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5 - Un precioso momento

Volteó y las lágrimas se acumularon en sus negros ojos, estaba por romper en llanto porque simplemente retener las lágrimas era difícil.

¿Debería llevar el celular a su jefe?

No... ¡no podía!

¡Jamás permitiría que Lee Minho se enterara de su condición porque querría quitarle a su hijo y criarlo con su esposo!

Si bien Jisung era quien no había dicho nada, eso no quitaba que después de todo él había estado solo en todo su embarazo, por lo tanto ¡Lee Minho no tenía ningún derecho para quitárselo!

Él no lo necesitaba para criar a su bebé, si ya había llegado hasta ese punto solo.

— ¡Jisung!

Este se sobresaltó al escuchar a su jefe pronunciar su nombre.

— Oh perdón, no fue mi intención asustarte, vine porque olvidé mi celular... ¿Jisung?

— Oh sí... y-yo me fijé en eso y...

— ¿Te sientes mal? ¿Por qué tus ojos están hinchados? ¿Necesitas ir al hospital?

— ¿Ah? No, no... y-yo solo, bueno yo estoy bien, no hay de qué preocuparse...

— Tal vez sea por el embarazo, puede que tengas más malos ratos de ánimo debido a eso, pero si te sientes mal puedes ir al hospital.

— Muchas gracias, aquí está su celular.

— Mn, gracias, ahora si me voy. — sonrió con una leve reverencia la cual Jisung devolvió y se marchó.

Ese día su jefe no volvió, así que como le dijo se fue a casa, sus pies había empezado a doler nuevamente, estaban hinchados debido su vientre ya muy abultado, así que solo comió y fue a la cama, durmió para intentar olvidar lo que había visto hace momentos atrás, quería borrar esa imagen de su mente, no quería ser egoísta, después de todo su jefe había sido muy bueno con él, era una buena persona, pero también sabía que aún amaba demasiado a Lee Minho, sí, estaba consciente que estaba muy mal, desde un principio cuando quiso a Lee Minho para él sin saber que estaba casado, peor aún después de acostarse y concebir a su hijo, ¡eso era demasiado!

¡Era la peor persona del mundo!

Así se sentía, no podía creerlo.

Pero aunque amaba mucho a Lee Minho, también amaba a su bebé, y no quería que este se lo quitara, mucho menos que su matrimonio acabara si su jefe se enteraba de toda la situación.

No valía la pena, y también era su culpa...

Dos meses pasaron, y Jisung seguía trabajando, su jefe había dicho que se podía retirar para descansar, puesto que ese mes y el siguiente eran cruciales, y que alguien más podía trabajar en su lugar mientras.

Pero Jisung se negó, pues su bebé no daba tanto problema, y quería seguir trabajando, pues no había razones para no hacerlo mientras.

Aunque eso sí, ya no trabajaba todo el día como antes, como era su horario original, ahora se iba a la mediodía, y otra persona cubría su turno de tarde, y a veces era al revés, no trabajaba de mañana pero si llegaba a la mediodía y trabajaba hasta la noche, eso dependía de su jefe, pues este preferiría a Jisung como su secretario pues pensaba que trabajaba mejor, y dependía si este estaba en la tarde o en la mañana que Jisung lo estaría.

— ¡Jisung, Jisung, buenos días! — su jefe llegó con una sonrisa.

Parecía de muy buen humor ese día.

— Oh, buenos días. — reverenció.

— Te quería comentar algo. — se detuvo delante de él.

— Claro dígame. — levantó la cabeza.

— Hoy en la noche habrá una celebración en mi hogar, por eso quería saber si querías asistir, no hay problema si dices que no, de todos modos sé que, debido a tu embarazo es un poco difícil.

— ¿Celebración? — Jisung enarcó una ceja, no entendía, pues según tenía entendido aún no llegaba el aniversario de la empresa.

— Sí, es una celebración personal, no tiene que ver con la empresa por si es lo que piensas. — sonrió.

— Oh... — Jisung asintió. — Bueno... no lo sé, tendría que pensarlo.

— No te preocupes, puedes pensarlo hasta tarde, pero si acaso decides ir, ¿prefieres que nos vayamos de aquí o te envió la ubicación?

— Bueno, no soy bueno para las ubicaciones... — rascó su nuca.

— Ah yo también. — sonrió. — Entonces nos iremos de aquí si acaso te decides.

— Mn. — asintió y su jefe entró a su oficina.

Cuando la luna llena alumbró la ciudad, el castaño salió de la oficina y miró a Jisung quien parecía con un poco de sueño.

— ¿Jisung? ¿Estás cansado?

— Oh, no, no para nada. — negó.

— ¿Y qué has pensado? ¿Irás?

