
Capítulo 35
EZRA SMITH
Volví a mi casa con una gran sonrisa en el rostro, no podía retenerlo, me siento tan feliz que creo que puedo conquistar la cima de alguna montaña pero claro sé que me cansaría en cuestión de tiempo, es más sería con solo ver una montaña, ya ni sé cual es mi punto, el tema es que me siento bastante feliz como para preocuparme por eso.
— No puede ser que arruiné el primer beso de mi hijo — Dice mi dramático padre mientras se tira al sofá boca abajo — Soy el peor padre del mundo.
— Papá, no hablemos de eso por favor... — Traté de rogarle, pero definitivamente no iba a detenerse —
— ¿Qué me costaba quedarme media hora más? o quizá caminar más lento, me siento terrible.
— No es el fin del mundo papá, habrá más oportunidades.
Su expresión cambia drásticamente, sonrió de manera amplia y subió sus cejas de arriba a abajo, yo no pude evitar sonrojarme tratando de ignorar esa cara y rogándole al cielo no volver a verla. Sin decir nada y tratando de evitar una incómoda charla con mi papá decidí huir de ese sitio.
— Hey, hey, muchachito — Me detiene, mi plan se acaba de arruinar — Ven, tenemos que hablar - Suspirando me di la vuelta, mi papá se sentó en el sofá y dejó un asiento a su lado el cual ocupé - ¿Qué tal la charla?.
— Me caí al inicio, no pude creer que ella estaba ahí y me sorprendió — Mi papá se pone a reír a carcajadas — Eso de caernos lo llevamos en la sangre.
— Es nuestro toque especial — Sonríe soltando una carcajada — ¿Hablaron bien?.
— Si, ella me contó un par de cosas y se disculpó conmigo, todos ahora somos felices.
— Más que todo tú mi chiquito enamorado — Me hace un poco de cosquillas, luego se queda mirándome por un momento algo nostálgico — Los hijos crecen tan rápido, pensar que ayer te cargaba en mis brazos y ahora estás enamorado de una maravillosa chica, tienes tus metas claras y sabes muy bien lo que quieres, estoy orgulloso de ti hijo.
— Papá me vas a hacer llorar y eso no se vale.
— Cuando tengas hijos vas a entenderme mejor — Sus ojos se empiezan a cristalizar, estaba a punto de llorar y si él lloraba yo también iba a llorar - Ezra, tú y tú hermano son lo mejor que me ha pasado, ahora eres tú pero unos años más tarde será tú hermano él que se enamorará, así es la vida, primero debo admitir que me aterraba la idea de perderlos pero ahora viendo todo esto... — Sonríe ampliamente mirándome, se me hizo un nudo en la garganta — No sabes lo feliz que estoy de verte enamorado, le agradezco a Dios poder ver esto, no hay mejor maestro para un padre que un hijo, y tú Ezra me haces sentir orgulloso hasta por mi mismo, te amo mucho hijo y nunca olvides que tu felicidad es lo que más me importa.
— Nunca nos perderás papá, siempre estaremos aquí contigo porque es lo que tú formaste en nosotros y te amamos con toda el alma, eres el mejor padre que cualquier hijo podría pedir.
Ambos nos abrazamos, mi papá se puso a llorar y eso desencadenó también mi llanto, no puedo sentirme más feliz.
— ¿Por qué lloran? — Interrumpe Nathaniel, mirándonos atento —
— Nada cielo, ahora ven vamos a arroparte que mañana hay escuela y ambos ya se tienen que ir a dormir.
Asentí y me levanté del sofá, decidí irme a dormir pero claro no sin antes darle un beso a mi padre en la mejilla y sacudirle el cabello a Nathaniel produciendo que él me frunciera el ceño para luego sacarme la lengua.
— Buenas noches lengua larga.
— Buenas noches feo.
Después de eso me tiré a mi cama con una gran sonrisa en mi rostro, mirando al techo, no pude evitar tomar mi teléfono y ver si ella me había mandado un mensaje.
Millones de fuegos artificiales explotaron en mi interior, no dudé en responderle.
Dejé mi teléfono en la mesita de noche para ponerme mi pijama, de ahí me fui a dormir, no puedo esperar a que sea mañana y verla de nuevo.
(...)
Salí prácticamente corriendo hacía la preparatoria, después de tanto tiempo sin pasarla juntos es natural querer verla rápido o al menos eso quiero creer. Apenas llegué no pude evitar sonreír al verla esperándome, mi corazón se aceleró y estaba a instantes de estallar de felicidad, si siempre he sido persistente con ella y nunca he buscado nada a cambio pero estos pequeños detalles son algo que se tenía que dar, no siempre puedes estar al servicio de los demás, también necesitamos nuestro momento y Leah supo muy bien como hacerme feliz.
Literalmente salí corriendo a verla, toda la gente volteó a vernos, creo que está de más decir que durante este tiempo que estuvimos separados ambos fuimos el rumor del momento, todo el mundo se dio cuenta de que nos habíamos distanciado y no tardaron en aparecer rumores, nunca me molesté en averiguar ninguno, quería estar solo, apenas soportaba las miradas y murmullos de los demás pero ahora que estoy tan feliz me dan completamente igual, nadie va a robarme este hermoso momento.
— Ezra — Sonríe al verme, de una manera radiante dejándome sin sentidos por unos segundos — Pensé que te habías vuelto uno con tu cama, las clases ya están por empezar.
— Y tu seguro tienes al gallo Claudio como mascota que tan rápido te levantas, es más creo que llegaste incluso antes de que abrieran la reja.
— Que exagerado.
— Es la verdad, no puedes culparme por ser honesto.
— No, tienes razón — Hace una breve pausa para tomar aire — Es algo que me gusta de ti, no te culparía por eso jamás.
Seguro ya se están imaginando lo rojo que me puse por eso, creo que acabo de inventar una nueva tonalidad de rojo...
¿Por qué me tengo que volver rojo por esto? Ya me siento ridículo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro