirviente? ¿O cocinero?"
"Yo diría que de cocinero." Sonreí.
"Bien. Pero si yo voy a cocinar, tú tendrás que ayudarme." Asenti.
"¿Que estás leyendo?" Pregunté con curiosidad.
"Es una nota de Perrie avisando que pasará todo el día en casa de su madre." Hizo una mueca. "Ella quiere retarme, pero le voy a demostrar que puedo mantener todo bajo control, y tú vas a ayudarme por supuesto."
"¿Cómo voy a ayudarte?"
"Le dirás a Perrie que el día fue perfecto, y que te divertiste mucho conmigo. Pero en realidad te quedarás viendo películas todo el día mientras yo trabajo en mi estudio." Él sonrió, pero yo frunci el ceño. Su idea no me gusta, eso sonó muy aburrido.
"No voy a mentirle a Perrie. Quiero divertirme contigo." Dije cruzándome de brazos. Él bufo.
"No estás ayudándome."
"Quiero ir al zoológico. Y si no me llevas le diré a Perrie que no me trataste bien y que me obligaste a comer vegetales." Abrió sus ojos como platos.
"Oye calma. Eres muy pequeña para manipularme, ¿no lo crees?"
"¡QUIERO QUE ME LLEVES AL ZOOLÓGICO!" Grité haciendo berrinche.
"¡BIEN! Demonios, tu voz es muy chillona, deja de gritar. Primero vamos a comer, luego te vas a bañar porque apestas. Y después te llevaré al zoológico. No te llevaré solo porque me estás manipulando, nada que ver, te llevaré porque quiero tomar aire y ver el sol. Por eso te llevaré." Sonreí satisfecha. "Eres una pequeña manipuladora."
"No sé de que hablas." Levanté las manos inocentemente.
"Por supuesto que lo sabes."
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Después de comer y tomar un baño, ambos salimos de casa. Me subí en la parte trasera de su carro, por petición de él, y luego arrancó el motor.
"No puedo creer que una niña de siete años haya logrado manipularme. Es una locura." Me sentí orgullosa. "Mas te vale que te comportes, no me costará nada dejarte encerrada con los monos, y decirle a Perrie que te perdiste."
"Me portaré bien, lo juro." Pude ver como se reía de mí silenciosamente, a través del espejo delantero. Su risa es bonita. Es la primera vez que lo veo reír.
"Eso espero." Dijo volviendo a su seriedad.
No sé si él sería capaz de encerrarme con los monos, pero tengo que ser buena con él. No quiero arriesgarme.
Al llegar al zoológico mi papá se detuvo en la entrada, yo me detuve unos pasos detrás de él.
"¿Vienes?" Dijo volteando a verme. "No puedes caminar detrás de mí, de esa manera no puedo verte."
"¿Quieres que camine delante de ti?" Pregunté confusa.
"No. Quiero que camines a mi lado." Sonreí entendiendo lo que quería decir, luego salí corriendo hacia él para tomarle la mano. "No te dije que me tomaras... Esta bien, puedes tomarme la mano. ¿Te gusta así?" Asentí con la cabeza.
"Tu mano es suave." Dije mirando su mano mientras la apretaba.
"Gracias, supongo. La tuya también es muy suave y delicada." Dijo acariciando mi mano con su pulgar. "Bueno vamos a ver los animales."
Primero pasamos a ver a los leones, me sorprendí al verlos porque nunca había visto un león en la vida real. Me asusté mucho cuando el león se acercó a la reja y nos gruñó, mostrando sus dientes. Me asusté tanto que salté encima de mi papá buscando refugio. Él soltó una carcajada y se burló de mí durante 15 minutos más. Desde ahora odio a los leones.
Después visitamos a los monos y mi papá metió su mano para acariciarlos. Yo mantuve distancia porque no quiero que me encierre con ellos. Luego vimos a las aves, cientos de aves, de todos los colores. Vimos a los caimanes y a los cocodrilos. Y también unos lindos osos peludos.
"Papá, ¿puedes comprarme un oso de verdad?" Él me miró con una ceja levantada.
"No es posible. No puedo comprarte un oso. Estás loca." Negó con la cabeza riendo.
"¿Y un mono? Yo lo cuidaría."
"Tampoco puedo comprarte un mono. Además no voy a meter a un mono dentro de mi casa, ya contigo es suficiente." Me crucé de brazos.
"¿Puedo tener un avestruz?" Negó con la cabeza. "¿Y una jirafa? La puerta de la casa está diseñada para jirafas."