Jisung lo había pensando en la tarde, y aunque una parte de él decía que no fuese porque sólo regresaría con el corazón roto de lo que ya estaba, ya que era obvio que si su jefe dijo que la celebración sería en su hogar, su esposo estaría allí, pero a la vez, él quería verlo, sí, sabía que lo dañaría y que estaba mal, no planeaba acercarse si nada por el estilo, pues para él seguía siendo importante que no se diera cuenta de él embarazo, pero al menos quería verlo, lo extrañaba demasiado...

— Sí. — contestó después de unos segundos en silencio.

Ya en la planta baja se dirigieron al auto de su jefe, y ya adentro este empezó a conducir con normalidad, Jisung estaba un poco nervioso, pero a la vez había un pequeño grano de felicidad que saltaba de un lado al otro porque vería a Lee Minho.

No sabía si era por su hijo que estaba pronto a nacer que estaba tan desesperado por verle, pero la realidad era que desde que llegó siempre lo había extrañado considerablemente, y sí, dolía el saber que Lee Minho no lo hacía...

Pues incluso pudo notar que había olvidado esa noche como si no hubiese pasado nada y seguía con su vida de casado con tranquilidad y felicidad, mientras él estaba muriendo por su abrazo...

— Ugh... — Jisung de pronto sintió un fuerte dolor y tocó su vientre abultado.

— ¿Jisung? — rápidamente el castaño se alarmó.

— N-no pasa nada...¡Agh! — cerró los ojos con fuerza.

El castaño detuvo el auto rápidamente.

— ¿Jisung qué ocurre? ¿Dónde duele? — lo miró con desesperación.

— Y-yo... — Jisung cerró sus puños con fuerza y allí fue cuando el castaño aceleró y dio la vuelta.

¡Tenían que ir a un hospital de inmediato!

— Respira, ya llegaremos. — el castaño empezó a darle instrucciones mientras llegaban, y Jisung sentía el dolor cada vez más fuerte.

El castaño sabía muy bien que eso ya no era un simple dolor, Jisung estaba por dar a luz y él trataba de conducir lo más rápido que podía, pues el hospital más cercano quedaba a cuarenta minutos.

De pronto el celular del castaño empezó a sonar y Jisung se dio cuenta, a lo que se sintió mal al recordar que este tenía su celebración completamente abandonada por su culpa.

Y él castaño por su parte sabía que si no contestaba, más llamadas llegarían a su celular, pues eso solo haría que más personas llamaran alarmadas, pues usualmente era muy puntual... ¡Pero a él no le importaba un carajo!

¡Que se joda todo el mundo ahora estaba con un pasajero que estaba a punto de dar a luz!

¡No importaba una celebración ahora mismo!

Así solo puso su celular en silencio y continuó su camino y sus charlas que le indicaban a Jisung cómo respirar adecuadamente para mantenerse cuerdo ante el dolor.

Y finalmente después de unos minutos más, por fin llegaron al hospital, dónde Jisung rápidamente fue trasladado a la zona de parto, y sin preguntar tan siquiera, unas enfermeras empezaron a preparar al castaño ¡como si él fuese el padre para que entrara con Jisung!

Y en un cerrar de ojos ya estaba dentro de la habitación en donde Jisung tomó su mano como apoyo, realmente tenía mucho dolor, y el castaño se frustraba al saber que no podía hacer nada, ¡pues las epidurales no estaban disponibles allí y Jisung ya estaba en proceso de parto!

Pasaron horas y horas en el cual el parto se estaba volviendo demasiado difícil y traumático para Jisung quien ya no podía más, el bebé era muy grande pero no había necesidad de cirugía, ¡y no era como si él quisiera una!

El castaño estaba a punto de llorar, ¡Jisung estaba sufriendo demasiado!

Pero finalmente a las seis de la mañana después de nueve horas de parto sin descanso, el llanto del bebé por fin llegó al los oídos del cansado del omega quien suspiró con lágrimas.

Su lindo bebé fue puesto en su pecho, y Jisung inevitablemente se sorprendió al ver el aspecto de este, pues jamás sus ojos habían visto a un bebé tan precioso como el que ahora tenía sonriendo débilmente en su pecho y el cual era su hijo.

Sus cabellos eran castaños claros, y que por cierto ahora sabía porque había experimentado tantos vómitos y náuseas, y es que este tenía una preciosa cabellera, su piel era blanca como la nieve, y al abrir sus ojos Jisung pudo notar que estos eran tan negros como la noche, ¡era encantador!

Jisung sentía que la tierra había parado de girar, sentía que... solo eran él y su amado bebé en la tierra.

Ese momento era demasiado precioso.

Sus lágrimas de felicidad salieron, pero a la vez, esas lágrimas también significaban el gran vacío que sentía al saber que Minho no había estado con él en ese momento de su vida, no había visto a su también hijo nacer...

Y eso dolía...

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