Epílogo
La vida no siempre nos trata bien, el hecho de estar vivos implica una serie de circunstancias las cuales nos marcan para siempre, es imposible volver a ser el mismo después de los problemas, es muy difícil volar con un ala rota y es algo que nuestros protagonistas saben muy bien.
Pero sus vidas son también una prueba viviente de que el ala rota puede sanar o quizá prefieras vivir sin ella, no importa lo que decidas, el camino puede ser muy complicado pero no por eso vamos a quedarnos en el punto de partida de lo que puede ser nuestra vida.
La vida es más que un viento fuerte, vuela en busca de la primavera y cuando la encuentres aferrarte a ella.
¿Quieren ver la primavera futura de Leah y Ezra?.
¡Vamos!
Años más tarde...
El viaje en auto es algo que muchos aman, mantener la vista en el camino en constante movimiento es entretenido, piénselo, recorrer las calles de manera cómoda mientras se escucha una buena canción a través de la radio.
Perfecto dirían algunos.
Pero para otros más impacientes es algo desesperante, peor aún si es sorpresa.
— ¿A dónde vamos?.
— A un lugar especial...
— ¿Ya vamos a llegar?.
— Estamos cerca.
— ¿Y eso qué significa?.
— Que ya vamos a llegar.
— Pero, ¿Cuándo?.
— Cuando se detenga el auto — El tono burlón de Ezra no pasó desapercibido, de hecho causo que su copiloto lo mirara mal —
— Ezra... — Dice en tono de regaño Leah — No respondas así.
— Pero es la verdad — Se hunde de hombros, causando que su esposa ruede los ojos — Soy una persona honesta.
— Don sincero debían llamarte en vez de Ezra — Ríe ligeramente desde el asiento trasero la chica de cabello color azabache y ojos verdes — Se equivocaron con tu nombre.
— ¿Y a ella no le dirás nada? — Dice mirando de reojo a Leah, tratando de que se haga justicia — Esto es injusto.
— Ella es honesta, como su padre, no le puedo regañar por eso — Suelta una carcajada — Y pensándolo bien, don sincero te sienta muy bien.
— Ambas conspiran en mi contra, eso no es justo.
— Se llama poder femenino, papá — Su mamá y ella chocan los cinco — Siempre unidas.
— Alguien se está ganando boleto para un castigo sin guitarra por un mes... — Advierte Ezra —
— Te amo mucho papito hermoso — Hace su carita tierna de gato con botas, esa la cual es la debilidad de su papá — Era broma.
— Niña lista — Murmura mirando por el espejo retrovisor el rostro de su hija — A veces creo que te estoy criando demasiado bien.
— Primero ya no soy una niña, segundo es su culpa de ambos por ser tan buenos padres así que en todo caso soy la víctima — Se cruza de brazos — Víctima de sus buenas enseñanzas.
— Amor, ¿Acabas de escuchar eso? — Busca refuerzos, es decir, a su esposa — Celeste ahora viene con que no es una niña.
— Oh cariño puede que tengas 15 años y seas toda una adolescente pero para nosotros seguirás siendo esa niña que jugaba con su amigo imaginario Kiki — Celeste rueda los ojos, su madre voltea a verla con una sonrisa — Hasta que no vengas con un anillo de compromiso seguirás siendo mi bebé.
Escuchar eso prácticamente alarmó a Ezra, lo cual era el cometido de Leah.
— Es muy pronto para hablar de anillos, cariño.
— Si pero puede que no falte mucho para que conozca a quien puede ser su futuro novio — Sonríe ampliamente, Ezra negaba con la cabeza — ¿Acaso ya no recuerdas que nosotros nos conocimos a los 18? El amor puede estar volteando la esquina.
— Le faltan como dos años... — Aumenta más tenso que de costumbre —
— No se sabe — Sonríe de lado Celeste, de manera cómplice a su madre, el plan de molestar a su papá con ello era muy tentadora como para desaprovecharla — Quizá lo conozca mucho antes — Su papá rueda los ojos, ligeramente fastidiado — Papá, tranquilo, el amor no es para mí y en la vida lograré tener algo como lo de ustedes.