"¡NO! ¿Que pasa contigo? No compraré ningún animal de éste zoológico." Levantó la voz y muchas personas se le quedaron viendo. "¿Qué? ¿Sus hijos nunca les han pedido que les compren animales de zoológico? Metanse en sus asuntos. Vamos Gina."
Tomó mi mano y nos alejamos de los osos. Mi papá me llevó a ver las jirafas, y me levantó en sus brazos para que pudiera verlas ya que había un paredón de ladrillo que no me permitía ver nada por mi baja estatura.
"¿Quieres alimentarlas? Les gusta comer plantas y hojas." Me explicó mientras los animales se acercaban a nosotros.
"Si, quiero darles de comer." Él me bajó de sus brazos y corrí para buscar todo tipo de hojas que caían al piso. Recogí suficientes para alimentar a todas las jirafas.
Mi papá fue el primero en alimentarlas y me mostró como hacerlo para que yo hiciera lo mismo. Volvió a levantarme y sostuvo mi brazo para que no sintiera miedo. Al final las jirafas se comieron todas las hojas y me gustó alimentarlas con mi papá.
"Bien. Ahora puedes hacerme todas las preguntas que quieras." Dijo mientras ambos nos tirábamos en el césped, donde muchas personas se sientan para hacer picnics. Nos acostamos viendo hacia el cielo. "Supongo que tienes muchas cosas que preguntarme. Yo también tengo muchas que hacerte." Pensé en una buena pregunta para hacerle.
"¿Por qué hay micrófonos en tu estudio?"
"Porque ese es mi trabajo." Respondió con la mirada fija en el cielo.
"¿Eres cantante?"
"No. En el pasado lo era, pero ahora soy productor musical." Lo miré confundida esperando por una explicación. "Trabajo con cantantes. Tengo mi propio estudio en otra parte, pero también tengo uno dentro de mi casa. Ese es personal. Perrie si canta, a veces ella graba con sus amigas en ese estudio, pero casi siempre lo uso yo."
"¿También grabas canciones?" Pregunté.
"Lo que hago es mezclar la música y perfeccionar las voces de mis intérpretes. Yo soy su guía musical. A veces también grabo canciones, pero solo Perrie las ha escuchado."
"Oh... ¿Y Shahid es tu amigo?"
"Trabajo con él. Solo tenemos relación de trabajo, Shahid es productor ejecutivo. Trabajamos juntos." Explicó.
"¿No tienes otros amigos?" Él suspiró profundo.
"No. Mi mejor amiga es mi esposa. No tengo amigos, tengo familia." Se giró hacia mí. "Ahora es mi turno."
"Esta bien."
"¿Tienes hermanos?" Preguntó. Negué con la cabeza. "¿Tíos, primos, abuelos?"
"No."
"¿Es enserio?" Asenti. "Bien... ¿Que cosas te gusta hacer?"
"Me gusta nadar y me gusta bailar." Respondí.
"Definitivamente no tenemos nada en común." Frunci el ceño.
"A mi mamá le gustaban las mismas cosas."
"Bueno quizás tienes sus mismos gustos."
"También me gusta pintar, y me gusta dormir." Él sonrió.
"Eso si lo tenemos en común. ¿Eres una pequeña artista?" Asenti con la cabeza.
"Me gusta hacer muchos dibujos."
"Algún día puedo llevarte a mi cuarto de pintura. Allí podrás hacer una obra de arte del tamaño de una pared. ¿Te gustaría?"
"¡SII!"
"Genial." Me regaló una sonrisa.
"¿Recuerdas a mi mamá?" Dejó de sonreír.
"Barbara." Suspiró con nostalgia.
"¿La recuerdas?" Volví a preguntar.
"Por supuesto. Tú eres idéntica a ella, tienes sus ojos, su cabello, su sonrisa..." Se detuvo.
"Estoy muy agradecida de tener la belleza de mi mamá, en lugar de la belleza de mi papá." Fruncio el ceño, pero trata de esconder su sonrisa.
"¡Oye! Si quieres ganarte mi cariño debes hacerme cumplidos."
"Eres lindo." Volvió a sonreír.
"Lo sé. Que decirte, la belleza la tengo desde que nací." Comencé a reír.
"¿Yo soy linda?" Me observó sin decir nada. "¿Soy fea?"
"Claro que no. Eres la niña mas linda que he conocido. Eres una Malik ¿o ya lo olvidaste?" Sonreí ampliamente.
"Gracias por dejarme ser Malik."