— No debes tener algo como lo nuestro, cariño debes buscar tu propio amor pero no hay prisa, eres demasiado joven para que estés hablando así — Celeste mira la ventana algo cabizbaja, su mamá volteó a verla con una sonrisa en el rostro — Vas a encontrar lo tuyo cariño.
— Yo no tengo problema con que se quede con nosotros para siempre — Dice Ezra con una sonrisa, ganándose un manotazo por parte de Leah — Es broma, también puedo hacerlas... — Toma algo de aire tratando de ser lo más directo que puede — Cariño no es necesario que busques siempre el amor, vendrá a ti cuando estés lista y no me refiero a la edad.
— Lila ya tiene su pareja, creo que voy a ser la tía solterona de mi grupo — Murmura con la voz al o apagada — Los veo a ustedes y no sé, se ve inalcanzable.
— Oh hermosa, a tu edad también lo veía inalcanzable — Sonríe de lado, recordando su adolescencia — Hasta que cierto chico de ojos heterocromáticos apareció preguntando por el aula 4A.
— Uno muy apuesto por cierto... — Sonríe ampliamente — No te preocupes cielo, encontrarás algo que no cambiarías por nada pero antes de que eso sucede disfruta tu vida, el ser tú.
Sus padres habían vivido un romance como ningún otro, ni siquiera lo planearon, algo que se dió de la nada pero floreció tanto que ahora son inseparables, y es imposible no anhelar algo así, Celeste, su adolescente hija de 15 años, lo sabe bastante bien y espera poder encontrar eso que sus padres llaman amor.
Una vez llegaron a aquel lugar bajaron del auto, Celeste fue la más entusiasta y mirando aquellas colinas no pudo evitar sentir la sensación de querer recorrer cada una de ellas, pero eso no estaba en los planes, subieron una en específico pero era la más alta, ya en la cima la entusiasta Celeste no pudo evitar correr a ver el paisaje, está atardeciendo y el cielo está pintándose de sus hermosos colores naranja, morado y amarillo.
La familia se sentó al borde de aquella colina, con cuidado, para admirar el paisaje por un momento. Es día libre de todos por lo que un pequeño viaje familiar es algo que necesitaban, aman estar juntos, más ahora que la menor de la familia anda con la cabeza hecha nudos con el tema del amor, no siente envidia de sus amigas, solo quisiera tener su propia experiencia, en carne propia, algo como lo de su padre y su madre.
— Te trajimos aquí porque creemos que ya es hora de que te contemos todo nuestro recorrido — Sonríe de lado su mamá, la pequeña arqueo la ceja confundido — No todo fueron flores, hemos omitido algunas cosas...
— Quizá así veas el amor de un modo más realista, no todo es amor y felicidad, de hecho tu madre y yo no hemos empezado así — Añade Ezra, sonriendo, Celeste escuchaba con atención todo — Hubo llanto, enojo y dolor.
— ¿Es enserio? — Ambos asienten, su hija no podía estar más que asombrada — Pensé que... Ustedes siempre habían sido así.
— No siempre, más yo que tu papá — Toma algo de aire — Era muy distinta a como me conoces ahora.
— Y como dijiste en el auto, puede que encuentres a alguien especial en poco o mucho tiempo pero aún así quiero que sepas que no siempre es fácil — Suspira lentamente Ezra, tomando algo de aire — Dar todo de ti no es fácil, pero al final vale la pena, no digo que el amor puede ser malo pero si sufrido además de que es una desición, yo decidí ser persistente con tu mamá en su tiempo y eso nos trae a este presente.
— ¿Mamá? — Mira a sus progenitores aún más confundida, su curiosidad no la dejaba en paz — Ya basta de sermones, empiecen a contar.
Siempre había escuchado del noviazgo de sus padres pero no mucho de como empezó todo, por lo que conocer toda la historia fue una sorpresa, no imaginaba que su divertida madre alguna vez haya sido esa joven de caparazón grueso, solitaria y con solo un objetivo, ser exitosa sin importar que, eso era algo que ni en sus peores regaños imaginaba.
Por otro lado su padre había sido un entusiasta que había salido de un lugar lleno de ignorancia, sufrió el abandono de su madre en su adolescencia y eso dejó secuelas tan grandes que en su persona que no volvió nunca más al básquet, además de que creció con cierto rencor a su madre y juró no ser así en el momento que vió los ojos verdes de su hija por primera vez.
Una vez la historia acabó, vinieron las preguntas o por lo menos algunas de las tantas que tiene Celeste.
— ¿La abuela era más estricta que antes? — Leah asiente, su hija no de imaginaba cuanto — Osea ella es algo seria pero no la imaginaba así.
— Tu abuela es algo ruda, pero ahora ha cambiado mucho, más cuando llegaste a este mundo — Sonríe ampliamente — No lo expresa pero estoy segura que tu llegada fue algo que la ha ablandado mucho.
— ¿Y el abuelo Nicolás fue padre soltero? Yo pensaba que la abuela había muerto, papá siempre la omitía y cuando crecí decidí no preguntar.
— Tu abuela paterna... — Dice Ezra mirando a la nada por un momento — Solo vió por tu tío Nathaniel, de vez en cuando se comunican y a veces él va a visitarla a ella y a su pareja pero conmigo las cosas han sido muy diferentes, lo bueno es que con el tiempo y conforme fuimos creciendo mi papá encontró a Rosa.
— El abuelo lo merece, pasar por algo así es doloroso — Suspira lentamente — ¿Y el tío Nathaniel no le tiene rencor a la abuela?.
— He hablado con él, le dije que sin importar como haya sido conmigo ese es un tema que ahora que soy adulto solo tiene que ver con ella y yo — Celeste asiente levemente — No merece vivir con ese problema.
— Entiendo... ¿Es decir ni yo debo odiarla?.
— No — Dice su papá seguro — Si te lo contamos no es para que odies a nadie, ni a la la mamá de tu mamá ni a la mía.
— Como usted mandé jefe — Sonríe ampliamente Celeste — Sus vidas han sido difíciles, mamá había perdido a los que amaba y papá se tuvo que alejar de los que amaba, ambos tenían sus propias espinas.
— Por eso hija debes tener en cuenta que el amor siempre va a venir con algunas espinas, pero eso sí, no significa que las vas a aceptar siempre, si se puede cambiar la persona que realmente te ame se dará cuenta de ello y hará lo posible para ser alguien mejor para ti — Leah acaricia el rostro de su hija, la cual se parece a ella cuando era más joven — Siempre ten en cuenta eso.
— No dudes en llamar a tu papá si alguien te lástima, no tengo miedo de nadie — Se cruza de brazo y hace una cara de chico malo, o por lo menos lo intenta — No bueno no, pero siempre puedes contar con nosotros.
— ¿Siempre? — Sonríe ampliamente su hija mirándolos con alegría —
— Siempre — Afirman ambos —
- Gracias por contarme su historia.
A pesar de que el camino no fue perfectamente recto, ambos lo volverían a tomar, si eso los llevaría a este presente no lo cambiarían por nada, esta es su primavera, costó encontrarla pero ahora ya la tienen por lo que ahora solo les queda aferrarse a ella.
Espero que los que leen esto hagan lo mismo, busquen su primavera y aferrense a ella.
De verdad me duele acabar esta historia, pero a la vez me siento feliz de por fin haberla escrito, espero de todo corazón que les haya gustado y si es así no se olviden de recomendarla, me serviría la verdad ;)
(Noticia: Si haré una historia referente a la hija de Leah y Ezra).
Ahora estoy escribiendo otra novela, una muy distinta a esta pero... Lo lamento, no puedo dejar de lado el romance así que está también tiene su lado lindo xd xd
Les dejo la sinopsis y la portada, si les gusta, les invito a leerla.
Bueno, ahora sí, gracias a todos aquellos que leyeron de principio a fin esta hermosa historia ❤️
Hasta la próxima 🌹
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