"Esto es una locura." Soltó una carcajada mirando al cielo. "¿Que me has hecho? Me has embrujado con tu encanto infantil."
"Siempre lo hago. La ternura la tengo desde que nací." Dije imitando su voz.
"¿De dónde saliste? Tienes siete años y ya sabes manipular a las personas, usar sarcasmos e ironías, y eres muy modesta. Me agradas."
"Gracias."
"Insha'Allah algún día serás como yo."
"¿Por qué hablas en chino?" Pregunté y él levantó una ceja.
"No es chino, es árabe."
"¿Por qué hablas árabe?"
"Porque soy mitad pakistaní." Explicó.
"¿Eso significa que yo también soy mitad china?"
"¡No es chino! Y no. Tú vendrías siendo mitad australiana y mitad británica... Eso creo."
"¡Genial!"
Después de las preguntas, mi papá compró hot dogs, y luego me llevó a una feria.
Se ganó un oso de peluche gigante en un juego de botellas y me obsequió el oso, que me iguala en tamaño. Y al oscurecer fuimos a un lujoso restaurante para cenar.
"¿Que quieres comer?" Me preguntó mi papá cuando el mesonero se acercó a tomar nuestra orden.
"Chocolate." Respondí sin pensarlo.
"No. Estamos en un restaurante, tienes que pedir comida real. Dejame ayudarte... ¿Te gusta el pollo?" Preguntó viendo su menú.
"No, no me gusta el pollo." Arrugue la nariz.
"¿Enserio? Otra cosa que no tenemos en común porque a mi me encanta el pollo." Dijo con diversión.
"Me equivoqué, si me gusta el pollo, ¡es riquisimo! Me encanta." Papá comenzó a reír al igual que el mesonero.
"Esta bien, entonces pediré dos pollos." El señor anotó todo el pedido en su libreta.
"En un momento les traigo su orden, señor." El mesonero se retiró y mi papá sacó su teléfono.
"Perrie quiere una foto para asegurarse de que estamos juntos, y de que tú estás feliz." Sonreí lo más amplio que pude.
"Si estoy feliz, ¿lo ves?" Seguí sonriendo.
"Sigue sonriendo así, te tomaré una foto." Segundos después el flash de su teléfono me cegó. "Ahora se la enviaré."
Volvió a guardar su teléfono cuando llegó la comida. El plato de mi papá está lleno de vegetales y pollo frito.
"No le digas a Perrie que comí vegetales, se ha tomado muy enserio lo que dijimos en la mesa. No puedo creer que haya tirado todos los vegetales a la basura."
"No le diré nada." Prometí.
Ambos comimos en silencio, disfrutando nuestra cena. Luego mi papá se tomó un vino, y pidió un postre de chocolate para mí.
Al llegar a casa, Perrie nos esperaba en la puerta con una sonrisa radiante.
"Oww que hermoso se ven tomados de la mano." Dijo llevándose la mano a la boca.
"Me debes una explicación." Le respondió mi papá poniendo el oso gigante de peluche sobre el mueble. "Me has abandonado."
"Valió la pena." Aseguró ella. "¿Te divertiste Gina?"
"Si. Fue genial, fuimos al zoológico, después fuimos a la feria, y por último cenamos en un restaurante." Conté con emoción.
"Que hermosa. La próxima vez yo iré con ustedes." Asenti con la cabeza.
"Deberías." Respondió mi papá, y luego bostezo. "Ahora ve a dormir con tu oso, Gina. Mañana tenemos que madrugar porque te llevaré al laboratorio muy temprano."
"¿Mañana?" Preguntó Perrie.
"Si, mañana. Eso acordamos."
"Esta bien." Ella hizo una mueca.
Tomé el oso gigante y lo cargué como pude.
"Buenas noches." Me despedí.
"Buenas noches, Gina." Respondieron los dos al mismo tiempo.
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En el próximo capítulo saldrán Louis y Harry. ¡Por petición de ustedes! :))
Capítulo dedicado a: @XxI_Am_ImperfectxX ❤ Tengo una lista de todos los que me han pedido dedicación, así que pronto llegará su turno ;)
El capítulo anterior llegó a 300 votos en 5 días! Y la historia aumentó 800 votos en 5 días!! Wooow GRACIAS de verdad, no puedo creerlo *llora grasa*
Me han pedido que cree un grupo en whatsapp para la novela. (Leo todos sus comentarios) ¿A quién le gustaría que lo haga? Podré responder todas sus dudas y preguntas por allí.
Me voy!! Espero que les haya gustado el capítulo. Voten xx
Copyright © yafanfiction
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